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Morata tira a puerta para hacer el 2-1 frente al Espanyol.
Ángel Gutiérrez / Club Atlético de MadridEn CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
“Inteligencia, temple y cintura para convertirse en una fuerza de Gobierno capaz de cambiar a mejor un país en retroceso”. Así terminaba Ctxt su editorial del lunes pasado. ¿Dónde hay que firmar?
Inteligencia, temple y cintura, mucho de todo eso y algo más necesitábamos en el Metropolitano después de tres partidos fuera de casa sin victoria. Un equipo en horas bajas, dicen los medios, horario de divorcio garantizado y choque contra el Espanyol de Barcelona, una escuadra a la que se considera filial del Real Madrid. Lo recuerda por la mañana un hombre ronco mientras toma café con cosas y se dirige a un desinteresado camarero que se estira la chaquetilla. Con un palillo asqueroso entre los dientes, el hombre dice que los periquitos le dan repeluco. “Mira tronco, de los últimos 20 partidos de liga jugados entre ellos, el Madrid ha ganado 17 y perdido 1. Por favor. Empiezan la liga con seis puntos, cómo no les voy a tener gato”.
Total que rival antipático a deshoras, nada de cocido en jornada electoral, tarde fría y ventosa y tres bajas importantes en los colchoneros, además de que Barça y Madrid han goleado en sus encuentros del sábado. Decisión indubitada: voto y voy al fútbol.
Un añadido a la vidriosa e inequívoca ojeriza que despiertan los blanquiazules entre los indios. Hay en su historia algo que nos confraterniza: también ellos fueron desalojados de un estadio en el centro de su ciudad, de uno de los barrios más distinguidos de Barcelona, Sarriá, para jugar en un desabrido nudo de autopistas cerca de Cornellá de Llobregat. Y también sufren a diario el ninguneo de la prensa deportiva local, entregada en cuerpo y alma al todopoderoso vecino.
Al equipo españolista, en descenso, no le acompaña apenas aficionado alguno, la zona destinada a las hinchadas rivales está absolutamente vacía. Lo nunca visto.
Arranca el partido y el cuero rueda hacia la portería de Diego López como si el campo estuviera desnivelado. Achucha el Atleti hasta que al cuarto de hora Morata falla un mano a mano tras gran pase que filtra Vitolo, hoy incisivo y eficaz. El error enfría el match, sin velocidad Thomas parece distraído, tanto que un fallo del africano provoca el gol de Darder, con certeza el mejor de los suyos. El zurriagazo del 10 mallorquín deja a Oblak con el molde y perplejo al fondo sur. Koke arenga a los suyos, “vamos, vamos” antes de sacar de centro. El capitán ha jugado hoy también de lateral izquierdo, con ayudas permanentes a Saúl por esa banda. En la última acción del primer periodo Thomas lanza a Morata que se luce con un control y centro de categoría para que Correa, aprovechando su bajura, marque de cabeza bajo palos perseguido por dos rivales. Anulado en primera instancia, el VAR concede el gol tras una inacabable espera. ¡Gooooool!
–¡El VAR es un puto coñazo! Se oye decir.
–Ese tiene estudios superiores, aclara otro.
En la reanudación semejante afirmación se vuelve a hacer evidente con un no penalti a favor tras un codazo a Felipe en área rival. Varios minutos absurdos en espera de un veredicto. La aparente falta máxima se convierte en sanción en contra el jugador atacante. Surrealista. Gloria y alimento para cebar el ego del árbitro y sus pésimos jueces de línea.
Como en un juego de espejos, en el minuto 15 de la segunda se repite la secuencia, Vitolo para Morata y derechazo seco del nueve. Ahora sí, a la caja. Boooom. Luego descontrol general, miradas al electrónico y restos de pipas en los bolsillos, pero en el descuento jugadón colectivo, asiste Costa, deja pasar el mexicano Herrera y partido resuelto, lo ha decidido el capitán Resurrección. Resoplido general.
Tiritando, los ancianos con mantita y los niños embozados, comenzamos a desfilar. Brunito, de seis años, dice que lo que más le ha gustado del partido ha sido el gol de Koke…“¿puedo pedirle un autógrafo a Oblak?” remata el figura con los mocos cayéndole. Las gradas se van quedando como la ya desertada de los seguidores del cuadro catalán. El niño tiene razón. Los tres puntitos nos mantienen cerca de la cima. Parón en la liga y quince días de sosiego para recuperar efectivos. No habrá mucho que pensar en fútbol estos días venideros, ocuparemos la sesera con asuntos de mayor calado como la formación de un gobierno de progreso, el peligroso ascenso de la extrema derecha o cómo cambiar la espantosa costumbre de abandonar mascotas. Lo mismo toca adoptar un periquito. O exiliarse.
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Luis Mengs
Luis Mengs es realizador. Algunos de sus trabajos se han proyectado en museos como el Thyssen-Bornemisza de Madrid, Bellas Artes de Bilbao, Fundación Telefónica, Reina Sofía, Nagasaki Prefectural Art Museum, Public Library de Nueva York y el Palacio de Carlos V en Granada. Desde 2015 dirige con mano de hierro una empresa de un solo empleado.
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