Un rombo ineficaz

Simeone, tal vez espoleado por la ausencia obligada de Joao Félix, lo intentó de nuevo -así empezó la temporada- con el rombo en el centro del campo. No funcionó. El conjunto rojiblanco se dispuso con Thomas como pivote, con Herrera y Saúl como interiores y con Koke en la mediapunta. El desorden creado en la presión y en la circulación de balón fue tal que Simeone aguantó el sistema menos de 20 minutos. Después, vuelta a la línea de cuatro con Saúl en la derecha y Koke en la izquierda. Ambos intentaron meterse por dentro y catalizar el juego entre líneas sin demasiada fortuna.

Sin presión ni control

El Bayer Leverkusen (equipo moldeado por el precursor de la escuela holandesa Peter Bosz) se presumía como el rival ideal para volver a recuperar la mejor versión del equipo en la presión. Pero, salvo ocasiones puntuales en la segunda parte, el Atlético no realizó una presión alta y coordinada. Cuando conseguía robar lo hacía lejos de la portería rival y volvía a ceder el esférico muy pronto. El cuadro germano estuvo más agresivo en la presión tras pérdida que el equipo de Simeone. ¿La consecuencia? Prácticamente no hubo contragolpes. Es un mal que empieza a ser persistente.

El Atlético no tuvo el balón pero, a diferencia de otros partidos, tampoco el control del partido. La presencia de dos llegadores como Herrera y Saúl invitaba al intercambio de golpes ante un rival que también gusta de las transiciones. Como ya ha pasado en varias ocasiones durante este curso, los de Simeone rehuyeron el combate cuerpo a cuerpo y prefirieron dormitar el partido. Es verdad que Oblak apenas se vio exigido pero el equipo nunca se sintió cómodo.

El Thomas más impreciso

Como ya ocurriera ante el Valencia, en el choque de este martes volvió a aparecer la versión más irregular de Thomas, esa que ya teníamos olvidada y que en su momento nos hizo recelar del polivalente futbolista. El ghanés juega prácticamente solo en un perímetro grande, en una zona de alta peligrosidad (el círculo central). Cualquier pérdida sirve en bandeja la contra del rival, y ante el Leverkusen tuvo varias. Simeone quiere que sus centrocampistas sean verticales y en eso Thomas es obediente. El problema es que sus envíos a veces son precipitados y quieren avanzar demasiadas líneas de una tacada.

Lemar, más certero que Correa

No le salió bien a Simeone su apuesta por la pareja Costa-Correa como atacantes. El argentino, con más movilidad que Morata, intentó sin éxito retrasar su posición para jugar entre líneas. Lemar entendió mejor las necesidades del equipo. Bajó a recibir al medio con asiduidad consiguiendo dos cosas: liberar a Herrera y dejar el costado izquierdo diáfano para Lodi. Así llegó el gol del Atlético, con un cabezazo impecable de un eficaz Morata. El delantero madrileño había entrado unos minutos antes por Koke, cuya ausencia no notó el equipo rojiblanco.

Los laterales, por cierto, no tuvieron casi relevancia durante todo el partido. En un sistema tan focalizado en sus escaladas, el equipo acusa enormemente cuando no se proyectan.

Hermoso, aprobado alto

Aunque ya decimos que el Bayer no asedió la portería rojiblanca, es verdad que casi todo el peligro llegó por el flanco izquierdo. Mario Hermoso, que salió en la primera parte por lesión de Giménez, lidió bien con el persistente Bellarabi. Ante las pocas apariciones del talentoso Kai Havertz (la joya del Leverkusen), el extremo fue uno de los mayores incordios del Bayer.