Racismo y machismo
Los futbolistas se rebelan contra el acoso en las redes sociales
Jugadores y organizaciones del sector reclaman a varias plataformas medidas más contundentes para frenar los mensajes ofensivos que reciben los deportistas y sus familiares
Ricardo Uribarri 28/03/2021
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El futbolista del Arsenal Eddie Nketiah.
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“Ojalá mueras de Covid”; “Espero que tengas una terrible lesión para que nunca juegues otro partido”; “Te deseo lo peor para el resto de tu vida. Confío que tengas una dolorosa muerte”; “Sé cómo Enke (jugador que se suicidó en 2009) y lánzate frente a un tren”. Estos son solo algunos ejemplos de los insultos y amenazas que reciben futbolistas, árbitros y entrenadores por redes sociales. La mayoría proceden de personas que se esconden detrás de cuentas anónimas. Un acoso que se viene produciendo desde hace tiempo, pero que sigue sin ser atajado por las empresas propietarias de las plataformas, lo que ha llevado a quienes lo sufren a alzar la voz para denunciar el problema y pedir soluciones.
En las últimas semanas hemos podido ver videos protagonizados por internacionales alemanes y uruguayos en los que denuncian esta situación. El de los germanos finaliza con la siguiente conclusión: “Un discurso de odio no es una opinión. Hay un humano al otro lado de la pantalla”. En el de los jugadores charrúas, realizado a raíz de los ataques que recibió Denis Olivera, se hacen reflexiones como que “escribir desde el anonimato no te permite decir lo que sea sin medir las consecuencias” y se transmite el lema de “seamos responsables”. El inglés Marcus Rashford, del Manchester United, publicó este contundente mensaje tras los insultos raciales recibidos: “Soy un hombre negro y estoy orgulloso de serlo. Ningún comentario va a hacerme sentir diferente”.
Los jugadores no están solos en esta lucha. Tienen el apoyo de sus clubes y de las organizaciones del sector, que han decidido reclamar mayor implicación a los que tienen la posibilidad de frenar esta situación, los dueños de redes como Facebook y Twitter, donde se producen la mayoría de estos ataques. Según un estudio hecho público por el sindicato mundial de futbolistas (FIFPro), alcanzan ya al 40% de los jugadores en Inglaterra. Muchos de los afectados no se explican como un contenido pirateado se elimina en minutos de esas plataformas y en cambio no se tomen medidas contundentes contra los excesos verbales. “El abuso en las redes sociales debería ser fácil de detener”, señala Rashford.
Los jugadores tienen el apoyo de sus clubes y de las organizaciones del sector, que han decidido reclamar mayor implicación a Facebook y Twitter
Por eso, la Premier, junto a la Federación Inglesa, las asociaciones de jugadores, entrenadores y árbitros del país británico, y la organización benéfica antidiscriminatoria Kick It Out, han mandado una carta al presidente de Facebook, Mark Zuckerberg, y al director ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey, donde afirman que “vuestra falta de acciones ha creado la tendencia de que las personas que insultan están por encima del bien y del mal. El incansable flujo de mensajes racistas y discriminatorios se retroalimenta. Cuando más lo permiten Twitter, Facebook e Instagram, más normal se vuelve. Por razones de decencia humana usen el poder de sus sistemas globales para ponerle fin. El lenguaje utilizado es degradante, amenazante e ilegal. Causa angustia a los destinatarios y a la mayoría de personas que aborrecen el racismo, el sexismo y la discriminación de cualquier tipo. Sus plataformas siguen siendo refugios para el abuso. Una minoría ha encontrado espacios protegidos donde decir lo que quieran sin tener en cuenta la ley”.
Por el mismo camino ha ido la Liga de Fútbol Profesional de Francia, que en un comunicado señaló que “en el momento en el que el fútbol no puede estar directamente conectado con los hinchas, los protagonistas de los partidos y personas próximas a ellos son objeto de insultos racistas y de odio en las redes sociales. Jugadores, entrenadores, dirigentes… Todos ellos se han convertido en objetivo fácil de las personas que casi siempre se refugian en el anonimato de las redes sociales para insultarlos con total impunidad”. De ahí que la dirección de la patronal futbolística gala se haya reunido con responsables de las plataformas tecnológicas para reclamarles que tomen medidas para evitar esta problemática. Dirigentes de estas empresas, como el vicepresidente de Facebook para el sur de Europa, Laurent Solly, se defiende argumentando que en los últimos meses han adoptado medidas contra millones de mensajes de odio, pero reconoce que “hay mucho por hacer”. De momento, se han comprometido a trabajar con diferentes asociaciones para promover comportamientos responsables en internet y a crear un grupo de trabajo con miembros de la liga francesa para acelerar la puesta en marcha de medidas, además de reflexionar conjuntamente sobre nuevas soluciones. ¿Suficiente?
Hay quien piensa claramente que no. Son muchos los que piden tolerancia cero con estos actos, algo que no ocurre en todas las ocasiones. El club galés Swansea protestó después de que su jugador Yan Dhanda recibiera ataques raciales tras una derrota del equipo. La consecuencia para la cuenta desde la que se mandó el mensaje fue la simple desactivación de algunas funciones de mensajería de Instagram por un tiempo indeterminado. La entidad emitió un comunicado donde se mostraba “conmocionada y sorprendida por la indulgencia mostrada. Es espantoso que Facebook (propietaria de Instagram) no pueda empatizar más con la víctima de mensajes tan ofensivos”. Un portavoz de la empresa tecnológica justificó la medida con el argumento de que “creemos que es importante que la gente tenga la oportunidad de aprender de sus errores”.
Hace dos años, los profesionales del fútbol ya dieron la voz de alarma respecto a esta problemática, promoviéndose desde Inglaterra un boicot de 24 horas a las redes sociales
En la misiva enviada por las organizaciones que comprenden el fútbol inglés a los responsables de las plataformas, se dan ideas sobre algunas de las decisiones a tomar para evitar esta situación: filtrar y bloquear mensajes antes de que se puedan enviar si contienen material racista, utilizar medidas más “robustas” para eliminar mensajes racistas, un sistema de verificación para que la policía pueda identificar a los agresores, que los reincidentes no puedan abrirse cuentas nuevas y que estas plataformas ayuden a las autoridades a la hora de identificar a los agresores. Hay que tener en cuenta que, en ocasiones, el acoso no solo se circunscribe a los protagonistas del juego, sino también a sus familiares, lo que crea aún mayor angustia en los que lo sufren. El árbitro Mike Dean pidió no arbitrar un fin de semana después de que familiares suyos recibieran amenazas de muerte en sus perfiles privados.
Hace dos años, los profesionales del fútbol ya dieron la voz de alarma respecto a esta problemática, promoviéndose desde Inglaterra un boicot de 24 horas a las redes sociales bajo el lema “Enough” (Suficiente, basta). Sin embargo, esta llamada de atención no sirvió de nada, como se ha comprobado posteriormente. De ahí, que hayan surgido voces que sugieren nuevas iniciativas por parte de los afectados. Así, Piara Powar, responsable de la red FARE (Football Against Racism in Europe), organización que combate la desigualdad en el fútbol, asegura que “lo que probablemente necesitan hacer ahora los jugadores es tener su propio boicot. ¿Te imaginas si los clubes de la Premier League, aunque sea simbólicamente por un día de este año, pidieran un boicot al uso de las redes sociales por parte de sus fanáticos, no publicaran nada durante un día y luego siguieran haciéndolo hasta que las plataformas mostraron una intención seria?”.
Una idea compartida por Jonas Baer Hoffman, secretario general del sindicato mundial de futbolistas, FIFPro, que afirma que “si los jugadores empezaran a boicotear esas plataformas, las compañías lo sentirían muy rápido y probablemente reaccionarían más deprisa de lo que lo hacen ahora”. FIFPro también pide a instituciones públicas como la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, gobiernos nacionales y organizaciones internacionales relevantes, acelerar regulaciones más estrictas para proteger a sus ciudadanos. En opinión del sindicato, “se requiere una acción unida y decidida de los atletas, sus representantes colectivos, las instituciones públicas y la industria del deporte para lograr la implementación de salvaguardas adecuadas que aseguren que las plataformas sean seguras y acogedoras para todos”.
Hay quién, por el contrario, cree que no debe ser necesario llegar al boicot. El director de comunicaciones del Manchester United, Charlie Brooks, prefiere centrar el tema en la identificación de los acosadores, según dijo en la cadena Sky News: “Los jugadores no deberían tener que salir de las redes sociales, que son una gran herramienta para que se comuniquen con sus fans. Creo que el problema surge cuando a las personas que acosan se les permite esconderse detrás de cuentas anónimas. Necesitamos ver cuentas identificables y verificables. A veces hay buenas razones por las que algunas personas quieren permanecer en el anonimato, pero no debería darse el caso de que no puedan ser rastreadas o identificadas si van a continuar con este tipo de abuso”.
Después de un ataque racista sufrido por Eddie Nketiah, jugador del Arsenal, en un mensaje recibido por Twitter, el director ejecutivo del club londinense, Vinai Venkatesham, hizo público un pensamiento, durante un reciente evento sobre fútbol celebrado en Londres, con el que muchos están de acuerdo: “El abuso de tantos de nuestros futbolistas negros en las redes sociales es, probablemente y posiblemente, el mayor problema que tenemos en el juego en este momento. Los futbolistas, árbitros y entrenadores son todos seres humanos y tienen sentimientos como cualquier otra persona, y realmente no debemos subestimar el impacto que el abuso de las redes sociales puede tener en un individuo. No estoy diciendo ni por un momento que esto sea simple y fácil. Pero el fútbol, los jugadores y las empresas de redes sociales deben unirse para resolver esto. Si no logramos un progreso positivo, realmente me preocupo mucho por el camino que seguimos”.
Estos ataques verbales, que se producen diariamente, necesitan encontrar una respuesta que los atajen lo antes posible. Los que los sufren, como dice uno de ellos, el técnico español del Arsenal, Mikel Arteta, ya están haciendo lo que deben: denunciarlo. De palabra y con gestos como arrodillarse antes de los partidos para hacer visible la situación: “Esto no va a parar mañana, ya lo sabemos, pero quizá podamos hacer algo a medio o largo plazo. Eso es lo que hay que intentar”. El balón está ahora en el tejado de las empresas tecnológicas. Veremos qué hacen con él.
“Ojalá mueras de Covid”; “Espero que tengas una terrible lesión para que nunca juegues otro partido”; “Te deseo lo peor para el resto de tu vida. Confío que tengas una dolorosa muerte”; “Sé cómo Enke (jugador que se suicidó en 2009) y lánzate frente a un tren”. Estos son solo algunos ejemplos de los insultos y...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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