Sin futuro
Más de la mitad de los jóvenes españoles está fuera del mercado laboral
Es la cifra más alta desde hace una década. Solo un 33% de los menores de 30 años está trabajando, incluyendo a los que están en ERTE. Los dos tercios restante se encuentran desempleados o son población inactiva
ctxt 7/10/2020
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Una generación atrapada entre varias crisis. Así se podría describir a los jóvenes de España, que desde el estallido de la crisis en 2008, han visto cómo su nivel de vida y sus expectativas de futuro iban mermando progresivamente pese al crecimiento de muchos indicadores macroeconómicos. Ahora, la llegada del coronavirus ha devorado las escasas esperanzas de mejora que guardaban muchos de ellos: entre marzo y junio, la tasa de paro de las personas menores de 30 años ha pasado del 25,2% al 30%. Entre los menores de 25 años, la tasa de paro llega al 44%, un dato que sitúa a España más de 26 puntos por encima de la media Europa.
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Pero la delicada situación de la juventud no solo es palpable en las altas tasas de desempleo, precariedad, o inestabilidad laboral, sino también en el número de jóvenes que ni siquiera participan en el mercado laboral, que ha vuelto a alcanzar cifras que no se veían desde hace una década. Así lo recoge un informe publicado en los últimos días por el el Instituto de la Juventud y el Consejo de la Juventud de España, donde se advierte que, a cierre del mes de junio, apenas un 47,9% de los menores de 30 años estaba trabajando o buscando empleo de forma activa en España, una cifra más de seis puntos inferior a la del año pasado.
El documento, donde se repasan las consecuencias socioeconómicas de la pandemia sobre la población joven, es pesimista con la situación que tendrá que afrontar en los próximos meses un grupo de población muy vulnerable y que, ante los cambios cíclicos de la economía, termina siendo expulsado de forma masiva del mercado de trabajo. Los datos ya dan clara muestra de esta afirmación: entre el primer y el segundo trimestre de este año, dos de cada diez personas menores de 30 años ha perdido su trabajo, mientras que más de la mitad de los jóvenes que estaban apuntados al paro en julio son nuevos desempleados.
Entre los menores de 25 años, la tasa de paro llega al 44%, un dato que sitúa a España más de 26 puntos por encima de la media Europa
La fotografía se completa con la cifra más elocuente, y que sirve como resumen de la situación de la población joven: solo un tercio de los jóvenes, incluidos los que se encuentran en ERTE, tiene un trabajo en el país. Una tasa más de siete puntos inferior a la de segundo trimestre de 2019.
Según el estudio, esta salida masiva de jóvenes del mercado laboral no es nueva, sino que responde a una dinámica que ya se registró con mucha intensidad tras la crisis de 2008, cuando “gran parte de la población joven, ante la imposibilidad de encontrar un trabajo, abandonó la búsqueda activa de empleo y se refugió, de nuevo, en los estudios, pasando a integrarse en la población inactiva”.
Entre otros motivos, el estudio apunta a la dualidad del mercado laboral para explicar la poca homogeneidad con la que está impactando la crisis derivada del coronavirus. Por un lado, una población, generalmente más adulta, con trabajos más estables y duraderos. Por otro lado, las personas jóvenes, “cuyos empleos son mayoritariamente temporales y precarios, y que son despedidas (o no renovadas) a bajo coste en épocas de crisis”.
Así lo confirman también los datos de los últimos meses que aparecen recopilados en el estudio, y que apuntan a un descenso interanual de casi catorce puntos en la ocupación estacional de los jóvenes durante el pasado mes de julio, cuando comenzó la temporada de verano.
Algo similar ha sucedido con la temporalidad entre los menores de 30 años, que durante los últimos años se había mantenido de forma muy estable en las estadísticas, pero que ahora se sitúa por debajo del 50% por primera vez desde 2014. Esto no significa que los jóvenes estén mejorando su estabilidad y consiguiendo empleos indefinidos, sino al contrario: “Muchos contratos temporales que seguían vigentes hasta entonces se extinguen o no se renuevan en un contexto en el que muchas empresas difícilmente pueden preservar su estructura de personal”.
Es decir, los jóvenes no solo soportan altas cotas de precariedad e inestabilidad. En tiempos de crisis, los empleos en sectores estacionales y de baja productividad son además los primeros en ser destruidos. Una dinámica que, según el estudio, “puede poner en peligro la empleabilidad de más de la mitad de la juventud española” cuando finalicen los ERTE.
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