Análisis
¿Qué se vota en las primarias de Podemos?
El documento político que se apruebe en Vistalegre II marcará la línea estratégica del partido hasta 2020
Nuria Alabao Madrid , 8/02/2017
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Acto de cierre de campaña electoral de Unidos Podemos en Madrid el pasado 24 de junio.
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El pasado sábado se abrieron las votaciones online de documentos y equipos de Podemos. Vistalegre II ha comenzado bajo la luz de potentes focos mediáticos. Ningún proceso de este tipo se dirime únicamente dentro del partido, pero en Podemos las relaciones personales del núcleo dirigente están tan deterioradas que los medios están sirviendo de arena para un enfrentamiento que personifica y oculta los debates de fondo. Unos debates en los que se juega el proyecto y el futuro del partido y que, por tanto, deberían darse orgánicamente en espacios de discusión de las bases.
Según las normas de Podemos, todos los inscritos, con independencia de cuál sea su compromiso con el partido, pueden votar. Por eso, y frente a una masa de posibles votantes de casi medio millón de personas, el proceso se está conduciendo como cualquier campaña electoral, a saber: lemas sencillos, argumentarios bien delineados para los medios, niveles de confrontación elevados. Elementos que también han contribuido a oscurecer los debates políticos de fondo. La extensión de las ponencias, algunas con más de cien páginas, tampoco lo pone fácil para quien quiera comprender el alcance de las propuestas. Hacemos aquí un resumen de lo que pueden ser sus diferencias más sustanciales.
En este congreso se presentan tres grandes propuestas políticas, la presentada por Pablo Iglesias, la de Íñigo Errejón y la del sector crítico, Podemos en Movimiento, encabezado por los Anticapitalistas de Miguel Urbán. Cada una de estas propuestas está organizada en varios documentos: político, ético, organizativo y otro de igualdad, además de un número variable de anexos sobre los temas más diversos: modelo productivo, regeneración democrática, juventud, etc… Pero dado que el documento político es el que marcará la línea estratégica del partido, analizamos aquí los principales puntos tratados en los tres mencionados.
Frente a una masa de posibles votantes de casi medio millón de personas, el proceso se está conduciendo como cualquier campaña electoral
1. Hacerse cargo de las elecciones del cambio
Los tres documentos coinciden en una parte del diagnóstico. Los tres señalan las consecuencias sociales de la crisis económica y política –la puesta en cuestión del Régimen del 78– como el factor que sirvió de caldo de cultivo de la aparición de Podemos. Pero las diferencias aparecen cuando se trata de interpretar la pérdida de votos entre el 20D y el 26J –casi un millón–. Como sucede tantas veces en los partidos, los éxitos reúnen; los fracasos, separan. Mientras que en Podemos en Movimiento, documento de Anticapitalistas, este asunto apenas merece unas líneas, en los otros dos se cita explícitamente como motivo de discrepancia. Para los firmantes del documento de Errejón, los resultados fueron provocados por la coalición con IU, “que no pareció funcionar”, seguida por unas negociaciones con el PSOE para formar un gobierno que tampoco llegó a cuajar. El doble fracaso, además de la “percepción de inmadurez y soberbia” por una parte del electorado, explican, para Errejón, esta pérdida.
En el documento de Iglesias, se da otra versión de los hechos: nunca existió realmente la posibilidad de conformar un 'gobierno del cambio'
En el documento de Iglesias, se da otra versión de los hechos: nunca existió realmente la posibilidad de conformar un “gobierno del cambio” ya que “ningún sector relevante del PSOE” apostó en serio por pactar con Podemos y asumir sus propuestas. “Todas las fórmulas y estrategias de las élites y sus partidos, aunque no siempre coincidentes, compartían un elemento: Podemos no debía estar, bajo ningún concepto, en el Gobierno de España”. El golpe de la gestora del PSOE contra Pedro Sánchez y las declaraciones de este al periodista Jordi Évole sirven de demostración de esta tesis. Desaparecido del documento de Errejón, pero insinuado por Iglesias, se deja entrever el debate interno que tuvo lugar aquellos días sobre si votar a favor o no del gobierno PSOE-Ciudadanos. Para Iglesias el debate se cerró afortunadamente gracias “a las inscritas y a los inscritos de Podemos”, previa consulta. La votación telemática dio la razón a Iglesias y por eso ahora el equipo de Errejón –también el de Anticapitalistas– pide limitar ese poder “extraordinario” del secretario general.
2. La relación con el PSOE
Otro de los motivos fuertes de discrepancia es la relación con el PSOE. Iglesias escribe: “Los sectores más conservadores de las élites del PSOE” forman parte del bloque del régimen, esto es, de “los defensores del statu quo del viejo sistema político”, que serían siempre partidarios de “mantener una política económica neoliberal” y “la Constitución como papel mojado en lo que se refiere a la soberanía y los derechos sociales”.
El documento de Podemos en Movimiento es aún más duro en sus apreciaciones sobre este partido. El PSOE es solo “la pata izquierda del régimen” y su crisis es la de la socialdemocracia. Además señalan que la pasokización del PSOE no se confirmará, y que las posibilidades de "atraerles hacia posiciones transformadoras" es una tarea “de largo recorrido”, no de un ciclo tan corto como el actual. Consideran importante convertir Podemos en una opción atractiva para su electorado, pero advierten: “No se trata de mimetizarnos con el PSOE”, sino de establecer un diálogo superando la socialdemocracia “en un horizonte de ruptura poscapitalista, ofreciendo un cierto sentido de reconocimiento a aquellos que se sienten socialistas de corazón”. Por ello, estarían radicalmente en contra de entrar en un gobierno liderado por el PSOE.
Solo si salimos de la lógica del ‘golpe de efecto’ y de ser los enfants terribles de la política española estaremos en condiciones de gobernar nuestro país, se lee en el documento de Errejón
En este punto, de nuevo, las diferencias de Errejón se vuelven explícitas. Si ya en el Congreso su rostro reflejó el disgusto que le produjo la referencia a González con la imagen de la “cal viva”, en su ponencia señala que “solo si salimos de la lógica del ‘golpe de efecto’ y de ser los enfants terribles de la política española, solo si construimos una alternativa para los que vibran con la épica y los que necesitan garantías, estaremos en condiciones de gobernar nuestro país”. Conclusión: sí al gobierno con el PSOE. Podemos debería confrontar menos con los socialistas que es algo más propio de las “deudas pendientes de una parte de la izquierda" –de la que se desmarcan implícitamente en el documento–.
IU y las confluencias
En su propuesta, Iglesias evalúa de forma positiva la confluencia con Izquierda Unida y otras alianzas electorales. Recordemos que el partido ha concurrido con otros en Cataluña y Galicia con fórmulas diversas. Sin embargo, la formulación no deja de ser una declaración de principios abstracta, con formulaciones del tipo: “Los partidos deben experimentar una mayor flexibilidad —como hizo el 15M— y empezar a entenderse como partes de algo más amplio”.
Errejón, sin embargo, defiende más claramente que Podemos se siga construyendo “política y orgánicamente como un proyecto autónomo”. Aunque valora positivamente el soporte a las candidaturas de confluencia como las de los territorios de carácter "plurinacional" y con dinámicas propias como en Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares y Galicia (esto es, donde Podemos es claramente minoritario, al menos en fuerza simbólica). Aunque no descarta acuerdos puntuales con IU no contempla la posibilidad de una integración más orgánica.
Sobre este punto, el documento de Podemos en Movimiento es quizás el único en situar Podemos en un papel más realista y modesto. Podemos aparecería únicamente como “el astro mayor” de una constelación mucho más amplia de actores del cambio. Se entiende que cualquier proyecto de cambio debe formar coaliciones y confluencia con municipalismos, otros partidos y actores de implantación a escala de todo el Estado o de un territorio.
En el documento de Anticapitalistas, Podemos aparecería únicamente como “el astro mayor” de una constelación mucho más amplia de actores del cambio
3. Movimientos sociales, sociedad civil, pueblo
Desde la fundación del partido, en el clima generado por el 15M, este ha sido otro de los motivos recurrentes de discusión. Al fin y al cabo, todo partido debe mantener vínculos y relaciones con la sociedad civil si quiere ser algo más que una “máquina electoral” y una burocracia dependiente de las subvenciones del Estado.
En este aspecto, el documento de Podemos en Movimiento es claro: “Partimos del reconocimiento de que el cambio social no es posible únicamente desde la acción institucional, sino que debe ser impulsado por una pluralidad de frentes de lucha y que la cultura producida en los espacios de resistencia es necesaria para que ese cambio sea duradero, para conseguir la hegemonía de la que tanto hablamos”. Una de las tareas de Podemos es, por tanto, fortalecer ese ecosistema plural, acompañarlo, estar a su servicio, tejiendo alianzas que constituyan la base del cambio social. “En el medio plazo, de lo que hablamos no es tanto de representar a las clases populares, sino de que estas se autoorganicen en base a sus demandas y aspiraciones”, apuntan.
También en el documento de Pablo Iglesias la amenaza de la institucionalización está muy presente. Podemos, en poco más de dos años, ha afrontado siete procesos electorales en los que se ha desenvuelto bien, pero ahora tiene por delante casi cuatro años de “vacío”. Con una fórmula algo ambigua señala: “Si nos subordinamos a la lógica institucional, nos disolveremos; y si, por el contrario, nos limitamos a lo conocido y ya transitado, nos autoexcluiremos”. El documento propone la construcción de un bloque social y político alternativo –en palabras gramscianas–, del diseño de un nuevo proyecto de país, etc. Sin embargo, aquí tampoco concreta cómo se puede llevar adelante esa propuesta. Para combatir la institucionalización, el documento recomienda: “Nuestros representantes en las instituciones no pueden convertirse en políticos”, sino en algo así como diputados activistas ya que deberían “seguir militando".
Al leer el documento de Errejón se desprende otra perspectiva. En esta ponencia no se confía en que vaya a haber una nueva oleada de movilizaciones. La movilización social está “bajo mínimos”. Podemos no debe encerrarse en una coraza “resistencialista” para pasar el “frío invierno” de la oposición. En un juego de reparto de roles, el partido debe pasar a la ofensiva frente al “resistencialismo” de la izquierda (y entiéndase de sus rivales en estas primarias). El énfasis en la construcción de un “bloque social” y sobre todo en la construcción de “pueblo” se observa como la vía imprescindible para conseguir la victoria en 2020. Aunque esta labor “cultural” y de activación de la sociedad civil no se considera como un fin en sí mismo, como un medio de producir nuevas instituciones o arrancar derechos y conquistas por medio de determinados conflictos, sino parece que únicamente como un apoyo más para alcanzar el gobierno del país.
4. Qué estrategia para qué país
En esta misma línea se sigue, en el documento de Errejón, que lo fundamental para Podemos es ganar en las elecciones de 2020. Lo importante es ganar, en este caso al PP, y para ello se tiene que contar con el PSOE –por eso la flexibilidad táctica con ese partido–. Según la consigna de “ser más nosotros mismos”, Errejón se propone abandonar las posiciones que propugnan la unión de la izquierda. Su caballo de batalla es lo que llama “resistencialismo” y que identifica con las liturgias de la izquierda pero también con las posiciones que ponen en el centro las movilizaciones (recuérdense las palabras de Bescansa referidas a Anticapitalistas del “Podemos para ganar” frente al ”Podemos para protestar”). “Las instituciones no son un botín, ni un joystick: son riqueza social sedimentada, el resultado de años de confianza y esfuerzo colectivo. Durante demasiado tiempo los privilegiados las han secuestrado, pero el problema son los privilegiados y su mal gobierno, no las instituciones”. Así, el nuevo proyecto de país se debe articular fundamentalmente a través del Estado y de las instituciones, previa victoria electoral. Lo demás es resistencialismo o no tomarse la “política” en serio. De acuerdo con este fin: “Hemos de afirmar nuestra clara e inequívoca vocación de gobierno”.
El documento de Iglesias apenas se diferencia del de Errejón en cuanto a la estrategia: se trata de ganar elecciones y llegar a las instituciones
El documento de Iglesias apenas se diferencia en este aspecto del de Errejón. De lo que se trata es de ganar elecciones y llegar a las instituciones. La propuesta consiste también aquí en promover un programa de regeneración democrática concebida como una especie de sortilegio. Mediante la victoria se abre un campo real de solución a los problemas de las clases populares, en el seno de una convivencia equilibrada dentro del marco (y aquí está la paradoja) de un capitalismo en crisis. Los problemas actuales se deben a una “casta” formada por políticos profesionales, banqueros y grandes empresarios. La solución, por tanto, consistiría en desplazar a los políticos profesionales –los del bipartidismo más Ciudadanos– por unos nuevos políticos no profesionales, en cuanto activistas, los de Podemos.
Por contra, en el documento de Anticapitalistas no se presenta la llegada al gobierno como la solución a los problemas del país. De hecho, este el único documento que presenta un análisis mínimamente consistente de la crisis, de las tendencias a futuro de la economía española y europea y de fenómenos tan elementales para la política actual como el progresivo –y puede que irreversible– desmoronamiento de las clases medias españolas. A partir de este análisis, el papel de Podemos se desempeñaría a medio y largo plazo, combinando la acción institucional con la creación de contrapoderes fuertes distribuidos por toda la sociedad –movimientos, sindicatos, etc–.
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Autor > Nuria AlabaoEs periodista y doctora en Antropología Social. Investigadora especializada en el tratamiento de las cuestiones de género en las nuevas extremas derechas. Suscríbete a CTXT
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