MÚSICA
Un piano remueve los clásicos
La pianista y vocalista Judith Owen actúa en Madrid y Barcelona para presentar su último disco, ‘Somebody's Child’
Alberto Manzano 1/06/2016
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“Judith Owen es una master class de cómo se hace un concierto”.
Jackson Browne
Cantante agridulce, compositora alquimista y sutilísima pianista norteamericana de origen galés, Judith Owen presentó su último disco, Somebody’s Child (Twanky Records, 2016), en la sala Barts de Barcelona –dentro del programa Guitar Festival– y en Galileo Galilei de Madrid, los días 14 y 16 de mayo, respectivamente.
Acompañada por ‘el mago de las cuerdas bajas’ Leland Sklar (uno de los bajistas más solicitados en la historia de la música moderna y confundido frecuentemente por los niños como el Mago de El señor de los anillos, debido a su espectacular barba blanca), el percusionista portugués Pedro Segundo y la violonchelista británica Gabriella Swallow, Owen desgranó el repertorio completo de su última obra, una docena de canciones impregnadas de versos balsámicos contra el hierático aguijón que convulsiona el alma:
“Todos buscamos respuestas / Todos buscamos la culpa / Pero no hace falta que te mires al espejo / Porque, en nuestro interior, todos somos igual” (Tell All Your Children).
Somebody’s Child, como el anterior trabajo discográfico de Judith, Ebb & Flow (2014), recupera el sonido California, aquel soft-rock filosófico-musical de la beautiful people que integró la contracultura de los años 60 con el country-rock, el jazz-blues, el folk-rock y el pop poético. En ambos trabajos discográficos, Owen se ha engalanado con la maestría de los músicos de The Section, la mítica banda californiana formada por el baterista Russell Kunkel, el guitarrista Waddy Wachtel y el bajista Leland Sklar, grupo que apuntaló la mayoría de las canciones de los singer-songwriters más exquisitos en la historia del rock, cantautores de ‘vaso largo’ como Jackson Browne, que contó con ellos en sus discos For Everyman, The Pretender, Running On Empty, Hold Out y Lawyers In Love; Randy Newman, que tomaría a Waddy Wachtel como su ‘guitarrista en nómina’ en Little Criminals, Born Again y Trouble In Paradise, James Taylor, Linda Ronstadt, Warren Zevon, y, aunque la lista es demasiado larga para detallar, cabe destacar también sus colaboraciones con Carole King, David Crosby, Graham Nash, Joni Mitchell y Don Henley, es decir, The Mellow Maphia (La Plácida Mafia), un grupo de imberbes músicos de formación universitaria cuya meticulosidad literaria sacaba punta a los textos de sus canciones.
Reflejaban el clima espiritual de su generación en términos humanistas, se hablaba de nuevos modelos de convivencia y del retorno al campo: “A media que desgastemos el mundo más y más, economía y ecología serán lo mismo,” declararía James Taylor durante la promoción de No Nukes, un álbum live benéfico organizado por Jackson Browne en 1979, que funcionó en torno a la ciudad de Los Ángeles —aglutinados sobre todo en Laurel Canyon— a principios de los años 70. Judith Owen hace gala de ese espíritu. Es ecologista:
“Oye tú, magnate del petróleo, dime qué hay de bueno en lo que haces / ¿Por qué no te limpias? ¿A quién crees que estás engañando? / Te importa un pito destrozar lo que te han dado / Te importa un pito que los niños no tengan un futuro”. (I Know Why The Sun Shines)
“Es descarada e inteligente, es Randy Newman en mujer” afirmaría Jamie Cullum. “Nadie me envidiará / Yo ni siquiera me juzgaré / Tocaré mi tambor / Y dejaré que aparezcan las nubes de tormenta / Sonreiré y les gritaré / ¡Que llueva! / ¡Que llueva! / No necesito hacer la danza de la lluvia” (The Rain Is Gonna Fall). Y Somebody’s Child, la composición que abre el disco, es toda una viñeta de piadosa empatía: “Hay una chica en la calle / Vestida con una bolsa de basura / Lleva un bebé en el vientre / Y leche en su pecho… // Pero las cosas podrían ser diferentes / Si te paras a pensarlo / Podrías ser tú / (Todos somos) el bebé de alguien”.
El barroquismo germánico de la violoncelista Gabriella Swallow endulza el dramatismo de un paisaje interior cáustico, mientras el piano de Judith encinta las largas colas de indigentes que esperan un poco de comida en los centros de acogida en las calles de la ciudad. Owen gira en mensaje alarmista el tono pedagógico de la vieja canción generacional de Graham Nash “Teach Your Children”, utilizando casi el mismo título en su cedé: Tell All Your Children: “Un hombre en la tele dijo que al mundo solo le quedaban cien años / Que el tiempo se estaba agotando / A menos de que provocáramos un cambio // Madres, padres, decid a vuestros hijos / En qué nos equivocamos…” - “El infierno de vuestros padres pronto se esfumará,” había cantado Graham Nash en el legendario álbum Dejà Vû, como miembro del súper grupo Crosby, Stills, Nash & Young -. Sin embargo, es la exquisitez preciosista del rhythm’n’blues-soul, la manera tan particular en que Owen cristaliza una elaborada combinación de ilustres influencias en I Know Why The Sun Shines, Arianne y We Give In, lo que realza la maestría del álbum: “Andas por la cuerda floja intentando mantener el equilibrio / Y acabas rindiéndote”.
Oye tú, magnate del petróleo, dime qué hay de bueno en lo que haces. ¿A quién crees que estás engañando?
El prestigioso diario italiano La Repubblica concluye su reseña: “Judith Owen es la heredera de Joni Mitchell”, y ciertamente es un reflejo imperdible de la maravillosa composición de la Lady por excelencia de Laurel Canyon —Joni Mitchell—, Both Sides Now (1969), el tema que despide el álbum con el claroscuro de la rigurosa aceptación vital, The Rain Is Gonna Fall: “Ahí fuera hace sol / Y siempre me sentiré bien… / Pero todo se reduce / A cielos azules, y sin embargo / Estoy esperando nubes de tormenta / ¿Qué haces escondiéndote del sol? / ¿Aún no has aprendido que la vida es ambas cosas? / Nubes negras y cielos llanos”.
Porque todo el mundo sabe que los grandes artistas están hechos parcialmente de sus referentes, y, como todos los grandes artistas, Judith es original en sus versiones. Tiene la virtud y la habilidad interpretativa de hacer suyas composiciones ajenas, impregnándolas de su propia personalidad, caracterizada, especialmente, por el don de su voz, una ‘voz de experiencia’ que trasluce con firmeza y profundidad su paso por la primera línea del campo de batalla de la vida, una ‘voz de experiencia’ que ilumina nuestros sombríos problemas, tan personales como populares, tan universales como íntimos. Porque, seamos claros: no se trata tanto de oír la misma vieja canción (que todos conocemos), que se desarrolla con un principio, un puente y un final, sino que en realidad lo que queremos oír es ‘la historia’, la historia narrada por una ‘voz de experiencia’, una voz que resuena en nuestro interior como voz propia y pone palabras a nuestros sentimientos.
Judith es una amante de las covers, experta en su arte recreador. Empezó en 2007, en Happy This Way —el tercer álbum publicado por su propio sello, Courgette Records, fundado con su marido Harry Shearer (el ventrílocuo de los Simpson: hace las voces de once personajes en el mítico programa televisivo)—, con el celebérrimo tema Smoke On The Water, del grupo británico Deep Purple —canción que narraba la historia del incendio que se produjo en el Casino de Montreux el 4 de diciembre de 1971 durante un concierto de Frank Zappa, cuando un asistente arrojó una bengala hacia el techo del escenario y se incendió el lugar. El humo del incendio sobre el Lago Leman inspiró la letra de la canción al cantante del grupo, Ian Gillan)—. La versión grabada por Judith fue utilizada como música previa a los anuncios en la emisora radiofónica nocturna Coast To Coast AM, dirigida por Art Bell, con más de cinco millones de oyentes en Norteamérica.
En Somebody’s Child, Judith se atreve incluso con un tema del rey de las covers, Bryan Ferry, grabando una versión diamantina de la composición More Than This —incluida en el álbum de Roxy Music Avalon (1982)—: “Más que esto / No hay nada”, y nada menos que una repesca del tema de soul psicodélico Aquarius (1969), que la banda californiana The 5th Dimension convirtió en disco de platino a partir de su inclusión en la ópera rock Hair (1967):
“Cuando la Luna esté en la séptima casa / Y Júpiter se alinee con Marte / Y la paz guíe a los planetas / Y el amor gobierne las estrellas // Este será el amanecer de la Era Acuario / Acuario, Acuario // Armonía y comprensión / Compasión y confianza / Revelaciones en cristales místicos / La verdadera liberación de la mente”.
Pero, “oiga, señor, ese soy yo en la máquina de discos / Soy yo el que está cantando esa triste canción / Y lloraré cada vez que introduzcas otra moneda / Y dejes que el chico cante su triste canción / Porque estoy más seco que un hueso / Y pasaré un tiempo solo / Hasta que encuentres la manera de sacar agua de una piedra” No hay duda. Se trata de James Taylor, el recolector solitario que espera la primavera para hacerse un hombre, tiempos confusos, la búsqueda nostálgica con las drogas, hospitales psiquiátricos, depresiones profundas, y Fire And Rain, una canción alegórica sobre la adicción y la muerte que sobrecogería a más de un millón de personas.
Sin embargo, fue Hey Mister, That’s Me Up On The Jukebox la composición que escogió Judith Owen para versionar en su álbum Ebb & Flow, contraponiéndola a los despreocupados y alegres días de los ‘veranos del amor’ que se respiraban en el tema “In The Summertime”, grabado por la banda Mungo Jerry en 1970, cuyo single llegó a vender más de treinta millones de copias. Fue justamente este tema el elegido por Owen para cerrar sus conciertos en Barcelona y Madrid, aunque la gema del universo emocional de la noche fue su interpretación, con pura alma soul, del clásico de Paul McCartney Blackbird, incluido en el Álbum Blanco de los Beatles (1969): “Mirlo que cantas en plena noche / Coge estas alas rotas y aprende a volar / Toda tu vida / Has estado esperando este momento para alzar el vuelo / Mirlo, vuela / Hacia la luz de la oscura noche más negra”.
“Judith Owen es una master class de cómo se hace un concierto”.
Jackson Browne
Cantante agridulce, compositora alquimista y sutilísima pianista norteamericana de origen galés, Judith Owen presentó su último disco, Somebody’s Child (Twanky...
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