PROCESANDO EL PROCÈS (XXIV)
Crónicas de un pueblo
Diga lo que diga el Govern, no hay referéndum. Habrá simulacros, protestas. Y una violencia estatal inusitada. Es posible que haya llegado el momento de la resistencia pasiva ante los abusos del Estado y la propaganda del Govern
Guillem Martínez Barcelona , 23/09/2017
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1.- Hoy en Barcelona hace tanto calor que podías freírte un huevo en la frente. Hemos aprovechado y, en casa, hemos comido ous ferrats. Muy buenos. Y, ahora, al tajo.
2.- El Gobierno ha asumido el mando de los mossos. Un Gobierno es, básicamente, la cosa Interior y la cosa Economía. Dos cosas de las que carece, zas, la Gene. La Gene, vamos, ha sido intervenida. O, lo que es lo mismo, no existe. La autoridad cat, en ese momento, se llama señor Millo, y ocupa un despacho en la Delegación del Gobierno. Que está rodeada de barreras y poli. No es una buena foto para potenciar la Marca España esa de las narices.
3.- Es importante saber que este cambio profundo en el mapa territorial se ha realizado vía Ejecutivo. Vamos, que en el ‘sistema más federalizante de Europa’ se puede suprimir una autonomía de forma rapidita y sin control parlamentario alguno. Judicial y de prensa, ni te digo. El federalismo es, snif, básicamente sistemas de contrapoder --que por aquí abajo jamás han existido--. Son sistemas de mal rollo, encaminados a evitar lo contrario de lo que tenemos: un Gobierno Central con una capacidad de autoridad asombrosamente desmesurada Y, por lo tanto, proclive a la arbitrariedad. La crisis Cat ha servido --quizás esta ha sido su única utilidad hasta ahora-- para ver que esto es un Estado unitario y centralizado. Con todas las letras. Resulta, además --y esto es dramático-- imposible modificarlo. Resulta imposible cualquier cambio. Ganar unas elecciones en un territorio no significa nada al respecto. Un 48% de población indepe no significa nada. Un 80% de población que quiere un referéndum --es decir, cuestionar dónde reside la soberanía, cuál es su símbolo, acabar con el R'78-- no significa nada. No es sostenible, no obstante, un Estado con problemas con el 80% de la sociedad en un territorio. No sin violencia. Y, glups, BCN tiene atracados varios barcos repletos de ella. No es sostenible la violencia cotidiana en un Estado de la UE. O, al menos, no por ahora.
4.- La Gene no reconoce la autoridad del Gobierno sobre los mossos. Lo que queda muy mono. Pero es difícil que haga algo al respecto. Hacer algo, en este contexto, significaría un conflicto armado entre cuerpos policiales. Además --y esto es importantísimo--, la Gene ha reculado ante cualquier ofensiva del Gobierno Central desde que empezó la crisis. Emitiendo, eso sí, discursos épicos en la dirección contraria. Cuelan, porque el Procés sigue siendo --al menos esta mañana a primera hora-- un sistema de propaganda en torno a un Gobierno. Los dos movimientos hacia atrás de la Gene más importantes y, me temo, determinantes, han sido los siguientes: el miércoles por la noche, los Presis de Òmnium y ANC pidieron a los manifestantes que dominaban la calle que se retiraran. Es decir, desactivaron las movilizaciones. Con un par. Lenin hubiera sido processista y ahora Assange trabajaría para los Romanov. Convocaron, sí, otras al día siguiente, en otro punto menos molesto y poniéndoles fecha de caducidad --la libertad de los detenidos, cuya detención no podría prolongarse más de 72 horas--. El siguiente momento raje fue la disolución de la Sindicatura. Algo importantísimo y trascendente. Sin ella no hay referéndum, tal y como señala la propia Llei del Referèndum, elaborada por ellos. Estos dos movimientos explican dos cosas: tras cinco años de pormenorizados trabajos secretos y bla-bla-bla, el Govern se tiró a una piscina sin ningún trabajo consistente previo. Y sin haber calculado ni la temperatura del agua --hierve--, ni si sabía nadar. No evaluó, al parecer, la capacidad del Estado, ni su propia capacidad de resistencia, que ha sido poca o nula. No ha mantenido desobediencias tácticamente efectivas, no ha mantenido posturas de insumisión. Se ha limitado a explicar cosas que no estaban pasando y que no estaba haciendo. No ha explicado que, tácitamente, ha tirado la toalla esta semana. Es posible que todo lo que ha hecho lo haya hecho embebido de su propia propaganda.
5.- El Govern, que ha dado un paso atrás con cada paso adelante del Gobierno, podría, por tanto, dar el paso atrás definitivo --desconvocar-- antes del 1O. Pero en este momento parece que no lo va a hacer. El Govern mantiene la convocatoria del referéndum, sumamente improbable, porque, en este preciso momento, es la única autoridad que tiene y que le diferencia de una ONG. Lo hará porque en cinco años es lo único que ha hecho al respecto. Lo hará confiando en que la represión suponga un cambio de perspectiva en la UE y un posible desbordamiento en Cat. Lo hará confiando, vamos, en que la sociedad haga algo que ellos no han hecho por falta de, por ejemplo, palabra dada, responsabilidad o valentía: resistir. Espero que, en sus cálculos, no necesite un fiambre. Como espero que en los cálculos del Gobierno haya la posibilidad de evitarlo. Lo espero. No saben cómo lo espero.
6.- Un Govern rebelde, intervenido por el Estado, hubiera creado un contrapoder, una autoridad nueva. No sé, una República. Es importante que no lo haya hecho.
7.- La gran herramienta de que dispone el Govern es la disciplina social. Sus simpatizantes se congregan donde se les señala y piden lo que se les señala. Se señala que pidan votar en el referéndum al que el Govern ha renunciado. Es decir, se canaliza la protesta hacia un solo punto. El Govern no aprovecha la crisis de Régimen. Tiene miedo a que esto se desborde en más direcciones que la deseada. En otros puntos del Estado hay simpatizantes en este conflicto, que no han sido cultivados por el Govern, sino todo lo contrario. Su surgimiento es un indicio de que la crisis de Régimen es mayor de la visualizada. Es un indicio también de que la violencia del Gobierno puede desbordar más cosas de las deseadas por el Gobierno.
8 .- Ayer hubo la primera mani ultranacionalista española. Cuatro gatos. Y un indicio de futuro. Dos comunidades esencialistas, orientadas y representadas por dos gobiernos, enfrentadas y haciendo ese ruido que hace el esencialismo nacional.
9.- En los discursos improvisados suena mucha la palabra poble. Pueblo. Lo que es inquietante. Estamos en este pollo por la palabra pueblo, el portador de la Soberanía Nacional según esa Consti innegociable. Se coló ese fragmento, junto con la cosa Monarquía, a través de la Ley de Reforma Política. Es decir, por la puerta de atrás de la puerta de atrás, de la puerta de atrás. No existe el pueblo español. No existe el pueblo catalán. En Europa ya no existen pueblos. Ni los lapones. Es necesario empezar a dejar de hablar de pueblos y empezar a hablar de sociedades. Son como pueblo, pero por lo civil. Pero eso no pasa. Socorro. Sáquenme de aquí.
10. - Els Comuns han empezado a utilizar el palabro pueblo, esa palabra tan extraña que exige crítica y público en todos los espectáculos peninsulares.
11.- Mañana hay un acto convocado en todas las plazas de --otra vez-- pueblo Cat. La Marató Democràtica, nombre artístico. Una concentración por el último chiste de la Audiencia. Se trata de una movilización / desmovilizacion en la dirección correcta, les informo.
12.- Hoy hay un acto auspiciado por el Ajuntament, organizado por Juristes per la Democràcia i els Drets i Llibertats. Intervienen el tinent d'alcalde, Jaume Asens, los abogados Agusti Gil Matamala y Gemma Calvet, el magistrado de Primera Instancia Guillem Soler, el constitucionalista Javier Pérez Royo, el fiscal y magistrado del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín, y la catedrática de Derecho Constitucional Marcé Barceló. Ya les explicaré mañana, pero parece un acto pertinente e importante, en el que se hablará del tránsito, aparentemente legal, de un Estado de Derecho a uno excepcional.
13.- El rey sigue sin decir ni mu. Es decir, asume lo dicho y hecho. El rey, que periódicamente se presenta como contrapoder, es una región del poder que está siendo erosionada por sus abusos de fuerza.
14.- En la UE pasan cosas. El Alto Mando sigue con las frases de siempre. Oficialía empieza a matizar. En el Parlamento Europeo, un grupo de 50 diputados ha emitido una protesta por el caso del dialogante Rajoy. Rajoy ganará la guerra. Pero se está quedando sin cartuchos para la paz. O no. Ya veremos.
15. Diga lo que diga el Govern, no hay referéndum. Habrá simulacros, protestas. Y una violencia estatal inusitada. Es posible que haya llegado el momento de la resistencia pasiva ante los abusos del Estado y de la propaganda local de un Govern que habla mucho y recula más.
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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