1- El paso del tiempo nos mata, pero –y esto puede ser aún peor– nos hace más listos. Estas líneas que vienen a continuación nos sitúan, consecuentemente, unas horas más próximos a la muerte, si bien también, por lo mismo, son unas horas más reposadas que mi artículo anterior, lo que permite nuevas perspectivas. Esto último es importante, pues el periodismo sirve para ahorrar tiempo. Como todas las cosas buenas. Como sucede con el amor, ese transcurso del tiempo denso, como los suavizantes concentrados, esa epopeya del ahorro.

2- Unas horas después de la aportación del TS al derecho europeo prenapoleónico –aquel festival del género olé-tus-XXXXXX, tan nuestro–, lo más importante puede ser no lo que el TS dijo –ese fue el tema del que les hablé la última vez–, sino lo que no dijo y, por lo mismo, no hizo.

3- El TS, así, no hizo dos cosas. Importantes. Imprevistas. A saber: a) no llevó la cosa amnistía, en modo recurso de inconstitucionalidad, al TC. Y tampoco la llevó, en la forma de una b) cuestión prejudicial, al TJUE. Y ambas cosas son sumamente rarunas, en tanto eran las más previsibles y latentes desde hace meses.

Lo más importante puede ser no lo que el TS dijo, sino lo que no dijo

4- También –ya puestos– es sumamente raruno que la PPcidad haya hecho lo mismo, de manera que se ha sumado a ese mutis por el foro. No previsto, pues, al menos durante un tiempo, se estaban preparando coreografías corales, gregarias, apabullantes, consistentes en chorrocientas instituciones e instancias recurriendo al TC y enviando cuestiones al TJUE como posesas, en modo vayamos-todos-juntos-y-yo-el-primero-al-TC-y-al-TJUE. Alguien, en fin, ha mandado parar. Es decir, alguien manda en todo esto. Por supuesto, ese alguien no puede ser el TS, porque eso sería meterse en política, algo que el TS nunca jamás ha…, rayos, llaman a la puerta. Es una comisión de vecinos de la escalera. Que no pueden dormir la siesta porque me estoy carcajeando en dolby surround. Llevan alquitrán y plumas. Por lo que voy pitando al punto 5.

5- La pregunta es, dos puntos, ¿por qué, en todo caso, el TS no ha dado cuerda, no ha recurrido, no ha convocado al TC y al TJUE en sus escenografías, una tendencia que ha sido emulada por el resto de instancias y por el pack PP, al punto que, en este preciso momento, si la cosa llega al TC y al TJUE, será de canto, vía iniciativa de las defensas de los reos?

6- Respecto del TJUE, puede haber dos respuestas. Respuesta a): el TS no toca la instancia europea para no salir trasquilado. Si se llega al TJUE, así, no será por él. Lo que habla de la mentalidad del TS, una instancia que –como todo en la derecha española– es formalmente europeísta, si bien tiene un ramalazo soberanista latente, en busca de su propio destino. Tarde o temprano, ese carácter soberanista será importante. Y furioso. Bueno, ya lo es: Vox ha anunciado que, en el Parlamento Europeo, se adscribirá al nuevo grupo de Orbán, netamente antieuropeo, estatalista, nacionalista. Pero me refería al PP. El PP es, en ese sentido, un partido –mejor, una cultura; en la que entraría el TS; que no es PP, en tanto los chicos TS tienen estudios– no binario, que se pone cachondo con la cosa Europa, sí, pero también con la cosa antieuropea. Respuesta b): El TS ha pasado del TJUE en tanto su plan es tan sencillo que rechaza lo aparatoso, como liarse con el TJUE –no se pierdan el punto 8–.

El TS no toca la instancia europea para no salir trasquilado

7- Respecto del TC, la respuesta es antigua. El TC es una rareza republicana –por decir algo–. Junto a los gobiernos vasco y catalán, es, al menos, la única herencia de la CE32. Por eso mismo, el TC, a pesar de su profundo olor a muerto, no deja de ser una institución joven. Y, por ello, extraña a la imaginería legal y local. Por eso mismo, el TS –recuerden que la letra S viene de Supremo, es decir, de la idea de que no hay nada ni nadie más allá de él; lo que es un error desde 1978 y, más aún, desde 1986/el ingreso en la UE– no reconoce, implícitamente, al TC, de manera que el TS no suele remitir recursos de inconstitucionalidad al TC. No lo ha hecho, de hecho, la Sala II en esta emisión. Pero, en esta emisión, el TS también ha vertido astucia en su negativa a supeditarse al TC. No se la pierdan, que la astucia es el lado oscuro de la inteligencia. O de la tontería, según como acabe el asunto.

8- El TS no ha optado por el recurso de inconstitucionalidad –si se fijan, hizo lo mismo, hace unas semanas, la fiscalía del TS; sorprendentemente, pues eso significó un gran cambio de criterio, y un indicio de que había un plan, un nuevo plan en el TS–, lo que, en este caso, tiene una gran consecuencia. La consecuencia es que, al menos esta mañana a primera hora, el TC no solo no tiene que dilucidar sobre la constitucionalidad de la Ley de Amnistía –lo que al TS, visto lo visto, le da igual–, sino que –y este es el caso de la cosa, lo pretendido por el TS– no puede entrar al trapo con el auto de 51 folios del TS, pues eso significaría una discusión penal, y no una discusión constitucional, el marco y el límite del TC.

9- El TS se pela el hipotético control del TC, vamos. Y no a través de un recorrido intelectual y jurídico, sino a través de la triquiñuela. El TS, vamos, ha hecho un better call Saul, algo poco edificante, pero que puede solucionar la vida de un cliente chorizo. Lo que apunta a que el TS, como el bueno de Saul Goodman, está habituado a prestar sus servicios a un chorizo. O, al menos, a algo que no es estrictamente el Estado de Derecho y la Democracia, esos itinerarios frontales, transparentes, sin triquiñuelas, que no evaden su control. Algo propio de las instancias con una función, no con una misión.

10- Sobre el punto 8: ojo, que el TS, triquiñuela a triquiñuela –lleva la tira; la primera en este negociado fue invocar el cargo dadá de rebelión, para poder juzgar una desobediencia en modo tócame-Roque–, está desarrollando –como el ordenador Skynet en Terminator– una suerte de IJA –Inteligencia Jurídica Artificial; esto es, no sustentada en la inteligencia del derecho, sino en una suerte de misión mítica, que cada vez ocupa más tiempo y espacio en el TS–.

11- Algún día, la aludida IJA podría producir política de manera –absolutamente– explícita–. Lo que en Sudamérica sería un golpe, llevar a Lula al trullo, esas cosas.

12- Cambiando de tema. O no. PSOE y PP han votado, hace escasas horas, la Ley del Poder Judicial. Una ley que solo han votado ellos, y que importa un pito, pues es tan solo una concesión estética del PSOE al PP, a cambio de que accediera a la renovación del CGPJ. Lo importante es que, con aquella renovación y esta ley, el PSOE renuncia a una baza que inquietaba sobremanera al PP y al pack alta judicatura: la amenaza de una reforma que facilitara otro itinerario para el nombramiento de los magistrados del TS. Había verdadero miedo al respecto. Tanto como, visto lo visto, desinterés en Moncloa para enfrentarse a la podredumbre judicial. Incluso ahora, cuando estamos, no en un punto y seguido, sino, ojo, cuidadín, en un punto y aparte, como señaló Sánchez en su Epístola.

12+1- Este artículo puede quedar un tanto sombrío, pero piensen que el próximo, una juerga, va de ERC.