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Lo mona que es Arrimadas y los chistes con su apellido. Los bailes de Miquel Iceta y esa campechanía de última hora que se convirtió en salvavidas. El colocón de escaños and buenri de Albert Rivera tras ese resultado que supo a gloria. La laca de Artur y su amago de contoneo, el brillo del cráneo de Romeva, nuevo aspirante a Don Limpio, y la coleta morada y el látigo de Iglesias. Una posible marcha de García-AlbiLOL (gracias, Roberto Enríquez) a la NBA y Antonio Baños, ese señor de la CUP con las ideas tan claras que convierte a Syriza en ovejita lucera, pero el único de los amigos de Salvador Sostres que le ha devuelto el dinero que le prestó. Ojo con eso. Y por cada gracia y meme de Duran en el Palace, un chupito.
Hasta aquí mi resumen de la campaña catalana, porque no estarán esperando que recurra al storytelling, a la semiótica y a la comunicación no verbal. No, señor. Y no soy de recurrir a citas memorables para demostrar que leo, como hacen ahora los nuevos gurús del periodismo. Tampoco supondrán que voy a analizar las propuestas porque han sido días de choteo y seny, de un nivel ciertamente mejorable.
Que Inés Arrimadas es, como el presidente de su partido, la hija política perfecta, es bastante obvio. En ese partido se huele bien y abundan tanto votos como billetes (a juzgar por la campaña parecen el valor 36 del Ibex), y la fealdad no se contempla. Sí se contempla, en cambio, que Pablo Iglesias se parece a Karl Lagerfeld y le ha acabado devorando su propio personaje. Que el papel de chulo y arrogante ya lo tienen otros, querido, y hacer el indio requiere entreno, igual que a Iceta le hemos reído demasiado la gracia del baile, cuando los únicos seres humanos a los que deberíamos tolerárselo se llaman Barack Obama y Beyoncé Knowles. El resto que baile, pero no en público y menos para pedir mi voto.
Intolerable es que Mariano Rajoy se permita 24 horas para responder dos preguntas a la prensa. DOS. Aunque haya una hilera de gatos blancos siendo acariciados compulsivamente por Felipe, Aznar y Zapatero, viendo cómo los está haciendo a todos una mezcla de Churchill y Adenauer. Intolerable que Pablo Iglesias y su soberbia (¿eso no era patrimonio exclusivo de Rosa Díez?) haya acabado saliendo en medios en la sección de zapping, en la de mofa y befa. Intolerable el atuendo de los de las señoras que acudieron a la Puerta del Sol con la bandera bramando por la unidad de España, cuando ya sabemos todos que Zapatero ya la dejó rota y hecha unos zorros. Esas camisetas de Franco, estando vivos Andrés Velencoso y Daniel Day-Lewis, no son de recibo. Por cierto, el centenar de personas de Sol coincide sospechosamente con las que acuden al Valle de los Caídos, a la misa de los Jerónimos y a este tipo de causas poco del siglo XXI. Lo digo por si algún indocumentado o con la piel excesivamente fina vuelve con la matraca de que en Madrid se odia a los catalanes.
Déjennos tranquilos un tiempo. Total, en nada tenemos unas elecciones generales. Que Dios y los asesores de campaña nos pillen confesados.
Lo mona que es Arrimadas y los chistes con su apellido. Los bailes de Miquel Iceta y esa campechanía de última hora que se convirtió en salvavidas. El...
Autor >
Ángeles Caballero
Es periodista, especializada en economía. Ha trabajado en Actualidad Económica, Qué y El Economista. Pertenece al Consejo Editorial de CTXT. Madre conciliadora de dos criaturas, en sus ratos libres, se suelta el pelo y se convierte en Norma Brutal.
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