No ha sido una buena temporada para Óliver Torres. De hecho, en un gran año para todos los canteranos del primer equipo, ha terminado siendo el que ha tenido un papel más irrelevante en los últimos meses de competición. Una pena, porque su calidad no se encuentra tan fácilmente, pero su aportación ha sido mucho menor de la que se esperaba tras su buen papel en el Oporto. Hay gente que piensa que debería haber jugado más y que habría que darle más confianza. Otros consideran que ha tenido oportunidades de sobra y que no termina de arrancar. La opinión mayoritaria es que sería absurdo mantener esta situación más tiempo cuando parece claro que no va a entrar en los planes de Simeone. La pregunta es ¿qué hacemos con Óliver?

Empezó de titular la temporada pero Simeone fue perdiendo la confianza en él y terminó siendo el decimoséptimo jugador de la plantilla en el ranking de minutos

Para dejar sitio a los nuevos que vengan, otros tienen que dejar un hueco en la plantilla. Entre los que tienen más papeletas para salir del Atleti este verano están Gámez, Kranevitter, Vietto… y Óliver. Parecía que su vuelta el pasado verano al Calderón podía ser definitiva tras sus cesiones al Villarreal y al Oporto. Había muchos que veían en él al sustituto de Arda Turan y Simeone le dio la oportunidad de jugar muchos minutos en el arranque del campeonato, donde ilusionó con alguna actuación brillante, como la de Sevilla. De hecho, de las siete primeras jornadas fue titular en seis, jugando de inicio en partidos tan importantes como los del Barcelona y Real Madrid, o en la Liga de Campeones frente a Benfica, si bien es cierto que nunca completó los 90 minutos. La confianza del Cholo se acabó cuando le retiró en el descanso en el derbi jugado el 4 de octubre.

Desde entonces apenas volvió a jugar tres veces de inicio en el resto de la Liga y una fue en el partido previo a Múnich, con muchos titulares descansando. Es cierto que salió varias veces desde el banquillo pero para jugar poco tiempo. De hecho, ha terminado siendo el decimoséptimo jugador de la plantilla en el ranking de los que más han jugado en la Liga, con apenas 815 minutos. Tan sólo Gámez, Kranevitter y Thomas han jugado menos que él. Y la sensación que ha dejado al final el ghanés ha sido más positiva incluso que la de Óliver. Hasta Lucas, que no debutó en la temporada hasta diciembre, ha tenido un papel más relevante. Su última gran oportunidad le llegó en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones ante el PSV. Eso fue en febrero. Su actuación no debió de convencer al técnico porque hasta el final de campaña sólo volvió a jugar 99 minutos.

Óliver empezaba la temporada en una posición dentro de la plantilla muy por delante de Saúl. Y hay que ver cómo ha terminado la temporada el ilicitano, elegido jugador revelación del campeonato, y cómo la ha terminado el de Navalmoral, completamente intrascendente. Está claro que son jugadores muy distintos. Puede que el estilo de juego que pone en práctica Simeone le beneficie más a Saúl que a Óliver. O puede que Saúl haya sabido aprovechar las oportunidades y Óliver no.

El extremeño se ha dejado comer su sitio por otro canterano como Saúl, que partía por detrás de él dentro de la plantilla y ha acabado siendo elegido la revelación del campeonato

A favor de Óliver cuenta su talento, su edad --apenas tiene 21 años-- y que es un jugador que siente los colores tras llevar desde los 13 años en la entidad. Se entiende que no pueda seguir en esta situación. Que un chico tan joven necesita jugar para seguir progresando. Y que el Atleti tampoco gana nada teniendo a un valor como él sentado en el banquillo o en la grada muchos domingos. Pero una cosa es aceptar que es necesario buscarle la mejor salida posible y otra que el Atleti se desvincule totalmente de él.

Ante la previsible falta de oportunidades en la próxima campaña el club le busca una salida, pero los aficionados no quieren que se desvincule totalmente

El Atleti no puede desprenderse aún definitivamente de Óliver. Hoy en día, entre Simeone y Óliver no hay elección, pero, ¿quién sabe lo que puede pasar con el Cholo en el futuro? Ya no hay dudas de que seguirá el año que viene, pero, ¿y dentro de un año? ¿Y dentro de dos? ¿Quién dice que su sucesor no sea un técnico que apueste por Óliver y sepa sacarle el fútbol que lleva dentro?.

A veces, en la vida y en el deporte, hay que dar algún rodeo para poder alcanzar el objetivo final. Y su salida, si se concreta, no tiene por qué ser el final de trayectoria de Óliver en el Atleti. Sólo un hasta pronto.