SI BREVE...
El pito del perro
El canario cat nos habla de lo que viene. Vienen unas extremas derechas matizadísimas, si bien centradas en la antiinmigración y el antiizquierdismo, esos dos colectivos venidos al mundo, snif, a verlas venir
Guillem Martínez 24/05/2024
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
1- En Cat está pasando algo rarísimo. A saber: nada.
2- Es decir, tras las elecciones, que podrían haber sellado o bien la ingobernabilidad, o bien un govern procesista, parece que no va a ocurrir nada de eso, sino, lo dicho, nada, esa cosa que sucede cuando a) sucede lo obvio, b) se negocia en silencio y cautela y/o c), donde c) sería a) + b).
3- Por todo ello, y salvo lo especificado en el punto 4, lo más probable es que el próximo día 10J –ya está fijado ese día para constituir el Parlament; esto es, su Mesa–, la Presidència del Parlament sea detentada por el PSC. Como la Presidència de la Gene, en otra fecha posterior. El sistema cat, fijado en los cachitos de hierro y cromo vigentes de su Estatut, potencia que pasen esas dos cosas. A saber: si no hay pactos entre partidos, gana –gana todo, de hecho– el partido que, simplemente, aporte más diputados. Es previsible, en ese sentido, que no haya pactos, y que ERC facilite una presidencia Illa, à la cat, de manera pasiva y mientras chilla lo contrario.
4- Claro, siempre puede producirse un Deus ex machina –en los dramas griegos, el final más aburrido y contra el que advertía Aristóteles, consistente en que un elemento externo resuelva una trama, sin seguir en ningún momento la lógica interna de la historia–. Que pueden ser dos tipos de Deus ex machina, a su vez. El tipo a) sería una nueva aportación creativa de la Justicia –la Justicia no solo ha dejado de ser previsible cuando acomete su propio trabajo, lo que es chungo, sino que también lo es cuando se pone a hacer política–. El tipo b) consistiría, como ya supondrán, en que ERC, en el trance de atarse el cordón de un zapato, se ahorque, como hace tradicionalmente. Veremos.
5- Por lo demás, Catalunya es el canario de España.
6- Recuerden que un canario, en una mina, comunica el devenir a los mineros un par de horas antes de que el devenir, zas, suceda.
El compromiso del PSC con la cosa neoliberal y los negocietes es más explícito que el que gasta el PSOE, y empieza a brillar con luz propia en el Ajuntament BCN
7- ¿Los resultados electorales en Cat ilustran que lo que viene en Esp es un PS sumamente conservador, que pese a ello se va a comer con patatas a sus izquierdas? No necesariamente, en tanto eso no es tanto lo que viene como lo que hay. Por cierto, ya puestos, el compromiso del PSC con la cosa neoliberal y los negocietes es más explícito que el que gasta el PSOE, y empieza a brillar con luz propia en el Ajuntament BCN, donde aún no hay coalición formal, pero se va tirando con lo que une a la mayoría de partidos: el neoliberalismo. En BCN –una gran ciudad, problemática, conflictiva, con cierta tradición municipalista correctora–, los alcaldes que más se han alejado de esa tradición, y más malabares han hecho con el liberalismo –Hereu, hoy ministro de Industria, y Trias, hoy Trias–, han solido dejarnos en globo, tras un final de reino sumamente conflictivo y, en ocasiones, violento.
8- Lo que viene no es eso. Es consecuencia, tal vez, y entre otras cosas, de eso. Es lo que ha estado a punto de venir en Cat.
9- Como informan Jaume Miquel y Oriol Bartomeus, han estado a punto de producirse otros resultados en Cat. Lo que apunta a que los resultados han venido a contravenir, casi por azar, una dinámica robusta, que proseguirá, por tanto, a pesar de los resultados. En la provincia de Barcelona, la ultraderechista Aliança Catalana –finalmente, dos diputados, una por Lleida y otro por Girona– estuvo a punto de conseguir dos diputados más, a costa del PSC. En Lleida, también se quedó a nada de arrebatarle otro al PSC. Vamos, que hay una derecha nueva –bueno, en Cat, dos, como mínimo– emparentada con las nuevas extremas derechas europeas pujantes, que puede, en tiempo, impedir mayorías y, cuando se les pase el susto a las otras derechas –todo pinta que pronto– puede asegurar mayorías derechistas. Es curioso saber de dónde viene electoralmente esa derecha. Un 50% viene de Junts, mientras el otro 50% proviene de ERC y CUP.
10- Las derechas anteriores a las nuevas derechas, a su vez, han dejado de ser lo que eran. Es decir, están pasando a ser otra cosa desde hace años. Junts ha perdido 266.000 votos desde 2017 –el procesismo, en general, ha perdido 1.348.183 votos respecto a 2021–. Las derechas antiguas están adquiriendo nueva funcionalidad. Como el PP en el resto del Estado, y en lo que es un fenómeno europeo, Junts parece asumir planteamientos de las nuevas extremas derechas. En lo que es una metáfora de las grandes derechas europeas, Junts parece envainar lenguajes y proyectos anteriores –como la indepe–, para pasar a centrarse en el gran tema de las nuevas derechas, la inmigración, con las que compite.
PP y Junts no precisan ser explícitos, ese lastre, en tanto poseen silbatos que solo oyen las personas que así lo desean
11- La periodista Clara Blanchar explica todo ello a partir de una metáfora muy dura. Los resultados electorales en Figueres –capital del Alt Empordà, Girona; donde el Museu Dalí–. Se trata de una ciudad de casi 50.000 habitantes, que en una década ha pasado de tener un 5% de inmigración a un 29%. Ese periodo coincide con la crisis de 2008 –finalizada, sobre el papel, en 2017; la recuperación de datos económicos de 2008 es del 2023; guau–. Y, por lo mismo, el periodo también coincide con los primeros recortes del Govern Montilla, con los recortes históricos de ZP, con su reforma constitucional, que establecía el fin del bienestar –con todas las letras; esas letras están esperando, simplemente, a la próxima crisis, para brillar en la oscuridad–, con los recortes históricos de Mas, con los recortes históricos de Rajoy y con el abstencionismo gubernamental del procesismo por más de diez años, desde 2012. Esa población extranjera –en la precariedad desde 2008, y sin posibilidad de que la desigualdad que sufre sea corregida por parte de unas instituciones que, en la crisis más intensa de la historia reciente, dejaron de emitir civilización– viene siendo el centro de las últimas elecciones. Con un discurso antiinmigración, Junts casi llega a la mayoría absoluta en las pasadas elecciones municipales. El 12M ha conseguido el 25,8%. Mientras, las extremas derechas –dos; Aliança y Vox–, con un discurso similar, han conseguido un 22% –que se reparten al 50%–, y el PP un 9%. Lo que dibuja un municipio pobre –su renta familiar es de 13.663 euros; menos que la media cat, de 18.356 euros, que tampoco es para tirar cohetes– en el que el 60% del electorado vota las nuevas derechas y las antiguas, que mantienen un discurso similar en el tema que las hermana y las hace crecer: la inmigración. El 60% del electorado de ese municipio no vota, vamos, contra la pobreza, sino contra los pobres. Es posible que el resto de votantes –y este es el drama– tampoco consiga votar, a su pesar, contra la desigualdad.
12- ¿Lo apuntado en el punto 11 apunta, a su vez, que Junts o PP son extremas derechas? Usan, al menos, su dog-whistle, su silbato para perros.
13- En los USA se alude con ese palabro al lenguaje de doble sentido, depurado, que pueden utilizar los políticos para que los votantes de otras opciones alcen sus orejas –como los perretes en el trance de escuchar un silbato para perros, ese pito que nadie más oye– cuando se modulan determinadas palabras. Por lo que veo, en Junts es la palabra “multirreincidencia”, palabra que sustituye a moro, negro o inmigrante, así como varias docenas de adjetivos posteriores. El PP, a su vez, tiene las suyas. El PP, en términos generales, no tiene que aludir tanto a discursos contra la inmigración, porque tiene otro pito para perros/aboga por la uniformidad a partir de otras palabras que aluden a otras minorías, en este caso, territoriales. El procés, en todo caso, ha supuesto para el PP y para Junts un master descomunal para afinar sus respectivos silbatos para perros, oxidados durante la crisis de 2008-17.
Ayuso no necesita la realidad para emitir discursos, lo que le hace disponer de una libertad que solo tuvieron las vanguardias a principios del XX
14- Esos sonidos y pitidos son nuevos en su desmesura. Y construyen cosas nuevas y divertidas, alejadas del modo tristón de unas izquierdas para las cuales la desigualdad es un animal de compañía. Unas izquierdas que, como las derechas en la primera mitad del XX, creen que cambiando el lenguaje se puede impedir ver la realidad, o incluso cambiarla –el lenguaje, snif, es un universal humano, que no cambia la realidad; es más, solo el cambio en la realidad cambia el lenguaje–. Frente a estas izquierdas de baile de tarde, Milei emite escenografías próximas a las iglesias evangélicas, pero también próximas al rock. Ayuso no necesita la realidad para emitir discursos, lo que le hace disponer de una libertad que solo tuvieron las vanguardias a principios del XX. PP y Junts no precisan ser explícitos, ese lastre, en tanto poseen silbatos que solo oyen las personas que así lo desean. Todos juntos elaboran algo parecido a una función teatral continuada y apasionante. En conversación con Winifred Wagner, directora del Festival de Bayreuth en el inquietante ínterin 1931-44, Hitler explicó a la nuera de Wagner lo que tenía que ser la política: “Una obra de teatro que guste a los soldados”.
15- El canario cat nos habla de lo que viene. Vienen unas extremas derechas matizadísimas –según el CIS, ese Rappel de la sociología, en las elecciones europeas podría entrar en instituciones hasta un tercer partido de las nuevas derechas–, si bien centradas en la antiinmigración y el antiizquierdismo, esos dos colectivos venidos al mundo, snif, a verlas venir. Algo ha pasado. Y sigue pasando. En todo el continente. Diversas tradiciones políticas –incluso las nuestras– han preparado, se diría que a conciencia, el advenimiento de algo.
16- Una obra de teatro que guste a nuestros soldados. Como decía otro animal mítico cat: “La ciencia lo dice, y yo no miento”.
1- En Cat está pasando algo rarísimo. A saber: nada.
2- Es decir, tras las elecciones, que podrían haber sellado o bien la ingobernabilidad, o bien un govern procesista, parece que no va a ocurrir nada de eso, sino, lo dicho, nada, esa cosa que sucede cuando a) sucede lo...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí