PROCESANDO EL JUICIO Y LA INVESTIDURA (X)
Abaratando costes: Congreso, tribunal y cárcel en el mismo sitio
Batet emite un discurso hermoso. Dice que solo cuando el parlamento habla unánime puede decirse que habla el pueblo. Y defiende la autonomía parlamentaria. Puede ser una pista. O una camiseta
Guillem Martínez Madrid , 21/05/2019
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EL MUNDO ES CASCADA DE COLORES. Me voy al Congreso, que hay sesión inaugural de legislatura. Pi i Margall no viene, que el Congreso le da mal rollo y, además, hoy hay reunión del AMPA en el cole de Frodo. Congreso, descripción. El presi de la Mesa de edad es Valle Inclán, lo que augura que esto es algo, en su normalidad, esperpéntico. Hay la tira de gente nueva. Aún soplan señoras con floripondio y caballeros con gomina. Antes daban canguelo. Ahora son como los pensionistas que van con boina, un vestigio de un pasado reciente que no encaja. En cierta medida, también gastan la cara de estar mirando una obra. Quizás, La Obra. La nueva derecha –Vox-C's– compite por ver quién camina más tieso. Gana uno de Vox –puntuación: 8 dieces, algo jamás visto en el Grand Slam–, que se ha metido un palo de escoba ZX67, sin duda el más I+D del mercado. Nota Vox: todos van con banderita esp, supongo que por si se pierden, para que el adulto que los encuentre no los lleve al parlamento portugués o francés. Podemos gasta menos camisetas con lemas pro-unicornios que en anteriores ediciones. Lo que mola mucho. En la pasada legislatura llevaban tantos textos en el pecho que parecían dipus VOS. A mí me dan canguelo las camisetas con textos. La lencería no los lleva, lo que es un indicativo de que cuando tienes una idea de izquierda meditada, autosuficiente y sexy, son innecesarios.
El presi de la Mesa de edad es Valle Inclán, lo que augura que esto es algo, en su normalidad, esperpéntico
ERC parece ser el grupo más dado a la camiseta con texto, ese sustitutivo de algo que se sustituyó hace décadas. JxC viene con un elenco nuevo de dipus. Ha costado esfuerzos, sacrificios y una profunda reflexión democrática, pero han conseguido un pack de dipus aún más inoperantes. Hagan acopio de palomitas para el microondas, y no se los pierdan cuando tomen la palabra en el futuro. Meditación: si esta legislatura al final no resulta inoperante y necesitan dipus que, además de vestir de amarillo y sufrir y llorar, tengan que negociar algo, en Waterloo tendrán que constituir a toda leche la Comissió del Consell de la República Catalana per a un Francotirador, y hacer que corra la lista hasta encontrar un piensa. Lo que augura una Noche de San Bartolomé cat. Sorpresivamente, ninguno de todos estos qués en el hemiciclo, de por sí llamativos, confirman el gran qué del pleno.
EL GRAN QUÉ. El caso de la cosa es que hay cuatro dipus disfrutando de algo que no es la cárcel ni la libertad provisional. Es decir, que están epistemológicamente en la cárcel. Vamos, que este hemiciclo es una suerte de trullo. Se dice rápido. Bueno. Trullo, descripción. La tira de gente nueva, etc. Y, entre ella, cuatro pollos escoltados por policía en modo Foucault –no se ve, no huele, no traspasa, pero no te la quitas de la coronilla–. Hay más poli uniformada y sport de lo normal en los alrededores. Y eso que, desde el 15M, en los alrededores hay poli para una final de Champions en la que pierde el Liverpool. Lo que debería hacernos meditar, hermanos. Fuera del hemiciclo hay un protocolo extraño, que sólo afecta a la prensa.
Vamos, que este hemiciclo es una suerte de trullo. Se dice rápido
En puntos donde podíamos sentarnos a fumar y esperar que nos diera hora un dipu, no podemos estar. “Por seguridad”. “Por seguridad” viene a ser, en el siglo XXI, el “por mis cojones” de toda la vida. Este pequeño y continuado malestar ilustra malestares mayores. A saber: el Judicial se ha impuesto, muy fácilmente, por cierto, al Legislativo. En el auto en el que el TS exponía que no habría libertad provisional ni suplicatorio, y que los reos dipus debían ser suspendidos, había dos cosas en las que no caí hasta anoche. Se las explico.
ONCE UPON A / MIDNIGHT DREARY / WHILE I PONDERED / WEAK AND WEARY. El auto tiende a chulear al Legislativo en dos puntos. A) Prohíbe que los presos se reúnan, hagan ruedas de prensa, etc. Es decir, le dice a la Mesa cuál debe ser el comportamiento de cuatro de sus dipus, y hace que la Mesa se busque la vida al respecto. Desde el parlamentarismo, eso no es de recibo, diría. B) Pide a la Mesa la suspensión de 4 dipus. Lo pide, por cierto, en virtud del artículo 348bis de la LECRIM –un artículo de cuando ETA; citarlo fuera de ese contexto es raruno; en mi cole, por otra parte, si optabas por esa estética cobardica y chivata, en el patio perdías todo el glamour–. Pero también lo pide en virtud del artículo 21.2 del Reglamento del Congreso. Que, lo leas por donde lo leas, parece establecer que la cosa necesita un suplicatorio. ¿Qué ha hecho el TS? Puede haber hecho, a su vez, dos cosas. Qué lío, eh. Esto se merece otro párrafo.
HOLA. SOY BORJA, EL OTRO PÁRRAFO. El TS intuye que pelarse un dipu sin suplicatorio daría que hablar en el TEDH. Y hasta, si me fuerzan, en la pelu. Para ello, emite esta meditación: mira, pollo, esto de pelarme dipus es un problema político, es decir, de políticos, así que sus lo paso a la Mesa y sus buscáis la vida, que yo no quiero problemas con Europa y, en general, con el qué dirán. ¿Por qué opta el TS por esa meditación implícita? Por una de estas dos motivaciones, excluyentes entre sí y que, qué narices, se merecen otro párrafo.
HOLA. SOY MUNTSA, UN PÁRRAFO SEXY. Una opción sería progresista, y otra, pues no tanto. Empecemos por la restrictiva, que siempre son más cortas. “El auto del TS es restrictivo. Por ejemplo, alude a los derechos de los dipus no como derechos, sino como privilegios, cuando hay mucha jurisprudencia como para opinar lo contrario”. Eso me lo dice al telefonino Joan Coscubiela, Coscu. Exdipu, sabe un huevo de todo lo que toca, o no lo toca. Según Coscu, por tanto, lo único que pretende el auto es que la Mesa solvente un problema que, simplemente, no quiere tocar el TS no-sea-que. Para lo cual emite instrucciones, como hizo cuando se inhibió del recurso a la JEC. Las instrucciones son: suspéndeles, rapidito. Coscu se despide con un entrañable “Guillem, a ver si nos vemos más, que no nos vemos desde los Ejercicios Espirituales en Torreciudad de este finde”, y con un luminoso “mañana te invito a comer como para una boda en Jockey”. Bueno, no dice nada de eso, pero me ha parecido divertido.
Según Coscu, lo único que pretende el auto es que la Mesa solvente un problema que, simplemente, no quiere tocar el TS no-sea-que
La opción progresista sería, no obstante, esta otra. El TS entiende que hay un problema. Sin precedentes. Lo podría solucionar él solito. Es decir, podría crear la jurisprudencia del futuro en un tema parlamentario, a pelo. Lo que no resultaría edificante. Por eso le pasa la papeleta al Legislativo, que es lo que mola. El mensaje sería: llegad vosotros a un acuerdo. Es decir, poneos de acuerdo. Es decir, poneos las pilas, que esto, no iniciado por mí, huele muy mal. Molaría que el TS hubiera tenido en su cabeza la segunda opción. Nunca lo sabremos. Algo me dice, no obstante, que no.
LAS PILAS. ¿A qué acuerdo pueden llegar en el Legislativo? Pueden acordar no hacer el ridículo. No recrearse en el precedente de presos en un pleno, y en sus molestias reales y, mucho más, intelectuales. El Congreso no debe ser un calabozo, no debe ni puede asumir funciones de custodia y castigo –obligar a un dipu a restricciones es castigo; obligarlo a ir al WC con el poli es un castigo para él; y con una dieta pobre en fibra, para ambos–. Y, por encima de todo, el Congreso no puede perder su autonomía. Bueno, sí, puede. Tranquilamente, pero eso supondría reconocer su pérdida y el hecho de bajar a las categorías inferiores, donde están el parlamento húngaro y polaco. ¿Cómo pueden solucionar el problema de unos reos electos? Me he pasado la mañana hablando de ello con diputados contrarios a la suspensión. Nos han salido varias posibilidades. Posibilidad A), o à la catalane/procesista. Los suspendes a tutiplén y como dice el TS, pero lo llamas de otra forma. En cat se le llamó substitució. Todo el mundo quedó contento. Los procesistas lloraron, y los ultraconstitucionalistas rieron, que viene a ser lo mismo. Pegas: no es edificante llevar la propaganda a la solución de problemas políticos. Atonta. Mucho –¿les he dicho que compren palomitas?–. Posibilidad B) la Mesa, en efecto, tramita la supresión. Lo hace con sinceridad y premura. O haciéndose el sueco, llevando la cosa a la Comisión del Estatuto del Diputado, de manera que se dilata el tiempo hasta el fin del juicio. Posibilidad C) La Mesa asume que los dipus no se suprimen. No es una opción radical. Es decir, no hay plenos hasta julio. Para entonces ya habrá acabado el juicio, por lo que la cosa no afectará a la causa.
Es posible que pudieran acceder a la libertad provisional desde junio –Melero y una idea no penalista de lo penal lo sugieren
Es posible que pudieran acceder a la libertad provisional desde junio –Melero y una idea no penalista de lo penal lo sugieren; no concederla entonces clamaría al cielo; pero, como decía Zorrilla, “clamé al cielo y no me oyó”–. En julio es posible que haya sentencia. Será definitiva –no hay segunda instancia; ole tú–, pero no firme, pues se recurrirá al TC. EL TC puede no admitir el recurso, por lo que pasamos al game over/sentencia firme, momento en el que los dipus serían inhabilitados. Fin de ese problema –e inicio de otros, más gordos, pero que no afectan a la autonomía parlamentaria–. Esto me lo dice Jose Luis Martí, que agrega “¿cenamos en Jockey?”. La opción D), quizás la más inteligente, me la cuenta un líder de la nueva izquierda. Es esta: “Que la Mesa devuelva el auto al TS, exigiéndole claridad, y que si deben de ser suspendidos los dipus, que lo haga el TS, exponiéndose al TEDH”. Y agrega: “Me ha comprado una camiseta en la que pone ‘Vente pa’ Jockey, Guillem’”.
En todo caso, con C) y D) se evita lo en verdad escandaloso: ceder la solución de un problema parlamentario al Judicial, perder la autonomía parlamentaria –lo que sería una prueba no superada para la salud de la democracia esp–, y en su modalidad más gorda: permitiendo que el Judicial module la composición del Legislativo. Un serio precedente. ¿Si se chulea a 4 diputados, en el futuro se podrán eliminar 4 Grupos Parlamentarios? Va, sí, no son españoles, no aman a España, no apoyan la Constitución, no merecen estar aquí. Suena a fascismo, pero hay tres grupos parlamentarios que dicen exactamente eso. De hecho, si nos fijamos, estamos aquí por tres cosas sucedidas en octubre del 2017. La reacción –un desastre– del Estado frente al 1O; el discurso del rey del 3O, y la reacción de la cúpula judicial ese mismo mes, que se erigió en salvadora de España, el país más salvado y más veces en todo el mundo. Defender la autonomía parlamentaria es enfrentarse a esos tres hechos. Hasta cierto punto, desautorizar a todo ese pack. Es prolongar las posibilidades de que la posdemocracia no se imponga en Esp. Vamos, no es moco de pavo.
ORACIÓN Y CIERRE. Se vota como posesos. Presi, secretarios. Se promete. O se jura. Un tercio de la Cámara promete en republicano –en ocasiones, muy barroco, lo contrario de lo republicano–, un indicativo de dónde estamos. Estamos en el fin de algo que no acaba. Los chicos/as de las derechonas golpean el pupitre cuando un dipu jura raro. Parece que griten C.A.F.E., C.A.F.E., C.A.F.E., glups. Habla Batet, descendiente del general Batet –esto confiere cierto empaque de novedad al asunto–, y una trayectoria federal –lo que puede ser mucho o nada; la política, en este momento, lo asume todo, salvo hacer algo; la política son camisetas–. Manuel Cruz, presi del Senado, ha hecho un discurso beligerante federal –¿es cierto? ¿es una camiseta?–, y Batet, a su vez, emite un discurso hermoso. Dice que nadie es España o un territorio, que solo cuando el parlamento habla unánime puede, y con reparos, decirse que habla el pueblo. Y defiende la autonomía parlamentaria. Durante un gran fragmento. Puede ser una pista. O una camiseta. Un indicio: nadie dirá o hará nada hasta después del 26M, momento en el que los profesionales y los aficionados dejarán de estar –un tanto– en modo camiseta. Rayos, he hecho una crónica judicial desde un parlamento. Da miedo, eh.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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