Periodismo Blow Job
La invasión de los calentólogos
En 2009, los medios conservadores creían que eso del calentamiento global eran bulos propios de jipis sacacuartos. Luego descubrieron que conspiraban mundialmente para llevarnos a todos al desastre, a la ruina y a la pobreza
Pilar Ruiz 1/07/2017
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No es culpa de la ola de calor: vivimos tiempos tórridos en los que es fácil acalorarse. Para ello no hay más que darse un garbeo por las redes, siempre ardientes, y descubrir en sus entrañas sofocantes activistas de todo pelaje, blogueros lenguaraces, feministas, animalistas… hasta preferentistas (término usado por algunos columnistas como sinónimo de “bobo que se deja engañar”). Identificados en una amalgama viscosa, muestran su condición extraña, alienígena, hasta cuando se comunican entre ellos, pues si uno solo hace una declaración estúpida o cruel, contagia a todos los demás a velocidad sideral. ¿Un animalista escribe un tuit descerebrado? Pues en cuestión de segundos, su descerebramiento contagia a todos los animalistas que existen sobre la faz de la tierra, volviéndolos tan estúpidos y crueles como el que lanzó el mensaje. Y lo peor del caso es que cada vez son más numerosos; esta vertiginosa reproducción quizá sea fruto de esporas contaminantes y vainas gigantes como en La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956).
De entre todas estas peligrosas razas no-humanas sobresale la de los calentólogos. Obsesionados por vender como película blockbuster el calentamiento global y sus consecuencias, resultan una especie particularmente molesta: de todas las plagas invasoras es, sin duda, la más apocalíptica. Lo que son las cosas; hace menos de 10 años producían risas incrédulas y hoy en día se revelan como una amenaza real que planea sobre la prosperidad ciudadana.
“Paremos el TTIP y el CETA”
“En medio del secretismo en el que se han manejado las negociaciones, Greenpeace Holanda ha logrado hacer públicos estos documentos para mostrar cómo la Unión Europea está dispuesta a abandonar muchos de los avances logrados en materia de protección de los consumidores y del medio ambiente.” (Petición de Greenpeace, 2107).
Como en toda película de invasión alienígena, siempre surgen héroes dispuestos a enfrentarse a estos peligrosos humanoides que quieren acabar con la paz y la prosperidad de nuestro planeta.
“Calentólogos”
“El cambio climático es un asunto noticioso, pero sometido, como la chirimoya, las coquinas y los torneos de verano, a temporada. Hay muy poco género de cambio climático proveniente de piscifactorías. Los calentólogos ofrecen sus novísimas investigaciones desde que marzo mayea hasta el veranillo de San Miguel, que es como posponer el soplido de la tarta de cumpleaños en espera de que llegue el siguiente huracán a Nueva Orleáns. (..) Ellos, mutis por el foro, y el único dato que ha sorprendido recientemente es el de un asesor climático polaco, quien ya ha advertido de que “la glaciación puede acabar con la civilización occidental”. (La Razón, 15-1-2009).
En 2009, los medios conservadores creían que eso del calentamiento global eran bulos propios de jipis sacacuartos
En 2009, los medios conservadores creían que eso del calentamiento global eran bulos propios de jipis sacacuartos de los que asaltan en las esquinas de las calles peatonales para dar la brasa con sus ballenas, sus polos derretidos y demás zarandajas. Luego descubrieron que bajo las rastas, estos homúnculos seguían a unos poderosos líderes: los calentólogos conspiran mundialmente para llevarnos a todos al desastre, a la ruina y a la pobreza. Porque el cambio climático, si lo hay, es un invento de los calentólogos: muchos de ellos medran de forma seguramente ilícita gracias al miedo de los incautos. Pero desde los medios conservadores e incluso ultracentristas, aguerridas huestes de anticalentólogos se aprestan a plantarles cara. Aunque, la verdad sea dicha, cada vez con menos ardor guerrero: en menos de una década han pasado de blandir la bandera de la incredulidad desde las páginas de celulosa --salida de eucaliptos incendiarios-- a cierta rendición digital.
“El cambio climático podría aumentar un 25% el deshielo en la Antártida en 2100” (ABC, 29-6-2017)
“Florida se rebela contra Trump y exige “actuar ante el cambio climático”
“Un legislador republicano registra un proyecto de ley que pide 3.000 millones de dólares al año para hacer frente a la “grave amenaza” de la subida del nivel del mar” (ABC, 2-6-2017).
“España vivió en 2017 la primavera más cálida de la que se tiene constancia”
“Se espera un verano muy caluroso con temperaturas de entre medio y un grado superiores a la media. En marzo, abril y mayo llovió un 23% menos de lo normal” (El País, 22-6-2017).
“España, un punto crítico del cambio climático”
“En España se estima que las pérdidas económicas relacionadas con el clima en las últimas tres décadas ascienden a casi 1.000 millones al año” (El Mundo, 25-1-2017).
“Twitter recuerda cómo Rajoy menospreció el cambio climático al igual que Trump: ‘Si nadie puede garantizar ni qué tiempo hará mañana en Sevilla..."
“España no aparece en el comunicado conjunto que suscribieron Francia, Alemania e Italia en defensa del Acuerdo de París sobre el cambio climático, tras la decisión de Donald Trump de retirar a Estados Unidos del pacto. Según ha justificado el Gobierno, Mariano Rajoy se quedó fuera “por razones de horario”. El presidente ha optado por escribir, posteriormente, en su cuenta de Twitter, un breve mensaje en el que asegura que mantiene su “compromiso” con el acuerdo. Un comentario que no ha evitado críticas y burlas en la red social, donde algunos han recordado que en 2007 Rajoy le restó importancia al tema, como ahora hace Trump.” (El Plural, 9-6-2017)
“Tampoco lo podemos convertir en el gran problema mundial” decía entonces el templado Rajoy, impoluto gestor de hilillos de plastilina. Puede que el señor presidente haya variado su postura al respecto, aunque ese google del sobresalto que es el BOE nos cuenta que sus políticas medioambientales y energéticas tienen la mancha negra del Prestige como seña de identidad.
“La nueva Ley de Montes permite recalificar áreas quemadas”
“Ecologistas y oposición creen que puede provocar más incendios intencionados” (El País, 9-1-2017).
“Garoña tras el aval del CSN: repuestos caducados, bidones radiactivos corroídos y una denuncia anónima”
“Tras quejas del personal por la exposición a la radiación al sacar esos contenedores, uno de ellos se rompió y desparramó parte de su contenido por el suelo de la central” (el diario.es, 28-5-2017)
“El PP blinda la ley para que los terratenientes puedan cazar en parques nacionales”
“El Senado aprueba la norma que permite la caza en los Parques Nacionales hasta 2020 a pesar de los votos en contra de la oposición y las críticas de las organizaciones ecologistas” (El País, 12-11-2014).
No hay que menospreciar la capacidad de percibir el peligro de nuestros políticos y de los ajenos: si, como Trump, toman partido contra esta epidemia empeñada en alarmar inútilmente a la población, por algo será. No es lo mismo señalar al asesino yihadista, terror cercano, presente, que esa fractura de hielo en la Antártida, lejana, ausente. La ciudadanía no entiende de sutilezas futuribles y la política es la gestión de lo inmediato: sus verbos jamás se conjugan en futuro.
“Impresionantes imágenes aéreas de la brecha gigante que se abre en la Antártida”
“El resquebrajamiento en el hielo alcanza casi 400 metros de anchura y amenaza hacer nacer un iceberg de más de 5.000 km/2” (Cadena SER, 24-2-2017).
“¿Se avecina una pugna internacional por la Antártida?”
“La Antártida es foco de atención de expertos en geopolítica. Varios países aumentan su influencia para adelantarse a la posible revisión de los tratados de protección. Rusia y China toman la delantera” (El Confidencial, 31-5-2017).
Recordemos de nuevo lo que se decía en 2009:
“El calentamiento global no existe; es una gran mentira”
“Nigel Lawson, ministro de Economía y Energía con Margaret Thatcher que pertenece a la Cámara de los Lores desde 1992, autor del libro Una mirada fría al calentamiento global. “El calentamiento global es la nueva religión fanática e inquisitorial que señala con el dedo a quien no comulga con sus ideas. El clima siempre ha cambiado caprichosamente y siempre lo hará, y lo único que cabe hacer es adaptarse a la nueva situación, porque está fuera de nuestro control”. (La Razón, 12 de julio, 2009).
Nada como un lord británico para poner los tópicos sobre las íes, con su Times, su seguridad victoriana como salida de Las cuatro plumas… ¿Y su Brexit? No adelantemos acontecimientos, entonces nadie podía sospechar la deriva ultranacionalista y antieuropea de los tories que pondría en un brete a sus aliados de la derecha europea. Una fractura de tamaño antártico.
El planeta “está al servicio del ser humano porque el ser humano es el centro”. Ana Botella en una entrevista en la revista Cámara Madrid, acerca del cambio climático. (09-1-2009).
La exalcaldesa de Madrid, con su particular retórica, supo, sin embargo, resumir a la perfección el credo del derechismo más sincero, esa idea de la prosperidad decimonónica heredera del smog londinense y el capitalismo manchesteriano más feroz. La Naturaleza no sería una aliada a la que hay que respetar sino un enemigo al cual someter, un objeto de explotación, incluyendo todos sus recursos, también los humanos. Por eso algunos comentaristas del ala más centrista continúan, casi 10 años después, desplegando lo que dan en llamar escepticismo, aunque con la novedad de culpar –cómo no-- de los desmanes calentológicos a las ardorosas redes sociales e incluso a las “cruzadas anti-coches” de los ayuntamientos “del cambio”, cosa imposible en 2009. A pesar del rigor científico de las tertulias calenturientas, hoy asistimos a algo parecido a un clamor imparable. Y mundial.
“Nueva York y California desafían a Trump al anunciar que continuarán sus planes contra el cambio climático”
“Los gobernadores Jerry Brown, de California, y Andrew Cuomo, de Nueva York, indicaron que el decreto firmado este martes por el presidente que desmantela muchas regulaciones ambientales "es profundamente erróneo y hace caso omiso de la ciencia básica" (Univision, 29-3-2017).
“París, Roma y otras ciudades que también limitan el tráfico” (El Mundo 28-12-2016).
“La subida del mar puede causar 2.000 millones de refugiados climáticos” (Europa Press, 26-6-2017)
“No niego la importancia de luchar contra el cambio climático y el calentamiento global, como Donald Trump, quien es posible que haya tomado la decisión más seria, y equivocada, sobre cambio climático que haya visto este mundo. Estamos quedándonos sin espacio y los únicos espacios a los que podemos ir son otros mundos. Es el momento de explorar otros sistemas solares. Expandirnos puede ser lo único que nos salve de nosotros mismos. Estoy convencido de que los humanos necesitan irse de la Tierra". Stephen Hawking. (BBC, 21-6-2017).
No sería de extrañar que ese clamor y sus esporas informativas fueran la causa última de que las vainas de activistas medioambientales se hayan reproducido sin control, así que hay quien se considera con la obligación de extirparlas de raíz.
“El asesinato de ecologistas bate récords”
“Al menos 185 activistas murieron en 2015, el 66% de las víctimas son latinoamericanas” (El País, 20-6-2017)
“Morir en defensa de la tierra”
“El asesinato de ecologistas crece en los conflictos por la sobreexplotación”
“Los líderes ecologistas Isidro Baldenegro (México), Laura Vásquez(Guatemala) y Emilsen Manyoma (Colombia) fueron asesinados los días 15, 16 y 17 de enero. Son algunas de las últimas víctimas de los conflictos que causa la defensa del medio ambiente en muchos países. Un total de 185 personas pertenecientes a 16 países fueron asesinadas en el año 2015 por esta causa, según Global Witness . Son 69 más que el año anterior. Brasil (50 asesinatos), Filipinas (33), Colombia (26), Perú y Nicaragua (12) son los países más afectados. El trabajo denuncia que muchos pequeños agricultores, indígenas y activistas ambientales son perseguidos debido a la presión y los intereses de las empresas madereras, mineras, energéticas y agroindustriales sobre sus tierras”. (La Vanguardia, 30-1-2017)
Noticias que pasan desapercibidas entre actualidades más urgentes, a veces tras un interesado manto de silencio anticalentólogo. Quizá dentro de 20, 50 o 100 años, los ecologistas asesinados sean tenidos por figuras a reivindicar, pioneros de una causa elemental, global, puede que la primera de todas. ¿Dentro de 100 años?
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Autor >
Pilar Ruiz
Periodista a veces y guionista el resto del tiempo. En una ocasión dirigió una película (Los nombres de Alicia, 2005) y cada tanto publica novelas. Su último libro es "La Virgen sin Cabeza" (Roca, 2003).
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