El informe Evolución de la cohesión social y consecuencias de la covid-19 en España, de la fundación FOESSA, impulsada por Cáritas, dedica un apartado a la brecha digital y sus consecuencias. Según se indica, el 4,5% de los hogares se han visto privados de oportunidades para mejorar su situación durante la crisis del covid debido a este obstáculo. El informe especifica que estas oportunidades perdidas son, en la mayor parte de los casos, ayudas de la administración pública, pero también se mencionan oportunidades formativas y de empleo, incluso, en menor medida, relaciones sociales. 

Los datos del INE indican que la práctica totalidad de los hogares españoles disponía al menos de un teléfono móvil en 2020 y el 95% contaba con algún tipo de conexión a internet. Sin embargo, cerca de un 20% de ellos no tenía un ordenador ni una tablet.

Teniendo en cuenta estos datos, el estudio de FOESSA, basado en una encuesta propia, distingue tres posibles situaciones para un hogar. La primera, la de conectividad plena, consiste en tener conexión ilimitada a internet, algún dispositivo conectado además del móvil y habilidades suficientes para realizar trámites de forma telemática. En esta situación se encontraría el 61,2% de los hogares. La segunda, la de apagón digital, supone la carencia de conexión ilimitada, de un dispositivo conectado (incluyendo el móvil) o de habilidades suficientes. El 35,2% de los hogares estaría en esta situación. Por último, la situación de conexión precaria implicaría que solo hay conexión ilimitada a través del teléfono móvil, pero se cuenta con las habilidades suficientes. Solo el 3,6% de los hogares entraría en esta categoría. 

La falta de habilidades suficientes para manejar internet es el problema más frecuente en los hogares que se encuentran en estado de apagón digital. Esta situación es mayoritaria en los hogares con al menos un miembro de más de 65 años. El 68,4% de estos hogares estarían en apagón digital. Por el contrario, el 90% de los que cuentan con un miembro de menos de 25 años tienen conectividad plena.  

El informe señala que las presiones del mercado laboral son un factor determinante en el uso y la mejora de las habilidades digitales. De esta forma, la población ocupada hace un uso más intensivo de internet que los parados. Estos a su vez, lo utilizan más que las personas que se dedican a las tareas domésticas, y en último lugar están los pensionistas. Según datos del INE, el 62,6% de las personas que se dedican a labores domésticas y el 39,5% de los pensionistas que tuvieron que presentar un formulario vía online en 2020 y no lo hicieron alegaron falta de habilidades y conocimientos.

De los hogares que han perdido alguna oportunidad debido a la brecha digital, lógicamente, la mayoría están en situación de apagón digital. Sin embargo, también hay un 29,1% de hogares con conectividad plena entre los que dicen haber sufrido este problema. El informe apunta, por lo tanto, que muchos trámites de la administración online son excesivamente complejos y poco accesibles, especialmente para personas con diversidad funcional, por lo que recomienda simplificarlos y facilitar vías de contacto para resolver posibles dudas. 

El 62% de los hogares que han perdido oportunidades debido a la brecha digital se encuentran en situación de exclusión social. Los hogares con niños han sido los más perjudicados, y dentro de estos, los monomarentales, que suelen estar encabezados por una mujer. El 15,6% de los hogares con todos los miembros en paro se han visto afectados. También el 6,8% de aquellos en los que la persona sustentadora sufre inestabilidad laboral grave. Es decir, quienes encuentran mayores dificultades de acceso a las oportunidades y ayudas por culpa de la brecha digital son precisamente los que más las necesitan.

El informe concluye que la sociedad española no está preparada para una total digitalización administrativa y que “supeditar los derechos al acceso y capacidades telemáticas genera una mayor desigualdad”.