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El viernes 15 de febrero, las banderas de España regresaron al paseo de Recoletos, esta vez, eso sí, junto a las de la República Popular de China. Un grupo de ciudadanos chinos y de origen chino las enarboló en su protesta frente a la sede de la Fundación BBVA. ¿El motivo? “Nos han bloqueado la cuenta por ser chinos”, me dice un joven indignado. “Así, ¿tal cual?”. “Sí, sí, en el banco nos han dicho que es por ser chinos”.

Además de las banderas, los manifestantes llevan varias pancartas con mensajes más o menos dramáticos: “Pasando hambre en año nuevo chino”, “Estudiantes sin dinero”, “Madres no ha podido alimentar a hijos”, “Inversores que paralizan la inversión”. Las colocan en la verja del edificio junto a las pegatinas donde denunciaban “racismo bancario”.

Los concentrados aseguran que llevan meses sufriendo bloqueos continuos de sus cuentas en el BBVA. Aunque afirman que los clientes chinos de Bankia y La Caixa también han tenido ese problema, dicen que esos bancos los han resuelto con más facilidad. Una joven asegura que sufrió el primer bloqueo en agosto, se le desbloqueó la cuenta en octubre y en diciembre se le volvió a bloquear.

También se quejan de que el bloqueo no se les notificó, aunque el banco afirma que lo hizo a través de la aplicación. “¿Y si no tenemos la aplicación?”, dice una señora indignada. “Tendrían que haber llamado o haber enviado un correo electrónico”. Además, afirman que los trámites para el desbloqueo de la cuenta son demasiado lentos, debido a la cantidad de documentación requerida y a la mala atención por parte del banco.

Aseguran que es un problema común y que no sólo les ha sucedido a los ciudadanos chinos, si no a cualquiera que tenga un nombre chino, aunque su nacionalidad sea la española. “Mi vecina lleva 40 años siendo cliente y a ella también la han bloqueado”. Desde el banco aseguran que el motivo de los bloqueos es el cumplimiento de la ley de prevención del blanqueo de capitales. “Pero no somos los cuatro o cinco chinos que blanquean dinero, somos cientos que hemos venido a trabajar”, se queja una manifestante.

¿Y qué se hace ante esta situación? ¿Abrir una cuenta en otro banco? “¡Tampoco se puede!”, exclama la joven. “Antes sólo te pedían tres meses de nómina o el registro de autónomo. Ahora hay que entregar muchos papeles y puedes tardar meses”. “Son ellos los que, si nos bloquean las cuentas, nos están empujando a la economía sumergida”.

“No me parece bien que bloqueen a los estudiantes porque entonces no tenemos manera de conseguir dinero”. Una joven que se está doctorando en Psicolingüística se queja de que el bloqueo de la cuenta le impide recibir el dinero que sus padres le envían desde China. “Además se me ha terminado el permiso de residencia y hasta que no me lo renueven no puedo hacer nada”.

Celia lleva diez años en España, habla un perfecto castellano y trabaja en el sector de la asesoría jurídica. Apunta a un trato discriminatorio por parte de los empleados de banca: “No es solo una cosa de arriba”. Asegura que ella siempre ha entregado al BBVA los documentos que le pedían pero que luego en el banco negaban que los hubieran recibido. “Hasta que fui con la policía, entonces sí”. “Faltan profesionales de lo jurídico en la comunidad, es importante que nos formemos”, argumenta. Menciona también la barrera del idioma en la relación con el banco. Explica que ella va a empezar a estudiar Derecho, una carrera que ya ha iniciado su hermano. Junto a ellos está Fernando, un joven estudiante de chino que lleva una sudadera roja con la bandera china serigrafiada en el pecho: “Me la hice yo”, comenta orgulloso.

Una parte de los concentrados no habla castellano, incluso aquellos que reparten las pegatinas con la consigna: “BBVA: ‘No queremos a chinos’. ¡Stop racismo bancario! ¡Derecho a una cuenta básica! ¡Queremos una igualdad en el trato!”

Sobre la 1 del mediodía, la concentración se divide en dos grupos, cada uno frente a una de las puertas del edificio de la Fundación BBVA en Recoletos.

Alrededor de la 1 y media, cuando la protesta está tocando a su fin, dos jóvenes le preguntan a los policías nacionales que vigilan al grupo por el contenedor de cartones más cercano. Estos se lo indican. A unos pocos metros de ahí, un cámara de televisión les pide a los manifestantes una toma en la que se les vea tirando la basura a la papelera. “Es que es curioso, jaja”, se justifica el joven con acento de Madrid norte.

En el grupo de la esquina, un hombre con un megáfono da un discurso en chino. Los concentrados lo escuchan con atención. Como colofón, levanta el puño y se pone a cantar. Los demás le siguen. Unos minutos después la canción se repite. ¿Qué habéis cantado? “El himno nacional”.

El joven hermano de Celia, estudiante de Derecho, decide quejarse del trato que se da a China en la prensa española: “Siempre dicen que es una dictadura, incluso si no están hablando de política, en una noticia sobre deportes tienen que decir ‘la dictadura china’”.

La policía cifraría la asistencia en unas mil personas. Varios manifestantes aseguran que es la primera gran protesta de la comunidad china, si bien en 2017 se convocó una concentración en Plaza España que tuvo como detonante el atropello mortal de un niño de tres años al alunizar un coche en un comercio de Usera.

La protesta, me dicen varios manifestantes, ha sido organizada por asociaciones chinas, entre ellas la Asociación de Chinos en España, con el apoyo de la embajada. Fueron los organizadores quienes repartieron las banderas de España y China, aunque hay quien ha llevado las suyas propias. “La embajada se reunirá con el banco a las 5” comenta una señora. Así fue.

El mismo viernes, Álvaro Calleja, director de Comunicación del BBVA, negaba en un comunicado “cualquier forma de discriminación injustificada” en el acceso de los clientes a los productos y servicios del banco, sin mencionar a la comunidad china, y aseguraba estar agilizando la devolución de cuentas. 

Otras fuentes nos indican que no solo la comunidad china ha sufrido la política de bloqueos masivos del BBVA. Por ejemplo, pensionistas con cuentas a nombre de sus hijos que residen en el extranjero también han visto sus cuentas bloqueadas.