Desinvistiéndose encima (III)
Errejón en la Fontana de Oro
Algunos huyen de un partido vertical. Pero van a toda leche a un partido sin programa aún, pero con líder. Es decir, vertical ‘by a tube’
Guillem Martínez 28/09/2019
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1- Más Madrid, mutado a Más País, se presenta a las elecciones. ¿Qué supone esa escisión reciente en Podemos? ¿Qué aporta? ¿Qué dibuja? ¿Cuál es su programa? ¿Su voto vendrá de la abstención o de algún otro cuerpo ya existente? Este articulete pretende ser un primer apunte. Y, para ello, nada mejor que ir a La Fontana de Oro, a pimplarse un whisky.
2- La Fontana de Oro es un irlandés sin alma, cerca de Sol. Podría ser un pub irlandés en Barbados o Siberia. Carece de interés alguno, salvo para los guiris en MAD, como yo. Por una razón: sigue llamándose La Fontana de Oro. Ese sitio, desde el que les saludo –hola– metiéndome un Paddy, hace más de un siglo era ni más ni menos que La Fontana de Oro. Es decir, un café muy in, que tenía en su interior, como reclamo, una fuente dorada. Con chorrito. El local era, además, el centro de reunión del club más radical del MAD revolucionario, en 1868, cuando La Gloriosa, la primera revolución democrática en Esp. Los madrileños, que ya eran republicanos, que en breve serían federales y colaborarían en la democracia política y económica más avanzada, bella y breve de la Europa de su tiempo, iban allá, a darse discursos unos a otros. Galdós retrata todo ello en su primera novela –se titula, como todo en este punto 2, La Fontana de Oro–. Sin duda, es la primera novela esp que se parece a una novela. Atravesada por una gran tensión política y social, la novela refleja la clase media ante el dilema de hacer una revolución democrática o no hacerla. Ante el dilema de su magnitud. Unos pocos meses antes de escribirla, Galdós escribía un texto en el que teorizaba que no hay novelas en castellano, que no se pueden escribir, pues no existe clase media que las lea. Que sin clase media no hay democracia en el XIX, y sin ella, no hay novelas. En su primera novela, que ya era posible, de manera sorprendente e inesperada, zas, en 1868, Galdós habla de la clase media y de la democracia. Es decir, de la miseria y de la grandeza de la clase media. Del límite democrático de la clase media. Del límite de ese objeto, que se plantea infinito, llamado clase media.
3- Gracias a Galdós, el primer descriptor de la clase media esp, sabemos que la clase media puede elaborar la democracia más avanzada de su tiempo. Y también destrozarla, comérsela con patatas. Que la clase media puede matar por la democracia, pero también, y más comúnmente, por sus mitos, por su status de clase media. En una misma casa, la clase media mata sin parpadear a quien le impide con su biografía las vacaciones o la renovación de la cocina, a quien les descubre la raya negra o blanca del tinte cutre. Imagínate cuando accede, glups, a la política.
la clase media puede matar por la democracia, pero también, y más comúnmente, por sus mitos, por su status de clase media
4- Errejón, de alguna forma, viene, es un decir, de La Fontana de Oro. Como muchas personas a las que admiro, con las que me relacioné –bueno, no me relacioné con Iglesias o Errejón, a los que no he podido entrevistar en mi vida, por otra parte; lo que me resulta curioso y sintomático de algo que no sé–, y que hoy están en P, en MP, o en su XXXX casa, y con las que quedo para cenar y hablar de la vida y sus futuribles. En gran parte, este articulete es consecuencia de Galdós y de esas cenas, en las que en ocasiones no cenamos nada.
5- La Fontana de Oro epistemológica estaba repleta en 2011. Eran las plazas. Sin duda una revolución –avanzada, bella, breve– que afectó a varias generaciones. Fundamentalmente jóvenes. Es decir, imprevistas, como La Gloriosa. Y desconocidas. Que apenas vamos conociendo ahora.
6- El 15M/2011 aportó un diagnóstico. El fin del bienestar permitía ver en su esplendor el nuevo capitalismo, de tipo financiero, y el paso tangible de ciudadanos a mercancías. Eso afectaba al grueso de la sociedad. El eslogan era que al 99%. El sujeto ya no era la clase obrera, ni la clase media, sino gran parte de la sociedad, desclasada por la primera crisis king-size de la globalización. El 15M formuló una agenda para el siglo XXI. El impago de deuda. La incorporación de nuevos derechos efectivos y desarrollados –vivienda, trabajo...–. Ampliación de la democracia en la vida, la política y la economía –curiosamente, como en el XIX–. La absoluta reforma del Estado y la jubilación de sus mitos desde 1978. Entre ellos, la idea de democracia y transición modélicas, y su prima, la idea de la justicia imparcial y neutral. Era algo más que una crítica, por otra parte, a la representatividad, a un sistema que no había defendido a su población de la última y feroz –se dice rápido– crisis social, económica y democrática y política europea. Se establecía, además, la instancia de la solución. Era la misma Europa, esa cosa a la que nadie sabe cómo hincarle el diente.
7- La crisis de la representatividad era muy importante. Se cargaba contra los partidos del 78, pero el movimiento cargaba, explícitamente, contra la línea de flotación del PSOE. Cargaba contra el fallo de la política y el sindicalismo de izquierdas. Contra su fracaso. Absoluto. No sólo no supieron calcular sus políticas, sino que ni siquiera detectaron sus consecuencias. El movimiento suponía implícitamente una tabla rasa en las izquierdas esp. Así de bestia. Casi se consigue. Lo que es un indicio del futuro, cuando se vuelva a someter a la sociedad a presión y temperatura. Pasará. No ha cambiado nada. Ni siquiera han leído lo que pasó. Esta breve legislatura puede ser el sello.
8- Pero, por Fontana de Oro system, esa revolución democrática, con todas las letras, no dejaba de ser una revuelta de la clase media, empobrecida y sin expectativas por primera vez en décadas. En Cat, gracias al procés, se logró encaminar la cosa hacia la revuelta de la clase media. No creo que salga de ahí, sino que profundizará su relación con otros movimientos nacionalistas, de clase media, europeos y aterrorizados. En MAD, la cosa fue diferente. En todo caso, la cosa no está solventada ni en Cat ni en MAD. Las vallas policiales que aún hoy hay dispuestas en el Congreso y en el Parlament explican la profundidad de lo acaecido, y la dificultad en su solución. Que la solución alcanzada –la recomposición del Régimen a la brava, mediante reformas legales sancionadoras, en una breve etapa de bonanza económica– es una solución efectiva, pero no para mucho tiempo. Rayos, les he hecho un spoiler. Volvamos a hace mil años. A 2012, un año después.
9- Las manifestaciones ‘Rodea el Congreso’ y ‘Encerclem el Parlament’ supusieron el fin del primer ciclo. Su límite. Y el paso a la política institucional. No fue sencillo. Había diversas posibilidades para que el 15M pasara a la política. Fundamentalmente, tres. Pudieron realizarse con cierta lentitud y pugnar entre ellas porque el Régimen estaba KO. Ni más ni menos.
10- Ahí van: a) el Partido X. Quizás lo más nítidamente 15M en su génesis humana. Nadie se acuerda de él. No triunfó. Fue avasallado en las europeas de 2014 por Podemos. Tal vez confió más en las redes y en el trabajo en red que en lo analógico, ese sitio en el que se encuentra la calle y tu madre. La b) sería el municipalismo, centrado en el municipio, la proximidad absoluta. Con el tiempo, fue la cosa confluencias. Luego estaba –tachán-tachán– c) Podemos. Fue la opción que se impuso. Su éxito, su modelo, sus estructuras, su funcionamiento, su estilo, su evolución, afectó a la otra vía que quedó colgando: el municipalismo.
11- Por lo que sea –apuesta por un medio del siglo XX, llamado tele, más que por redes del siglo XXI; proximidad; contacto con la calle; calor; diálogo inmediato–, ganó la opción menos 15M, aquella en la que sus líderes tenían menos confianza y contacto con el 15M, pero no así sus bases y sus votantes. La victoria de esa vía sobre las dos restantes supuso, a su vez, un segundo 15M. Podía haberse celebrado en otro sitio, pero se celebró en Podemos. Podemos, en cierta medida, fue el partido 15M a pesar de sus líderes. Con él se pasó, con alegría y juego de piernas, de las plazas a los círculos. Numerosos, descomunales en número, sexis, ambiciosos. Un pitote. Algo absolutamente novedoso y sin centro y con una nueva metodología. La cosa cristalizó con las elecciones europeas, y el enorme resultado de Podemos, que prometía un vuelco político en Esp.
12- Ese vuelco se intuía imparable. La deslegitimación política en Esp era grande. La política en Grecia de la Comisión Europea y otras instituciones no votadas, no fueron tanto una acción sobre Grecia, sino un aviso al cambio en Esp. En este momento, la Comisión, por otra parte, hace en Esp algo que no hace en Grecia. Retrasar recortes y hacer un tanto la vista gorda con Rajoy. No le complican la vida. Tienen miedo. Hay miedo. Esp, en la pirámide trófica, no es Grecia. Una Esp coqueteando con el impago no es Grecia. Sería el fin o la reformulación de la UE. Es decir, tal vez su fin.
Podemos, en cierta medida, fue el partido 15M a pesar de sus líderes
13- El miedo, el 15M y las posibilidades reales de algo nuevo en Podemos finalizan en breve. Ese mismo 2014. El momento puede ser el de las primeras elecciones en los círculos. Esto es, la transformación de los círculos en delegaciones de partido ad hoc. La pérdida de lo nuevo por la verticalidad de siempre. El cierre de los debates. El desperdicio de lo creado, espontáneamente, primero en las plazas, luego en los círculos. La incorporación de estructuras al uso, y tecnologías sociales que pretendían ver mejor la realidad que los ojos. De conceptos académicos de muy poco uso en las izquierdas europeas, salvo las que van de narices contra el muro del nacionalismo y el rojipardismo. Como los populismos. Como, vía Laclau, la incorporación de los palabros pueblo y nación –esas cosas que en Europa tienen dueño– como elemento cohesionador. Todos esos ingredientes, que aplazaban la agenda previa, descohesionaron absolutamente Podemos. Junto con la verticalidad y la adopción de antiguallas izquierdistas vinculadas con la disciplina interna y el enemigo interno, fueron una criba. En ese momento, Podemos empieza a vaciarse de círculos y de individuos. Deja de ser una amenaza. Tras haber protagonizado la mayor subida electoral jamás vista en un nuevo partido, protagoniza los más fulgurantes bajones. Varios millones de electores.
14- En todo caso, en ese momento y proceso en el que Podemos pierde el mojo 15M, Errejón no sólo estaba en el staff de Podemos, sino que fue determinante. Nos quejábamos de la rapidez con la que el PCE se hizo la XXXXX un lío en los 70’s. Pero Podemos/sus líderes ha pulverizado récords. Esos líderes, después de varias intrigas de la TIA y momentos quiero-ser-Califa-en-lugar-del-Califa, se separan por fases. Como un cohete. Que no pita. Uno forma otro partido autonómico, ahora estatal. ¿Qué diferencia a Iglesias de Errejón, esos líderes que renovaron la disciplina de vaciar La Fontana de Oro juntos? ¿Qué aporta el partido de Errejón?
15- Mantienen diferencias en la tradición de la que parten –comunista uno, libertaria otro– y de carácter personal, más frágil y de barrio uno, más de épater la suegra el otro. Lo que no necesariamente da para dos partidos. O sí. Se ha dibujado a Errejón como creador de aparato –de hecho, fue determinante en la creación de aparato, y el mal rollo posterior, en MAD y, después, en todo el Estado–. Se ha dibujado a Errejón como proclive a pactos con PSOE –Iglesias, ha quedado claro, también lo es; sin llegar al extremo de relacionarse con la Operación Chamartín, una operación especulativa en MAD que supone un antes y un después en la izquierda del PSOE; una frontera cruzada con cierta facilidad, que orienta sobre la facilidad de superar otras fronteras–. Se ha hablado de dos lenguajes, obrerista uno, open-your-mind el otro. Se ha dibujado a Errejón –Emmanuel Rodríguez lo ha hecho recientemente, de forma brillante– como más sensible al drama de la clase media, a su salida de la Fontana de Oro, a reformas que posibiliten una mejora de la clase media o, al menos, de los cuadros de la clase media integrados en un partido. Se está dibujando que su apuesta, su partido, se proyectará a través del ecologismo, y de guiños a una clase media que se aguanta a la pared con las uñas o sin ellas, pero que, además, recicla los envases. En mis encuentros con amigos listos y sexis de ambos partidos, no obstante, no se me han dibujado diferencias notorias. Salvo algunas interiorizadas por ellos y difíciles de exteriorizar, que dibujan afinidades electivas. Las que determinan que seas del Osasuna. Poco más. Algunos huyen de un partido vertical. Pero van a toda leche a un partido sin programa aún, pero con líder. Es decir, vertical by a tube.
16- Quizás la respuesta a la escisión sea madrileña, ese biotopo un tanto duro y cainita en su izquierda y derecha. Ni idea. Quizás la respuesta es el aprovechamiento del desgaste de Podemos, un partido que, a mi juicio, no ha respondido nada mal a la trampa diseñada por el PSOE estos últimos cuatro meses. Es decir, que ha evitado su desgaste por esa vía.
17- O quizás, snif, la respuesta es que el proceso institucional del 15M, así visto, ha significado, en primera instancia, la incorporación a la política de una generación que tenía vetado su acceso a ser cuadro de partido. Lo que habla de la cerrazón del sistema político del 78. Si alguna escisión acabara, en meses o años, en el PSOE, ilustraría que el tapón al que se enfrentó el 15M –y su escisión, la clase media joven, atormentada y taponada, también en la política– fue mayor a lo prevista. Para entrar en un partido del 78 fue necesaria, en fin, una revolución. Lo que tendría guasa.
18- Es posible que por ahí vayan los tiros. Al menos en este momento. La creación de una estructura sin la molestia de tener bases, círculos y frikis, que aún no existen. La creación de un partido de cuadros, que negocia agresivamente la incorporación de cuadros en provincias, parece que con cierto éxito. Un partido de cuadros más libres, relacionados más con votantes –ese ser lejano– que con militantes –ese engorro–. Lo que es la fantasía de cualquier partido.
19- La pregunta del millón sería: ¿la apuesta de Errejón es parte de una operación del PSOE?
20- El PSOE ya tiene bastante con lo suyo. Leer la política como fenómeno institucional, con serios problemas para leer la época; ser una región del Estado, no ir más lejos que él en sus análisis y posibilidades. No creo que tenga tiempo y visión para nada 8 años anterior u 8 años posterior al presente. Por otra parte, UP/MP, diría, se bastan a sí mismos para repetir dinámicas anteriores de las izquierdas. Sus cuadros proceden de ellas, antes que del 15M, en todo caso. No tiene por qué haber una planificación PSOE en todo esto, por tanto. Y más si meditamos en la planificación que el PSOE ha hecho de los últimos cuatro meses. Caótica. Incomprensible sin la ayuda de la nueva comunicación de la derecha. Es un hecho que la operación nace de la coyuntura creada por el PSOE, y que, por exigencias del guión existencial, deberá compartir con él su relato: no ha habido gobierno por culpa de una patología Podemos. Si, no obstante, todo fuera una operación planificada y patrocinada, la cosa podría tener, incluso chiste. El chiste del punto 21.
21- Errejón no parece alguien relacionado con la regeneración de Podemos, sino otro líder relacionado con su bajuna. El alejamiento de Podemos, por tema marca, parece haberle aproximado un tanto al campo semántico del PSOE. Un partido cerrado y encerrado, en el que Pedro Sánchez no ha aportado, al menos por ahora, sangre nueva, sino tan solo sangre, absurda. Más País puede ser, por tanto, algo más próximo al votante PSOE –alimentado en las últimas elecciones con ex-votantes de Podemos, ya perdidos para Podemos–, que al votante de Podemos. Más próximo al votante enojado con PSOE que con Podemos. La encuesta de GAD3, la primera en la aparece MP, parece apuntar eso. PSOE baja casi tanto como sube MP. Vete a saber.
22- Futuribles (1): MP puede, en efecto, ser el partido que aporte las posibilidades de una Operación Chamartín en el biotopo Moncloa. Un pacto rapidito entre cuadros, asumiendo ya el campo de juego del PSOE como biotopo. Un 2016 reloaded, en el que PSOE, C’s –si tiene dedos de frente– y MP conforman gobierno. Una vuelta al bipartidismo costosa y traumática. Y, me temo, momentánea. Un cántico a la clase media –está condenada–, en el que falle la música o la letra.
23- Futurible (2): MP, que no se sabe en cuántas provincias se presenta, y que no ha seguido lo que anunció –presentarse en provincias en las que no supusiera restar votos a la izquierda–, puede ser, en ese sentido, una corrección del efecto Vox. Puede suponer la victoria de las derechas, por rollito D’Hont. Yupi.
24- Futurible (3): Confluencias, UP y Más Madrid, en la última legislatura conformaron grupo conjunto en el Senado. En un mapa político majara –estamos en segunda convocatoria de elecciones por lógica majara, diría–, no es descartable.
25- El ciclo 15M, en fin, ha finalizado. Hace años. Con diagnóstico. Sin soluciones. La antigua y la nueva política, en sus diferencias, no parecen aportarlas. El problema volverá a plantearse como una punta imprevista. Dentro de cinco, diez años. Es lo que les pasa a los sistemas cerrados. Crean situaciones imprevisibles. Se volverá a llenar La Fontana de Oro. Quizás con muchos de sus miembros que ahora están jugando en otras ligas y en dos partidos. Tal vez con una idea clara de no pertenecer a la clase media. La increíble clase menguante, salvo en la política.
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Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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