Réplica
Lecturas torticeras
Respuesta al artículo de Jordi Gracia sobre la obra de Javier Cercas o la importancia de ver la realidad española desde fuera de sus fronteras
Sebastiaan Faber 24/04/2021
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¿Qué harías si, al despertarte, te encontraras con una persona desconocida en la cama? La premisa es una de mis preferidas para practicar el condicional en mis clases de castellano aquí en Estados Unidos. También es lo que mejor describe mi sensación cuando, al despertarme el otro día, me encontré con el wasap de un amigo con la columna de Pilar Rahola sobre el caso Cercas en La Vanguardia en que esta citaba, con aprobación, un artículo mío.
Es común que las luchas políticas produzcan lo que en inglés suelen llamar compañeros de cama insólitos (strange bedfellows). La crisis catalana no es excepción. Allí están, sin ir más lejos, los partidos del 155 o los mismos aliados del Procés. Aun así, me produjo cierto bochorno verme involucrado en las polémicas que siguieron a la aparición de Javier Cercas en TV3 y el burdo montaje que se usó para atacarle poco después.
Es verdad que, como estudioso que soy de la literatura hispana, me he expresado críticamente sobre aspectos de los libros de Cercas, cuya calidad no siempre me ha parecido congruente con los unánimes entusiasmos que parecen generar entre el establishment de la crítica literaria patria y las instancias encargadas de otorgar premios. También me he atrevido a cuestionar las tácticas retóricas que ha empleado en alguna columna. Pero más cuestionables son, sin duda, los ataques lanzados contra él a partir de su participación en Preguntes Freqüents.
Lo habría dejado pasar si no fuera porque esa breve mención de Pilar Rahola sirviera para que Jordi Gracia, dos días después, respondiera a Rahola calificando –anónimamente, esta vez– mi crítica razonada de la obra de Cercas como una “lectura torticera” practicada por una “minoría exigua de hispanistas” que han hecho de esa lectura “una especialización obsesiva”: una interpretación tan única en el mundo que resulta prácticamente extraterrestre. (“Nadie más lee a Cercas así en ningún lugar del planeta”, afirmaba mi colega de la Universitat de Barcelona.) Una defensa tan exagerada acaba disminuyendo al defendido.
No deja de ser curioso el papel que jugamos las y los hispanistas extranjeros, muchas veces a nuestro pesar, en los debates internos españoles. Según el caso, nos convertimos en autoridades que invocar para descalificar a los rivales (recordemos la ostentosa lectura de Stanley Payne que hacía Javier Ortega Smith en el debate de investidura de Pedro Sánchez) o en chivos expiatorios a los que echar la culpa por la mala fama que tendría España en el mundo (táctica preferida del franquista Ricardo de la Cierva –descalificador profesional de historiadores como Gabriel Jackson, Herbert Southworth o Paul Preston–, redescubierta hace poco por María Elvira Roca Barea y algún director del Cervantes).
Si Gracia nos pinta como un gremio de gente rara empeñada en buscarle cinco pies al gato, Cercas afirmó hace algunos años que, si hubiera sido por nosotros, la Transición no habría sido pacífica: “Los hispanistas norteamericanos piensan que hubiese sido mejor que nos matásemos, entonces ellos podrían escribir su libro y volver a su cómoda democracia mientras los españoles nos dedicábamos a matarnos”. A estas alturas, la idea de que a algunos guiris nos mueve una hispanofilia perversa –basada en una fantasía del país en que estamos tan emocionalmente invertidos que la priorizamos sobre el bienestar de sus ciudadanos– se ha convertido en un cliché entre ciertos opinadores españoles. Como si la idea de España como una “democracia consolidada” no tuviera también su dimensión fantástica y sus correspondientes inversiones afectivas.
La verdad, claro, es que no hace falta salir del país –ni siquiera de sus zonas castellanoparlantes– para encontrar a críticos de la democracia española o a lectores que albergan dudas acerca de los libros y columnas de Cercas, como las han expresado, en estas páginas, Ignacio Echeverría o Nadal Suau. Es normal y, además sano: las democracias y las literaturas tienen mucha más necesidad de voces críticas –despiadadas si hace falta– que de hinchas incondicionales. Otra cuestión es el acceso que han tenido estas voces discrepantes a la esfera pública en España –sobre todo en la prensa en papel– o las represalias que arriesgan cuando se expresan. En ese sentido, las y los que escribimos sobre la realidad española desde fuera de sus fronteras lo hacemos, no libres de dependencias y limitaciones institucionales –nadie lo está–, pero sí desde dependencias diferentes que, con respecto a España, a veces permiten más margen de maniobra.
En ese sentido es lamentable que mi amigo Jordi Gracia descartara como “obsesionados” en una “lectura torticera” de la obra de Cercas a todas y todos –sean ciudadanos del Estado español o extranjeros– los que no compartimos su entusiasmo por ella y –¡habrase visto!– nos atrevemos a cuestionar no solo su calidad literaria sino algunos de sus planteamientos con respecto a la historia española reciente, o la relación entre esa historia y la ficción.
La frase de Gracia presupone dos cosas: no solo que existe una lectura recta (no torticera) de la obra de Cercas sino que además es él, Gracia, el que nos la puede proporcionar, como lo hace en su artículo cuando nos recuerda, por si las moscas, cómo debemos interpretar Soldados de Salamina. Desde el enorme respeto que le tengo a Gracia como crítico e historiador, me parecen dos posiciones impropias para una democracia, una esfera pública y una crítica cultural dignas de esos nombres.
¿Qué harías si, al despertarte, te encontraras con una persona desconocida en la cama? La premisa es una de mis preferidas para practicar el condicional en mis clases de castellano aquí en Estados Unidos. También es lo que mejor describe mi sensación cuando, al despertarme el otro día, me encontré con el wasap de...
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Sebastiaan Faber
Profesor de Estudios Hispánicos en Oberlin College. Es autor de numerosos libros, el último de ellos 'Exhuming Franco: Spain's second transition'
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