análisis
Bardají y Bannon, o por qué Israel y los nazis son el nuevo porno
El asesor sionista de Aznar y de Vox diseñó junto al que fue hombre de confianza de Trump la estrategia para blanquear el nuevo fascismo en España y acercar a la extrema derecha a Netanyahu
Miguel Mora 5/06/2024
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Dos nazis son trending topic en España. Uno, apellidado Pugilato, por liarse a puñetazos con un humorista, apellidado Caravaca, que le vaticinó que su hijo, cuando sea mayor, podría ser gay y “comer pollas de negros, de obreros negros”. El otro, Borja Villacís, fue noticia, porque además de nazi y hermano de una conocida política, era también narcotraficante y fue asesinado a tiros a plena luz del día en las afueras del Madrid de la libertad, en una escena digna de la Camorra napolitana.
Los dos nazis son blancos, y han sido aficionados del Real Madrid y notorios miembros de los Ultra Sur, pero esto apenas lo han destacado los medios que blanquean nazis, porque, según el club-Estado que ya solo ficha jugadores negros, esa peña neonazi no existe hace ya algunos años gracias a la lucha antifa del presidente Florentino Pérez.
Lo que hemos visto hoy con espanto, la violencia desatada por y contra dos destacados líderes neonazis, no es en absoluto una sorpresa. Asistimos de hecho a la última fase de la Operación Blanqueamiento del fascismo español, que comenzó en 2018, cuando José María Aznar decidió colocar a su leal y estimado asesor internacional, el sociólogo Rafael Bardají (Badajoz, 1959), al frente de la refundación ideológica de Vox.
Sucedió poco antes de que el Tribunal Supremo confirmase la primera sentencia de la trama Gürtel y de que triunfara la moción de censura de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias contra M. Rajoy. Aznar trataba con ese movimiento discreto de mitigar, con el esperable crecimiento de Vox, el hundimiento en las encuestas de un PP al que el Supremo acababa de certificar como el partido más corrupto de Europa.
Como muchos lectores no conocerán a Rafael Bardají, la biografía de la Wikipedia no tiene desperdicio y es bastante sucinta, así que, en vez de enlazarla, o de resumirla para que no se note, la reproducimos aquí:
“Especializado en geoestrategia y política internacional, en 1987 funda el Grupo de Estudios Estratégicos. Su experiencia en este campo hizo que fuera nombrado representante del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE)”.
“Entre 1996 y 2004, formó parte del Gobierno de José María Aznar actuando como asesor ejecutivo de la Presidencia del Gobierno en materias de política internacional y terrorismo, acompañándole en dos visitas al presidente de los Estados Unidos George W. Bush. Además, fue consejero del Ministerio de Defensa, primero con Eduardo Serra y, posteriormente, con Federico Trillo-Figueroa. Se le considera el ideólogo de la intervención española en la invasión de Iraq de 2003. En 2004, asumió el cargo de subdirector de Investigación y Análisis del Real Instituto Elcano, así como el puesto de director de Política Internacional de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES). Mantuvo esta posición hasta 2016. Fue impulsor, en septiembre de 2010, del registro de la fundación sionista Friends of Israel Initiative (FOII), junto a Pablo Casado y Carlos Bustelo”.
“A partir de 2016, colaboró con organizaciones neoconservadoras en los Estados Unidos. Asimismo, estableció relaciones con miembros del Partido Republicano, entre ellos Steve Bannon, jefe de campaña del presidente Donald Trump”.
“En 2018, se dio de baja en el Partido Popular para incorporarse al partido político Vox, en el que ha sido el principal canal que ha puesto en contacto a los dirigentes de Vox con el entorno neoconservador estadounidense”.
“En el año 2019, se incorporó al consejo de administración de Explosivos Alaveses (Expal), empresa dedicada a la fabricación de armas y municiones”.
Ha sido uno de los ideólogos del despliegue de propaganda, negacionismo, bulos machistas, homofobia y xenofobia que ha normalizado a la extrema derecha en España
Bardají es desde muy joven un hombre del régimen, sector ultraliberal, subsector relaciones con Estados Unidos, Israel y venta de Armas y Defensa; comunista en su juventud, neocon y sionista en su madurez; discreto, viajado, con contactos en Washington y en el Pentágono por la guerra de Iraq, hablante fluido de inglés. Ha sido, además, uno de los ideólogos del despliegue mediático de propaganda, negacionismo, bulos, homofobia y xenofobia que ha normalizado a la extrema derecha en España. Y el artífice del acercamiento del PP, primero, y de Vox, su marca parda, después, a Israel.
La visita de Santiago Abascal a Benjamin Netanyahu el día después de la masacre de Rafah ha mostrado que la relación entre las ultraderechas españolas e Israel es cada vez más estrecha. El gurú que tejió esa relación es Bardají, que salió del Comité Ejecutivo de Vox en 2020, tan discretamente como entró en él en 2018, y que ahora es consejero de administración de Expal Systems SA, la antigua Explosivos Alaveses, rama armamentística de Maxam, la mayor empresa de explosivos de España. Varios administradores de Maxam, que fue señalada por Volodímir Zelensky por comerciar armas con Rusia, tienen hilo directo con Juan Carlos I, según eldiario.es.
Bardají siempre ha trabajado en la sombra para el sionismo
Bardají siempre ha trabajado en la sombra para el sionismo. Tras licenciarse en Políticas, se fue a vivir a Estados Unidos, y a su regreso, en 1987, con apenas 28 años, creó la fundación Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), donde hoy sigue escribiendo artículos favorables a Israel.
El politólogo controla además la presidencia de dos fundaciones gemelas, Friends of Israel Initiative, inscritas por él mismo en Miami y Madrid, esta última con sede en la calle Diego de León, 47, de Madrid. Según contó Adolfo Moreno en un documentado artículo publicado por La Marea, Friends of Israel Initiative Inc. recibió casi 10 millones de dólares en donativos e hizo transferencias por 700.000 euros a una o varias fundaciones españolas entre 2014 y 2016.
La documentación enviada al Departamento del Tesoro estadounidense de los años comprendidos entre 2013 y 2016 afirmaba que el presidente, Rafael Bardají, no cobraba salario por su labor, pese a que oficialmente dedicaba “30 horas semanales” a Friends of Israel Initiative Inc. La Fundación, cofundada por Bardají con Pablo Casado y Carlos Bustelo (ministro de Industria entre 1977 y 1980), tiene entre sus miembros a siete expresidentes y jefes de Estado, entre ellos a Aznar.
Durante los últimos años Bardají ha sido la cabeza pensante del partido que lidera el irrelevante Santiago Abascal. Atrás quedó la relación con la oposición iraní en el exilio, que financió generosamente al partido y que acabó con otro tiroteo, el que sufrió en pleno centro de Madrid el primer presidente de Vox, Alejo Vidal Quadras.
Una de las claves era abandonar el antisemitismo, tratar de romper los prejuicios que las extremas derechas europeas sentían históricamente hacia Israel
El nombre de Bardají saltó a los medios en 2019, cuando ya era vocal de la Ejecutiva nacional y responsable de política internacional de Vox. Al hilo de una entrevista emitida en el programa de Xabier Lapitz en ETB, Bardají hizo algunas apariciones en la prensa digital conservadora para resumir el nuevo ideario de la extrema derecha, a la que definía como la Nueva Derecha (Alternativa); una de las claves era abandonar el antisemitismo, tratar de romper los prejuicios que las extremas derechas europeas sentían históricamente hacia Israel.
En un texto de GEES publicado en 2017 por Friends of Israel Initiative, titulado The New (Alt) Right: A new reality for the defense of Israel in Europe (‘La Nueva Derecha (Alternativa): Una nueva realidad para la defensa de Israel en Europa’), Bardají escribió: “El pasado antisemita y la hostilidad hacia Israel de muchos de los partidos de la Nueva Derecha es indudable, sin embargo, este movimiento político boyante comparte con Israel objetivos y preocupaciones (…) es necesario que estos partidos purguen su pasado y sus motivaciones antiisraelíes”.
El enviado especial de Aznar al partido aliado del PP ha sido crucial en el acercamiento a Israel y en la coordinación de las alianzas internacionales forjadas por las derechas radicales europeas. Y según ha admitido él mismo, ha sido el artífice del diseño y la comunicación de la propaganda ultra, a través de las redes sociales y los diarios, televisiones y tabloides que conforman la fachosfera y la bulosfera, punta de lanza del blanqueamiento mediático de la Nueva Derecha (Alternativa).
Muchos politólogos y analistas se resisten a denominar como fascismo a este nuevo movimiento
Muchos politólogos y analistas se resisten a denominar como fascismo a este nuevo movimiento nacionalista, social, mediático y no solo político, que cada vez tiene mayor presencia en redes y se coordina mejor entre distintos países. Pero quizá llamarlo Nueva Derecha Alternativa sea quedarse corto. La extrema derecha ha llegado al poder en EEUU, Brasil, Argentina, Italia, Polonia o Hungría, se ha infiltrado en los cuerpos y fuerzas de seguridad de países como Alemania, Francia y España; es cada vez más influyente entre la judicatura, las grandes empresas y los medios; forja o condiciona gobiernos con la derecha tradicional y en algunos lugares cuenta incluso con paramilitares, a menudo escondidos entre las aficiones ultras neonazis, protegidas por los clubes de fútbol y las propias policías.
Bannon, el amigo americano
Sin descartar la más que probable contribución del Mossad, la agencia de inteligencia israelí, habituada a influir en la opinión pública de terceros países cooptando a líderes, partidos, periodistas, pensadores, rojipardos e influencers, se diría que el éxito de la operación blanqueo en España debe tanto a la tenacidad del sionista Bardají como a la experiencia de su amigo americano, Steve Bannon, el célebre spin doctor estadounidense.
El exmarine Bannon, que se libró de la cárcel por un indulto de Trump tras ser acusado de haber robado 25 millones de dólares de la captación de fondos lanzada para construir el muro entre EEUU y México, fue el mayor propagador de las mentiras y patrañas que dieron vuelo a la Alt-Right surgida del ala más radical del Partido Republicano. Antes de eso, fue banquero de inversiones y presidente ejecutivo de Breitbart News, además de vicepresidente de la empresa Cambridge Analytica, protagonista del escándalo de Facebook por haber extraído información de millones de usuarios sin su consentimiento para buscar votantes abstencionistas que apoyaran el Brexit.
Al llegar a la Casa Blanca, Trump nombró miembro del Consejo de Seguridad Nacional al popular supremacista blanco. Pero Bannon solo duró siete meses en el cargo. Trump lo despidió, usándolo como fusible, unos días después del mitin de Charlottesville Unite the Right, para frenar las críticas recibidas tras declarar que las culpas del estallido de violencia neonazi eran de “muchos lados”. La Casa Blanca filtró que la idea de culpar a “muchos lados” era de Bannon.
Bardají en el Ala Oeste
Antes de eso, en mayo de 2017, Bardají, siendo aún militante del PP e ideólogo de cabecera de FAES, fue el primer español en visitar la Casa Blanca de Trump, según contó él mismo en una entrevista a La Gaceta, donde decía que conoció a Steve Bannon “a través de un amigo común del mundo financiero”, y que tuvo “la oportunidad de visitarlo en diversas ocasiones, (…) trabajamos juntos, mano a mano, en su pequeño y abarrotado despacho del Ala Oeste”.
Bardají, siendo aún militante del PP e ideólogo de cabecera de FAES, fue el primer español en visitar la Casa Blanca de Trump
Tras dejar la Casa Blanca, Bannon y Bardají se pusieron a la tarea de refundar Vox y de apoyar la Internacional Reaccionaria, que ahora amenaza la continuidad del bipartidismo que ha gobernado Europa durante los últimos 50 años. Según resume su página de la Wikipedia, Bannon “apoyó a Jair Bolsonaro en Brasil; a Matteo Salvini en Italia, a Vox en España, al Frente Nacional de Francia, la Fidesz de Hungría, Alternativa para Alemania, los Demócratas de Suecia, el Partido por la Libertad de Países Bajos, el Partido de la Libertad de Austria, el Partido Popular de Suiza, el partido Valores para mi País en Argentina, y el movimiento identitario paneuropeo”.
En 2023, un estudio del Brookings Institute señaló a War Room, el podcast de Bannon, como uno de los que propaga más falsedades y aserciones sin fundamentos. Ahora, en España, una mala copia de Bannon que se hace llamar Alvise podría obtener uno o dos diputados en las elecciones europeas del 9 de junio, según las últimas encuestas de 40.dB para el grupo PRISA.
En su cuenta de Twitter, Rafael Bardají tiene como avatar a Darth Vader. Aunque no deja ver su biografía, y no llega a 3,500 seguidores, Vox le ha definido como “el Darth Vader de la política española”.
Basta con darse una vuelta por el lado visible de esa cuenta casi anónima para comprobar a qué dedica hoy su tiempo y sus afanes el Darth Vader extremeño: propagandista 24/7 del Gobierno Netanyahu, propagador de bulos contra Hamás, retuiteador de posts incendiarios contra Pedro Sánchez generados desde todo el arco ultraconservador, con especial querencia por Rosa Díez; insultos de organizaciones israelíes a Podemos (“Sois escoria”), retuits a los medios menos creíbles de la bulosfera, y ataques feroces a quienes osan informar de que los nazis son nazis, aunque hayan muerto tiroteados como narcotraficantes. Dicho de forma breve, una cuenta que combina como pocas lo nazi y lo sionista. Porno puro.
Dos nazis son trending topic en España. Uno, apellidado Pugilato, por liarse a puñetazos con un humorista, apellidado Caravaca, que le vaticinó que su hijo, cuando sea mayor, podría ser gay y “comer pollas de negros, de obreros negros”. El otro, Borja Villacís, fue noticia, porque además de nazi y...
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Miguel Mora
es director de CTXT. Fue corresponsal de El País en Lisboa, Roma y París. En 2011 fue galardonado con el premio Francisco Cerecedo y con el Livio Zanetti al mejor corresponsal extranjero en Italia. En 2010, obtuvo el premio del Parlamento Europeo al mejor reportaje sobre la integración de las minorías. Es autor de los libros 'La voz de los flamencos' (Siruela 2008) y 'El mejor año de nuestras vidas' (Ediciones B).
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