En el contexto de la pandemia de covid-19, que ha dificultado la ya complicada vida de las artes, Marta Cantero, directora de la asociación Paladio Arte y el agitador cultural Andrelo S se han juntado para llevar a cabo el proyecto Di-versos, que mezcla la poesía de autores comprometidos y el teatro especial de Paladio. Sus protagonistas son poetas emergentes, aunque también reconocidos y, sobre todo, los actores con diversidad funcional de esta asociación de Segovia. La espontaneidad y la libertad, elementos fundamentales del proyecto, permiten abrirle al público una ventana a una realidad diferente a las que suelen pisar los escenarios.

Como tantas otras personas, durante este año, Marta y Andrelo vieron interrumpidos sus planes. Y de ahí nació Di-versos: entre las cosas que sí se podían hacer, estaba tener a dos personas en el escenario, en este caso un poeta y un actor con diversidad funcional. Con cinco actuaciones entre el 10 de octubre y el 19 de diciembre y de manera simple, sin vestuario ni medios técnicos, diferentes parejas poeta-actor están pudiendo escenificar las poesías de estos autores leídas por miradas refrescantes.

“El protagonismo”, cuenta Andrelo, “lo tiene el actor de Paladio”. Él y Marta aseguran que el vehículo conductor de las puestas en escena es cómo se muestra la “esencia del individuo”: la poesía es el propio actor. “La racionalidad del poeta”, explica Marta, “queda totalmente desarmada por la espontaneidad y lo genuino del actor, que le lleva a un terreno nuevo”. Dándole rienda suelta a la improvisación, se crea un diálogo en el cual quién actúa es libre de expresar su originalidad: Andrelo asegura que uno de los elementos más importantes de este proyecto es, precisamente, mostrar lo que es en realidad dialogar con una persona neurodiversa.

“A menudo”, explica Andrelo, “noto que mucha gente evita relacionarse con personas neurodiversas, existe una especie de temor hacia ellas”. Sin embargo, al asistir al proyecto Di-versos, cuenta, los espectadores se percatan de que las personas a las que la sociedad castiga como discapacitadas tienen en realidad otras capacidades diferentes. Él y Marta narran una anécdota que recuerdan con especial admiración: ensayando con Miguel, uno de los actores, le preguntaron si “todas las personas somos iguales”. Miguel, para la sorpresa de todos los presentes, respondió: “No, todas las personas somos diferentes”. “Personas como nuestros actores razonan de maneras muy frescas, y su creatividad es impresionante”, comentan, “Di-versos muestra esto, deconstruyendo así la idea de que gente como ellos no es más que objeto de compasión”. “Los que vivimos con diversidad funcional hemos sufrido maltrato por parte de la sociedad”, añade Marta, que recalca la importancia de no idealizar su experiencia: “Vivimos en una ambigüedad muy grande, y una de las cosas que nos permite Di-versos es mostrarla de manera poética”.

El valor del proyecto Di-versos no es sólo el artístico. Marta y Andrelo cuentan que ha tenido un gran impacto en la vida de sus participantes, dándoles la oportunidad de volver a tener una actividad, una comunidad. “Los meses de inactividad han sido muy duros para ellos, y su salud empeora”, afirma Marta, ‘“la comunidad y el reconocimiento que les ofrece Di-versos han sido muy importantes”. Ella y Andrelo aseguran también que, incluso personalmente, trabajar con estos profesionales les ha hecho mirarles aún más como iguales: les ha ayudado a darse cuenta de cuánto pueden aprender de personas que, con una pasión y un talento especiales, realizan actuaciones destacables.  

Di-versos ocurre en un contexto, además del pandémico, de amenaza global de la ultraderecha. Como el propio Donald Trump demostró simbólicamente con una claridad aplastante al imitar a un reportero con diversidad funcional en 2015, personas como las que integran Di-versos no entran dentro de los esquemas  excluyentes de estos movimientos. “Para las personas con diversidad ha habido momentos mejores”, asegura Marta, que dice temer que se avecinen retrocesos en asuntos tan importantes como conseguir trabajo o acceder a la universidad. “Cuanto más poder tenga esa derecha”, añade Andrelo, “más abarcan en su ataque”. El papel de Paladio, aseguran, es el de responder ante esta amenaza sobre el escenario y con accesibilidad real. Andrelo define el rol de Paladio como “acción”. Señala que la asociación es, excepcionalmente, una escuela y taller relacionada con el teatro que proporciona empleo, lo cual representa una oportunidad para las personas con diversidad funcional de tener un trabajo, y un trabajo, además, vocacional. Lo que ganan las personas que trabajan en Paladio, por lo tanto, no es solo representación, sino también una mejora de sus condiciones materiales. Generar este trabajo decente es, de hecho, una de las prioridades de Di-versos.

Marta y Andrelo aseguran que no dejarán de estar activos, “aunque solo nos quedara la opción de estarlo desde Zoom”. ‘“Sea como sea tenemos que estar ahí: la gente tiene que saber que existimos, que hacemos cosas, que reivindicamos lo que reivindicamos”, afirma Marta, que insiste en la importancia de permanecer visibles siempre, para seguir haciendo que el público se autocuestione y se deconstruya.