1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

CONTROVERSIAS / NUEVAS IDENTIDADES POLÍTICAS EN EUROPA

La fórmula populista (y xenófoba) noruega para llegar al poder

Desde 2013 el Partido del Progreso forma parte del gobierno, en coalición con los conservadores. Sus restrictivas propuestas sobre inmigración han logrado ocupar el centro del tablero político desde los noventa

Sindre Bangstad Oslo , 28/06/2017

<p>La presidenta del Partido del Progreso y ministra de Economía, Siv Jensen, y la líder y primera ministra conservadora, Erna Solberg, en un festival en el Parlamento de Oslo en 2014.</p>

La presidenta del Partido del Progreso y ministra de Economía, Siv Jensen, y la líder y primera ministra conservadora, Erna Solberg, en un festival en el Parlamento de Oslo en 2014.

Statsministerens kontor

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí

----------------------------------------------------------------------------------------------------- 

El 11 de septiembre de 2017, los ciudadanos noruegos acudirán de nuevo a las urnas para decidir si la actual coalición de gobierno entre el Partido Conservador y el Partido del Progreso, en el poder desde octubre de 2013, continuará o será sustituida por una coalición en la que el socialdemócrata Partido Laborista desempeñará de nuevo un papel protagonista. El caso noruego ofrece algunos elementos que permiten comprender mejor cómo pensar y cómo no pensar acerca del reto que representa el populismo de derechas para las democracias liberales y seculares de Occidente.

Como consecuencia del resurgir de la extrema derecha (que incluye a la derecha populista) en gran parte del continente europeo y de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre de 2016, que otorgaron el poder a Donald Trump, el populismo se ha establecido como una microempresa editorial menor que convoca a un gran número de académicos de diferentes disciplinas para que ofrezcan su opinión sobre el fenómeno, según el punto de vista de su disciplina. En la mayoría de los casos, lo que está ausente del relato de muchos de estos científicos políticos que abarrotan actualmente este campo académico es la explicación de las “políticas de afecto” que se encuentran en el origen del ascenso de estas formaciones. Los fluctuantes patrones de voto y sondeos de opinión tienen límites en cuanto a la información que pueden ofrecer sobre las emociones políticas que están detrás de este fenómeno. Pero antes, desviémonos un instante para buscar los antecedentes y el origen de la formación populista de derechas más importante de Noruega: el Partido del Progreso.

Del libertarismo al populismo de derechas

El Partido del Progreso noruego se creó en 1973 como un invento del famoso libertario de derechas y político heterodoxo noruego Anders Lange. Como muchos otros noruegos de derechas, Lange flirteó brevemente con el naciente fascismo noruego durante la década de 1930 mediante su participación en la Fedrelandslaget --una asociación en la cual el otrora legendario héroe polar y Premio Nobel de la Paz, Fridtjof Nansen, representaba una figura central-- pero optó por oponerse a la ocupación nazi de Noruega (1940-1945) durante la II Guerra Mundial. Lange editó un periódico libertario titulado El noticiero del perro, que, a pesar de su carácter bastante idiosincrático, albergaba claras ideas de derechas y racistas (era un ferviente defensor del apartheid en Sudáfrica. Su legado sobrevivió en la defensa de este régimen racista que sus sucesores en el Partido del Progreso realizaban habitualmente en los debates parlamentarios hasta su abolición definitiva en 1990). No obstante, sería razonable suponer que Lange, conocido por su característica pipa de fumar y su licor de huevo, difícilmente reconocería a la actual cosecha de políticos del Partido del Progreso en el poder como los herederos de la formación fundada por él en 1973 en el céntrico cine Eldorado de Oslo. Porque ese partido, conocido entre 1973 y 1977 como el partido de Anders Lange, se fundó en una época, que el fallecido historiador noruego Francis Sejersted diagnosticó acertadamente como la “época socialdemócrata” noruega, y en unos principios libertarios de oposición enfervorizada a los impuestos y a la burocracia estatal. Fue el legendario sucesor de Lange --fallecido en 1974--, Carl Ivar Hagen, quien convirtió realmente al partido en la máquina política bien engrasada y eficaz que conocemos hoy en día.

Y Hagen lo consiguió superando tácticamente a muchos de los políticos aficionados y chiflados de los que Lange se había rodeado, renombrando la formación como Partido del Progreso en 1977, en referencia a la organización populista de derechas danesa que fundó Mogens Glistrup, y adoptando la  oposición a la inmigración, en particular a la musulmana, como pilar central de su política a mediados de la década de los ochenta. Esto último coincidió con un aumento en el número de solicitantes de asilo en Noruega, y resultó ser muy eficaz para que el Partido del Progreso calara entre los votantes noruegos.

Hagen, que no abandonó la presidencia del partido hasta 2006, tras haber ocupado el puesto casi sin oposición desde 1977, actúa hoy en día como el más ferviente seguidor de un tal Donald Trump.

Con respecto a sus políticas económicas, el Partido del Progreso pasó, a mediados de los ochenta, de ser una formación antiimpuestos y libertaria a   defensora del Estado del bienestar: ningún otro partido político ofrecía una promesa de mayor gasto social si resultaba elegido. Sin embargo, había trampa: solo lo haría con la condición de que el gasto social del Estado se limitara a aquellos que considerasen “merecedores”, e inevitablemente estos eran definidos en términos etnonacionalistas. De ahí el término académico “bienestar nacionalista” que desde hace tiempo representa al partido.

El Partido del Progreso en el poder

A lo largo de los ochenta, los principales partidos políticos noruegos, fueran de derecha, centro o izquierda, mantuvieron una política de cordón sanitario que evitaba cualquier cooperación con el Partido del Progreso.

Esta formación tampoco se preocupaba mucho por enmendarse: todavía en 1995, por ejemplo, algunas figuras centrales de la organización se asociaron con activistas neonazis noruegos durante una campaña electoral parlamentaria. Una exposición mediática que no hizo mella en su popularidad.

El partido además se oponía abiertamente a los medios de comunicación dominantes. En un ensayo de lo que en la época de Trump se ha convertido en una invocación constante de la derecha populista que califica como “noticias falsas” las “noticias que les disgustan”, el Partido del Progreso atribuyó a la emisora estatal noruega NKR el nombre de ARK, un acrónimo que juega con las supuestas simpatías de la emisora hacia el socialdemócrata Partido Laborista. Obviamente, esto no era más que parte de la parcela de “antielitismo” y  “antiintelectualismo” característica de todos los partidos populistas de derechas del mundo.

Lo que hizo que el cordón sanitario fuese cayendo de forma paulatina fue la constatación generalizada por parte de las principales formaciones de que el Partido del Progreso había conseguido imponer de forma hegemónica su posición con respecto a la inmigración y a las políticas de integración, y que además esta había atraído a un gran número de sus antiguos votantes. Los politólogos noruegos han demostrado la forma tan drástica en que cambió no solo el tono y el sentido de los debates sobre inmigración e integración en los noventa, sino también cómo los principales partidos políticos de izquierda y derecha modificaron cada vez más sus opiniones sobre estos asuntos en sus programas. En este sentido, sería difícil no ver una reacción a la defensiva de los demás partidos frente a la intimidación del Partido del Progreso por su supuesta “debilidad” con respecto a estos asuntos. En las elecciones parlamentarias de septiembre de 2009, durante las que la estrategia del Partido del Progreso fue atacar incesantemente a los inmigrantes y a los musulmanes mediante la amenaza de una inminente “islamización encubierta” de Noruega, esta formación superó al Partido Conservador como el segundo  más importante en el Parlamento. Fue entonces cuando los estrategas conservadores, que hasta entonces habían sido fieles en sus acuerdos con los centristas democráta-cristianos, comenzaron a realizar acercamientos hacia los populistas al darse cuenta de que la única forma de conseguir volver a gobernar sería confiando su futuro electoral a una alianza con el Partido del Progreso.

Si se observa en profundidad, esto dio lugar a un matrimonio político de conveniencia entre dos socios extremadamente desiguales, ya que el Partido Conservador cuenta con los votantes con mayor nivel educativo y mayores ingresos del país, mientras que los que eligen al Partido del Progreso son aquellos con menor nivel educativo, que ocupan puestos precarios en el sector servicios y que más dependen de las asistencias sociales. No obstante, el trato que alcanzaron funcionó bastante bien para ambas partes: el Partido Conservador ha sido el que ha marcado la pauta del gobierno en cuanto a política económica, fundamentalmente en relación con la privatización y los impuestos, mientras que el Partido del Progreso ha concentrado sus esfuerzos en controlar con mano férrea la inmigración y las políticas de integración.

Desde que alcanzara el poder en octubre de 2013, el partido ha cumplido su promesa de favores políticos: la presidenta del Partido del Progreso y ministra de Economía, Siv Jensen, sin ninguna formación económica y que admite de buen grado no leer libros de ningún tipo, ha recurrido más que ninguno de sus predecesores al Fondo Petrolero de Noruega, el instrumento establecido por el gobierno socialdemócrata del ex primer ministro Jens Stoltenberg para asegurar la viabilidad económica futura de las próximas generaciones. La burocracia del Estado y los empleos del sector público se han multiplicado como resultado,  sobre todo, de los faraónicos proyectos en infraestructuras viarias y ferroviarias. Y, además, el gobierno ha concedido rebajas y recortes de impuestos sin precedentes al 1% más rico de Noruega. Por supuesto, no es ninguna coincidencia que algunos de los empresarios noruegos más ricos estuvieran entre los principales artífices de la coalición gubernamental entre el Partido Conservador y el Partido del Progreso: el gobierno no ha hecho sino devolver el favor en metálico. Mientras tanto, el desempleo, aunque es relativamente bajo en términos comparativos, ha crecido hasta alcanzar niveles no vistos desde los noventa, como consecuencia de los bajos precios internacionales del petróleo y de la reducción del sector petrolero, que supone aproximadamente un 40% de la recaudación pública. Las desigualdades socioeconómicas han aumentado y son además cada vez más raciales, puesto que los hijos de los noruegos de origen inmigrante representan un número desproporcionadamente mayor entre los niños que viven en la pobreza, rodeados por la abundancia de Noruega. Los programas de asistencia social para los pobres, los parados, los enfermos o los discapacitados también han sufrido recortes.

¿Qué conclusiones se pueden sacar sobre la naturaleza del populismo de derechas a partir del caso noruego?

Resulta de alguna manera paradójico que algunos de los partidos populistas más poderosos actualmente en las democracias liberales de occidente --ya sean los Verdaderos Finlandeses, de Finlandia, el Partido Popular Danés, de Dinamarca, los Demócratas de Suecia o el Partido del Progreso de Noruega-- se hallen en los países nórdicos, puesto que al fin y al cabo estos se caracterizan por unas desigualdades socioeconómicas comparativamente bajas (aunque cada vez mayores), unos altos niveles de educación entre la población y por haber sido capaces de capear razonablemente bien las todavía presentes y recurrentes crisis financieras y económicas mundiales.

Si el resentimiento de la clase trabajadora masculina blanca, como consecuencia de la desigualdad socioeconómica, de la falta de representación política y social, de la precariedad y de la globalización, fuese todo lo que había en el auge del populismo de derechas, el actual escenario nórdico no tendría mucho sentido. Esto no quiere decir que los condicionantes socioeconómicos no sean importantes: es un hecho demostrable que los votantes del Partido del Progreso suelen tener niveles bajos de educación y cualificación y que son blancos en su mayoría. Pero el caso noruego nos habla de la profunda atracción que provocan las narrativas culturales centradas en la marginación sentida (no necesariamente real) por una cierta concepción de la blanquitud masculina en condiciones de neoliberalismo y globalización. Resulta característico de una gran parte de la teoría politológica actual que la política identitaria que, por lo general, nadie nombra en estos contextos sea la política identitaria blanca; una política que los populistas de derechas han sabido alimentar en una época de terror y crisis continuada de la legitimidad política. El populismo de derechas (al contrario de lo que quieren que pensemos algunos sectores de la extrema izquierda) no es fascismo, aunque la obra cumbre de Robert O. Paxton sobre la historia del fascismo moderno nos recuerde que este llegó al poder gracias a las alianzas políticas estratégicas que estableció con los conservadores durante el período de entreguerras en Europa. De casi igual manera, el caso nórdico y noruego nos demuestra que hasta ahora los populistas de derechas no han llegado solos al poder, sino que son los conservadores quienes les han recibido con los brazos abiertos. Por mucho que les moleste a los conservadores noruegos, la realidad política muestra, por regla general, un tipo de pacto faustiano, según el que los populistas de derechas en el poder ignoran los principios conservadores relacionados con los derechos humanos, la ley internacional y los compromisos humanitarios, que en realidad nunca les importaron un comino. De forma sorprendente y en contra de la lógica más básica, los políticos del Partido Conservador de Noruega han comenzado, a imitación de Trump, a hablar del populismo como una amenaza existencial, mientras fingen no darse cuenta del hecho de que gobiernan junto a un partido populista de derechas, y han llegado hasta el extremo de calificar tanto a los centristas como a los socialdemócratas noruegos como populistas. Queda por ver si el electorado noruego seguirá los pasos de los votantes holandeses, franceses y británicos y rechazará este pacto faustiano en las elecciones de septiembre.

--------------------

Sindre Bangstad es investigador asociado del KIFO (Instituto de Investigación sobre Iglesia, Religión y Cosmovisión), Oslo, Noruega. sindre.bangstad@kifo.no

Traducción de Álvaro San José.

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Sindre Bangstad

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Rodrigo Diaz de Vivar

    Europa esta en vias de extincion ante el avance del ISLAMOFASCISMO auspiciado por Bruselas y el dinero de Arabia Saudi. Al menos Polonia Hungria y otros paises han reaccionado ante esta invasion que nos conduce al ercer mundo a la edad media y con una ideologia como la musulmana, fascista homofoba misojina racista y medieval. Mientras los saudies no aceptan la invasion de sus hermanos de ideologia fascista musulmana SAVE EUROPA

    Hace 6 años 6 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí