PROCESANDO EL PROCESO AL PROCÉS (XIX)
Lo fake y tú
Se suceden los GC. Practicaron registros, o escuchas, seguimientos de mails y detenciones. Es decir, investigaron una fake desde otra fake que defendía que la fake anterior estaba sucediendo
Guillem Martínez Madrid , 20/03/2019
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EL SUFRIMIENTO FAKE. Hoy hemos desayunado donetes, muy buenos, sentados en el suelo sobre el visón de Amaya. Después de darme una soberbia colleja, que me dejó temblando las orejas –“el Somorrostro no estaba en Montjüic, mamón”–, hablamos de la vida. “Una fake news no es una mentira. Es más, contiene toda la verdad, incluso la mentira. Básicamente, una fake news es una verdad sentimentalizada. Y, en el pack sentimentalismo es donde se endiña la cosa fake”. Me pierdo, Amaya. “Brrrrrr. Una fake news no quiere informar tanto de una falsedad, como crear la sensación de sufrimiento en su lector. Esa es la falsedad. Crear la idea de minoría perseguida y sometida a odio e injusticia. Puede ser verdad. Puede ser que el odio y la persecución existan. Pero a la fake news eso le importa un pito. Lo que quiere es crear una mayoría copada por el dolor, y unos líderes que comprenden ese dolor, y que guían a esa masa sufriente a través de un vínculo indestructible. Los vínculos sentimentales, no sé, Bambi, son indestructibles”. Amaya, usted es más lista que el hambre. Como respuesta, Amaya me da otra colleja. “Deje donetes para Madame Zozó”.
EL TSZZZZZZZ. Los burros alimentados con azúcar son ya comparables al coche híbrido. O, al menos, llegamos al TS en un periquete. Prosigue un juicio del siglo XIX a un fenómeno político del XXI. Lo fake. Lo fake lo define Bannon, en un arranque de genialidad, con esta frase: “Hay que freírles a noticias”. El procés nos frió a noticias. No eran, como se vio el 27-O, ciertas. Se hubiera visto antes si hubiera habido periodismo cachas en Cat y en Esp. No lo hubo. Lo que habla de la facilidad de lo fake por aquí abajo. Las fake news procesistas creaban sufrimiento y ordenaban el sufrimiento hacia la derecha. De hecho, estamos aquí por una instrucción del Juzgado 13 de BCN, al que le dió por investigar una fake. Con ello, otorgó un estatus de realidad a una fake, como hacía el 50% de la prensa. Posiblemente, porque la fake provocó sufrimiento en el juez, usuario de otro acceso a lo fake. La fake genérica tenía guasa. Fue en un acto de la ANC, en la que el juez Santi Vidal afirmó que todo estaba preparado para la indepe, y que incluso la Gene había hecho un registro ilegal para una Hacienda Cat, otro con los jueces chachis y los que expulsaría. Hubo muchas más falsedades en esos actos. En alguno se explicaba un Estado que funcionaría sin IRPF, sólo con IVA. En otros, que la bandera de los USA estaba inspirada en la cat, pues Cat era el único precedente, en el siglo XVIII, tal vez, incluso, en el siglo I, de una democracia que tiraba de espaldas. Los políticos y las asociaciones procesistas frieron la sociedad a noticias. Las más dilatadas y contundentes eran que existían estructuras de Estado –no sólo no existían, sino que no son necesarias para crear un Estado; todos los territorios que han accedido a Estado lo han hecho sin ese cacharro–. En el momento en el que escribo esto, hay una manifestación en la Plaça Sant Jaume por la libertad de expresión. Defiende que lo que dice la Junta Electoral crea sufrimiento. Es decir, defienden que dar los espacios electorales a un solo grupo de partidos puede ser, por tanto, democrático. Esta mañana Vox ha presentado como candidato a un negacionista del Holocausto. Ayer, a dos militares vinculados con el franquismo. Se les presenta como minorías incomprendidas, perseguidas. Como sufrimiento. Trump no para de hablar del hombre blanco heterosexual con licencia de armas como alguien no reconocido, que sufre. ¿Cómo se enjuicia todo ello? Difícilmente.
EN EL DÍA DE HOY. Hoy, por ejemplo, se suceden los GC. Practicaron registros, a la luz de las instrucciones de la Fiscalía para el 1-O, o practicaron escuchas, seguimientos de mails y detenciones a la luz del juzgado 13. Es decir, investigaron una fake desde otra fake, que defendía que la fake anterior estaba sucediendo. Y el resultado es confuso. Se describen situaciones de violencia por parte de manifestantes, que con las mismas palabras también pueden ser interpretadas como manifestaciones usuales. Se exponen declaraciones periodísticas de políticos –fakes absolutas– como itinerarios políticos. Se investigan miles de mails, para explicar que en ninguno hay llamadas al delito, si bien conforman una suerte de delito. Al parecer, los políticos, por lo que se escucha en la sala, tenían como objetivo celebrar el 1-O, no tanto como un proceso de indepe, que se vuelve pálido según se describe. Sí, alguno habla de indepe. Pero todos hablaban de indepe en las horas de oficina. Siguen haciéndolo. De hecho, el 48% de la sociedad y sus políticos defiende que el nuevo Estado/la indepe se ha producido. Se habla de serios intentos de hacer un censo para residentes en el extranjero. Pero en el interrogatorio de las defensas se entiende que la Junta Electoral estaba informada de ello. Se presentan mails radicalmente violentos, con un plan. Para luego reconocer, en interrogatorio con las defensas, que no hay plan violento –ni plan a secas–. En ocasiones se describe a los Mossos como cuerpo tibio, y en otras como alineado con la GC. Unas veces espía a la GC, otras colabora. Se habla de mails de Cuixart enviados a la ONU o a la OSCE, como si ello fuera un plan –el procesismo envió cartas, vertebrando sufrimiento, que no política, a todo quisque; verbigracia: a todos los jefes de Estado europeos; no hubo acuse de recibo–. Se habla de un plan para internacionalizar el conflicto, que no es otra cosa que un mail de Cuixart a Guardiola. De casi 4.000 mails de Sánchez, se aportan 22 para la causa. Y, de esos 22, ninguno está remitido por Sánchez. Se habla de que Torra estaba en una nave, durante un registro. Lo que importa un pepino. Además, por otra parte, Torra está en una nave, rumbo a Plutón, desde hace años. En el momento en el que escribo esto –está hablando el último testigo del día– no ha aparecido el mail o la conversación que lo cambie todo. Todo, en fin, es tan confuso como lo fue. Fue sufrimiento, consignas, electricidad y, detrás de todo ello, nada. ¿Cómo se juzga esto? “¿Donetes?” Donetes.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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