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La mítica serie Lost comienza con el accidente del vuelo 815 de Oceanic. A mitad de camino entre Sídney y Los Ángeles, el avión se parte en dos y acaba tirado en una isla desierta en algún punto desconocido del Pacífico. Cuando a uno le pasa eso, por muy paradisiaca que sea la isla, como se dice por el sur, no tiene el chichi pa farolillos, así que desde el minuto uno los supervivientes del accidente sólo tienen un norte: abandonar el lugar. Pasado un tiempo, no mucho, aquella prioridad absoluta de abandonar la isla empezó a pasar poco a poco a un segundo plano.
Como procrastinando, el interés que generaba aquella misteriosa escotilla, los problemas organizativos o el miedo al maleducado humo negro, que aparecía sin avisar de que venía a comer arramplando con todo, fueron convirtiéndose en verdadero norte de la isla. Algunos incluso se pusieron a jugar a las idas y venidas de un trío amoroso entre guapos supervivientes y ni siquiera los supervivientes más feos sin opción a mojar acertaron a plantarse un buen día en mitad del campamento y pegar una voz: “Pero, vamos a ver, señores, ¿estamos a lo que estamos o no?”. En algún momento olvidaron que la meta de quien ha acabado tirado en un lugar en el que no quiere estar es siempre abandonarlo.
El metadebate ha ido dejando al de los recortes sociales en un segundo plano
España se estrelló hace unos años y con tantas precampañas, campañas, debates con candidatos y sin ellos, con tantas encuestas y sondeos a pie de urna o a pie de despacho, con tantas elecciones pasadas, presentes y posibles, hemos acabado discutiendo sobre osos polares. El metadebate ha ido dejando al de los recortes sociales en un segundo plano; la corrupción ahora no se combate, sino que se reformula devaluando la moneda decencia, y ministros como Fernández Díaz o ex como José Manuel Soria aguantan sin problema en tierra firme mientras, agarrados a las tablas, se comentan las carencias democráticas de un país latinoamericano a 7.000 kilómetros. Si las primeras elecciones giraron en torno a la incertidumbre que traía el nuevo modelo a cuatro, en las segundas el altavoz venezolano retumbó como nunca ante la confluencia Podemos-IU.
En este tiempo de metadebate casi todo ha cambiado, excepto lo importante. Ha cambiado el Iglesias del arriba y abajo por el nuevo Iglesias de la izquierda y la derecha. Ha cambiado Pedro Sánchez, del que esperábamos tan poco que se ha engrandecido llevándonos --de momento-- la contraria. Ha cambiado Rivera y ha vuelto a cambiar mientras promete solemnemente que nunca cambiará, engullido ya por la órbita pepera. Ha cambiado todo menos el presidente en funciones, que, visto lo visto y con razón, asegura que no cambiará. Quizá la salida esté en, si hay terceras, innovar y probar a hablar de Rajoy y su partido.
La mítica serie Lost comienza con el accidente del vuelo 815 de Oceanic. A mitad de camino entre Sídney y Los Ángeles, el avión se parte en dos y acaba tirado en una isla desierta en algún punto desconocido del Pacífico. Cuando a uno le pasa eso, por muy paradisiaca que sea la isla, como se...
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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