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Antonio Baños (Barcelona, 1966) fue el número 1 por la CUP en las últimas autonómicas. Tras tres meses de negociaciones entre CUP y Junts pel Sí, Baños presentó su dimisión, horas antes de que la CUP pactara con la lista de CDC, ERC e independientes un acuerdo de Gobierno. Baños es periodista. Ahora trabaja en BTV --el canal municipal de Barcelona--, y colabora como tertuliano en TV3. Antaño estuvo destacado en Irak, cubrió campañas electorales y subió banda y dio espectáculo a través de puntos de vista no previstos, redactados en ese castellano cool y descarado de Barcelona. Generacionalmente, es miembro de ese pack de periodistas brillantes, originales, a los que les ha sido más fácil entrar en la política que en un gran medio. Lo que tiene guasa, e ilustra ese tapón generacional que han significado los medios. Compañero de juergas, autor de un par de libros contra la economía y los economistas, y de un libro en el que vindica, desde la cultura libertaria, el Procés, en esta entrevista hablamos, a través de lo que nos une --un tono, una vitalidad, una cultura, un respeto común--, de lo que nos puede diferenciar esta mañana a primera hora: la confianza en la honestidad política de un Procés que Baños, un tipo vehemente, ve, defiende y en el que participa.
¿A qué se dedica ahora?
Al periodismo y al procesismo. Uno me da la vida y el otro me la quita.
¿Cómo le va por la ANC --Assemblea Nacional de Catalunya--?
Estoy en la Secretaría Nacional de la Asamblea. La ANC es una entidad muy particular. Son 40.000 socios activos, con asambleas territoriales en todos lados y con un sistema administrativo interno tremendo. Hay una sección de ética, la junta electoral, la comisión judicial. Todo es muy autofiscalizable: no puedes hacer nada… esta decisión ¿cómo la ha tomado usted?, ¿ha hablado con los socios? No, pues tiene que pasarlo por los canales de deliberación. Es una maquinaria bastante curiosa y potente. Demanda muchas horas y no te pagan nada. Pero aún voy un poco despistado por el secretariado, aunque me mantengo bastante al corriente de todo el tema procés. Reuniones, conspiraciones, charlas.
En su paso por la política era imposible hablar con usted, además estaba como demudado…
Te digo por qué. Me hice una de las pocas promesas que cumplí (risas). Autoblindarme. Yo no he visto todavía ni una sola entrevista sobre mí, ni un solo vídeo, ni de la campaña electoral de hace un año. Decidí no ver nada en lo que apareciera la palabra Baños. No sé, por tanto, lo que hice. La cosa si no hubiera sido muy esquizofrénica. Pasar de ser un desconocido a que te paren en todas partes como si fueras una rock and roll star es muy raro. No tengo claro lo que pasó fuera de mí. Lo que pasó en mí lo sé, pero el resto del ruido…
Un día ordenó que me detuvieran.
¿Dije que te detuvieran?
Era un chiste. Hasta ahora, glups. Estuvo en la pomada durante el momento en que Mas iba a ser presidente y luego no lo fue. ¿Se puede hablar ahora de ese periodo con tranquilidad? ¿Qué pasó?
A mí me ofrecen entrar en la candidatura y yo digo que sí en las Navidades de 2015. Me presento, tenemos 10 diputados y la aritmética diabólica hace que la CUP, de ser un simpático partido de tres diputados, notorio pero irrelevante, pase a ser la llave de una legislatura que lo que pretende es petarse algo, o construir la República. Ahí hay una tensiones muy brutales. El crecimiento de la CUP es demasiado rápido, era la segunda legislatura de la CUP y a la segunda ya tienes que decidirlo todo. Y, claro, no es lo mismo que sea la clave el PSC, que tiene todos callos en todos lados, que no la CUP que, en el fondo, no deja de ser un partido esencialmente municipalista. Nos vimos en este brete de pactar un acuerdo de gobierno con Mas o no, y al final salió que no y yo me fui.
¿Estaba tan a favor de la cosa Mas?
No estaba a favor de Mas, no creo que ningún cupaire pueda estar a favor de Mas; estaba a favor de decir sí a Mas a cambio de un precio, como todo en la vida. Primero, yo decía que sí a Mas por una cuestión que yo creo que no es baladí y que con el tiempo veremos que no lo es: si apoyabas a Mas le forzabas --no le forzabas, porque yo creo que él también tenía ganas-- a que limpiara una parte de Convergència que, aparte de ser antiindependentista, es la que ha hecho negocios… no diré corruptos porque no lo sé, si no están imputados no lo puedo decir… pero sí que es la parte más business friendlyde Convergència. Si tú apoyas a Mas puedes decir: ‘te doy los votos a cambio de que esta gen, fuera’.
Luego, nos ofrecieron la oportunidad de entrar en el gobierno a fiscalizar sin tocar un duro. Es decir, saberlo todo y no gastar nada. Sin ninguna cartera, sólo vigilar. Que a un partido político anticapitalista le ofrezcan esta posibilidad a mí me parece muy chulo. Tener la posibilidad de fiscalizar una acción de gobierno…. y más viendo la Generalitat de estos años.
Y después, desde el punto de vista del Procés independentista, era dar el mando a Mas. O sea, tú tienes que dar algo para que te den algo. Si tú pones un precio, puede ser un buen negocio. Luego teníamos el Plan de Choque, que habíamos negociado durante tres meses, de casi 400 millones de euros, que puede parecer una miseria... pero en fin, era la promesa de parar los recortes, empezar a dar un poco de alpiste -- 400 millones es alpiste--, y sobre todo había algunas cosas que se habían comprometido a pagar. Por ejemplo: Barcelona World. Se consiguió que se parara, que no se tocara. Y que si los inversores se iban, se iban. Por lo tanto, había una serie de cosas que a mí me parecían que eran un precio suficientemente razonable para darle la presidencia a Mas. Me parecía un buen precio. La CUP votó que sí al final, la militancia votó que sí al acuerdo. Pero hay una cosa que se llama GAP, una serie de asociaciones adheridas a la CUP, que votaron que no. Tienen un voto por ser asociación, aunque tengan 25 militantes. Estas decantaron la balanza al no. Entonces yo, como había hecho bandera del sí, consideraba que si salía no, pues ya tal. Yo no me había metido en política para liarla, por decirlo de alguna manera. Me metí para que esta legislatura tuviera gobierno, y si no salía gobierno y nos íbamos a ir a anticipadas, yo no estaba en política para ir tirando.
¿Y no había alguna forma de que hubiera sido todo más transparente? Informar de lo que se estaba negociando, una opción para las izquierdas que negocian con el yuyu, extrapolable también al Madrid de la anterior y breve legislatura...
La transparencia en las negociaciones es algo en lo que no creo mucho. Hubo vocación de no transparencia, por los dos lados un poco, creo yo. Nosotros pedimos que se grabaran las conversaciones, pero ellos levantaron acta de las conversaciones. Luego creo que nadie quiso hacerlas públicas en general. Yo entiendo que unas conversaciones así, pues mejor que no se hagan públicas.
¿Usted estuvo?
Sí, en la segunda fase, que era una mesa única.
¿Cómo es? Explíqueme algún estilismo de ese tipo de reuniones. ¿Son crueles, son duras, son rodeos? ¿Se habla con dureza? ¿Se utilizan palabros como corrupción o rojo-de-mierda.
Sobre las negociaciones, sí había tensión. Pero depende, había días amables y días de tensión. Es curioso que estás negociando sobre impuestos, millones de euros para una persona normal. Unas cifras de las que nadie tiene ni idea. Si era un impuesto nuevo no se podía saber cuánto se recaudaba. Hubo un momento, que estuvo muy bien, yo no fui, fue, creo que fue Busqueta y Ana Gabriel. Les llevaron a ver las cuentas fetén, las de verdad. Ni había un duro ni se lo esperaba. Abrieron la caja para que la viéramos y allí no había nada. Sólo la telaraña aquella de los tebeos de Bruguera. En el fondo la Generalitat es ahora mismo una ficción de administración.
Hablemos del Procés ¿La idea de tomadura de pelo existe en la CUP? ¿la sinceridad del Procés existe netamente en Convèrgencia?
Una de las cosas que muestran que el Procés es innegable es que ha hecho que todo quede triturado. Convèrgencia i Unió ya no existe. Unió ya no existe. El PSC es otra cosa de lo que era. Ha aparecido un partido anticuerpo al Procés, que es Ciudadanos. Si el Procés fuese mentira Ciudadanos no hubiese prosperado. En la CUP, insisto, hay gente que cree que el Procés es verdad, y gente que cree que es mentira. En Convergència ocurre lo mismo. El problema es que la gente en Convergència que cree que es mentira es la derecha del mundo de los negocios, una derecha extremo liberal. A estos, pactar con ERC y con la CUP se les hace una montaña, dicen: estos hippies a la puta calle. Y luego, claro, la independencia para su mundo de negocios genera mucha incertidumbre. Ese mismo discurso lo encuentras en la CUP, que piensan: ¿Cómo vamos a llevar una independencia con Convergència al mando cuando lo único que dirigen en Convergencia son los intereses de una clase determinada? Las dos desconfianzas existen, y te diría que, sin compartirlas, las encuentro legítimas. En medio, hay parte de todos los partidos mezclada, que son la masa de clase media, mesocrática, que son los indepes.
¿Pero cree que esa masa existe?
Yo soy un believer. Si todo ello fuera un fantasma, no hubiera perdido horas en ello. Mientras haya gente fuera del gobierno que lo quiera eso debería bastar. ERC no puede hacer un tripartito. O consigue la independencia o choca contra lo que sea. Y Convergència igual. Hacen lo que digan sus votantes y hay 1.900.000 detrás que dicen ahora o nunca. Y los partidos se han ido aunando en torno a esos casi dos millones de votantes. Convergència no tenía el ADN independentista y les ha costado. Hasta Mas se ha hecho independentista.
¿Bajo qué tradición es independentista?
Es un traidor a su clase, lo cual no le hace ni más heroico ni menos. Es indepe desde el punto de vista de que con PP y PSOE no se puede hacer nada. Él negoció el Estatut con Zapatero y se siente traicionado por toda la clase política española. De hecho, después de la manifestación del 12, él va a La Moncloa a proponer un Pacto Fiscal a Rajoy. Solo con que Rajoy hubiera dicho ‘crearemos una comisión’, hubiera parado el Procés y hubiera tratado de convencernos de que ese era el camino. Son muy poco insurreccionales en Convergència y hubieran deseado que esto se canalizara de otra manera, negociando con Madrid. Pero Mas llegó a la conclusión de que es imposible negociar sin un interlocutor en el otro lado. Por lo tanto, se hizo indepe porque no había otra opción. No había nadie al otro lado.
¿Cómo explica la violencia oral de Mas cuando presenta el pacto con las CUP? Aquello de la CUP desaparecerá como grupo…
Yo había dimitido dos o tres días antes y me enteré por vías internas de que había posibilidad de acuerdo, pero la formalidad no la vi.
Deduzco por lo que ha apuntado antes que cree que la CUP hizo el peor pacto posible.
Creo que a veces se gana o se pierde. Creía que el buen pacto era “¿jugamos?”, jugamos. Los buenos jugadores cuando se sientan en la mesa lo primero que hacen es cogerte los huevos, decir “bueno, juguemos. Pero te tengo”. La CUP tenía posibilidad de tener bien cogido a Mas, dependía de ellos. El problema es que cuando se perdió el pacto con Junts pel Sí e íbamos a anticipadas la CUP pactó rápidamente un pacto entre vago y urgente. Particularmente no sé si es mejor haber dicho sí a una cosa hecha en dos días, cuando llevábamos tres meses con un pacto mucho más consolidado. Ha tenido efectos sorprendentemente positivos. Por ejemplo, que esté Puigdemont en lugar de Mas me parece que es bueno. Mas representa a quien representa, es el hijo político de Pujol. Mas ha estado dos años gobernando con el PP, Mas fue los recortes y es una figura de un pasado no muy limpio. Puigdemont es otra cosa, no lo conoce nadie, es nuevo, y puede dar la sensación de que con él puede empezar otra cosa. En sentido simbólico, es mejor que gobierne Puigdemont que Mas. Con Puigdemont abres paso a renovar Convergència, y es mejor que se renueven que no que se enquisten. Pero en cualquier caso una cosa que se hace en dos noches siempre será más débil.
Una cosa que no entiendo de esta fase del Procés. La misma noche electoral reconoce ante los micros que se ha perdido el plebiscito indepe, pero el desarrollo posterior de la cosa es como si se hubiera ganado ¿Falla algo?
No, porque se ganan las elecciones parlamentarias y se pierde el plebiscito. Es como la comunión bajo doble especie. Si hubiéramos tenido el 51% de los votos contados al día siguiente hay una DUI --Declaració Unilateral de Independència-- del copón. Tenemos mayoría parlamentaria y la opción más votada del pueblo catalán es el independentismo. Hay 48% de independentismo, 39% de statu quo, y un 11% de algo que se llama soberanismo pero no es ni una cosa ni la otra. Es el mundo de los comunes… Por lo tanto nos engañaríamos si sumáramos 48 más once, pero sí que hay un cincuenta y pico que quiere cambiar algo y un 48 que quiere ser independentista estricto. En ningún país del mundo puedes decir que con el 48 has ganado, no puedes ir a ningún lado, pierdes el plebiscito. Pero ese 48% te da 72 diputados, has ganado el Parlamento. Lo que yo dije es que habíamos perdido el plebiscito de blanco o negro, que además nos lo autoimpusimos nosotros. Mientras todo el mundo, hasta el 27 de septiembre, decía que aquello eran elecciones autonómicas, nosotros nos autoimpusimos las plebiscitarias y, la noche electoral, dijimos que lo habíamos perdido. Y una vez salió el 48% todos los que decían que no eran plebiscitarias hablan de que eso fue un plebiscito. No vale. Si eran solamente autonómicas ahí el independentismo ganó. Ganó porque eran parlamentarias. Tenemos 62 diputados y la opción siguiente, Ciudadanos, tiene la mitad que los independentistas. Y si sumas Junts pel Sí son 62. Era bastante claro. Nosotros nos autoimpusimos que si había 51% ya no había nada más que hablar. Pero con 48%, y como siempre pasa en Cataluña, siempre hay un empate perpetuo, estás con un pie dentro y otro fuera. Dijimos: no lo podemos hacer rápido, lo haremos por la vía lenta, la vía parlamentaria. A partir de la mayoría parlamentaria hacer todas las leyes de desconexión. Y todo eso está muy bien: hace quince años los independentistas eran el 15%, y ahora están a tres puntos de la mayoría absoluta.
¿Se sobreentiende con ello que está siendo una legislatura ni-fu-ni-fa?
Que va, hombre. Si se cumple el mandato, esta legislatura acaba con un gran final operístico. Tres leyes, las que, je,je, acaba de tumbar el TC, que son la Ley de Seguridad Social, la Ley de Hacienda, y la Ley de Transitoriedad Jurídica. En el momento en que se aprobase la última, en ese mismo momento, se disuelve el Parlamento y se lía…
Bueno, conforme el TC va tumbando cosas, se percibe que nadie lía nada.
Mira, en este caso se ha de ver si el Gobierno sigue con la cosa o no. El problema es que no evalúas una cosa: la dimensión popular del asunto. Los indepes no están siguiendo lo que dicen sus representantes, sino que es al revés. Los representantes están cagados con que los indepes no les corran a boinazos si no hacen lo que dicen. La ANC no va a permitir estar 8 años tirando.
Pues parece que hay cierta predisposición a permitir. La Ley de Seguridad Social, que se presentó como rupturista, tan sólo asume competencias autonómicas.
No, no hay ninguna ruptura. Las importantes son las otras dos leyes. La Ley de Hacienda, y no tanto la ley, como la posibilidad de recaudar impuestos. Eso, si se hace de acuerdo con el Estado, no hay problema. Si no, debes conseguir los datos fiscales de los ciudadanos catalanes de otra manera. De hecho, tienes que hackearlos. La ley determinante será la de Transitoriedad Jurídica, la que dice que a partir de mañana las leyes las dicta el Parlament. Y esto es un salto al vacío absoluto, porque tú no sabes qué va a pasar. No sabes si te enviarán la Guardia Civil, al ángel Marcelo o qué. Esta legislatura está hecha sólo para estas tres leyes. Por eso solo durará 18 meses. No puedes estar con esto 8 años.
La resolución del 9N fijaba, de hecho, 30 días como margen.
La aplicación de la resolución, sí. Pero la resolución, de hecho, era un Rubicón planteado por la CUP. Para que todos nos confiemos de todos, firmemos una cosa muy tocha. Y todo el mundo estuvo de acuerdo. No era tanto que se pudiera aplicar, que no se puede, como algo que marcara un compromiso de todos para liarla.
Ahora parece todo un tanto enrocado. ¿La recuperación del tema referéndum es, corríjame, un intento de pillar nuevas mayorías, de pasar de la casilla CDC e integrar a los Comuns?
No. No podemos pasar de los votantes de CDC. El milagro consiste en no perder a nadie y conseguir más votantes. Esa es la gracia. No perder por la derecha para ganar por la izquierda, porque te quedas en 48% igual. La cosa del referéndum viene después de las tres leyes de ruptura. Disuelves el Parlamento. Te vas. Zasca. Y aquí hay dos opiniones. Una: haces unas elecciones a constituyentes, y otra es hacer un referéndum bajo ley catalana, pues la Ley de Transitoriedad lo permitiría. Sería, además, vinculante. Sería, a su vez, el puto referéndum que se le ha pedido 16 veces a España, y que no hay manera de hacer. Si hay mayoría indepe, se sigue, si no, pues qué le vamos a hacer. Se convocan elecciones autonómicas.
Todo gravita, no obstante, en leyes que, cuando las tumba el TC, nadie reivindica.
Junts pel Sí es indepe, eh. De hecho lo son más que nosotros. Están bastante más majaras (risa). El problema es qué haces cuando te tumban una ley. Puedes desobedecer. No se ha hecho para no implicar funcionarios. No puedes poner en juego el sueldo de nadie. Tienes que hacer la desobediencia sólo con cargos electos, de manera que el castigo caiga sobre ellos, que es lo que pasó el 9N. Ese fue, de hecho, el gran éxito de la consulta del 9N. Luego, también, en algún momento habrá que hacer movilizaciones masivas. La gente lleva 4 años movilizada, por lo que no puedes cansarla. Hay que escoger cuál es la prohibición del TC que nos guste más, porque cada semana hay una, y utilizarla para movilizar. Hay que calcular muy bien cuándo hacer esas grandes movilizaciones. Es un juego del gato y el ratón. España va a estar suspendiéndolo todo, y desde la Generalitat tienes las desobediencias limitadas, por eso de no obligar a nadie a desobedecer.
Me ha parecido entender que ha elaborado cierta amistad con Mas. ¿Cómo es? ¿A qué dedica el tiempo libre?
No creo que seamos nunca amigos. Tenemos caracteres muy diferentes. Él es muy serio. Lo único que puedo decir de él es que, en los contactos que tuvimos todos aquellos meses, todo lo que dijo, lo cumplió. No tengo ninguna queja. Hasta ahí llego. No puedo hablar mal de él. Dicho esto, creo que es una figura muy literaria. Empezó gobernando con el PP en 2010, y podría haber seguido. De hecho, los intereses que representa él --Planeta, La Caixa,, Abertis, Banc de Sabadell--, le han retirado la palabra absolutamente. No era indepe, no tenía vocación de héroe de la patria, y ha acabado encarnando algo, que no sé si le parece cómodo o no. Es curioso. Y luego lo del trullo. Le digo: “Te van a entrullar por poner urnas de cartón”. Es como Gandhi. Va a acabar esposado por haber puesto unas urnas de cartón. La imagen es fabulosa. Es un señor de derechas, de orden, muy de la Ley, y va a acabar esposado. Eso puede ser una de las grandes movilizaciones que te decía. El Gobierno PP nos está haciendo muchos regalos simbólicos. España nunca falla. Cuando estamos más desanimados, te prohíbe la estelada, tiran para atrás el decreto de pobreza energética, o te empuran a Mas, o se graban a ellos mismos conspirando. Todo esto hubiera acabado hace años con Rajoy hablando de un Pacto Fiscal. Y mira.
Antonio Baños (Barcelona, 1966) fue el número 1 por la CUP en las últimas autonómicas. Tras tres meses de negociaciones entre CUP y Junts pel Sí, Baños presentó su dimisión, horas antes de que la CUP pactara con la lista de CDC, ERC e independientes un acuerdo de Gobierno. Baños es periodista. Ahora...
Autor >
Guilem Martínez
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