El 14,1% del agua subterránea de los países de la Unión Europea excede los límites de concentración de nitratos: 50 miligramos por litro, la cantidad máxima establecida por la Organización Mundial de la Salud. Esta es una de las conclusiones del último informe de evaluación, para el periodo 2016-2109, de la Comisión Europea sobre los avances conseguidos mediante la aplicación de la Directiva sobre nitratos. El porcentaje de recursos hídricos contaminados es aún mayor que en el ciclo anterior (2012-2015): 13,2%. 

Según los datos recopilados por la Comisión, el agua declarada eutrófica –rica en nutrientes y pobre en oxígeno– en la UE abarca el 81% de las aguas marinas, el 31% de las aguas costeras, el 36% de los ríos y el 32% de los lagos.

Entre los Estados miembros que registran una mala calidad del agua en todo su territorio y “un problema sistémico” para gestionar la contaminación por nutrientes procedentes de la agricultura, la Comisión señala a España, Bélgica (la región de Flandes), República Checa, Dinamarca, Alemania, Finlandia, Hungría, Letonia, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Polonia.

Además, la institución advierte de que España, Bélgica, la República Checa, Luxemburgo, los Países Bajos y Alemania son los países más alejados de los objetivos marcados en la Directiva y por tanto “deben adoptar con urgencia medidas adicionales”. La norma, creada en 1991, busca proteger la calidad del agua  evitando que los nitratos procedentes de fuentes agrícolas contaminen las aguas superficiales y subterráneas. 

Para la Comisión, los datos demuestran que la concentración de nitratos ha disminuido  tras la adopción de la Directiva. Pero la mejora se ha ralentizado en la última década. “Ya se han recogido los frutos más fáciles y ahora es necesario adoptar medidas de mayor alcance para mejorar la tendencia positiva”, se advierte en el informe. En ese sentido, en su nota de prensa, el órgano ejecutivo comunitario subraya que, pese a una mayor calidad en los programas de acción nacionales, las medidas en vigor aún no son en muchos casos “lo suficientemente eficaces a la hora de hacer frente a la contaminación en las zonas donde ha aumentado la actividad agrícola”. 

Según los datos recopilados por la Comisión, que no ha obtenido información de 13 Estados, la agricultura es responsable del 22% al 99% de la carga total de nitrógeno en el medio ambiente, con un promedio del 77%.  Si se compara con el anterior ciclo evaluado, en el caso de los catorce Estados que sí han comunicado datos correspondientes a los dos últimos períodos, la proporción del vertido de nitrógeno atribuido a la agricultura disminuyó en seis Estados miembros y aumentó en ocho.

La Comisión alerta además sobre el hecho de que, pese a que la superficie total de las zonas vulnerables designadas por los Estados ha aumentado en un 14,4 %,  los datos sobre la calidad del agua notificados por los países muestran que hay zonas de aguas contaminadas o de posible contaminación que no se incluyen en esas zonas vulnerables designadas. Así, Bulgaria, Chipre, España, Estonia, Letonia y Portugal cuentan con un número muy elevado de puntos críticos no incluidos.

Asimismo, en algunos Estados miembros, como Bulgaria, España, Hungría, Italia y Eslovaquia, las zonas vulnerables designadas son a veces áreas muy específicas que no tienen en cuenta toda la cuenca hidrográfica. Esto provoca, según el informe, una designación muy fragmentada y “una menor eficacia de los programas de acción”.

El exceso de nitratos en el agua es perjudicial tanto para la salud humana como para los ecosistemas ya que causa agotamiento del oxígeno y eutrofización, un proceso de crecimiento desaforado de algas microscópicas con consecuencias mortales para la mayoría de los organismos presentes. El ejemplo más dramático de este fenómeno en España se hace presente en las miles de muertes de peces en el Mar Menor.