PROCESANDO EL PROCESO AL PROCÉS (VI)
Martí y los cuarteles
Este juicio nunca hubiera existido si los medios hubieran descrito el Procés, no como un golpe de Estado, o como un proceso hacia la indepe, sino como lo que aproximadamente fue. Es decir, un decir y un no hacer
Guillem Martínez Madrid , 21/02/2019
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OLOR A VICTORIA. Hotel Victoria, bañera, etc. Me despierto por el ruido de Màrius Cabré haciendo gárgaras. Durante dos horas. Para ser un espectro, cuida su higiene bucal como un poseso. Cuando cae en mí, me explica que anoche vino Josep Pla y se nos pimpló las dos botellas de whisky que teníamos escondidas en la cisterna. ¿Pla?, le digo. “Josep Pla”, me dice. Y agrega: “Fue huésped del hotel Victoria en 1931. Como, en otros tiempos, Hemingway. Y sí, Pla trabaja de fantasma aquí. No le corresponde pero, ya lo conoces, cobra la mitad, y la dirección no pudo rechazar esa oferta”. Ya pero, ¿Pla bebe whisky aún? Como respuesta, Cabré pone los ojos de chino de Pla e imita a Pla: "Insesantemente". Màrius prosigue: “Otro huésped de este hotel fue, por cierto, José Martí, con anterioridad, creo, a pillar el piso madrileño en cuyo balcón, por primera vez, expuso la bandera cubana, inspiración de la posterior estelada catalana”. ¿Dónde quieres ir a parar, Màrius? “Nada, ayer, mientras Pla le daba al bibe, estuve hablando con Martí. Es sorprendente cómo en España se ignora a uno de sus mejores poetas y, sin duda, el mejor prosista del XIX, que murió, técnicamente, siendo español. Esa exclusión debería hacer meditar sobre la inclusión a este país, o países de XXXXXX, donde para existir debes adherirte de manera tácita, pero inquebrantable".
"En Cuba, otro país hispano, como Cat, o lo que sea que sea Esp, Martí está adherido, pero a costa de depurarlo. Es un santo, un puritano, y no un hombre sensual, carnal, antiautoritario –“no se gobierna un país, General, como se gobierna un cuartel”, le dijo a uno de esos héroes que pueblan estos países. Y otra: “Del tirano di todo, di más”, esta para tatuársela en la frente–. Martí amaba la vida y a las señoras –aunque nunca se tiró a Ava Gardner, como el menda–, y le daba al Mariani, aquel vino italiano con base de coca. Tuvo hijos ilegítimos, y un nieto, el actor de Hollywood César Romero, muy parecido en casi todos los sentidos a su abuelo, si bien homosexual por un tubo, lo que parece no molar a los patriotas. Ser o dejar de ser de un país es algo raro. En el Sur, ser de un país, ser reconocido como tal, es algo gregario, diría. Es decir, sensible a la propaganda, esa ciencia que sabe que somos gregarios. Martí, en fin, no encajaba. Tiene miles de textos en los que el lector aprehende que Martí no cabía en Esp, ni en la Cuba real, la que no soñó. A mí me gusta este: “La mejor forma de decir es hacer”. Un antihispanismo, un antipropagandismo. Por lo mismo, un antiespañolismo y un antiprocesismo”. ¿Y? “Vale, estoy muerto, pero no entiendo un juicio por decir y no hacer, algo tan común en la política hispánica. Decir y no hacer es una milonga, y las milongas, las sevillanas o, incluso, las sardanas, no son una rebelión, sino su negación".
DRAMATIS PERSONAE. Este juicio nunca hubiera existido si los medios hubieran descrito el Procés, no como un golpe de Estado, o como un proceso hacia la indepe, sino como lo que aproximadamente fue. Es decir, un decir y un no hacer. Discernir lo dicho y lo hecho, en un proceso penal, es sumamente más complicado, peligroso y aburrido que hacerlo en tiempo real, como Martí describía las cosas. Ayer, verbigracia, acabamos a las tantas. Tras Bassa, se interrogó –con pack fiscalía y abogacía included– a Borràs y Mundó. Si hubieran aceptado las preguntas de Vox, Vox las hubiera declinado y se hubiera ido pitando a la piltra. Borràs y Mundó optaron por el realismo y el antimartinismo 'dijimos, no hicimos'. A tutiplén y por todo lo alto. De seguir así, y para mantener la épica democrática, TV3 tendrá que prescindir de los tertulianos y pasar, directamente, a la trepanación craneal. Les presento, no obstante, a los acusados, que creo que es importante saber qué personas modularon el Procés/el decir. Meritxell Borràs, exConsellera de Governació, Administracions Públiques y Habitatge –sí, la Gene tiene una Consejería de Vivienda; me acabo de enterar yo también–. Es hija de Jacint Borràs, fundador de CDC y su último presi mientras la cosa derivaba a PDeCAT. Empresario generalista –vamos, próximo a la Generalitat–, también estuvo en la Junta del Barça, esa cosa que no es soviet. Meritxell Borràs empezó de pequeña. En vez de recibir un poni para su cumple, fue Secretaria General de las JNC/juventudes de CDC. Con el tiempo, fue afianzando sus puestos en la pirámide, trófica, del partido. En la última etapa del procés fue la cap del Àrea de Processos Electorals, en la que, en tiempo real, como Martí, hizo lo contrario que Martí: se escaqueó. La prensa procesista del momento consideró que aquello fue una jugada genial, estrategia, etc. Perla: “Firmé (el decreto del referéndum), pero las firmas necesarias eran sólo las del President y la del Conseller”. “Olé”, dice Màrius. Calla, Màrius. Carles Mundó, exConseller de Justicia tuvo responsabilidades en Gurp por ERC. Es cuadro medio pelo, que ha ido teniendo carguitos no muy allá desde la cosa Tripartit. Ha abandonado la política. Si se deseaba hacer un pulso legal con el Estado, no parece ser una gran apuesta. Lo que indica la magnitud del decir, y la nimiedad del hacer. Incluso en el escenario.
EN EL DÍA DE HOY. Hoy, como su nombre indica, es otro día. El día, por cierto, ha amanecido con la convocatoria de una Huelga General, por parte de Intersindical, pequeño sindicato vinculado al procesismo. La huelga, me dicen, ha afectado a transportes –los servicios mínimos, fijados por la Gene, han sido de cuando la CNT y la Canadiense–, Sanitat y Educació. Se trata de una huelga gubernamental. Y procesista/decir, no hacer. Exemplum: el mismo Govern que animaba la huelga luego ha enviado a la poli a cascar a los huelguistas. “Es más estable un Miura, que tampoco es delito”. Calla Màrius. El día ha empezado con el interrogatorio a Santi Vila, exConseller d'Indústria. Es un tipo con la sensibilidad solucionada, esa cosa tan poco frecuente en Cat. “Eso es de Pla, nene”. Mutis, Màrius. Por lo demás, es un flotador. Su carrera política parece estar engarzada por la voluntad de saltar de los barcos a tiempo. Siempre lo ha intentado, pero nunca lo ha conseguido. No saltó a tiempo de la Conselleria de Cultura, por lo que tiene otro juicio penal por la cosa Sijena –tráiler: Aragón demandaba un fondo románico de su propiedad, custodiado en el MNAC, y la Conselleria se negó; en aquellos tiempos/2017, eso hubiera sido considerado traición, tal vez, incluso, aragonesismo; de alguna forma, estábamos majaras–. Su carrerón, no obstante, empieza en ERC, salta a CiU, es alcalde de Figueres, salta de ahí al Parlament y al Govern. Tras cuatro años de Conseller, abre la boca de la cara y dice que “el Procés ha servido para cohesionar durante la crisis económica”. Es, vamos una ilusión. Propaganda. No obstante, en la legislatura 2015-17, salta al procesismo full-time. Los medios valoran esa conversión como que la cosa va en serio ahora. Los lectores de Martí y de trayectorias, como que esto es más decir y aún menos hacer. Cuando se vio que ya tal, se encargó –tiene una agenda llamativa– de los contactos con Iglesia, empresarios y PNV para que la sangre no llegara al río, pactar cualquier cosa con Rajoy y convocar elecciones. El 25-O lo consiguieron. El Govern, a altas horas de la noche, decidió ir a elecciones. No habría DUI fake. De la otra, ni estaba ni se la esperaba.
Cuando Puigde dijo que iba a enviar a Moncloa esa decisión, Vila la metió hasta el cuello. Dijo algo así como que “el Gobierno de un país normal no comunica que va a elecciones de madrugada”. Decidieron dejarlo para el día siguiente. Al día siguiente, a Puigde le dio el siroco y el clímax chicken game que le da al procesismo cuando está a punto de pactar algo –la glicerina mezclada con nitrógeno es más estable que el procesismo; volvió a pesar hace una semana, con lo de los PGE; volverá a pasar– y, pim-pam, usted se encuentra aquí. Vila, considerado como un traidor por el procesismo Minion –el consumidor de procesismo base, siempre vestido de amarillo y muy sensible a las declaraciones gubernamentales–, por haber dimitido el día anterior al 27-O, y por haber explicado, sucintamente, que no había nada, que esto era una partida de póquer, la construcción de un objeto –con muchos figurantes– con el que pactar con el Estado, hoy ha dicho lo mismo que ha dicho siempre desde el 26O. Y, lo mismo, por cierto, que con mayor o menor épica han dicho todos –todos– los acusados. Mientras lo hacía, en la Red proliferaban los insultos –traïdor, buftifler, etc– a su persona. Perlas: “Ni yo ni mis compañeros de Gobierno tomamos ninguna decisión vinculada a la ley del 6S (el referéndum)”. “Actué en consecuencia con las leyes del TC”. “Intentábamos tensar la cuerda, sin llegar a romperla”. "El 1-O para mí fue una gran manifestación, no un referéndum”. “Busqué mediación por orden del President”. “Había muchos más moderados y centrados en el Gobierno catalán y en el Gobierno español de lo que a veces se relata”. Vamos, que no había unión al respecto de La Cosa en ninguno de los dos Gobiernos. La última –no aporta nada a la causa o a la defensa, pero explica lo que es un parlamento para una cultura hispánica y, en general, para las Constis post45–: “Lo único que a un Gobierno le preocupa de un parlamento es que haga una moción de censura”.
SÁNCHEZ. Luego, interrogatorio a Jordi Sánchez, que acepta preguntas de fiscalía y abogacía. Se especulaba con que ni él ni otros acusados optarían por esto. Se deduce que esa decisión viene motivada por el éxito de la decisión de Forn al hacerlo. Sánchez (ANC) y Cuixart (Òmnium) son lo más raro de esta rareza de juicio. No pertenecen a ningún partido. Presiden sendas asociaciones vinculadas al procesismo. Es decir, gubernamentales, pero asociaciones. Mañana les explico este lío. Son los presos que llevan más tiempo detenidos, y los que por ello, y por el hecho de no ser cargos políticos, más interés han despertado en Europa. Sobre ellos planea el delito de rebelión para todos los implicados, por lo acaecido el 20-S. En una manifestación. Procesista, es decir, no de chalecos amarillos. Vamos, que lo que aquí se decida al respecto, de una manera u otra, puede afectar al derecho de manifestación. Por otra parte, la actuación de los dos líderes ese día, más que el delito de rebelión, se merece la Encomienda de Isabel la Católica. A saber: en un día tenso, en el que, por primera vez, planeaba la posibilidad de que el procés saliera de su sólido cauce gubernamental, los dos líderes, megáfono en mano, sacaron a la gente de la calle, las devolvieron a sus casas, y encauzaron el procés a su cauce habitual, el que describió Vila el 26-O. El de decir, no el de hacer. Tiene narices que dos Gobiernos tan parecidos no se hayan entendido. La defensa de Sánchez parece ser, no obstante, menos incómoda que la del pack políticos. Se centra en su participación en una manifestación, no en documentos firmados que decían y no hacían. Fiscalía parece centrarse en los sucesos del 20-S para hallar una epifanía de la violencia, que a su vez conduzca, alehop, a una epifanía de la rebelión. Sánchez se defiende con eficacia, diría yo. A la que agrega su colaboración, en todo momento, con la Guardia Civil, un decir y no un hacer que recogieron varias cámaras y micrófonos.
ZZZZZZZZ. El martes llega Cuixart, de quien se dice que traerá la defensa más agresiva. Y Forcadell, si cabe. Luego, cascada de colores de políticos y demás testimonios. El sabadete, un Recapitulando, con los momentos estructurales y no sospechados de la primera semana del juicio. Vámonos, Màrius. “Tenemos que comprar whisky, nen”. Compraremos whisky. “Recuerda que la cisterna ya no es un refugio seguro”.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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