1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.347 Conseguido 91% Faltan 15.800€

PIONERA

Mercedes Pinto: una mujer que no se calló

Una lectura de ‘Él’ y ‘El divorcio como medida higiénica’

José Ángel Barrueco 21/01/2022

<p>El retrato más famoso de Mercedes Pinto. </p>

El retrato más famoso de Mercedes Pinto. 

Foto del libro 'Yo soy la novela. Vida y obra de Mercedes Pinto', de Alicia Llarena (Las Palmas de Gran Canaria, Ediciones del Cabildo, 2003)

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Para quienes no lo sepan, y seguro que aún quedan personas que lo desconocen, Mercedes Pinto, nacida en La Laguna (Tenerife) en 1883 y fallecida en Ciudad de México en 1976, fue pionera en algunos asuntos relacionados con la protesta ante el maltrato y la exigencia de un divorcio rápido para librarse de maridos paranoicos. Sucede con ella, en la industria editorial, algo absurdo aunque frecuente: durante algunos lapsos de tiempo está de actualidad, luego deja de estarlo y, al cabo de unos años, regresa con fuerza al primer plano. Puede que ahora estemos en ese punto en que está un poco olvidada, pero no me sorprendería que los responsables de alguna editorial estuvieran trabajando para reeditar sus obras.

Vaya por delante que no soy ningún experto, y que la gran especialista de España en Mercedes Pinto es la poeta e investigadora Alicia Llarena González, quien además de ocuparse del rescate de su obra en 2001 a través del Cabildo de Gran Canaria y del Instituto Canario de la Mujer ha escrito prólogos, artículos, estudios preliminares, la biografía Yo soy la novela. Vida y obra de Mercedes Pinto (2003) y una semblanza para niños ilustrada por Luisa Rivera, Mercedes Pinto. La escritora que abrió ventanas de colores (2020), de modo que mi texto sólo será una guía orientativa para abrir el apetito de sus posibles nuevos lectores. 

Me centraré en la lectura de la novela autobiográfica Él, y en ese texto breve y revolucionario (en realidad una ponencia) titulado El divorcio como medida higiénica, que le costó a su autora el exilio en los años 20. La edición que figura en mi biblioteca es posterior a ese rescate iniciado en 2001: la mía pertenece a Ediciones Escalera, cuyos editores, Talía Luis Casado y Daniel Ortiz Peñate, publicaron en 2011 dos obras de Mercedes: Él y Ella. La primera, que es la que me interesa aquí, incluía al final el texto sobre el divorcio, y, aunque abarca pocas páginas, acaba resultando aún más interesante que la propia novela, que Luis Buñuel trasladó al cine en 1953, con Arturo de Córdova y Delia Garcés en los papeles protagonistas. 

Él  

La novela autobiográfica Él fue publicada en 1926. Es la historia, escrita mediante fragmentos y breves estampas que podríamos considerar muy cinematográficas, de su matrimonio con un hombre paranoico y dañino que la maltrata a ella, física y psicológicamente, pero que también ejerce su crueldad en los animales. Que nunca sepamos el nombre del individuo, y que la narradora siempre se refiera a este fulano como “Él”, siempre en mayúscula, es un giro irónico, como si un tirano nos hiciera creer que está a la altura de los reyes e incluso de los dioses y ella se burlara de esa osadía, de ese toque egocéntrico que predomina en los maltratadores. Incluso el hombre llega a gritarle: “¡Yo triunfaré y seré para las gentes como un dios!”. La protagonista de estos desvelos soporta “noches de sadismo y horror”, e incluso reprimendas del marido cuando le anuncia que está embarazada, pero nadie la escucha. Le faltan pruebas. No puede demostrar que convive con un loco que ejerce violencia pero no deja huellas. Quizá la peor clase de maltrato porque no se puede probar. Los demás no lo saben, pero ella sí: el hombre con el que vive está mal de la cabeza, es un enfermo, arrastra graves desequilibrios psíquicos, trastornos emocionales, tendencias suicidas y una crueldad extensiva a quienes cree que son sus enemigos en la sombra. 

Que nunca sepamos el nombre del individuo, y que la narradora siempre se refiera a este fulano como “Él”, siempre en mayúscula, es un giro irónico

El pasaje en el que el marido se queja del embarazo porque resulta inoportuno y les acarreará más gastos resulta demoledor: “Los preparativos para el nacimiento fueron pocos, silenciosos, como vergonzantes. Todo modesto; envuelto en una timidez desolada, con algo de la humildad con que los pobres se sientan en la iglesia, sin hacer ruido ni ocupar mucho hueco”. Es en fragmentos de este calibre donde asoma la fuerza de la escritura de Mercedes Pinto, algo que concuerda del todo con su imagen más famosa: mira en escorzo hacia la cámara, luce labios pintados y un lunar bajo la nariz, las cejas pintadas en arcos suaves… pero lo mejor son los ojos, una mirada asombrosa, a medio camino entre la altanería de una princesa y el desafío de una guerrera. Parecen los ojos de una dama decidida a no soportar ya ninguna infamia más, ojos que parecen expresar: “Ten cuidado conmigo o te meto una hostia” (pero Mercedes no pronunciaría el taco). Siempre hay mujeres que no se callan y Pinto fue, sin duda, una de ellas.

La novela Él se va volviendo más y más asfixiante a medida que pasamos páginas. Cuando el marido se lamenta de sus fracasos y ella se apiada y le muestra compasión, las consecuencias son terribles: dado que su mujer no se ha burlado, él confiesa que así no puede descargar su ira sobre ella y estrangularla. Los maltratadores también suelen enfocar su odio, su rabia y su violencia en todos aquellos seres vivos que a la maltratada le importen o a quienes haya transmitido su cariño. En uno de los pasajes más terribles, a la narradora le han regalado un gatito… pero el hombre le coge manía porque a ella le gusta el animal: su venganza consiste en introducirlo en un saco y arrojarlo desde la azotea. Algo del estilo hará con un pajarillo.

Durante su lectura podemos sentir el agobio, la frustración, la impotencia de no resolver su situación, sobre todo en una época donde las mujeres parecían condenadas a sufrir sin protestar. La narradora no puede más: “Desconfianzas, suspicacias, absurdos, malicias, crueldades, sadismos, horrores me cercaban, me estrujaban, me oprimían como cadenas de espíritus malvados, y yo sola ante la vida, sin claridad para la defensa, sin pruebas para la acusación, ¿qué haría?”.

Mercedes Pinto escribió este libro tras sufrir varias calamidades, éxitos y fracasos: ya estaba en el exilio, se había separado de aquel marido que inspira Él, se había vuelto a casar y en Lisboa había perdido a uno de sus hijos y alumbrado otro durante el viaje por mar hacia Latinoamérica. Quien escribe esta obra es una mujer fuerte, lastrada por las heridas, porque no todas cicatrizarán.

El divorcio como medida higiénica 

El texto anteriormente citado, El divorcio como medida higiénica, sirvió de detonante para que Primo de Rivera la expulsara de España durante su dictadura. Si un tirano te echa de tu país por escribir unas palabras que son dinamita (pero que en realidad no ofenden a nadie: sólo cuentan verdades), entonces has triunfado. Ha merecido la pena. 

En mi edición del libro se incluye una nota pertinente y aclaratoria. Nos cuenta que, en noviembre de 1923, se celebró un Mitin Sanitario en la Universidad Central de Madrid. La escritora y periodista Carmen de Burgos iba a clausurar el programa, pero a última hora no pudo asistir por motivos de salud. Dado que eran amigas, le pidió a Mercedes Pinto que la sustituyera. Y Mercedes les ofreció esta bomba, donde dijo cosas que entonces les debieron estallar en las narices a machistas y conservadores: “Un señor discutidor, suspicaz, dispuesto a agriar las conversaciones con frases molestas y hasta llegando alguna vez a una agresión, no es para los ojos de los extraños más que un hombre de mal carácter, o tal vez cuando más ‘un señor raro’; pero esas gentes ven las cosas de lejos, no saben los disimulos, las suspicacias y los engaños con que esos hombres que no son raros sino sencillamente enfermos, llegan a ocultar al público completamente las espantosas negruras de su hogar”.

El divorcio como medida higiénica, sirvió de detonante para que Primo de Rivera la expulsara de España durante su dictadura

La autora comienza hablando de la herencia genética. De cómo una madre de entonces se alegraba si le decían que su retoño era el vivo retrato de su padre… salvo en el caso de que ese progenitor fuera paranoico, enfermo, lastrado por la manía persecutoria. Mercedes sabe, así lo dice, que esa enfermedad puede afectar tanto a hombres como a mujeres, pero ella es una mujer y por tanto va a hablar en nombre de ellas. Y añade: “Los hombres casados con una enferma de este género lo tienen todo a su favor”, porque en el caso del hombre sano desposado con mujer enferma la gente se apiadará de él, podrá llevarla a un sanatorio y pasar página; en el caso inverso, el Código establecía para el divorcio que hubiera golpes, pruebas, testigos ajenos a la familia. 

Uno de los extractos más célebres de esta ponencia dice así: “Esa locura engañadora, que lleva generalmente al que la padece a ver en los demás maldad y refinada malicia, desprestigia a la esposa del loco, por regla general, y a las iras de éste se les llamará “de mal carácter”, y a su sadismo exageraciones de la esposa que comprende mal las expansiones de un apasionado, y a sus celos los llamarán “exceso de amor”, si es que no –¡lo que desgraciadamente ocurre!– se vuelve la opinión en contra de la esposa, y dicen que algo habrá en ella cuando él la cela”.

Imaginemos lo que debieron significar, para la sociedad de entonces, la España de los años 20 sumida en una dictadura, frases como éstas: “De manera que todas las violencias, las torturas y los horrores incontables por asquerosos o brutales que contra su esposa pueden ocurrírsele a un paranoico, no son nada ante las leyes; tiene que esperar que le peguen un tiro… (y no le acierten) para que los jueces piensen que si le acierta… ¡se hubiese quedado en el sitio! Y por lo que se refiere a los testigos, desde luego comprenderéis lo imposible de que ciertos martirios, generalmente de alcoba y nocturnos, tengan testigos, porque no es costumbre que los amigos estén en las habitaciones a esas horas, y si la esposa grita, ya tendrá cuidado de no volver a hacerlo porque el marido lo impedirá, del modo que pueda, pero lo impedirá”. 

Lo que ella propuso es que los médicos pudieran diagnosticar esos desequilibrios para poder garantizar un divorcio rápido que las librara de semejantes taras y violencias: “Es indudable que la única medida a tomar es la del divorcio, pero un divorcio rápido, que basado en un certificado radical de doctores especializados evite el nacimiento de nuevos seres, o la muerte violenta de la esposa, que si bien nuestras leyes no han podido evitarla, no será después de ocurrida castigada tampoco, puesto que tardíamente y con el solo objeto de salvar del castigo, se dirá y se demostrará muy a deshora que ‘era un irresponsable’”. 

Precursora y feminista

Como vemos, Mercedes Pinto fue una mujer combativa, precursora, feminista, adelantada a su tiempo y dotada de un ímpetu literario que la condujo a escribir poemas, novelas, ensayos, artículos y obras de teatro. Incluso recibió los parabienes de Pablo Neruda: del poeta son las palabras que figuran en su epitafio. Intervino también en un par de películas: Días de viejo color (Pedro Olea, 1967) y El coleccionista de cadáveres (Santos Alcocer, 1970), y en los créditos de la segunda figura con su nombre de casada: Mercedes Rojo. Además de la adaptación de Él llevada a cabo por Buñuel, en 1995 la directora Valeria Sarmiento rodó una especie de remake o nueva adaptación titulada Elle

Su vida fue apasionante, digna de elogio, de admiración. De haber nacido en Estados Unidos, en Hollywood ya habrían rodado el correspondiente biopic sobre sus hazañas, éxitos y viajes. Antes de la reedición de Ediciones Escalera de 2011, el cineasta David Baute rodó el documental Ella(s), en el que intervienen Silvia Munt, Marta Aura y Paola Bontempi, tres mujeres en busca de sus huellas: pero aún no he conseguido verlo. Su obra y su nombre van y vuelven al plano de actualidad cada cierto tiempo, sobre todo gracias a la citada Alicia Llarena: busquen en su página web más anécdotas, más detalles, más imágenes. Y luego lean alguno de sus libros y la historia del texto-dinamita sobre el divorcio, relatada por Llarena. No olvidemos que, cuando una mujer habla o escribe como Mercedes Pinto, al patriarcado le tiemblan las rodillas.  

Para quienes no lo sepan, y seguro que aún quedan personas que lo desconocen, Mercedes Pinto, nacida en La Laguna (Tenerife) en 1883 y fallecida en Ciudad de México en 1976, fue pionera en algunos asuntos relacionados con la protesta ante el maltrato y la exigencia de un divorcio rápido para librarse...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

José Ángel Barrueco

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí