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1. Santiago Fernández

   Efectivamente el tiempo es una línea entre dos puntos; tengo dudas que sea recta, como afirma José Luis Merino. Querida Bárbara, parece que la vida está tejida por jirones de casualidades. El azar dicen los sabios gobierna nuestra vida. Usted, Bárbara, se apuntó un día a un curso de “Tito” y la fuerza de sus palabras la atraparon. Yo leí un día la “Oveja negra” de Augusto y me quede prendado de esa manera tan precisa de escribir, era como si las palabras destilaran por el libro y se decantaran en mi torrente sanguíneo. Esa precisión en la elección de las perlas-palabras que Augusto tan bien engarzó es posible que tuviera una responsable, un motor invisible pero enérgico. Dicen que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer y viceversa. Así sucedió con Einstein y Mileva, los esposos Curie, Frida Kahlo y Diego Rivera, y tantos otros y otras. No la conozco personalmente, pero el triángulo imaginario que en su día establecí con Augusto y con usted, se ha convertido en un cuadrilátero con un cuarto vértice, José Luis Merino. De Ustedes he aprendido, como decía Augusto, a amar las cosas pequeñas, los inapreciables gestos, los relatos cortos, las fábulas. Escribía Baltasar Gracián, el célebre adagio según el cual, lo breve, si bueno, dos veces bueno. Pero qué difícil es hallar la excelencia en la brevedad. Pues bien creo que Augusto lo consiguió, y después de conocer un poco su vida , creo que usted tuvo bastante culpa en esa precisión fabulístiica. Gracias Bárbara. Un saludo Santi

   Hace 8 años 10 meses