LA VITA NUOVA
El clavo
Europa apremia a la renovación del CGPJ. La renovación, positiva, consiste en renovar el problema, con otros monos y otras pistolas, y con la ausencia llamativa de un clavo. Cabe empezar a pensar en otras soluciones. Radicales
Guillem Martínez 29/07/2021
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1- La sentencia del TC sobre la cosa estado de alarma es pobre. La frase “hay tantos tipos de pobreza como pobres” es un adagio para salir al paso ante la pobreza, esa cosa de la que, te pongas como te pongas, nunca sales al paso, pues la pobreza es, básicamente, una ciénaga. En general, por otra parte, hay solo dos tipos de pobreza. La de toda la vida y la espiritual, dentro de la que entra la intelectual. La sentencia del TC sobre la cosa estado de alarma es, en ese sentido, pobre de espíritu y de intelecto. Una ciénaga.
2- La sentencia del TC etc. es un producto poco propio de un TC. Lo que explica este TC, tras su reforma e, incluso, antes de ella, como impropio. Se dice, glups, rápido. La lectura de su último texto, y de sus votos particulares, explica un estado de confusión, dificultad para establecer prioridades e incluso jerarquías entre derechos. Es notorio, por otra parte, el uso de léxico sobreactuado. Lo que es importante. El léxico especializado y sobreactuado es, en todos los oficios, un sello del miedo. A que te pillen. En un cargo que te supera y para el que no eres competente.
La sentencia del TC sobre la cosa estado de alarma es, en ese sentido, pobre de espíritu y de intelecto. Una ciénaga
3- Sobre el miedo y la inseguridad profesional. La sentencia y los votos particulares fueron filtrados. Es decir, fueron tratados como un globo sonda. A ver qué. Tras ver qué, diversos filtradores fueron corrigiendo la filtración. Lo que orienta a que el miedo y la inseguridad profesional fue un modulador en todo este asunto. Es posible que, incluso, en el redactado mismo de la sentencia y de sus votos particulares. Tal vez el miedo y la inseguridad sean un dato importante, fundacional, en la biografía de los redactores, humanos sometidos al estrés de llevar sobre sus hombros algo que les viene grande. Ese miedo suele traducirse en un sueño repetitivo: que estás en pelotas impartiendo una conferencia. La interpretación de ese sueño es sencilla: estás en pelotas impartiendo una conferencia.
4- La sentencia del TC, ese redactado, por otra parte, no es, a estas alturas y por reiteración, importante. Pero ilustra algo importante. Es más, trascendental. Hace décadas, y no sólo en el TC, pasó algo. Ese algo que alude a toda la Justicia esp, conforme te acercas a su cúpula. Ese algo es tan sencillo y simple como lo siguiente: desapareció un clavo que sujetaba algo. Desde entonces, con precisión y rigurosidad vegetal, no han parado de caer cosas imprevistas, ancladas por ese clavo.
Gracias a ese clavo extraído, la jerarquía de la Justicia, que es muy buena en lo suyo, es pésima en la elaboración de justicia
5- Sobre el concepto clavo: un clavo es un objeto que suele aguantar cosas. La resistencia esp en Mauthausen tenía un lema. “Por un clavo se perdió una herradura, por una herradura, un caballo, por un caballo, un general, por un general, una batalla, y por una batalla, una guerra”. Ellos –pobres, si bien no de espíritu– iban a por el clavo, no a por la guerra, que ya tenían suficiente con lo suyo. Ganaron. Hay una foto de esa victoria, costosa en espíritu, intelecto, personas y clavos: el preso Francesc Boix, más chulo que un ocho, en pie y señalando a un fulano en los juicios de Nuremberg. Esa foto, condensándolo, condensa algo más profundo que el Estado de Derecho. Pues bien, en Esp ha sucedido algo parecido. Concretamente, lo contrario. En Esp se perdió un clavo, de manera que hoy es posible un juez señalando a Boix. O al techo. O a Antequera. El clavo en cuestión se extrajo ya en los 80. Era la neutralidad. Su desaparición supone la incorporación de su contrario: la parcialidad. Esto es, la politización. La Justicia, por aquí abajo, es la política por otros medios, que decía Clausewitz, un jurista más importante en el biotopo que Kelsen. Algo grave, en tanto Clausewitz era militar, y no jurista. Gracias a ese clavo extraído, la jerarquía de la Justicia –pobres, de otro tipo, y ricos del tipo convencional–, que es muy buena en lo suyo, es pésima en la elaboración de justicia.
6- Cosas pésimas/politización de la Justicia. La Sala del TC que tenía que dar el OK a los indultos Cat decidirá en 2022 –en 2022, en 2022, en 2022– si rechaza o da la razón a los recursos que le van llegando –se prevé una cincuentena, informa Carlota Guindal, de La Vanguardia– contra los indultos, redactados por diversas formas de la extrema derecha esp. Es decir, la Sala III crea un problema –sólo tenía que dilucidar el planteamiento del decreto gubernamental de los indultos, en modo plis-plas–, y lo expone a su fermentación, su politización, en la prensa y la política. Que por aquí abajo suele ser lo mismo. En Cat, el TSJC llama a declarar al anterior presi del Parlament –Torrent, un hombre que no cedió a la presión de JxC de hacer del Parlament otra verbena de la resolución– por un par de resoluciones sobre monarquía y autodeterminación. Las resoluciones, recuerden, son el grado cero del parlamentarismo. O el grado cero, a secas. Lo siguiente a una resolución es un monólogo. Y lo siguiente, un silbido. Y lo siguiente, el discurso de Miss América en el que se enfatiza que piensa consagrar su reinado a que los niños de África no pasen frío.
7- Cat, ya que ha salido, es un buen punto para evaluar la putrefacción de la Justicia esp. Lo es porque, ante la cosa procés, se ha optado, desde el Estado, por a) formas putrefactas, inexportables a Europa. Y porque b) el procecismo, en el momento de formular un Estado –algo que no tenía previsto realizar–, formuló el que tenía más a mano e interiorizado. Esp. En su Llei de Transició –nunca se iba a utilizar, ¿por qué la hicieron?; ¿por qué, en vez de salsa de tomate, utilizaron sangre?– se verbaliza una anhelada Justicia Cat a través de la descripción de la ciénaga esp: una Justicia nombrada por el Ejecutivo. Una desmesura que en su brutalidad, en fin, el Estado Esp se cuidará mucho de formular por escrito. El caso Tribunal de Cuentas ilustra todo ello.
La solución más plausible es un cambio en la formación de los jueces. Un cambio cultural, ante la imposibilidad de un cambio político
8- Sinopsis: el T de C multa con 5,4M€ –¿por qué 5,4M€ y no 5,5M€, o 500M€, o 5€?– a 36 miembros del staff procesista Cat. Es un acto legal, pero no justo, un abuso emitido por algo que no es un tribunal, pero que permite evaluar una cultura local de la Justicia. Sobre la cultura local: el T de C no ha hecho algo parecido con el Caso Gürtel. O con la gestión extractiva público-privada de la pandemia en Cat o MAD. O, puestos a sancionar robos en lo público –ay, que me meo– con el Caso Kitchen. La respuesta Cat, a su vez, ha optado por la misma simetría. El uso político de las instituciones, esa actitud con la que se extrajo el clavo ese que sujetaba una justicia neutral. La Gene creó un fondo de 10M€ en el Institut Català de Finances –ICF; un organismo que concede crédito a pymes–, que respaldaría créditos personales para los 36 multados –esas pymes; los políticos, por aquí abajo, suelen ser pymes–. Ningún banco, esas entidades que apuran el límite de lo legal, en ocasiones de forma muy creativa, se decidió a dar esos créditos. Lo que es una meditación sobre la legalidad de la operación. Sin banco, el Govern decidió que fuera el propio ICF quien pagara. Yupi. La decisión ha supuesto la dimisión de varios supercicutas del ICF. Y el nacimiento de un nuevo problema. El T de C, que ya ha iniciado la vía ejecutiva para, al menos, tres afectados, ha pedido la intervención de la abogacía del Estado –gubernamental y, hasta ese momento, de perfil ante el tema– para ver si esa solución ICF es legal. El Consell de Garanties Estatutàries –el TC cat; y otra broma similar– también debe dilucidar la legalidad de la operación, plenamente legal en la Sicilia de la segunda mitad del siglo XX. En momentos y casos así se hace necesaria una instancia judicial neutral y con prestigio, que decida entre lo bueno y lo malo, y entre lo mejor y lo peor. Y como que no.
9- El punto 8 habla de dos Esp. Es decir, literalmente. De dos formas de lo mismo. De dos formas de entender y hacer lo mismo. De sacar un clavo, que es el mismo. De una cultura sin opciones de neutralidad. Se empieza a necesitar neutralidad jurídica por un tubo. Varias casillas de esta larga y agónica crisis de régimen las ocupa la ausencia de neutralidad jurídica. Y la presencia de su contrario.
10- Europa apremia a la renovación del CGPJ. La renovación, positiva, consiste, aún así, en renovar el problema, con otros monos y otras pistolas, y con la ausencia llamativa de un clavo. Cabe empezar a pensar en otras soluciones. Radicales, si bien menos radicales que la situación actual, absolutamente y dramáticamente radical. La más plausible es un cambio en la formación de los jueces. Un cambio cultural, ante la imposibilidad de un cambio político.
11- Por otra parte, feliz verano.
1- La sentencia del TC sobre la cosa estado de alarma es pobre. La frase “hay tantos tipos de pobreza como pobres” es un adagio para salir al paso ante la pobreza, esa cosa de la que, te pongas como te pongas, nunca sales al paso, pues la pobreza es, básicamente, una ciénaga. En general, por otra...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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