Baloncesto
Bartzokas contra todo
El entrenador del Barça se ha quedado solo en el club tras los malos resultados, la plaga de lesiones, la sublevación del vestuario y la multa por bajo rendimiento a jugadores y técnico
Kantinu Barcelona , 17/02/2017
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Georgios Bartzokas (Atenas, 1965) llegó al Barça con el encargo de cambiar el rumbo de una sección a la deriva y de encarar el futuro perdido. Hoy, diecinueve zozóbricas derrotas después, se encuentra viviendo al día, luchando contra todo y pendiente del móvil por si llama el doctor, no fuera el caso que a las doce lesiones del equipo se le hubiese sumado en las últimas horas algún embarazo no deseado.
La pañolada del Palau al palco, y los silbidos a pista y banco, en la derrota ante el Bilbao parecían indicar que se había tocado fondo, pero en esas llegó la multa (o automulta, según dónde localice cada cual la credibilidad) por bajo rendimiento a jugadores y técnico, que acabó de poner a Bartzokas en el objetivo. La previsible derrota en casa ante el defenestrado Galatasaray exponenció el cabreo de muchos y la debilidad de un técnico excesivamente vehemente para unos jugadores tan faltos de confianza como ávidos de coartadas.
Tampoco le defienden públicamente los dirigentes de la sección, desaparecidos del mapa tras colgarle en verano el mochuelo del cambio de modelo
Pero Bartzokas no es de los que se asusta fácil ni de los que se rinden a la primera. Lo aprendió de su padre, Andreas, líder de los míticos 27 comunistas griegos que en 1955 se fugaron de la prisión de Vourlas, y que inspiraron el célebre film La gran evasión. La cinta juntó a Steve McQueen, James Garner, Richard Attenborough, Charles Bronson y James Coburn, algo así como un All Stars Game en el Hollywood de los sesenta, pero ninguno de estos actorazos ilustraría mejor que Gary Cooper en Solo ante el peligro los primeros meses del hijo Georgios en el Barça.
Y es que Bartzokas no tiene hoy quien le defienda. No le defienden ni el juego ni los resultados, y mucho menos la opinión publicada, tan dócil y comprensiva con el inquilino del banquillo en los nefastos tres últimos años como alarmada y cicutera con las calamidades que, desde septiembre, azotan al equipo. Tampoco le defienden públicamente los dirigentes de la sección, desaparecidos del mapa tras colgarle en verano el mochuelo del cambio de modelo, y el de la renovada apuesta por la cantera, pese a dejarle en el vestuario algunas piezas con rendimiento wallapop a precio milla de oro.
El dardo del cambio de modelo, lanzado por el plenipotenciario director de las secciones del Club, Albert Soler, para justificar el cese de Xavi Pascual, lo va a llevar clavado el ateniense hasta el final de sus días en el Palau, pues no es su valentía con los jóvenes la mayor de sus virtudes. Su libreto conceptual no dista mucho del de Xavi Pascual, alérgico a subir valores de abajo y reacio a dar minutos a los jóvenes fichados. Sí ha tenido al menos la valentía que le faltó al técnico de Gavà para tunear el nocivo status quo en ese vestuario, aunque sea a costa de generarle enemigos dentro y dardos fuera.
Pese a no aliviarle ante la opinión pública, el club sí le garantiza a Bartzokas o asegura garantizarle, su continuidad hasta verano de 2018, cuando vence el contrato con el Barça del primer entrenador griego en conquistar la Euroliga. En verdad la primera –y también la más inconfesable–, de las peticiones del club a su nuevo entrenador fue (ojo, eufemismo) adecentar la transición post-Navarro, leyenda de la sección con contrato indefinido, alta remuneración, bajo rendimiento y con tanta ascendencia en los medios como tendencia a lesionarse en invierno y recuperarse en verano.
El club sí le garantiza a Bartzokas o asegura garantizarle, su continuidad hasta 2018, cuando vence el contrato del primer entrenador griego en conquistar la Euroliga
Y en esas –intentando hacer a la griega con Navarro la de Luis Enrique con Xavi en la temporada del último Triplete-- estaba Bartzokas cuando la crisis del equipo pasó de random a premium. Con la multa le crecieron nuevos enanos y, para sorpresa de propios y tuiteros, Tyrese Rice, Víctor Claver y Alex Renfroe, todos recién llegados al Palau, retuitearon el pasado jueves este tweet de Matt Janning, escolta del Lokomotiv Kuban: "Cuando estás constantemente buscando culpar a otros para cubrir tu propio culo, en serio que te falta carácter. Echa ya un vistazo al espejo!". Triple en propia.
No fue el único. David Pick, periodista israelí con estrechas y prolíficas conexiones con agentes de jugadores, informó en su Twitter de una reunión del equipo en la que los jugadores habrían pedido al club la fulminante destitución de Bartzokas. Acusan al técnico griego de la misma pérdida de confianza con la que, hace casi una década, la plantilla señaló a Dusko Ivanovic, fulminado tras caer en Copa a las primeras de cambio. El motivo oficial del despido, que se produjo con el equipo en cuarta posición en ACB (14-6) y clasificado para el Top 16 de la Euroliga, fueron las declaraciones del técnico: "Mejor no lo puedo hacer con el equipo que tengo", pero todo hace indicar que las reuniones de jugadores de esos días no fueron para decidir el disfraz de carnaval. Con lo pequeño que se acostumbra a ver el aro en este tipo de situaciones, los triples en propia lo ven como una piscina.
Habrá advertido el lector a estas alturas de la película que no estamos ante un thriller original sino ante una buena secuela adaptada a las nuevas tecnologías. En lo que quizá no habrá caído es en alguna curiosa coincidencia de reparto, más allá de que al retuiteador Claver se lo trajese el propio Bartzokas del Lokomotiv tras compartir con él un año de frío y Final Four en Krasnodar. Si bien en la plantilla que en 2008 malmetió contra Dusko no estaba Navarro, que había probado suerte en Memphis al amparo de los Gasol, el que sí se alistaba junto a Spanoulis en el marcial vestuario del Pireo que echó a Bartzokas de Olympiakos, apenas cinco meses después de que les llevase a reeditar la Euroliga, es Stratos Perperoglou. Sí, el mismo que se revolvió en Kaunas de mala manera contra su míster cuando éste le recriminó un par de desafortunadas acciones. Y el mismo, por cierto, que estaba predestinado a jugar en este Barça desde el mismo día que nació en Drama.
Así las cosas, esto ya es un Bartzokas contra todo. La plaga de lesiones y la sublevación del vestuario no le ayudan; quedarse fuera de la segunda fase de la Euroliga por vez primera en las dos últimas décadas, tampoco. Y espera en los cuartos de Copa el enchufado Unicaja del fabuloso Nedovic y los intensos Fogg, Smith y Brooks. Aunque uno imagina que ninguno de estos jugadores entraña tanto peligro para Bartzokas como los que están bajo sus órdenes. O cansados de ellas.
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