Ha llegado un año más tarde de lo que le hubiera gustado a Simeone pero su insistencia en contar con él tuvo recompensa y Osvaldo Nicolás Fabián Gaitán (San Martín, Buenos Aires, 1988) se ha convertido en uno de los refuerzos más importantes del Atlético de Madrid para la próxima temporada. El club rojiblanco será el tercero de su carrera tras crecer en Boca Juniors y tener una exitosa estancia de cinco temporadas en el Benfica. Llega un jugador hecho, protagonista dentro del terreno de juego y discreto fuera del césped que, como tantos otros casos de compatriotas suyos, encontró en el fútbol la mejor salida a una infancia marcada por las limitaciones económicas. El Calderón y él se conocieron hace unos meses en una noche de otoño y el encuentro fue positivo. Ahora, afronta el reto de probar la calidad de su zurda en un campeonato de primer nivel como la Liga española.

A Gaitán le encontró Ramón Maddoni (que trabaja en las inferiores de Boca y fue el descubridor de jugadores como Riquelme, Tévez, Gago o Cambiasso) con nueve años jugando en el equipo El Porvenir. Aquel día, las lágrimas del pequeño Nico por perder 2-0 se convirtieron en una sonrisa de ilusión cuando el técnico le propuso pasar a formar parte del Club Social Parque, una entidad de fútbol sala asociada al club xeneize. Al niño que vendía plantas con sus hermanos en los trenes para sacarse unas monedas se le apareció una oportunidad. Pronto empezó a demostrar su talento y a llamar la atención. Como en aquella copa Danone celebrada en París donde se proclamó campeón con Boca.

Al joven Nico le costó debutar con el primer equipo de Boca. De hecho, no lo hizo hasta que tenía 20 años, una edad en la que muchos compatriotas suyos ya han volado a Europa. En su último año con el equipo reserva llegó a valorar una oferta del Almería, que ofrecía un millón de dólares por el 75% de su pase, pero en el club le pidieron que tuviera paciencia, que su oportunidad llegaría. Y llegó. Debutó en un torneo clausura en junio de 2008 pero comenzó a ganarse el estatus de titular el día que Carlos Ischia, el entrenador de Boca, decidió confiar en él para cubrir la baja por lesión en un partido de Juan Román Riquelme, el gran ídolo de Gaitán. Ese día Nico contribuyó con dos goles a la victoria de Boca ante Huracán y ya no lo movieron del equipo. Se proclamó campeón de Liga jugando 32 partidos y marcando cinco goles.

Tardó en debutar en la élite pero luego siguió el mismo camino que tantos otros. Tras un segundo año a gran nivel, en el que el Coco Basile le dio libertad para jugar por cualquier parte de la zona de tres cuartos del campo, le llegó la ocasión de dar el salto a Europa gracias al interés del Benfica, que pagó 8,4 millones de euros por él con el objetivo de que se convirtiera en el sustituto de Di María, que se había marchado al Real Madrid. En su primera temporada fue elegido jugador revelación del campeonato. En el equipo lisboeta dejó una estela de gran calidad; desequilibrante por momentos, pero algo anárquico. Y se marcha un futbolista mucho más táctico y que ya juega en equipo gracias a las enseñanzas de su técnico en las águilas, Jorge Jesús. Ese bagaje le va a venir muy bien para amoldarse lo antes posible a las exigencias de Simeone.

“O Mágico”, como le conocía la hinchada benfiquista, deja el estadio de Da Luz tras ganar diez títulos, entre ellos las tres últimas ligas. Nunca fue un gran goleador pero en los últimos años se ha alejado del área para convertirse en un gran asistente. Esa es su gran cualidad en estos momentos. Gaitán es el mejor socio para los hombres de ataque gracias a su calidad para el desborde, para asociarse, para encontrar huecos en las defensas rivales y dar el pase en condiciones. Los números son significativos. Se marchó de Boca después de marcar 13 goles y dar 12 pases de gol en partidos oficiales. Y deja Benfica después de cinco años habiendo anotado 41 goles y repartido ¡87 asistencias! entre todas las competiciones. Este último año ha dado 16 goles, sólo en liga, a sus compañeros. Es evidente que el nivel de la liga portuguesa no es el de la española pero sus cualidades en ese aspecto son innegables y le van a venir muy bien al Atleti para potenciar su juego de ataque. Por cierto, también fue el máximo asistente de la Liga de Campeones en 2012.

La llegada de Gaitán abre nuevas e interesantes posibilidades en el once titular del Atleti. A poco que se adapte a lo que le pida el Cholo, Nico viene para ser titular, para ser un hombre importante en el equipo. Eso supone que alguien se va a ver afectado y, quizá, un cambio de posiciones para otros. Teniendo claro que Griezmann es intocable, nos encontramos que Gaitán puede jugar en cualquiera de las dos bandas, bien en la derecha a pie cambiado o en la izquierda. Ocurre que, hasta ahora, esas posiciones se las repartían entre Koke, Saúl y Carrasco. Puede que su llegada afecte a alguno más, porque si, por ejemplo, juegan Gaitán y Saúl, Koke podría bajar al doble pivote para hacer pareja con… ¿Gabi, Augusto...Tiago? Si se hiciera real esa opción, serían ya dos titulares de la última campaña a los que afectaría la entrada de Gaitán en el once, uno de los dos interiores y uno de los medios centros.

Hay una alternativa que parece difícil que Simeone utilice de entrada en los partidos de forma habitual, pero que para determinados momentos puede ser interesante, como es la de hacer una línea de tres por detrás del 9 formada por Carrasco, Griezmann y Gaitán. Velocidad, desborde y calidad serían sus señas de identidad pero quizá el equipo perdería ese control del partido que tanto le gusta al técnico argentino. No descartemos que estos tres puedan jugar juntos sin delantero centro. Eso permitiría incluir a un tercer hombre en el centro del campo. Lo que está claro es que Saúl o Carrasco, quizá incluso los dos, o Gabi o Augusto, pueden ser los damnificados por la llegada de Gaitán, aunque minutos es evidente que habrá para todos.

Es el precio a pagar por el aumento de la competitividad en la zona de ataque del equipo. Simeone tendrá a su disposición más recursos pero también deberá saber gestionar las apariciones de cada jugador en los partidos. Jugar 90 minutos va a estar cada vez más caro pero ya saben lo que dice el Cholo: “No importa la cantidad de minutos que juegues sino la calidad”.