La inversión en I+D en España, la mitad que en el resto de la UE
El gasto en este ámbito apenas representa el 1,2% del PIB, un porcentaje muy alejado de los objetivos comunitarios en este ámbito para 2020. El país tampoco supera el 1% de trabajadores empleados en este sector
ctxt 3/09/2019
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España no invierte lo suficiente en innovación y desarrollo. Al menos, no al mismo nivel que el resto de socios comunitarios ni de acuerdo con las metas marcadas por las instituciones de la Unión Europea en este ámbito. Así se desprende de datos actualizados recientemente por Eurostat, que indican que la inversión de nuestro país en el sector del I+D se encontraba, a finales de 2017, en el 1,2% del Producto Interior Bruto, una porcentaje muy pobre en comparación con el resto de socios comunitarios, donde la media es de casi el doble (2,06%).
Estas cifras del portal estadístico corroboran las dificultades que va a tener nuestro país para alcanzar los objetivos de la UE en materia de innovación. Especialmente, si se tiene en cuenta la meta de aumentar el gasto en este ámbito hasta el 2% del PIB que estableció la Comisión Europea para España en 2020, y que a su vez se enmarcaba dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para la región.
Una situación que no es de extrañar teniendo en cuenta cómo ha evolucionado –o involucionado– el esfuerzo presupuestario de las administraciones y gobiernos de nuestro país. Desde 2009, el gasto de España en I+D no ha hecho más que caer, pasando del 1,35% del PIB durante ese año al 1,2% de 2017. Por el contrario, en el conjunto de la UE la inversión ha crecido de forma constante, aunque también muy reducida –0,7 puntos más en una década–.
Y es que las diferencias con los países de nuestro entorno son, en muchos casos, muy destacadas. En Francia, por ejemplo, el porcentaje de gasto en innovación y desarrollo se sitúa en el 2,19% del Producto Interior Bruto, cerca de un punto por encima de la inversión en España. En el caso de Alemania, la diferencia asciende a casi dos puntos porcentuales. Portugal e Italia también arrojan, respectivamente, cifras mejores.
Junto al importante déficit de financiación, los datos del portal estadístico comunitario también sitúan a España en el segundo vagón de cola de la UE en cuanto al porcentaje de trabajadores empleados en puestos relacionados con la innovación y el desarrollo. Para el cierre de 2017, apenas un 0,95% de la población ocupada trabajaba en el sector I+D, frente al 1,27% de la media de la Unión Europea. De nuevo, países como Alemania, Francia o los nórdicos se encuentran muy por encima, superando el 1,5% de asalariados en este sector.
Un informe publicado por la fundación Alternativas el pasado mes de julio señalaba precisamente, entre otras cuestiones, las debilidades que han llevado a esta situación al sistema de innovación en España, más aún cuando el mundo académico y la provisión de fondos para este ámbito han emprendido caminos opuestos durante los últimos años.
Así., mientras que entre 2010 y 2016 las publicaciones académicas e investigaciones aumentaron un 90%, la financiación en I+D bajó un 34% y el número de pymes innovadoras se redujo en un 38%. Durante las mismas fechas, se perdieron en España unos 12.200 puestos de trabajo en el sector de la I+D.
Por otro lado, el nivel de innovación en el país, asegura el documento, se encuentra muy fraccionado en función de cuál sea el sector en el que operan las empresas. Apenas un 23% de las compañías industriales españolas tiene programas de innovación, un porcentaje que se reduce aún más en la mayoría del resto de sectores. En pocos casos, además, las empresas catalogadas en el censo de innovación terminan por generar resultados realmente relacionados con el I+D.