PROCESANDO EL JUICIO, LA INVESTIDURA, AUTONOMÍAS Y MUNICIPIOS (II)
Me lo dijo Gómez
Fiscalía no ha estado en el juicio, no ha consumido estos casi 5 meses en el TS. Reitera su descripción y unos cargos brutales, desmesurados, con condenas brutales y desmesuradas
Guillem Martínez Madrid , 29/05/2019
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POBRECITO HABLADOR. “¿Recuerda que durante una época interrumpía cualquier artículo para hablar de un tal Gómez?". Claro, y en su época final, 1836, los interrumpía para colgarse con una caja amarilla que tenía en su habitación. “A la caja amarilla que le den. Le quiero hablar del tal Gómez. Nadie se acuerda de él. Era un carlista. Se fue de expedición, desde Galicia, por toda la geografía. Nadie lo paraba. Ni siquiera se sabía dónde estaba. Y eso me ponía a cien. Pero ahora me importaría un cáñamo. Este país es eso. Uno, dos, tres, mil Gómez que tiran para el monte agarrados a una bandera. Gobiernan, en Galicia, en Barcelona, o en Madrid, y construyen un monte de espuma dentro de nosotros. Creo que fue un error perseguir a Gómez. No se pueden perseguir montes de espuma, esa cosa que desaparece cuando no es agitada. Fue, por mi parte, otro error crisparme con Gómez. Crisparse es otra manera de tirar para el monte. De espuma. Ahora, casi 200 años después, me hubiera reído de Gómez, como me reí de los Gómez de Madrid que me gobernaban. Nunca hubiera abierto, en fin, la caja amarilla, sino que hubiera reído con más fuerza”. ¿Qué es la caja amarilla, ya puestos? “Un día me levanté muy Gómez y abrí la caja amarilla. Era donde guardaba la pistola. El resto ya lo sabe”. Rayos, Mariano, da mal rollo empezar un articulete con un fiambre. “Tranqui, empiece con el chiste del señor casado que vuelve de juerga con la camisa rota y sucia de maquillaje. No falla”.
LOS GÓMEZ. La mentira no sólo existe, sino que es un recurso al alcance. Es decir, cotidiano. La emite, para evitar males mayores, todo el mundo. Mienten los niños –“yo no fui”–, los adultos –“no me pasaré de 1.000 palabras, jefe”–, o un señor casado que vuelve de juerga con la camisa rota y sucia de maquillaje –“cariño, no me vas a creer, pero me ha atacado un payaso”–. La mentira es una opción individual y, por ello, una región de la inteligencia. Y de la tontería. Es Teseo y Ulises. Pero también Pericles y el porquero de Pericles. Por lo mismo, es utilizada por la política. El problema ahí no es su proporcionalidad, frecuencia, o abuso, sino su imperfección y su gratuidad. Por aquí abajo no hay manera de localizarla ni de penalizarla. Hoy, en otra cultura, el líder del brexit ha sido llevado a los tribunales por mentir a su sociedad. Es decir, hay sociedades sensibles a un grado determinado de mentira. Aquí eso sería imposible. En la primera legislatura PSOE, Lluís Llach demandó al PSOE por mentir en su programa electoral. La demanda fue desestimada. El tribunal razonó que un programa electoral no es un contrato. Y que la política, vamos, es una sugerencia de presentación, como las frutas que hay fotografiadas en la etiqueta de una bebida sin frutas.
LOS GÓMEZ (II). Ayer, el TEDH emitió una sentencia importante sobre el procés. La sentencia –aludía a la suspensión de un pleno por el TC; fue una idea del PSC; si me permiten, muy buena; sin damnificados; proporcionó tiempo; fue ocurrente; una mentira de Ulises–. El procesismo la recibió como agua de mayo. No querían una DUI ni en pintura, por lo que ese día, en el que el guión de la ficción conducía a ello, no la emitieron –no la emitieron, de hecho, nunca, ni el 27O–. Por guión se calificó aquello de ataque a la democracia –no lo fue; fue un día de suspensión; un ardid; es decir, un recurso democrático; la vida parlamentaria estaba, snif, repleta de eso hace un siglo–, y remitió la cosa al TEDH. Pues bien, en su sentencia el Tribunal viene a desautorizar la mayor. Es decir, desautoriza la unilateralidad –pretendida, vociferada, realizada con parcialidad calculada, por otra parte–, del procesismo. Entiendo que el TEDH califica de legítima la aspiración a un cambio constitucional. No desautoriza lo indepe. Desautoriza el procesismo, esa forma de no ser indepe gritándolo, y que dibuja, por cierto, más dentro del pack desobediencia que del de rebelión. Pero hace algo más. Viene a sacar el procesismo de la Premier Europea, y viene a ubicarlo en los populismos nacionalistas autoritarios. Algo importante, pues el procesismo no es el único populismo nacionalista autoritario por aquí abajo, ni siquiera es el más votado. Pero es un aviso a lo que hay de independentismo en el procesismo: si quiere algo efectivo y/o democrático, debe ser algo diferente a lo repetido en todos los informativos de TV3 y programas electorales desde 2012. Y debe de ser algo alejado del procesismo y de sus partidos. Lo demás es Gómez. Esos montes de espuma nacionalistas y furiosos.
LOS GÓMEZ (3). El procesismo, desde el 27-M, está elaborando presión sobre Comuns, para que acceda a un pacto con ERC. Empezó pronto, en la noche electoral, cuando en medios públicos y concertados se informó reiteradamente de que la lista ganadora en un Ayuntamiento es la más votada. No es así. Pero ese fake/Gómez sienta el marco de qué es lo normal y lo subnormal. Hoy se ha tuneado la sentencia del TEDH con un informe de la ONU sobre los presos preventivos. Acierta en explicar que su situación es aberrante, aunque es un organismo consultor de la ONU. Pero con eso se ha sacado pecho. Hace unas horas, la portavoz de la Gene ha explicado que el procesismo es mayoritario en el consistorio barcelonés –no lo es; miente/Gómez; las mayorías son las izquierdas; nunca había habido tantas; CDC o cómo se llame ha bajado en picado, además–. Valls ha anunciado que regala sus votos a Colau + PSC. Es decir –desconfiad de los regalos de los griegos/Gómez– no los regala. Desde C's Madrid se le ha corregido: C's votará por PSC. Curiosamente y contrariamente, en Madrid, todo apunta a ello ahora, C's no votará a Carmena, sino con la utraderecha/Vox, de quien aceptaría los votos, si bien no se reúne con ellos/duermen con la luz apagada. Las mentiras, en fin, son tan intensas que impiden ya movimientos fuera de los marcos que enmarcan. Inmovilizan. Impiden soluciones. Las mentiras sirven incluso para aludir a verdades que no se pueden decir, salvo bajo la forma de mentiras. No está claro cuál será el proceso de decisión de Comuns. Hoy, en el juicio, como documentos de las defensas han parecido discursos de dos personas que, en 2017, eran líderes de Comuns y Podem. Utilizaban el mismo tono de revolución en ciernes que la derecha, calificada ayer de no democrática por el TEDH, y vertían continuamente su léxico. Aparecía la alocución “som un sol poble”/somos un solo pueblo, que las izquierdas utilizaban en los 70's para explicar a la derecha cat que la catalanidad no se recibía con el apellido, pero que en 2017 se utilizó para explicar que la catalanidad se la repartían unos pocos partidos. Si te alejabas de ellos, no eras poble. Esos discursos explican que no haya habido una victoria histórica de Colau en BCN, me temo. Me temo también que el nacionalismo más sanguinario y peligroso históricamente es, por aquí abajo, el esp. Pero el cat empieza a ser inquietante. Hasta para el TEDH. Parece ser que cuesta una izquierda anti-Gómez, anti-todos-los-Gómez. Molaría un proceso de negociación de un Ajuntament sin Gómez esp ni cat, centrado en lo no Gómez, en derechos municipales. Igual eso es ya un unicornio. Lo veremos en breve. Pronto, ahora que el juicio es puro Gómez.
LOS GÓMEZ (4).En el juicio, hoy, han seguido los videos de las defensas. Melero, que come aparte, ha presentado videos de otras manifestaciones en todo el Estado. Demostraban el uso relativo de la violencia entre los manifestantes cat. Las otras defensas han optado por videos que muestran la desmesura del abuso policial, ordenado por unos Gómez contra los peones de otros Gómez, que les habían asegurado que aquella manifestación era democracia Gómez. El visionado ha sido impactante. Indialogable. Inquietante. Los polis del TS se han llegado hasta la sala de prensa, como siempre que hay violencia policial en los monitores. La miran afectados, diría, sin acabar de comprender. Saben lo que ven y no les gusta. Pero también se han colado otros videos. Se han colado porque las defensas, como Fiscalía, también defienden algo del campo semántico Gómez. Se han colado declaraciones de varios Gómez, de acusados, mintiendo –algo que, salvo en la UK post-Brexit, no es delito–, aportando al conjunto otra tonalidad de la tristeza. La mentira. La espuma. Lo Gómez.
LOS GÓMEZ (Y 5). Tras los videos, repentinamente, han empezado las conclusiones. Fiscalía eleva las suyas, iniciales, a definitivas, con algún matiz. Abogacía del Estado, sin matices. Vox, con rebaja de la cosa para Santi Vila. Nos llega el papel de Fiscalía. Con errores. Algo imperdonable, diría, en un TS. Finalmente, nos llega el papelito correcto, con los matices en negrita. Poca cosa, diría –les digo más en el recapitulando del sábado–. Que la Mesa se remite al TSJC, donde sigue rota la causa. Algunos matices con la cosa Unipost. Algunas matizaciones con los Mossos –diría que pasan de rebeldes a incompetentes–, alguna alusión a la Hoja de Ruta de la ANC, y una importante matización, que impediría, en caso de condena de prisión, que los reos volvieran a Cat antes de determinado cumplimiento de pena. Por lo del tercer grado exprés de Oriol Pujol. Tal vez eso sea encarnizamiento. Por lo demás, y aquí va lo gordo, Fiscalía no ha estado en el juicio, no ha consumido estos casi 5 meses en el TS. Reitera su descripción y sus cargos –brutales, desmesurados, con condenas brutales y desmesuradas–, que no precisaban juicio. Algo sorprendente, pues algunos cargos han quedado absolutamente invalidados en este juicio. Tengo que hablar con abogados para saber si esto es una suerte de prevaricación. Y no tengo que hablar con ninguno para saber que esto es una suerte de Gómez. A Fiscalía, para cumplir su función, no le ha sido necesario observar nada más que la instrucción. Su función, por tanto, no ha sido estar, sino ser. En sus conclusiones explica que su razón de ser es que el rey Gómez, el 3O, habló “instando a los poderes del Estado al cumplimiento de sus responsabilidades y a garantizar la convivencia democrática”. Le toca al Tribunal explicar si Gómez existe, más allá de Fiscalía. “Es hasta cierto punto normal que no haya cambiado de opinión. Las defensas no han trabajado para la Fiscalía sino para el Tribunal. Fiscalía es un monte de espuma. El Tribunal no, o todo sería espuma. Y habría que reírse”. O hay que reírse mientras se abre la caja amarilla. “Se abre sola. Ría, no sea Gómez”.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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