Apenas el 40% de los ríos de Europa tiene unas buenas condiciones medioambientales
Solo en Francia, Polonia, Reino Unido y España hay más de 30.000 presas y obstáculos similares obsoletos. El continente cuenta con al menos una barrera artificial por cada kilómetro de río
ctxt 31/07/2018
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El abuso de diques, presas, exclusas y otra serie de obstáculos en los caudales de los ríos tienen un impacto negativo en la ecología y los niveles medioambientales del agua. Especialmente si estas barreras no naturales están obsoletas. En Europa, la concentración de estas estructuras supone que por cada kilómetro de río en el continente existe un obstáculo artificial, según advierte el informe A viable solution for the future of our European Rivers, recientemente publicado por Dam Removal Europe, una coalición de organizaciones ecologistas y de investigación como WWF, la World Fish Migration Foundation o la European Rivers Network.
El estudio asegura que solo en los ríos de España, Francia, Polonia y Reino Unido existen cerca de 30.000 estructuras obsoletas de este tipo. Si bien no existe una estimación concreta para el total del continente, los investigadores asegurar que podría ser varias veces mayor: entre 600.000 y 1,8 millones, según distintos cálculos. Concebidas en un principio para funciones como abastecer de agua a determinadas zonas, generar electricidad, evitar inundaciones o mejorar la navegación, las barreras que se han quedado viejas suponen ahora un problema para el medioambiente acuático sin aportar ningún tipo de funcionalidad social. Retirarlas es, en muchas ocasiones, más barato y beneficioso que recuperarlas.
En el año 2000, la Unión Europea puso en marcha la Directiva marco del agua, una serie de normas para proteger y promocionar el uso sostenible del agua. Según los datos de Dam Removal Europe, en la actualidad apenas el 40% de los ríos del continente tiene unas buenas condiciones medioambientales. Entre los principales motivos para este bajo porcentaje están la contaminación y los cambios hidromórficos agresivos.
Una de las novedades de la investigación, asegura el informe, es la metodología con la que se ha hecho la estimación de barreras por kilometro de río Europa. Hasta el momento, para evaluar la fragmentación de los caudales de los ríos se tenían en cuenta presas y otros obstáculos superiores a los diez metros. Es decir, aproximadamente solo un 3% de las barreras existentes. Las más pequeñas, aseguran los investigadores de Dam Removal Europe, tienen un impacto muy negativo en la calidad ambiental de los ríos. De hecho, las plantas hidroeléctricas de menor tamaño, que representan el 90% del total de estas estructuras, apenas producen el 13% del total de la energía que se consigue con los caudales de los ríos.
Los datos son alarmantes: entre 1970 y 2012, la población de especies acuáticas en los ríos, deltas y tierras húmedas del mundo ha disminuido un 80%. Solo en el caso de los peces migratorios, el descenso en Europa ha sido cercano al 55%.
Las estructuras de confinamiento de caudales impactan en este tipo de hábitats alterando las dinámicas naturales del agua, lo que provoca que se vean afectadas la flora y la fauna de estos entornos: frenan las rutas migratorias de los peces y provocan cambios en la sedimentación de los ríos, modificando la calidad, la temperatura y la química del agua.
En Madrid, el Ayuntamiento de la ciudad decidió abrir las distintas exclusas que retenían las aguas de río Manzanares desde 1955, en un proyecto para recuperar la biodiversidad del entorno. En estos dos años se ha observado una recuperación importante de la flora y se han avistado cerca de 50 aves nuevas en la inmediaciones del río.