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Para despedirse esta temporada del Metropolitano, al Atleti no se le ocurrió mejor idea que ponerse el disfraz que ha llevado como visitante durante casi toda la temporada. El de un equipo indolente, al que le puede pintar la cara cualquiera porque no tiene tanta calidad como se le presupone para ganar a medio gas. El de las concesiones continuas en defensa y el de perdonar las ocasiones que genera. De esa manera emborronó su trayectoria como local, dejando escapar una marca histórica de victorias en su estadio y provocando una sensación muy amarga a sus aficionados. Ni lo de que no se jugaban nada importante vale como coartada. Osasuna tampoco tenía nada vital que lograr y ofreció un encuentro con todas las virtudes que les faltaron a los rojiblancos.
Pronto vio el Profe Ortega, agasajado por su despedida al club, que sus chicos no estaban por la labor de esforzarse para dedicarle una victoria
Pronto vio el Profe Ortega, agasajado en los instantes previos del choque por su despedida al club, que sus chicos no estaban por la labor de esforzarse para dedicarle una victoria. Apenas se llevaban 11 minutos de juego y Osasuna ya había forzado cuatro saques de esquina ante la apatía de los locales, que se limitaban a posicionarse de medio campo hacia su portería con la única presencia de Correa a la hora de intentar molestar la salida de balón foránea. El 5-4-1 que les había funcionado a los rojiblancos en las últimas jornadas no sirvió esta vez, porque de origen cercenaba su ataque y porque la falta de intensidad hacía que en el medio y atrás no se recuperaran balones para salir rápido a la contra, lo que generaba problemas para frenar la llegada de los rivales.
Los visitantes ya habían demostrado en los saques de esquina que iban con mayor decisión al remate, ayudados, además, por tener jugadores con una estatura destacada. Se intuían por ahí problemas para los de Simeone. Dicho y hecho. En el minuto 26, Rubén García envía una falta al área, Gabriel despeja de cabeza en globo, Catena, más alto, gana en el salto a Llorente, que apenas hace nada por molestarle, y el balón le cae en el área grande a Raúl García de Haro, al que nadie marcaba, para empalmar de volea a la red. Griezmann y Savic deshacían el posible fuera de juego.
Aunque solo fuera por vergüenza torera, el Atleti puso una marcha más, pasando de primera a segunda, no se crean ustedes que aceleró demasiado. Pero solo con eso mejoró algo y empezó a aparecer en ataque, principalmente a través de Lino, casi el único que es capaz de desequilibrar a las defensas rivales. Después de que el Atleti lanzara su primer córner en el minuto 39 (recuerden los cuatro de Osasuna en 11 minutos), despejado por la defensa, el balón le llegó al brasileño, que tras dos amagues en el área grande, lanzó un disparo en parábola que se estrelló en el poste más alejado, recorriendo la pelota la portería en paralelo a la línea de gol sin que entrara. Poco después, fue Llorente el que desde la banda derecha le dio un pase que era medio gol a Griezmann, pero el remate de éste en el área pequeña delante de Herrera se marchó fuera.
En esos minutos hubo dos acciones polémicas en las que se vio envuelto Correa. En la primera cayó cuando buscaba un balón en largo mientras le perseguía Herrando, que era el último defensor. Y en la segunda encaró al guardameta tras un pase de Griezmann, pero se embarulló con el balón, dando tiempo a que de nuevo llegara Herrando, que en su intento de despeje estando tirado en el césped dio a la pelota con el brazo. Ni el colegiado ni el VAR vieron nada punible en ambas acciones.
Parecía que el Atleti le había cogido el tono al partido, pero Osasuna seguía ahí. Se encargó de recordarlo Aimar Oroz, que había entrado al campo poco antes por el lesionado Rubén García. Recibió un pase fuera del área, avanzó ante la permisividad local y lanzó un fuerte disparo que se estrelló en un poste de la portería atlética. Del posible 1-1 se estuvo a punto de haber pasado al 0-2 justo antes del descanso.
Simeone deshizo el plan original y dio entrada a Morata para empezar la segunda parte, quitando a un Gabriel Paulista que no ha tenido suerte en su periplo en el equipo. De esta forma, Azpilicueta se colocaba en la línea de tres centrales y Llorente lo hacía como carrilero. Éste último fue el primer en buscar fortuna con un remate en el área grande que se fue desviado. Fue un espejismo. De nuevo Osasuna empezó a mostrar criterio con el balón, logrando superar las líneas rojiblancas para progresar principalmente por las bandas, donde Areso y Rubén Peña hicieron lo que quisieron. El segundo le puso un balón en el área grande a Raúl García de Haro cuyo remate fue repelido por Oblak en una gran intervención.
El problema principal seguía siendo la falta de intensidad de los locales, que siempre perdían los duelos, que llegaban tarde a las marcas, que estaban lentos a la hora de buscar las segundas jugadas. El ejemplo perfecto lo tuvimos en el 0-2 en el minuto 51. Los rojiblancos dejan centrar con comodidad a un jugador navarro, Azpilicueta va a la disputa con Torró, el balón parece golpear en la mano del defensor y se queda muerto en el área pequeña para que el osasunista reaccione más rápido y dispare a puerta. Oblak logra rechazar con su mano derecha pero la pelota queda a placer para que Oroz remate a la red.
Apenas tres minutos después llegaba la esperanza para el Atleti. Un buen pase en largo de De Paul para el desmarque de Lino que avanzaba unos metros y al entrar en al área daba un pase raso cruzado para que Morata rematara y pusiera el 1-2. Desde principios de marzo no marcaba el delantero. A continuación, Simeone retiró a Correa para meter a Riquelme. Poco después los que salieron fueron Azpilicueta y Lino para que entraran Reinildo y Memphis. Desde fuera costó entender la salida del brasileño, porque fue el que más problemas generó a la zaga visitante.
Griezmann, que volvió a la tónica gris de esta última parte de la campaña, salvo la excepción de Getafe, pudo poner el empate en un remate en acción ensayada de falta lanzada por Koke, pero el balón se fue cerca del palo. El que sí tenía su día en el otro bando era Raúl García de Haro. Primero se aprovechó de su estatura para rematar de cabeza al lateral de la red superando a Llorente y a continuación volvía a marcar al rematar en al área grande un servicio raso de Areso, que se escapó de Riquelme como quiso junto a la línea de banda. La bronca de Oblak al canterano por su indolencia a la hora de ir al duelo con el lateral fue importante. Y es que Roro no es carrilero defensivo y alguna vez se nota. Pero tampoco había nadie marcando al goleador en el área. Savic llegó muy tarde. Gran partido de Raúl García de Haro, que ha estado tapado en la temporada por Budimir, pero que demostró condiciones muy válidas.
Arrasate no había ganado nunca a Simeone como técnico rojillo, pero en su última oportunidad pudo desquitarse
El 1-3 fue un mazazo del que el Atleti ya no se recuperó. Quedaba casi media hora de partido, tiempo suficiente para que un equipo con hambre y recursos hubiera ido con todo a por la remontada, pero no era el caso de los de Simeone, que rumiaba en la banda el naufragio de los suyos, impotentes para asustar a los navarros. Su única salida fue dar por fin minutos a Vermeeren para alegrar un poco a la parroquia, deseosa de ver al belga, pero salvo un par de detallitos, tampoco se notó mucho su presencia. Era difícil en un equipo bloqueado y sin energía.
Para mayor escarnio atlético, llegó un cuarto gol de Osasuna tras un nuevo ataque por la banda derecha y un centro al área que remató solo de volea Lucas Torró sin que Oblak pudiera detenerlo. Arrasate no había ganado nunca a Simeone como técnico rojillo, pero en su última oportunidad de hacerlo (se va del club pamplonés) pudo desquitarse gracias a una gran actuación de su equipo que, curiosamente, venía de seis partidos sin ganar. Otra máxima que volvieron a cumplir los rojiblancos: hacer que los rivales reaccionen tras una mala racha y que hagan ante ellos uno de sus mejores partidos de la temporada.
El Atleti va a acabar la Liga habiendo conseguido la clasificación a Champions pero fuera de los tres primeros por primera vez en la etapa Simeone. La sensación es que la distancia en la pelea por el título cada vez es más grande y que, por el contrario, hay rivales que se le acercan en la pugna por las plazas que permiten jugar la máxima competición europea. El diagnóstico apunta a que es el momento de insuflar aire y potencial a la plantilla, que no se puede demorar más tiempo. Veremos si los que tienen que tomar decisiones están por la labor.
Para despedirse esta temporada del Metropolitano, al Atleti no se le ocurrió mejor idea que ponerse el disfraz que ha llevado como visitante durante casi toda la temporada. El de un equipo indolente, al que le puede pintar la cara cualquiera porque no tiene tanta calidad como se le presupone para ganar a medio...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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