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La delicada situación clasificatoria del Atlético de Madrid B tiene con el alma en vilo a gran parte de la cantera rojiblanca. Por segundo año consecutivo, el primer filial del club se encuentra en grave riesgo de bajar a 3ª división, lo que supondría asimismo el descenso automático a Regional Preferente del segundo filial, el Atlético C, que también está protagonizando una campaña muy discreta. El Atlético B ya tuvo que jugar la temporada pasada una promoción para lograr la permanencia y en esta ocasión puede seguir el mismo camino sino peor, ya que el riesgo de quedar entre los cuatro últimos y perder la categoría directamente es evidente. A falta de cinco jornadas para el final y tras encadenar cinco derrotas y un empate, tiene cinco puntos menos que los equipos que se salvarían y sólo uno de ventaja respecto a la zona de más peligro. A eso hay que sumarle que el juvenil de División de Honor no está ni entre los tres primeros de su grupo y no se ha clasificado para disputar la Copa del Rey. ¿Qué les está pasando a los equipos más representativos de la cantera de uno de los clubes más importantes de España para estar sufriendo estos problemas?
Se da la paradoja de que mientras los filiales lo pasan mal en sus respectivas categorías, el número de canteranos en el primer equipo ha crecido este año hasta los cinco (Koke, Saúl, Mario, Gabi y Torres) que casi podrían ser seis si contamos también a un Lucas Hernández que ha debutado ya con los mayores, y al mismo tiempo nos encontramos repartidos por España y el extranjero a un ramillete de jugadores que pueden ser importantes en un futuro en el equipo, como son los casos de Oliver Torres, Manquillo, Thomas, o entrar en operaciones que faciliten la llegada de algún fichaje, como podría ser la situación de Borja Bastón, el delantero cedido en el Zaragoza que marcha como máximo goleador en Segunda.
Es cierto que cada vez parece más difícil que un filial pueda aspirar a jugar y mantenerse mucho tiempo en la división de plata, donde este año ya sólo queda el del FC Barcelona y pasando muchos apuros, que sería el lugar ideal para que los chicos jóvenes se fogueen antes de dar el salto a la máxima categoría. Pero tampoco parece normal que de los 21 filiales que hay entre los 80 equipos que componen la 2ª B, sólo haya cinco peor clasificados que los rojiblancos y sean de clubes con mucho menor potencial, como Rayo Vallecano, Las Palmas, Zaragoza, Elche y Córdoba. Del delicado momento que atraviesa el Atlético B desde el pasado año habla bien a las claras el dato de que a lo largo de toda su trayectoria en 2ª B nunca tuvo tanto riesgo de caer a la 3ª división, donde no ha vuelto a jugar desde que se creó la categoría de bronce en 1977.
Una persona que puede hablar con conocimiento sobre los problemas que puede estar atravesando la cantera rojiblanca es Alfredo Santaelena, el que fuera jugador atlético entre 1989 y 1993. Actualmente componente del cuerpo técnico del Cádiz, dirigió al Atlético C en la temporada 2011-2012 y al Atlético B en las campañas 2012-2013, en la que el equipo acabó en séptima posición, y 2013-2014. Fue destituido hace poco más de un año, en febrero de 2014, dejando al equipo en el puesto de promoción de descenso.
Alfredo cree que "los filiales suben o bajan su nivel dependiendo de la hornada de jugadores que haya en un momento determinado. En mi primera temporada en el B tuve la suerte de contar con un grupo donde estaban los Manquillo, Thomas, Saúl, Oliver junto a gente un poco más veterana. Sin embargo, a la siguiente temporada la hornada que vino no era tan fuerte. A veces el club debería tener más paciencia sabiendo lo que hay y no se tiene".
Santaelena tiene claro que si al final el Atlético B perdiera la categoría “sería un palo muy grande. El jugador ya acusa cuando sube del 3ª al 2ª B pues no te quiero contar lo que supondría para ellos llegar a 2ª o 1ª en esa situación. En 3ª te encuentras a equipos muy veteranos y hay muchos campos donde es difícil jugar al fútbol. Sería mucho más complicada la formación de futbolistas en esa categoría para que pudieran ascender al primer equipo”.
El que fuera centrocampista colchonero no es muy partidario de la política que se ha impuesto en los últimos años de traer a los filiales a muchos futbolistas de fuera de Madrid e incluso de otros países. "Yo siempre he dicho que para traer a alguien de fuera tiene que ser que destaque muchísimo y que venga para ser titular. En Madrid tenemos la suerte de tener una cantera enorme, donde hay mucha gente del Atlético de Madrid que puede sentir esos colores y que puede ser válida, además con un coste mucho menor para el club. Ese sentimiento atlético no lo tiene igual un chaval de Senegal que uno de Madrid que haya mamado estos colores toda su vida".
Alfredo explica que “la que tiene la última palabra en la composición de las plantillas es la dirección deportiva. Nosotros entrenamos con lo que nos dan e intentamos hacer las cosas lo mejor posible. Está claro que todos somos humanos y cometemos errores, los técnicos incluidos, pero también se puede equivocar más gente y al final cada uno tenemos que asumir nuestra culpabilidad. A veces hay jugadores que no entran en tus planes como entrenador pero la dirección deportiva les considera válidos y tienes que trabajar con ellos. Lo que está claro es que, por desgracia, la cantera del Atlético de Madrid no está en una buena dinámica y hay que cambiar alguna cosa pero para eso están unos responsables que son los que se tienen que dar cuenta”.
En el caso de que consumara el descenso, el técnico incluso se aventura a vaticinar: "Creo que el Atlético C desaparecería. ¿Qué hace un filial en Preferente? No pinta nada".
Al conjunto que actualmente dirige Carlos Sánchez Aguiar le quedan cinco auténticas finales, algunas de ellas ante rivales directos como Amorebieta y Leioa, en las que está en juego el futuro de los próximos años de la cantera atlética. Resulta paradójico que Aguiar, que dirigió al filial durante 24 jornadas de la histórica temporada 98-99 (dejó el banquillo en ese momento para coger al primer equipo tras la destitución de Arrigo Sacchi), en la que se alcanzó el segundo puesto en 2ª división, lo que le hubiera permitido el ascenso a la máxima categoría que, lógicamente, no pudo aprovechar, esté sufriendo ahora la otra cara de la moneda y tenga la responsabilidad de impedir que baje por primera vez a 3ª. Claro que entonces tenía a sus órdenes una plantilla donde militaban Gaspar, Rubén Baraja, Cubillo, Pablo García, Rosicky, Fortune, Tevenet y Sequeiros, entre otros. Un equipo para el recuerdo, como lo fueron otros en épocas anteriores, que quizá no lograron una clasificación tan destacada pero en el que la mayoría de sus componentes hicieran larga carrera en el Atlético de Madrid. Como el de la temporada 1980-81, en el que jugaron, nada más y nada menos que Mejías, Clemente, Marina, Julio Prieto, Mínguez, Pedraza…
La delicada situación clasificatoria del Atlético de Madrid B tiene con el alma en vilo a gran parte de la cantera rojiblanca. Por segundo año consecutivo, el primer filial del club se encuentra en grave riesgo de bajar a 3ª división, lo que supondría asimismo el descenso automático a Regional...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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