Demasiado preparados para el mercado laboral
En las últimas décadas se ha producido en España un aumento de titulados superiores mayor que la demanda de puestos altamente cualificados
CTXT / Observatorio Social “la Caixa” 6/06/2017
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En España a mediados de los noventa apenas había tres millones de personas con titulación superior (universitarios y personas con títulos de Formación Profesional superior) y una cifra muy parecida de puestos para trabajadores no manuales de cuello blanco en ocupaciones directivas, profesionales científicos e intelectuales y técnicos de apoyo. Según la Encuesta de la Población Activa (EPA), en septiembre de 2016 hay casi 11 millones de titulados superiores y apenas seis millones de puestos acordes con esta cualificación.
En comparación con otros países, el porcentaje de trabajadores sobrecualificados en España es bastante alto: se sitúa en torno al 20%, aunque la cifra varía según la edad o los años de experiencia laboral. Según la definición o la fuente de datos utilizadas, se ha comprobado que una de cada cinco personas tiene un nivel de cualificación superior al que sería necesario para realizar correctamente su trabajo.
una de cada cinco personas tiene un nivel de cualificación superior al que sería necesario para realizar correctamente su trabajo
Sobrecualificación en las primeras etapas de la vida laboral
En todos los países, los jóvenes son el grupo de trabajadores con mayor riesgo de estar sobrecualificados. Para una parte de la literatura especializada, esto se debe a que como al entrar en el mercado laboral se carece de experiencia laboral, se suelen aceptar trabajos para los que se está sobrecualificado, pero que poco a poco este fenómeno se va reduciendo. La evidencia para algunos países, incluido España, muestra, sin embargo, que muchos de los que acceden a puestos para los que están sobrecualificados permanecen bastante tiempo en esa situación, mientras que para otros la sobrecualificación no es un problema en prácticamente ningún momento de su vida laboral.
Según los datos de la Encuesta de Inserción Laboral de Titulados Universitarios, elaborada por el INE, que recopila información de más de 30.000 titulados que finalizaron sus estudios en el curso académico 2009-2010, el porcentaje de jóvenes universitarios que están sobrecualificados en su primer empleo es bastante alto: 38%. Es decir, más de uno de cada tres titulados acceden a un puesto que requiere un nivel educativo de formación profesional de grado superior o grado medio, bachillerato o ESO, EGB. Cuatro años después el porcentaje agregado se reduce al 25%.
Estas cifras son parecidas a las de Reino Unido hace una década, pero contrastan bastante con las de otros países como, Italia, donde según algunos estudios la sobrecualificación tras acabar la carrera es del 13,2% y se reduce al 8% a los cinco años.
Para comprender el valor de las titulaciones en el mercado de trabajo también es necesario identificar si existen dificultades para conseguir un empleo.
Menos de la mitad de los titulados universitarios (el 46%) consiguen trabajos adecuados a su cualificación tanto en su primer empleo como cuatro años después de terminar la carrera. De hecho, un 30% por ciento de los titulados universitarios no accede a empleos acordes con su formación en los cuatro primeros años tras terminar su carrera: 15,5% estaban sobrecualificados tanto en el primer empleo como en el empleo actual, y otro 15% no trabajaba, tenía un empleo en el que estaba sobrecualificado, o bien no había tenido nunca un trabajo remunerado a los cuatro años de haber acabado la carrera.
Estar fuera del empleo unos años después de finalizar la titulación puede deberse, a veces, a una extensión de los estudios o de la formación y, por tanto, no resulta particularmente problemático si se trata de inactividad (voluntaria) y no de desempleo (involuntario). Lo verdaderamente preocupante es, acumular durante años empleos para los que se está sobrecualificado. La razón es doble: por un lado, porque los conocimientos y habilidades que no se ponen en práctica se deterioran y deprecian; y por otro lado, porque acumular experiencias en trabajos menos cualificados da señales negativas a los potenciales empleadores futuros. Los trabajos menos cualificados no actúan como una plataforma para obtener más experiencia laboral y acceder a puestos mejores, sino que son, en buena medida, callejones sin salida.
Los trabajos menos cualificados no actúan como una plataforma para obtener más experiencia laboral y acceder a puestos mejores, sino que son, en buena medida, callejones sin salida
La importancia del tipo de carrera y el origen social
No todos los universitarios tienen el mismo riesgo de sobrecualificación. Así, la persistencia de este fenómeno cuatro años después de salir de la universidad es superior al 25%, para las carreras del área de Turismo, Artes y Humanidades o Trabajo social; mientras que en otras como Medicina o Enfermería y Ciencias de la salud es inferior al 5%.
Pueden identificarse dos explicaciones centrales para entender por qué algunas titulaciones dan acceso a unas trayectorias laborales mucho más exitosas que otras en términos de ajuste educativo. La primera tiene que ver con las habilidades y conocimientos que se adquieren en las diferentes carreras. Se ha argumentado que hay carreras más generalistas, como las Artes, Humanidades o Ciencias sociales en las que se desarrollan habilidades transversales y aplicables a un rango amplio de ocupaciones; mientras que otras como Arquitectura, Medicina, Enfermería o las ingenierías proporcionan habilidades específicas para desempeñar una única ocupación. La segunda, y complementaria, está vinculada a las características de los estudiantes y de sus familias (capacidad intelectual, resultados académicos previos o posición social de origen) que influyen en la decisión de qué carrera estudiar.
En un estudio realizado en 2011 en varios países europeos (España, Italia, Austria, Alemania, República Checa, Países Bajos, Noruega y Finlandia) se señalaba que España era el único en el que se observan marcados efectos del origen familiar en el riesgo de sobrecualificación.
Los individuos cuyos padres tienen un nivel educativo más alto tienen menos riesgo de sobrecualificación, incluso con la misma experiencia laboral, carrera universitaria y nota media.
Estos resultados tienen implicaciones en relación con la política social y educativa. Si se quiere reducir el efecto del origen social sobre los resultados laborales de titulados, una de las soluciones posibles consiste en propiciar, mediante becas o ayudas al estudio, que el origen social no sea tan determinante en las trayectorias educativas y los resultados laborales.
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Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el texto Sobrecualificación y desempleo juvenil. Dinámicas de inserción laboral de los titulados universitarios, de María Ramos, investigadora postdoctoral en la Universidad Carlos III de Madrid, publicado en el Observatorio Social de “la Caixa”.