Andamos ya metidos en Cuaresma, pero nosotros seguimos enfrascados con el carnaval. Somos muy jartibles. En otro artículo, comentábamos que el carnaval, como fiesta popular es un hecho inusual, un acontecimiento puntual que se vive en colectivo y de manera presencial. Pero al ser, además, un elemento constitutivo de la idea de pueblo, entendemos que es necesario que el carnaval y su capacidad de fomentar el análisis y el pensamiento crítico trascienda a los días señalados. Así que, igual que en un soneto, hemos tenido 14 entregas como versos de la serie sobre el Carnaval de Cádiz 2024 e igual que en un soneto, añadimos este estrambote como colofón final por muy cercana que esté la Semana Santa.

Para esta conterilla o propina, traemos el romancero La feminista blandengue, escrito e interpretado por Ana López Segovia. Actriz, directora, escritora y carnavalera desde muy joven, Ana López Segovia cuenta en su haber, entre otros reconocimientos, con un Premio Max. Esto es reseñable porque añade al romancero una calidad interpretativa sobresaliente.

Apoyado en un texto muy bien escrito al que no le sobra ninguna cuarteta, en la ya mencionada calidad actoral y en un personaje dual muy bien resuelto, el romancero nos presenta un capítulo paródico de El Hombre y la Tierra, narrado por un “otro” de Félix Rodríguez de la Fuente, en el que se nos introduce en el mundo de un espécimen en transición: La feminista blandengue. Una especie que asume como propios postulados del feminismo, mientras se debate entre su naturaleza maternal, su asumido patriarcado sistémico y el estructural machismo de las relaciones de pareja. El romancero plantea, por lo tanto, uno de los temas de debates sustanciales e iniciales del propio feminismo. Mientras la feminista blandengue –maravilla de recordatorio a aquella definición fariana– intenta poner en práctica su nuevo sistema de creencias, el patriarcado cotidiano y de intensidad en el que nos hemos construido se resiste a perder espacio de control y le brota de manera casi natural, pero no olvidemos que ese machismo no tiene nada de natural, es construido y por lo tanto reversible. La transición –el blandengueo– es colectiva y por ello merece que se recuerde, más allá de los días de carnaval, que estamos en un proceso largo y qué mejor momento que la Cuaresma para hacer hincapié en ello.

El carnaval es un momento de excesos, pero no resulta excesivo ni desmesurado decir que, por la redondez con la que está construido el personaje, por la genialidad de la interpretación, por la solidez e ingenio del texto y por la valentía del tema que plantea, La feminista blandengue es uno de los mejores romanceros que se ha escrito en el carnaval de Cádiz. Juzguen ustedes mismas.

Nombre: La feminista blandengue

Autoría: Ana López Segovia

Modalidad: Romancero

Y si queréis leer un artículo de CTXT relacionado con el tema, aquí os dejamos este fragmento de una pieza escrita por Nuria Alabao:

En este cóctel de malestar económico y cultural que afecta a una parte de la población del planeta, determinados lobbies, intelectuales y políticos ultras han encontrado una manera de representarse en el espacio político y de definir una lucha que consigue aglutinar las obsesiones del conservadurismo y que se convierten en potentes motores para sus proyectos de poder, donde los roles de género se convierten en importantes asideros identitarios. Así que sí, el feminismo genera incomodidad a un nivel muy profundo, y la mala noticia es que puede ser instrumentalizado por las extremas derechas

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