pobreza
La cohesión territorial, deteriorada por el crecimiento de la desigualdad tras la covid
La desigualdad ha crecido de forma generalizada durante los últimos meses, pero afectan con distinta intensidad a las Comunidades. El porcentaje de trabajadores cuyos ingresos se sitúan por debajo de la línea de pobreza ha pasado del 25,6% a cerca del 36%
ctxt 24/02/2021
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De la misma forma que ha sucedido con los índices de desempleo o la caída de los salarios, la crisis provocada por el coronavirus no está afectando con la misma intensidad a las diferentes regiones que dibujan el mapa de España. Así lo detalla un estudio publicado durante los últimas días por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Oxford, donde se señala que la pobreza y la desigualdad han crecido de forma destacada en todo el país, pero con mucha mayor incidencia en las Comunidades Autónomas donde escasean las ocupaciones esenciales, como Baleares y Canarias.
El índice de GINI ha crecido 3,7 puntos en el conjunto del país. Las personas que ya eran pobres antes de la covid son las que han sufrido las mayores pérdidas salariales
Según los cálculos de la investigación, los dos archipiélagos han registrado, desde el inicio de la pandemia, un crecimiento de la pobreza de 19,2 y 14,6 puntos porcentuales respectivamente, mientras que en otras Comunidades. como Extremadura y Navarra. el aumento apenas ha superado los 8 puntos. “El crecimiento de la desigualdad entre regiones podría dañar la cohesión interna del país”, sostiene el estudio, que para realizar estas mediciones ha tenido en cuenta el efecto de los cierres de actividad sobre los salarios y de estos sobre los índices de pobreza y desigualdad.
Más allá de la capacidad de cada modelo productivo para fomentar el trabajo a distancia, los investigadores han tenido en cuenta la estructura ocupacional y el nivel de esencialidad en cada región para explicar el desigual efecto territorial de la crisis vírica. “Dado que no todos los trabajadores pueden trabajar desde casa y algunas actividades están cerradas, limitadas o menos demandadas para evitar el contagio, existen potenciales reducciones salariales para una parte significativa de la fuerza laboral”, dicen los autores en el documento.
Como cabría esperar, las regiones con una fuerte presencia del modelo turístico han terminado demostrando una mayor sensibilidad ante los cierres de la actividad parcial o total. En las Islas Baleares, el índice de GINI –que mide la desigualdad– ha crecido 5,3 puntos, frente a los 3,7 puntos de la media nacional. En Canarias y Valencia, el aumento de la inequidad ha superado los 4,3 puntos.
Los resultados son menos evidentes en casos como el de Extremadura, que pese a contar con el índice de teletrabajo más bajo del país también registra la mayor presencia de empleos considerados esenciales, por lo que el crecimiento de la desigualdad ha sido mucho más moderado. Aquí, el salario de los trabajadores más pobres ha descendido un 17,5%, la cifra más baja del país. Navarra, la Comunidad donde menos han crecido la pobreza y la desigualdad, es otro de los ejemplos de esta coyuntura: la región presenta un nivel de teletrabajo y esencialidad por debajo de la media, pero es la segunda menos afectada por los cierres de actividad.
La población con menos recursos ha perdido siete veces más renta que las capas ricas durante el último año
Pese a todas estas cifras, el estudio asegura que, gracias a que algunas de las zonas más afectadas por los cierres han sido las de mayor riqueza, el deterioro de la cohesión territorial no ha sido tan destacado como el que se ha llegado a experimentar dentro de las propias Comunidades, donde la desigualdad ha llegado a aumentar cerca de un 17%. Un crecimiento tres veces mayor que el que se ha registrado si se comparan las regiones entre sí.
Algo similar ocurre con cálculos realizados a nivel nacional, que atraviesan el estudio y ofrecen resultados incluso más alarmantes que los de las Comunidades Autónomas. Por un lado, el porcentaje de trabajadores cuyos ingresos se sitúan por debajo de la línea de pobreza ha pasado, en apenas un año, del 25,6% a cerca del 36% a nivel nacional.
Por su parte, el índice de GINI, que solo había registrado una variación de 1 punto durante la última década, ha crecido 3,7 puntos en el conjunto del país, principalmente porque han sido las personas que ya eran pobres antes de la covid las que han sufrido las mayores pérdidas salariales –concentradas en regiones como Cantabria (-23.5%), Madrid (-23.4%), Valencia (-23.2%) o Galicia (-22.0%).
Este no es el primer estudio que alerta sobre el impacto desigual de la crisis provocada por el coronavirus en los indicadores socioeconómicos del país. Según un informe de Oxfam Intermón publicado hace apenas un mes, la población con menos recursos ha perdido siete veces más renta que las capas ricas durante el último año. Además, los trabajadores jóvenes y precarios –que suelen ser los mismos– han acumulado las tasas más altas de destrucción de empleo.