La Vita Nuova
Eclipses (II)
La aprobación o devaluación/coordinación de la reforma laboral supondría la diferencia entre una izquierda operativa o una izquierda declarativa. Y eso es algo importante cuando estás reformulando un partido
Guillem Martínez 31/10/2021
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1- Hace una semana los planetas se alinearon y provocaron dos eclipses. A saber: a) la inhabilitación de Alberto Rodríguez, y b) la inhabilitación del Ministerio de Trabajo como ente capaz de elaborar una reforma laboral. Los dos eclipses son importantes, respectivamente, en su ramo. El eclipse a) ilustra un apagón estructural en la separación de poderes –se dice rápido–, el eclipse b) es un apagón en las posibilidades de un Gobierno de coalición entre Tercera Vía y Socialdemocracia. Un eclipse es, a su vez, oscuridad. Pero, por lo mismo, la oscuridad es la posibilidad puntual de ver lo que esconde la luz. Esconde una galaxia. Los dos eclipses explican, así, la galaxia esp.
2- Hola. Hoy, eclipse (2).
3- La cosa fue así. El jueves 21 Calviño/Economía/Vicepresidencia Segunda envió un mail a Díaz/Trabajo/Vicepresidencia Tercera, informándole de que quedaba relevada de sus servicios al frente de las negociaciones para la Reforma Laboral –RL, a partir de ahora–. Ese mail es una rareza comunicativa. No es el medio. Y eso enrarece el mensaje. Ese mail es comunicación, sin duda. ¿Pero qué comunica? ¿Una expulsión? En Versalles lo sería. ¿Lo es en el siglo XXI y en un Gobierno de Coalición? ¿Un Gobierno de Coalición funciona con apremios en modo La Caixa-Bankia? ¿Es todo una iniciativa de Calviño para quedarse con la RL, y matarla porque era suya? ¿Era una iniciativa de Moncloa? ¿Qué son y qué significan las cosas que, para existir, utilizan un medio, un lenguaje y una lógica chunga de departamento de RR.HH., y se alejan, por ello, de un lenguaje ejecutivo, diáfano y democrático, esa cosa que se utiliza para hablar, incluso, con desconocidos, en la calle y a las tantas?
4- Trabajo intentó aportar sentido a ese mail, emitiendo otro, en el que pedía, precisamente, sentido. No tuvo respuesta. Cri, cri, cri. Posteriormente emitió otro, en el que ya se reclamaba una reunión de la Comisión de Seguimiento del Pacto de Coalición –ojo; los supercicutas; palabras mayores; esto ya se acerca a una crisis de Gobierno–. Tampoco hubo respuesta. Lo que da yuyu. El viernes 22 aparece en el mercado un tuit de Ione Belarra, explicitando esa crisis. La cosa coincide en el tiempo con la cosa Rodríguez. Por lo que es posible que ambas crisis hayan sido calculadas para ser coincidentes. Es decir, que poseen cierta inteligencia. Antigua. De Shakespeare bajito. Durante el finde, Sánchez practica el tradicional deporte esp de la declaración a alcachofa. No se trata de una intromisión en Trabajo, sino de la búsqueda de coordinación, dice. Que traducido del lenguaje del chupatintas de Washington planetario –en el que un ‘bombardeo preventivo’ suele ser, básicamente, un ‘bombardeo’– significa que, en efecto, esto es una intromisión. ¿Sánchez busca el ERE de Trabajo en la RL? ¿Busca el ERE del pack UP en el Gobierno? El lunes 25, en efecto, se reúne la Comisión de Seguimiento. Sin acuerdo alguno. Lo que indica que hay una firme decisión en Moncloa –a través de un lenguaje amable; la Tercera Vía es el neoliberalismo amable; el ‘bombardeo preventivo’– de dotar de efectividad al mail de Calviño. La RL, una promesa electoral –lo que no es mucho en nuestra cultura–, y un acuerdo del Pacto de Coalición –como la regulación del alquiler; no es mucho, tampoco, visto lo visto y conforme se acercan las promesas y pactos a Moncloa–, parece que se está yendo al garete. Sorpresivamente, todo cambia al día siguiente, martes. Zas.
La tensión crecerá, disminuirá, tendrá secuelas, o no. De lo que se deduce que la cosa, tras la crisis iniciada con un mail, queda como estaba antes del mail
5-Tras el Consejo de Ministros, la ministra portavoz se pone ecuménica al tratar el tema. Que en pocas horas se apaña. Trabajo continuará llevando la cosa RL. Pero debidamente –ay, uy– coordinado con Economía y Seguridad Social. Se fija una reunión para el martes 2, que tratará de establecer una nueva coordinación –palabro que ahora no se sabe qué significa; lo sabremos en las próximas semanas; lo normal es que signifique lo contrario a lo que alude; recuerden la traducción de ‘bombardeo preventivo’–, a la que asistirá Sánchez, y los titulares de Trabajo, Hacienda, Seguridad Social y Educación. Los miércoles, en todo caso, habrá reunión de la Mesa para el Diálogo Social –Trabajo, sindicatos, CEOE–, presidida por Joaquin Pérez –Secretario de Empleo, el 2 de Trabajo–. Pero, ojo, con los Directores Generales –menos que un Secretario, en la pirámide trófica del Estado– de Economía, Seguridad Social y los ministerios que, periódicamente, se requieran para coordinar la cosa a lo bestia. Ese mismo día habrá una reunión interna, de coordinación. Y el día anterior, los martes, otra. También para coordinar. Una reunión de coordinación más y habría suficiente coordinación como para abandonar el sistema métrico decimal, e implementar, por fin, la yarda. Yupi.
6- La cosa parece haber quedado así. Coordinada. La palabra coordinada es una suerte de work-in-progress. Será una tensión, trabajosa. Entre Trabajo y Moncloa/Economía/pack PSOE. Que ya existía. Se supone que la tensión no será la coordinación, sino el contenido de la RF. La tensión formalizada crecerá, disminuirá, tendrá secuelas, o no. De lo que se deduce que la cosa, tras la crisis iniciada con un mail, queda como estaba antes del mail. Una tensión, no sexual, entre PSOE y UP, llamada RL. Esta mañana a primera hora, la sensación es que Moncloa/Economía, por lo tanto, han reculado. En su retirada han dejado algo que no existía en su esplendor antes del mail de Calviño. El mal rollo. Analicémoslo.
7- El Gobierno, a través de Calviño y de Moncloa, ha comunicado al mundo –y dentro de él, a la CEOE– que hay un Gobierno dividido ante la RL. Lo que equivale a darle pistas a los negociadores. En este caso, a la CEOE. Tras 7 meses de negociaciones –bastante avanzadas; la idea era finalizar el pack RL antes del 2022–, y tras menos de una semana de calviñismo, las negociaciones no se reiniciarán, sino que seguirán, se retomarán, continuarán. Pero en otro sitio. En un Gobierno dividido, con un ala sensible a los posicionamientos de CEOE. ¿Se han boicoteado las negociaciones? No. Se han coordinado. Con la CEOE. Es decir, se han bombardeado preventivamente. Si la misión del mail Calviño era esa, se trata de un objetivo conseguido. Y con cierto juego de piernas. Si no era eso, si no era un sabotaje de una parte del Gobierno a otra parte del Gobierno –sí, suena poco edificante–, ha sido un pifostio, un juego de riesgo. Incluso algo peor: un error comunicativo.
8- Error comunicativo. Sinopsis. Moncloa ha cuestionado la tradición gubernamental de que las RL las haga Trabajo. Una tradición, una costumbre, una convención gubernamental es algo serio. Por lo mismo, saltársela a la torera, y vía mail, orienta hacia algo que no lo es. Trabajo, con Díaz, trabaja desde la lógica y el método sindicalista. La sindical es una cultura –tal vez la única por aquí abajo– habituada a negociar. Una media docena de pactos sellados en Trabajo esta orientan sobre ello. Todos esos pactos han sido culminados por Sánchez, que se ha hecho la foto-finish en el acto de la rúbrica. Algo, por otra parte, normal, y que alude al hecho de que eran pactos –esto es, negociaciones–, coordinadas, y no unilateralismos de Trabajo, como es habitual en un Gobierno. La metodología de Trabajo, su coordinación y capacidad para coordinar, por cierto, ha sido ponderada por la OIT. El FMI la ha alabado como ejemplar. El enfrentamiento con Trabajo, argumentado con el palabro ‘coordinación’, no solo parece desacertado, sino que ha supuesto enturbiar puntualmente la relación no con UO, sino con algo incluso más trascendente. El sindicalismo. Estamos, por tanto, en un marrón Gobierno-sindicalismo. Estaba previsto que Sánchez acudiera, en ese sentido, al congreso de CC.OO. El resultado hubiera sido una foto que comunicaría cierto relajo en un frente complicado, el sindical. Pero, tal y como estaba el patio, Sánchez no acudió. No es buena esa tensión gubernamental con sindicatos. Y menos cuando se accede a ella de manera tan gratuita. Y menos cuando crece.
9- En el reciente Congreso del PSOE se asentaron las bases estéticas para un Gobierno PSOE sin coalición. Imposible ahora. Se supone, se huele en el ambiente –y en el staff creado en aquel Congreso– que la idea es ir a anticipadas no muy anticipadas. En 2023, pongamos. Este ensayo, o fallo, general, de adelantar la jugada mucho antes de la fecha, es una pirueta peligrosa y de resultado incierto.
10. Se repiten los errores comunicativos en Moncloa desde que Redondo abandonó el pack comunicación. Eso no significa que Redondo fuera un genio. No lo parece. O, al menos, cada vez que le entrevistan se rebaja el precio del pan comunicativo. Redondo, tal vez, simplemente, era un despacho. Un dique. Y ese despacho ha desaparecido. Algo va a su bola en Moncloa, sin contención ni gran planificación.
11- Bajo esa torpeza comunicativa, y bajo la palabra ‘coordinación’, puede haber un par de tensiones, a la deriva, sin orden, que en efecto han salido a la superficie en esta crisis. Una tensión sería consecuencia de un ataque de cuernos –ya pasó, con otros nombres y otros cuernos, cuando el IMV–. Un no querer que la RL acabe llamándose Ley Díaz. Estas cosas, tan cutres, pasan. La otra dinámica son, en efecto, serias divergencias entre PSOE y UP por la RL. Que serían cuatro, a saber: a) la prevalencia de los convenios de empresa sobre los sectoriales –opción de la reforma PP, en su día, y hoy de CEOE y Calviño–, b) la temporalidad –actualmente, el 25% del mercado laboral, como consecuencia de la RL PP; la media en la UE es del 13%; la RL que se prepara(ba) parece que fija un 15% de contratos temporales justificados en una empresa–. Y c): vigencia de los convenios colectivos caducados –la RL PP los limitaba a una caducidad de 1 año, la actual RL parece ampliar, con mucho, ese margen, lo que obligaría a las empresas a ponerse las pilas–. El cuarto punto de enfrentamiento entre la cultura Díaz y la cultura Calviño, es más intangible. Consiste, mismamente, en la cultura Calviño y la cultura Díaz. Sobre Calviño. No es militante del PSOE. Su rol en el Gobierno era no dar miedo a los niños. Los de la Comisión. Aporta al Gobierno la cultura neoliberal, que sella. Supone la lógica de la Comisión, que ya no existe tan nítidamente en la Comisión. De hecho, desde el hostión de 2020, Calviño ha ido por detrás de la Comisión en su empatía por el gasto, por la subida del SMI, por cierto reparto, aún moderado, de la crisis.
Calviño no es militante del PSOE. Su rol en el Gobierno era no dar miedo a los niños. Los de la Comisión
12- La cultura de Díaz es, lo dicho, sindical. Díaz es consciente de que la RL es más que una ley. Es el gran proyecto del Gobierno de coalición. Algo determinante en lo cotidiano. Es, además, el canon de la reforma. La orientación de que es posible la reforma, y de que se pueden transitar reformas de calado y efectivas. La RL vendría a ser el caballo de batalla de lo irrenunciable. Un catálogo del futuro, y de posibilidades políticas, realizables. La aprobación de la RL, o su devaluación/coordinación, supondría algo tan importante y determinante que le dedicaré un punto.
13- Su aprobación o devaluación/coordinación supondría la diferencia entre una izquierda operativa o una izquierda declarativa. Y eso es algo importante cuando estás reformulando un partido. Una izquierda capaz de tener lenguaje, programa, obra. O una izquierda inoperante, consagrada a la autodeclaración, la pureza y la identidad. Una izquierda que, por ejemplo, jubile la anterior RL. O una izquierda que se dedique a repúblicas procesistas, sin horario ni fecha en el calendario. A los significantes vacíos. Los procesismos –ir tirando con banderitas y rock cristiano– es algo que adorna a las derechas y a las Terceras vías, pero que supone la muerte, el aplazamiento por años, de unas izquierdas efectivas y con algo que decir y hacer.
14- El choque entre el PSOE y UP/Trabajo será formidable. Se llamará ‘coordinación’, y transcurrirá debajo de ese nombre. Cabe esperar y suponer que, una vez corregida la brutalidad inicial, a través del concepto ‘coordinación’ se produzca el enfrentamiento en el Gobierno por el calado de la RF, a través de la brutalidad habitual. Un Gobierno planetario, de coalición o no, es la Casa de las Dagas Voladoras. Este Gobierno puede aguantarlas. Lo que está por ver es si aguanta es una RL que, efectivamente, se pele la anterior RL. Si aguanta un Gobierno de Coalición definitivamente no procesista.
1- Hace una semana los planetas se alinearon y provocaron dos eclipses. A saber: a) la inhabilitación de Alberto Rodríguez, y b) la inhabilitación del Ministerio de Trabajo como ente capaz de elaborar una reforma laboral. Los dos eclipses son importantes, respectivamente, en su ramo....
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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