SI BREVE...
La palabra para unirlos a todos
Inmigración es, para las nuevas extremas derechas, todo lo que se desee expulsar. No solo es un enemigo interior sensacional, como no lo había desde los años 30 y 40 del siglo XX, sino que esta vez es extraordinariamente dinámico
Guillem Martínez 18/07/2024
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1- Detrás del desorden siempre acostumbra a haber un orden inaudito. Una ventisca de nieve, el caos más absoluto, esconde en su interior cristales de una simetría regular, casi milagrosa. Este artículo pretende buscar pequeños cristales en el desorden. Como siempre, por otra parte, desde que Plinio el Viejo inventó el periodismo. Fue el último día de su vida, cuando describía el caos –esto es, también, el orden– de una erupción volcánica.
2- La semana pasada, en cuestión de unas horas, el orden de las nuevas extremas derechas –a partir de ahora, NED– sufrió una erupción volcánica. Las NED eclosionaron en tres grupos en el Parlamento Europeo. Lo que habla de las NED como objetos con más matices, variables y tensiones que las izquierdas. Lo que, a su vez, nos habla de las izquierdas como una balsa de aceite. El sitio en el que, desde hace 200 años, pasaban las cosas, hoy es un punto sumamente inactivo y previsible. Lo que nos lleva a un inciso/otra erupción volcánica.
Las NED eclosionaron en tres grupos en el Parlamento Europeo
3- El Partido Laborista –ese desconocido tras perderlo todo durante más de una década; tras perder, incluso, el referéndum de salida de la UE– está enseñando el hocico después de su victoria. En su programa ya de gobierno parecen brillar –en el siglo XXI nada es lo que parece; veremos– dos puntos programáticos. La a) vuelta a la nacionalización de bienes comunes –los ferrocarriles–, algo que no existía en un programa gubernamental desde 1981/Francia. Y b) la intensificación de las políticas de vivienda. Esto último puede ser, claro, un bluf. Pero, de serlo, sería costoso. El laborismo, a diferencia de otros PS europeos, recordemos, existió. Fue determinante, tuvo lógica, consecuencias, obra. Hasta los 70 emitió políticas serias de corrección de la desigualdad, en un Estado al que el pack tory, indignado, llegó a denominar el-único-Estado-socialista-del-Oeste. Por lo que aún hoy, y aún tras la motosierra que supuso Thatcher, en UK aún hay medidas efectivas que garantizan el acceso al alquiler de vivienda, que serían inimaginables en Esp. Resultará interesante ver lo que hace el laborismo, en ese sentido. Por dos razones. Porque la corrección de la desigualdad es el objeto olvidado en la balsa de aceite de las izquierdas, y porque el laborismo ahora gobierna un Estado curioso: el único en Europa con, aparentemente, soberanía. Lo que supondrá un laboratorio, una oportunidad para ver si la soberanía, ese cacharro que tanto anhelan las extremas derechas, existe. Y para ver qué puede hacer la izquierda soberana en UK que no pueda hacer la izquierda integrada en la UE de Francia. Es posible que no haya muchas diferencias, me temo. Fin del inciso.
4- Uno de los tres grupos parlamentarios de extrema derecha, cargado de futuro –Patriotas por Europa–, ha sido el detonante del terremoto en ese pack, al que aludía en el punto 2. Esta mañana a primera hora es el tercer grupo en el Parlamento Europeo. Pero estudiemos su aparición, en modo erupción. Lo que nos explicará el sistema de toma de decisiones de ese grupo. Es decir, tal vez también su debilidad.
5- Es importante destacar que estaba planificado que el nacimiento del grupo coincidiera con la presidencia de la UE por parte de Hungría, y con la victoria de Rassemblement en Francia. Lo que hubiera sido en verdad espectacular, desalentador para la cultura democrática, si esos planetas se hubieran alineado. No sucedió, como saben. Aún así, los supercicutas de Patriotas prosiguieron con el plan, no se distanciaron, no lo aplazaron unas semanas, para evitar así el olor a fracaso, a medio polvo. Es importante también señalar que Vox, como saben, entró en ese nuevo grupo. De manera traumática. Abandonando a la francesa –nunca mejor dicho– la cierta tutela de Meloni y, más dramático aún, abandonando los gobiernos de coalición con PP en las CC.AA. Lo que, en primera instancia, supondrá una pérdida de poder y de ingresos llamativa para esta NED europea. Todo ello habla, lo dicho, de la toma de decisiones en esa NED. Por las decisiones tomadas parece un grupo sumamente vertical, sumamente dirigido, sumamente lento y aparatoso cuando se mueve, y sin posibilidades de marcha atrás, de reorientación de las decisiones, una vez tomadas. Lo que apunta la debilidad de esta NED: no toma buenas decisiones, o lo que es lo mismo, no tiene capacidad de cambiarlas o matizarlas, una vez las ha emitido. Esta NED es fuerte. Supondrá cambios en la vida cotidiana, lo que, en política, es algo desmesurado. En noviembre esa NED puede formar parte, coordinarse, con un nuevo trumpismo revitalizado, renovado espiritualmente tras el fallido atentado en la Guarida del Lobo, y participar en una partida global ya abiertamente postdemocrática. Pero la debilidad de esa NED es, precisamente, su toma de decisiones solitarias, en el vértice, sin ponderación ni discusión. Su debilidad es, vamos, la misma –y la única– de la última ola antidemocrática, en los años 30-40 del siglo XX. Por lo que es cuestión de tiempo que vuelva a invadir la URSS –sea lo que sea eso hoy en día–, si así se decide en el vértice una mañana. La genialidad –genialidad: movimiento inesperado que cambia el juego cuando parece concluido– de la izquierda francesa, que sin salir de la balsa de aceite lo cambió todo tras crear, en un plis-plas, un Frente Popular, ni está ni se la espera –por ahora; crucen los dedos– en las NED. La genialidad, la única herramienta de la que no disponemos, poco frecuente, y aún menos en España, es esa: la agrupación de diversos, la decisión colectiva e informada.
El nuevo Vox parece que, simplemente, obedecerá a su nuevo propietario
6- La entrada de Vox en Patriotas es sumamente importante. En primer lugar porque es, literalmente, una ruptura con el PP. Algo dramático, pues Vox nació como una marca blanca, como el Hacendado, como un experimento del PP, sumamente tutelado por FAES. Con la ruptura, Vox no accede a su mayoría de edad –parece seguir siendo un partido tutelado; ahora, desde el exterior–, pero sí a su independencia. Lo que le confiere un rasgo peligroso: es libre de ir a donde quiera, si bien no posee planos ni voluntad de ir a ninguna parte. Es algo subsidiario de un gran plan. Su obediencia a ese plan es tan diáfana que, ahora mismo, se ha quedado sin influencia gubernamental, sin cuadros pagados, y expuesto a la división y a la captación de cuadros por parte del PP. El nuevo Vox parece que, simplemente, obedecerá a su nuevo propietario, como ha venido haciendo hasta ahora.
7- Sobre la peligrosidad de Vox: tampoco es original. La comparte con otros grupos políticos, incluso provenientes de otros nacionalismos peninsulares, e incluso más grandes y con más votos que Vox. Su peligrosidad se visualizó también en su toma de decisiones. Vox, por una orden superior, tenía que abandonar los gobiernos autonómicos. Y lo hizo. Y para ello improvisó una excusa. Y esa excusa, siendo baladí, no lo fue. Fue la inmigración.
8- La inmigración es la gran palabra de las NED planetarias. Lo es en los USA. Lo es en Hungría –al punto que, durante la pandemia, en Hungría, según los datos oficiales, y durante los primeros meses, solo enfermaba la inmigración, los no puros–. Es la palabra que fija en el Gran Norte quién es el enemigo. En Francia, la política de Rassemblement consiste, literalmente, en eso. En expulsar de la República –algo que se puede hacer sin expulsar de Francia– a la inmigración. Es decir, a algo que ya no es, literalmente, la inmigración, pues con esa amenaza de expulsión, con esta observación constante del diferente, el concepto inmigración cambia. Inmigración pasa a ser no solo el inmigrante, sino sus descendientes, diversos tipos de piel y, por lo mismo, diversos tipos de pensamiento y de adhesión a los símbolos nacionales que no caben en una República estrecha, fundamentada en una idea reducida de la historia y de la identidad. Y en la expulsión de raros. Inmigración es, para la NED, lo extraño, lo extranjero, todo lo que se desee expulsar. No solo es un enemigo interior sensacional, como no lo había desde los años 30 y 40 del siglo XX, sino que esta vez es extraordinariamente dinámico. Es inmigración lo que así se desee. La inmigración es lo no-nacional.
9- Vox, en efecto, podía haber citado como excusa la presión atmosférica, los puntos negros y las espinillas, cualquier cosa, pues cualquier cosa, debidamente calentada, es un argumento político en la Guerra Cultural. Pero citó la inmigración. Más concretamente, la negativa a admitir la admisión de un cupo de menores inmigrantes, provenientes de Canarias, en las autonomías PP-Vox. Lo que es una excusa muy testimonial. Más aún si pensamos que el cupo canario final, a repartir entre las CC.AA., fue de 280 personas. Lo repetiré, 280 personas. Nada. A repartirse entre el monto de autonomías. La indignación de Vox ante ese reparto es, así, excesiva, si pensamos que los criterios racistas de Vox se impusieron, impidieron repartir 3.000 personas en estado de necesidad. Lo que nos lleva al punto 10.
Es inmigración lo que así se desee. La inmigración es lo no-nacional
10- La inmigración, la palabra mágica de las NED, es un tema que ya supera el trademark NED. Es una fijación, un input, una constante, algo que ya tienen en cuenta –como mínimo– el resto de derechas locales.
11- Coincidiendo con la negativa de Vox a aceptar un cupo de inmigrantes, Junts se sumó al posicionamiento. Cat no puede admitir más inmigrantes, defendía. No podía admitir la treintena –nada– que le tocaban en ese reparto absurdo. Es importante señalar que ese también fue el posicionamiento del Govern/ERC. Admitió el cupo ridículo de 30 personas. Pero se abstuvo de la votación, comunicó a sus electores un posicionamiento contrario a la –la palabra– inmigración.
12- En Cat, desde hace un tiempo, desde el fracaso espectacular del procesismo –espectacular: sin contrapartidas; tanto un posible éxito, como un seguro fracaso, no estuvieron contemplados por sus emisores en este tirar para adelante, en aquella caótica toma de decisiones, también vertical y sin posibilidad de recular–, está aumentando el uso de la palabra inmigración como motor político. Junts se está especializando en ello, de manera que ya no utiliza tanto independencia o Estado, como la palabra inmigración. ERC no parece distanciarse de esa posibilidad y, antes que combatirla, parece ver con preocupación que se la quede Junts en solitario. La CUP, a su vez, parece incapaz de discernir lo que está pasando con el uso de la palabra. Como en cualquier otro país en el que la inmigración es LA palabra, se utiliza –tanto la palabra como su sombra, más alargada aún– para expulsar ciudadanos, para señalarlos como extraños, como ajenos a un proyecto colectivo, encarnado –siempre– por un gobierno. Ya hace años que empezaron las emisiones de pasaportes de pureza. Por lo que también empezaron las expulsiones, a partir de palabras especializadas, locales –colons/colonos, nyordos/grasientos–, para referirse a los no próximos a un govern. Era cuestión de tiempo que se utilizara el estándar internacional NED. La inmigración.
1- Detrás del desorden siempre acostumbra a haber un orden inaudito. Una ventisca de nieve, el caos más absoluto, esconde en su interior cristales de una simetría regular, casi milagrosa. Este artículo pretende buscar pequeños cristales en el desorden. Como siempre, por otra parte, desde que...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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