Recapitulando
Lerele vs. larala
La unidad de las defensas –algo inusual, por otra parte, en un macrojuicio con varios abogados– nunca ha existido, salvo en los medios procesistas
Guillem Martínez 11/05/2019
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Las defensas escuchan el testimonio del jefe de antidisturbios de los Mossos.
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SEMANA XIII. Vaya, ya ha concluido la semana XIII de juicio. Arrecia el calor / los pajaritos cantan / las faldas se levantan y, en otro orden de cosas, las defensas ya han empezado a redactar sus informes. Un indicio de que igual también el Tribunal ha empezado a redactar regiones de la sentencias. Esto se acaba. Igual queda un mes, en números redondos. O menos, si el Tribunal considera que las periciales las puede realizar él solito pues, al fin y al cabo, los magistrados saben leer y mirar vídeos. Parece, en todo caso, que no optará por eso, me dicen. Las testificales terminan, sea como sea, el 20M. Un día antes de que 5 nuevos cargos electos, con su acreditación en el bolsillo, duerman en la cárcel. Sobre las periciales: las defensas, en todo caso, han recibido el encargo de entregar un papelito con cada vídeo, exponiendo qué testimonio invalida o matiza cada imagen, especificando número del agente, marca de la porra homologada, etc. En el momento en el que escribo estas líneas, varios millones de becarios estarán, por tanto, viendo vídeos como desesperados.
MARCHENING. Se trata de un engorro que se podría haber evitado si en las testificales se hubieran colado los vídeos. Eso es una de las quejas de las defensas en este juicio. Otra, el orden de intervención de las defensas, que no tienen asegurado finalizar los interrogatorios. Otra, el hecho de que los interrogatorios vienen modulados por los temas acotados por la parte que solicitó al testigo. Algo legal, pero novedoso y sin precedentes en el biotopo. Y, otra, el hecho de que Marchena manda parar cuando un testimonio se pone políticamente especulativo. En general, diría, todo esto, que lía el procedimiento, no lo cuestiona, de manera que no se podrá rascar mucho al respecto en el TEDH. Pero vete a saber. Hace años que estamos en territorio jamás explorado. Marchena, no obstante, permanece, a pesar de esos mosqueos, ecuánime. Esta semana ha parado los pies a Fiscalía –Fiscalía, en lo que es un tic poco edificante, tiene especial interés en comprometer/culpabilizar a los testigos, con preguntas como “¿sabía que esa votación en la que participaba estaba prohibida?”, y que no pintan nada en los interrogatorios, salvo acogotar; otra pregunta que acogota, posiblemente la más repetida en la sala, glups, es “¿pertenece usted a Òmnium?”; espero que no vaya labrando nada que, glups, aparezca posteriormente en la sentencia–. Marchena también acotó a las defensas, en la línea habitual, pero con una novedad. Novedad: en una ocasión, Marchena negó una pregunta a una defensa en tanto que “impertinente”. Posteriormente, se lo pensó y, al cabo, permitió la pregunta. Un indicativo de que Marchena se medita a sí mismo en tiempo real. Lo que es interesante. Por el mismo precio, inhibiéndose, pero dictando, desde el TS, lo que tenía que hacer la instancia a la que fue remitida la cosa de la lista de Puigde, Marchena ha participado en deshacer la decisión húngaro-polaca de la JEC de suspender alegremente derechos electorales pasivos.
FISCALÍA. Esta semana Fiscalía ha participado, en la misma dirección que Marchena, en la solución del problema planteado por la JEC. Y, todo lo contrario, ha negado la libertad provisional de los acusados electos. En el mismo escrito, niega que sea necesario pedir suplicatorio a las Cámaras para proseguir con el juicio. ¿Es posible enjuiciar diputados sin suplicatorio? No, pero sí. Al parecer, sí cuando acceden a dipu en mitad del juicio. Es legal. Más concretamente, es legal según criterios restrictivos. El propio Marchena –la información es de Quico Sallés, de El Món; se sienta a mi lado en el TS; buen tipo; además, toma café solo sin azúcar; un café en el TS son 60 céntimos, si bien, ahora que lo pienso, no sé qué aporta ese dato– publicó, hace la tira, en tiempos de Ella Baila Sola, un artículo en una revista especializada defendiendo que ese tema es un lío, que no está claro, pero que, al parecer, para optar a no optar por suplicatorio en ese trance, era necesaria una reforma legal, que no se ha producido. La reforma, vamos, era él, Marchena, por lo visto. Pedir el suplicatorio, por otra parte, supondría –para qué engañarnos– una previsible suspensión de juicio por más de 30 días. Es decir, su nulidad y repetición. Lo que podría dañar los derechos de los demás acusados, no electos, y que están en modo una-solución-quiero. Quizás la solución –o una no solución, pero con dosis de algo razonable, visto lo visto– sería la libertad provisional de todos los acusados encarcelados, aún cuando los electos perdieran la capacidad de ser diputados. El hecho de que no hayan accedido a la libertad condicional hasta la fecha es legal, sí. Pero de una legalidad muy restrictiva. Y fea. Se aduce implícitamente, en el papelito de Fiscalía, que la cosa es por terror al riesgo de fuga. Algo sorprendente cuando hay soluciones para ello, como las cosas telemétricas, el arresto domiciliario, o una guardia pretoriana de polis. El procés fue un corpus caótico. Pero la respuesta del Estado también lo fue. Mucho, y con mayores consecuencias en el tiempo, me temo. Este juicio por un movimiento propagandístico –propaganda = mucho lerele y poco larala; aquí, no obstante, se enjuicia el larala como si se hubiera matado a Kennedy–, mantiene como fósil una prisión preventiva motivada por un cargo –rebelión– que se ha visto que ya tal.
DEFENSAS. La unidad de las defensas –algo inusual, por otra parte, en un macrojuicio con varios abogados– nunca ha existido, salvo en los medios procesistas. No obstante, esta semana ha brillado un tanto por su ausencia. Tal vez por azar, porque es difícil dominar la ausencia de unidad, o porque a los testigos los carga el diablo y, en un momento dado, van a su bola, esta semana, la defensa de Forn ha salpicado un tanto a la de Sánchez –un testigo afirmó que su actitud no fue chachi, si bien, y esto es importante, Sánchez, en la gestión del 20S, no llegó a llamar a ningún Elefante Blanco para puentear a los Mossos con efectividad, lo que aleja, otra vez, la cosa rebelión–. A su vez, la defensa de Sánchez puede haber salpicado un tanto a la de Forn, al centrarse, mucho, y mucho rato, en una posible pasividad de los Mossos el día 1O. Por lo demás, algunas defensas pueden haberse planteado a sí mismas algún problema. Por su poética. Poética: esta semana han traído testigos que, si bien han vertebrado excesos policiales, y la idea de que sólo hubo violencia en los coles visitados por poli y GC –dos aspectos muy positivos para las defensas–, por el mismo precio han apostado por lecturas sentimentales. Sumamente peligrosas. Supongo que se trata de algo parecido a un intento de conectar con el electorado de los defendidos. Propaganda, vamos. Pero que puede tener alguna repercusión, pues los testigos, entre tanta narración del sufrimiento vivido, colaron la idea de que hubo violencia –se describieron, por ejemplo, sillas volando–, y cierta organización –se describió el uso de programas informáticos, de censos, de la necesidad de DNI para votar; en algo que no era una referéndum, por otra parte, sino una protesta–. Son los riesgos de optar por la propaganda. La propaganda es palique en una tertulia, en un canal de TV, en dos de radio y en varios medios en papel y digitales. Pero en un juicio es un riesgo. En un juicio penal, riesgo nivel peli de miedo. Quizás, en ese sentido, se han complicado la vida un tanto. Ya veremos.
CAT. A) El candidato de la ANC ha ganado las elecciones a la Cambra de BCN. Lo que supone una novedad. Ahora queda ver si utilizará esa institución con criterios políticos o propagandísticosZzzz. Un dato/indicio: el ganador de las elecciones se hizo popular por viajar en su coche con algo parecido a un monigote de Puigde en el asiento del copiloto. ¿Qué puede salir mal? B) Puigde puede ser eurodiputado, gracias, supongo, a la campaña electoral sufragada por la JEC. Puigde, sigue vivo, y a ERC, un partido con mala suerte, le crecen, por tanto, los enanos. O, al menos, un Puigde en bucle propagandístico en el Parlamento Europeo será una campaña electoral continua hasta las autonómicas. Por otra parte, C), si les gustó el pitote político-jurídico que ha supuesto el hecho de que haya 5 procesados con cargos electos en Congreso y Senado, esperen al 26M, día que fijará que hay un procesado con cargo electo en el Parlamento Europeo. Junqueras. Dentro del territorio virgen, entramos en otro territorio virgen e incalculable. ¿Se puede juzgar alegremente a un eurodiputado? El único precedente al respecto es, me temo, Ruiz Mateos, ese adelantado a su tiempo. Ya les iré explicando conforme vaya comprendiendo por dónde pueden ir los tiros. D) Jordi Graupera, candidato a la Alcaldía de BCN por Primàries, una lista indepe y antiprocesista, y antiguo militante de CDC, ha explicado al mundo que, dos días antes del 1O, Elsa Artadi, la novia de la Cat procesista, le pidió que redactara lo que fuera para impedir que el resultado implicara una república. Mucho lerele, poco larala y juicio por chorrocientos años por laralarismo, etc. El lunes, más.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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