¡Hola! El proceso al procés arranca en el Supremo y CTXT tira la casa through the window. El relator Guillem Martínez se desplaza tres meses a vivir a Madrid. ¿Nos ayudas a sufragar sus largas y merecidas noches de fiesta? Pincha ahí: agora.ctxt.es/donaciones

D'ORS Y TÚ. “¿Sabe que en una fiesta de disfraces de Burgos, cuando Burgos era capital, no le digo más, me disfracé de Goethe?”. No, y vístase, que llegamos tarde al TS. “¿Y sabe que una vez me vino un subsecretario a pedirme que fuera a ver a Franco?”. Que se vista. “Yo le dije que nones, que viniera él. Como Napoleón, que fue a ver a Goethe. El subsecretario me dijo que yo no era Goethe. Y yo le dije que Franco tampoco era Napoleón”. Vamos, que fue. “Echando leches. Los accesos de desobediencia cat, como sabrá, siempre son más retóricos que factuales”. ¿Está ya? “Un momento, que empolvo la peluca, que hoy también iré de Goethe. ¿Voy mono?”. Le miro. Como cita de Goethe, se parece, más que al Joven Werther, a un viejo verde. “Vous ne comprenez pas la grandeur. Et maintenant, oui, allons au Tribunel, mon cher”.

BAENING. El plato fuerte del día es el teniente coronel de la GC Daniel Baena, de oficio redactor de atestados. Ha sido el que ha hecho los atestados de la cosa procés. Todos. Los utilizados en el Juzgado 13 de BCN, la AN, el TSJC, Llarena/TS. Si hubiera tenido que atestar más, tendría que haber deslocalizado la GC a Bangladesh, para que 3.000 niños beneméritos pudieran satisfacer la demanda de atestados a un precio competitivo. Baena es, en fin, un símbolo de la judicalización de la cosa. Recordemos. La Gene se adentró en el pack desobediencia tardíamente, tras mucho anunciarlo, el 6-S de 2017. Desde 2012, son añitos. Previamente, y después, el TC, reconvertido por la reforma de Rajoy en una suerte de TOP –pero sin oler necesariamente a coñac ni a calcetines a cuadros–, podría haber ejercido de tribunal político de urgencia. No lo hizo. Rajoy & The Rajoyettes llevaban años diciendo que esto iría por lo penal. Pero el Fiscal General no se puso las pilas hasta el 6-S. Para entonces, ya existían los atestados del Juzgado 13, que han sido los que han fijado la poética en el resto de instancias. El juez del 13, hoy fallecido, fue felicitado en su día por un piensa, por haber salvado Esp gracias a su intervención judicial. ¿Puede un juez salvar Esp? “Ça dépend: ¿puede haber Estados virtuales, que quepan en un pendrive?”. Esa es la cuestión. Como ven, es un tanto marciana. Y más si ponemos en contexto las actuaciones judiciales primigenias. Ahí va: coincidiendo con la redacción de esos atestados que hablaban del fin del mundo, el Real Instituto Elcano, un think-tank estatal, moderado, bien documentado, incluso con informes interesantes, emitía análisis de la cosa procés y sus escasas posibilidades reales –de realidad, vamos–. Por otra parte, simultáneamente a la emisión de propaganda procesista, a la emisión de atestados y a la emisión de información generalista esp/cat, que demostraba científicamente un golpe de Estado, o un proceso indepe –ambos en modo lo-flipas–, era posible ver cómo el procesismo deshacía de noche todo el rupturismo que tejía de día –exemplum: el 1-O, no quedaba nada del referéndum descrito en ley el 6-S–, de manera que el Estado, el Gobierno, los servicios de inteligencia, quién quería leerlo, sabía que había una distancia –“unecertain decalage”; gracias, Eugeni–, entre lo dicho y lo emitido por el procés. Lo que daba pie no solo al cachondeo, sino a algo muy parecido: la política. Sobre Baena Atestador queda la sospecha y la posibilidad de haber ido más allá del deber –hacia el concepto de sedición–, y de haber estado involucrado en la Operación Rescate de Esp, a la que se vinculó a su juez. Vamos, de haber sobrecargado todo esto. Indicios de sobrecargamiento: la periodista Patricia López, de Público, sostiene que Baena tuvo un perfil en Twitter, con el hombre de Tácito, en el que salvaba Esp non-stop. Esta semana el digital Sentit Crític le hace una larga entrevista. No se la pierdan. Hay muchos bonus-tracks. Rayos, habla Baena.

MOLESKINE POWER REVOLUTION. Baena invierte el primer tramo de su declaración en asegurar que la GC, en el trance de atestar, estuvo en todo momento bajo control judicial y de la fiscalía. En el segundo tramo dibuja el procés, en el interín 20-S/27-O, como un algo insurreccional. Habla de un “clima insurreccional” –nota filológica: quizás era más bien una temperatura; el clima era el de siempre–. Utiliza la palabra “asedio”, propuesta por fiscalía, para aludir a las concentraciones ante las casas-cuartel. Cifra esas protestas en 88. En la más violenta descrita, se tiró un trapo ardiendo al patio. Ese tipo de protestas desaparecieron, por cierto, el 27-O, cuando ANC/Òmnium dejó de convocarlas, y los Mossos empezaron a zumbar, en lo que es un indicio del plan infalible que tenía el procés. Ninguno/ir tirando/no llegar a rebelión ni hartos de garnacha. En el tercer tramo, profundiza la cosa malversación –diría que se está dibujando; ya veremos las pruebas; o no–, y alude a documentos encontrados en las investigaciones, que confirman un plan infalible. “Las manifestaciones estaban organizadas”. “Los registros confirman lo sospechado: lo que se estaba diciendo estaba sucediendo de forma real”. “Las estructuras de Estado (entre ellas una Agència Tributària), estaban preparadas para el 2-O”. Todo está detallado, afirma, en el documento Enfocats, y en una moleskine. Por lo visto, afirma por otra parte, no se tuvo que investigar mucho, porque todo sucedía en la tele a tiempo real –el periodismo esp/cat es, por tanto, portentoso; unos ases, como confirma la celebración de este juicio–. Habla de pasada, y como un éxito, sobre algo verdaderamente preocupante, pero que no preocupa mucho al Estado. Ni al procesismo, esa ausencia de cultura de derechos: el día 1-O “hubo una desactivación de programas a nivel global”. Es decir, se consiguió de empresas –Google, sí; Amazon, no, dice Baena– la desactivación de aplicaciones sensibles de ser utilizadas en un referéndum. Y se produjo el mayor apagón de Internet –en horas y extensión geográfica– de Occidente hasta la fecha, superando en intensidad a Turquía, esa pionera. Eso no puede pasar en un Estado de Derecho. No puede pasar, porque si pasa, volverá a pasar. Y ya ha pasado.

SOSTIENE MELERO. Las defensas intentan de una manera vistosa y épica, si lo ves en la tele, desprestigiar el testimonio de Baena. Melero, diría, lo consigue. Con su pose aburrida –creo que en verdad se aburre tanto que deberíamos comprarle un gusiluz–, a través de sus preguntas obtiene que lo que afirma Enfocats no se produjo en la realidad/el procesismo. Que en la moleskine se afirma que los Mossos obedecerán a la Consti, por lo que no había nada que rascar. Que para haber tanta insurrección no se practicó ni una sola detención. Que la Agència Tributària, esa estructura de Estado, sigue abierta, pues es un cacharro más autonomista que el llorar. A la pregunta de Melero, “¿encuentra extraño que las manifestaciones estén organizadas?”, Baena responde: “Todas las manifestaciones están organizadas”. Pozí. D'Ors, ¿cenorrio? “Sí, pero no japonés. Que ayer le pedí dîner japonais, y me dio anisakis mi-cuit”. Oh, je suis désolé, Eugene.