El Foro Económico Mundial de Davos siempre pretende reconciliar lo irreconciliable. Bajo el lema “mejorando el mundo”, defiende la sostenibilidad medioambiental y la equidad social, y su fundador, el empresario suizo Klaus Schwab, suele señalar como prioridad en su discurso ante un millar de consejeros delegados de multinacionales, banqueros,  y alguna oenegé, el reto de la desigualdad. El llamado filantrocapitalismo es una parte central de la fórmula ideológica de Davos, como explico en el libro Un reportero en la montaña mágica: cómo la élite económica de Davos hundió el mundo.

Pero al mismo tiempo, la prioridad de las reuniones a puerta cerrada en Davos es optimizar la rentabilidad de las inversiones de la plutocracia global, representada por cientos de miembros de bancos y fondos de inversiones que asisten a la reunión en la estación de esquí suiza.

Este año, las contradicciones de Davos han sido aún más evidentes con la presencia del nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, en una reunión que inaugura una nueva iniciativa de apoyo a los pueblos indígenas.

Según el Foro Económico Mundial, “en Davos 2024 se celebrará el lanzamiento de la red de conocimiento y liderazgo de los pueblos indígenas en diez centros de impacto, un espacio para fomentar la cooperación pública privada mediante los conocimientos indígenas”.

Fany Kuiru, de la etnia huitoto –Perú, Colombia–, es la coordinadora general del nuevo proyecto indígena de Davos. Otros invitados serán Ayunar Domingo Peas Nampichkai, líder del pueblo achuar en la Amazonía ecuatoriana y Nixiwaka y Outani Yawanawá, de los yawanawá, en la Amazonía brasileña.

“Los pueblos indígenas son los guardianes de una tercera parte del territorio mundial y sus prácticas culturales y espirituales permiten proteger y cultivar sus entornos y sus comunidades”, sostiene el Foro Económico Mundial. Por eso, “las voces de los indígenas son vitales”.

Pero las reuniones que Milei espera mantener en Davos con inversores interesados en la bonanza del fracking petrolero en el yacimiento de Tierra Muerta en Neuquén –una de al últimas fronteras de la guerra contra los mapuche en el siglo XIX– o del turismo de lujo en Bariloche, en tierra mapuche de la Patagonia, muestra la otra cara del encuentro.

A fin de cuentas, Milei ha alimentado “un discurso violento contra los mapuche que ocupan tierras como Mascardi”, según me comentó Marcelo Cayumil, integrante del equipo jurídico de la asamblea por los derechos humanos en una entrevista mantenida en San Carlos de Bariloche, en la Patagonia andina, escena de un genocidio contra los mapuche hace 150 años. 

En Villa Mascardi, 30 kilómetros más al sur –una vieja misión jesuita, ahora otro destino turístico–, una operación policial militar autorizada en 2017 por la actual ministra de Seguridad de Milei, Patricia Bullrich, cuando ocupaba la misma cartera en el Gobierno de Mauricio Macri, acabó con la vida de dos manifestantes que apoyaban a una familia mapuche que había ocupado una parcela en la zona. El mapuche Rafael Nahuel murió de un tiro en la espalda. Salvador Maldonado desapareció y su cadáver fue localizado 90 días después, en la orilla del rio Neuquén, el mismo día del asesinato de Nahuel. 

Milei suele hablar de una “edad de oro” liberal a finales del siglo XIX, cuando la industria de la carne convirtió Argentina en una potencia exportadora. El nuevo presidente elogió al general y jefe de Estado Julio Argentino Roca (1898-1904) y citó la declaración de Roca en su primer discurso: “La libertad de los hombres y el engrandecimiento de los pueblos” solo se logran con “supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios”.

Pero ningún historiador serio negaría que el sacrificio más grande de los años de gloria fue el de las 20.000 víctimas mapuche asesinadas en la campaña militar de Roca, la Campaña del Desierto, que sirvió para vaciar el interior y el sur de la población indígena, y así vender a precio de saldo 42 millones de hectáreas a 1.800 terratenientes, principalmente ganaderos. Uno de los más beneficiados era el presidente de la Sociedad Rural, la asociación de terratenientes. Miles de mapuche fueron transportados al campo de concentración montado en la isla de San Martín. Otros acabaron en el Museo de la Plata, en Buenos Aires, exhibidos como animales en un zoo.

Siglo y medio después, la última carga contra los mapuche se realiza en la Patagonia. La vicepresidenta de Milei, Victoria Villarruel –ultraconservadora y con estrechos lazos con militares–, ha fomentado el uso de mano dura contra las ocupaciones de los mapuche destacando que “la gran mayoría de las usurpaciones son en terrenos sumamente productivos”.

Para indagar más en estas cuestiones, hablo con Moira Millán, una de las principales intelectuales del movimiento mapuche, nacida en la provincia de Chubut hace 55 años. Millán visitará Europa este mes para impartir conferencias sobre el concepto que ella misma ha creado de terrocidio: el asesinato de la tierra y sus pueblos por los inversores multinacionales que participan en la cumbre de Davos. Millán hablaba desde el territorio Mapuche liberado en Chubut, Argentina.

¿Cree que la vista de Victoria Villarruel a la escuela militar en Bariloche y sus declaraciones sobre ocupaciones de “seudomapuche” son un indicio de que se quieren militarizar las medidas contra las ocupaciones de tierra y otras actividades de los mapuche en el sur?

La vicepresidenta Villarruel prometió durante su campaña a la Sociedad Rural, órgano del latifundio en Argentina, que terminaría con las recuperaciones de territorio por parte del pueblo mapuche. Su negacionismo y racismo están alineados con el pensamiento de Javier Milei y su visita a Bariloche y estas declaraciones son un guiño para el sector que ella representa. El Gobierno de Milei inventará las excusas necesarias para justificar la militarización y represión en Puelmapu –la parte del Wallmapu o territorio mapuche que está al este de la cordillera de los Andes– contra el pueblo mapuche.

Diego Frutos, un propietario en Villa Mascardi, ha pedido más dureza policial. ¿Cree que habrá más actuaciones militares en Villa Mascardi?

Frutos es parte de la sociedad rural de Bariloche. Junto a otros terratenientes, forma una suerte de Ku Klux Klan moderno, con luz verde de parte de la justicia para difamar, amenazar e incluso matar a todo aquel o aquella mapuche que busque reafirmar derechos. Su voz, con un discurso cargado de odio racista, ha sido ampliamente difundida por todos los medios de comunicación. No es casual que él sea un ferviente seguidor de Bullrich, ahora ministra de Seguridad.

¿El Gobierno de Milei quiere que “escale el conflicto con los mapuche en el sur” para así poder emplear la fuerza militar?

La escalada de violencia en Puelmapu solo puede suceder desde el poder contra nosotros. Generar hechos criminales desde las esferas del Gobierno y los administradores de justicia para inculpar al pueblo mapuche ha sido una constante incluso en los gobiernos que le han precedido, por lo que no me sorprendería que estás estrategias se intensifiquen. 

Milei manifiesta desprecio por todo lo que represente derechos colectivos 

La constitución protege derechos de propiedad comunitaria. Milei solo habla de propiedad privada. ¿Esto qué significa para las reclamaciones de los mapuche?

Milei manifiesta desprecio por todo lo que represente derechos colectivos y, por supuesto, se opone a respetar y reconocer como válida la propiedad colectiva de los pueblos indígenas. Esta postura no solo es contra derecho, es criminal, viola el derecho constitucional a la propiedad comunitaria. Las relaciones entre Estado y pueblos indígenas se tensarán aún más. Probablemente algunos sectores indígenas no permitiremos el retroceso de nuestros derechos, y habrá otros que se acomoden a la circunstancias.

Este Gobierno atenta contra todas las vidas

¿Cómo se debe responder a los planes de Milei, Villarruel y Bullrich?

Creo que lo más sensato es continuar con firmeza y coraje en la ampliación de nuestros derechos y construir propuestas que vuelvan tangibles un modelo de sociedad distinta. Ahora más que nunca tenemos que constituir asambleas por el buen vivir, en cada territorio, en cada espacio, pensar dispositivos de contención y auto resguardo comunitario. Este Gobierno atenta contra todas las vidas y contra todos los modos de vida.

Estos capitalistas invasores solo saben de crueldad y muerte

¿La extradición a Chile del líder mapuche Facundo Jones Huala tiene que ver con el cambio de gobierno o es una decisión independiente de la justicia?

La extradición ha sido acordada con antelación, tanto el Estado argentino como el chileno vienen arremetiendo contra nosotros desde la invasión a nuestro Wallmapu (el territorio ocupado por los mapuche). La extradición se hubiera dado igual con Masa o con Bullrich. Frutos, al igual que otros racistas, buscará la manera de exterminar a mi pueblo, pero por más que pongan presupuesto en militarizar, reprimir, espiar, cazarnos… nunca conseguirán vencernos, porque la Mapu (Tierra) es nuestra principal aliada. La Mapu nos guía, nos habla, y nos protege, por ella luchamos para resguardar la vida. Estos capitalistas invasores solo saben de crueldad y muerte, y sus desmedidas y mezquinas ambiciones serán su motivo principal de derrumbe.