El Hacha
Iniesta, yo confieso
Los periodistas hemos agotado los adjetivos para hablar de Iniesta, el mejor jugador de la historia de este país con permiso de Luis Suárez y Xavi Hernández
Rubén Uría 15/06/2016
Iniesta
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Confieso sin miedo y a tumba abierta, que el Balón de Oro me importa exactamente lo mismo que las galas esas donde los presuntos famosos arrastran dignidad y salud por un buen dinero, en aras de una reventona audiencia que se muere por conocer a qué huele en los manglares. Por el mismo precio, confieso que el máximo galardón futbolístico a nivel individual dejó de parecerme creíble cuando se abandonó el sistema tradicional de voto de los periodistas y en su lugar cobró cuerpo un engendro vertebrado por supuestos votos de futbolistas, entrenadores y capitanes, que votan por compañerismo o cercanía, si es que realmente votan, convirtiendo el sistema en un mercado persa de politiqueo y sospechas. Quién sabe si en el futuro esto del Balón de Oro, atrapado en un círculo vicioso de marketing y de propaganda sistemática de medios de comunicación, de más ruido que nueces, se atreverá a dar un triple salto mortal de mediocridad en un futuro no muy lejano, entregándose al televoto cutre, como Eurovisión.
Confieso sin rubor alguno que, si de por mi fuera, siempre que esté en forma, entregaría cada edición del Balón de Oro a Messi, que tiene menos palabra que un telegrama y posee una zurda cósmica, la del mejor de todos los tiempos, porque no admite comparación posible con nadie. Confieso que cuando Messi no está inspirado y atraviesa una mala época, es necesario aplaudir la tenacidad de Cristiano, que no es el mejor de todos los tiempos, pero sí un martillo pilón insaciable, quizá el mejor goleador que jamás haya existido. Alguien que también se merece una distinción dorada, incluso sabiendo que es un tipo al que, si la humildad le persiguiera, jamás le alcanzaría. Confieso que, entre el argentino y el portugués, si se lo propusieran, podrían enterrar en títulos y goles al resto de su profesión, por lo que no puede ser extraño que ambos alternen reinado y coleccionen Balones de Oro a modo de rutina.
Confieso que me enciende que el periodismo deportivo español y por extensión, mundial, sea incapaz de ponderar la auténtica dimensión de Andrés Iniesta, patrimonio nacional de un deporte en el que, mientras los españoles presumen de títulos colectivos, siguen con el contador a cero en los individuales. Confieso que los periodistas hemos agotado los adjetivos calificativos para hablar del fútbol de Iniesta que, en cuestión de estatura futbolística, es el mejor jugador de la historia de este país, con permiso de Luis Suárez, único Balón de Oro patrio, y de Xavi Hernández, ya retirado de la selección. Confieso que me siento decepcionado cuando escucho que es una injusticia que Iniesta no tenga un Balón de Oro porque es más humilde que otros, porque tiene menos pelo, porque es normal o incluso porque es más feo que otros o se crió en un pueblo de Albacete. Y por último, confieso que Andrés Iniesta no tiene el Balón de Oro que merece porque los que hoy se indignan, se embuten de piel de toro y se rasgan las vestiduras hablando del premio y de su injusticia, serán los mismos que, dentro de un mes, volverán a pedir el Balón de Oro para Messi y para Cristiano. Ojalá me equivoque, pero Andrés Iniesta jamás ganará el Balón de Oro. Por cierto, ni falta que le hace. Su categoría está por encima de eso.
Posdata: Messi y Cristiano, tanto monta, monta tanto, cambiarían, a pelo, todos sus Balones de Oro por haber ganado el Mundial y las Eurocopas que ha ganado Iniesta.
Confieso sin miedo y a tumba abierta, que el Balón de Oro me importa exactamente lo mismo que las galas esas donde los presuntos famosos arrastran dignidad y salud por un buen dinero, en aras de una reventona audiencia que se muere por conocer a qué huele en los manglares. Por el mismo precio, confieso que el...
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Rubén Uría
Periodista. Articulista de CTXT y Eurosport, colaborador en BeIN Sports y contertulio en TVE, Teledeporte y Canal 24 Horas. Autor de los libros 'Hombres que pudieron reinar' y 'Atlético: de muerto a campeón'. Su perfil en Twitter alcanza los 100.000 seguidores.
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