desigualdad
El abandono educativo temprano es 6 veces más frecuente en hogares con renta baja
Las condiciones económicas y educativas de los padres siguen siendo un obstáculo importante para los estudios de los hijos e hijas, desde la escolarización de 0 a 3 años hasta el acceso a la universidad
CTXT / Observatorio Social ‘la Caixa’ 29/09/2022
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La educación es uno de los pilares fundamentales de cualquier democracia, por lo que las desigualdades en ese ámbito tienen un impacto social directo y muy preocupante. Con esta premisa en mente, el Observatorio Social ‘la Caixa’ publica un informe centrado en analizar la disparidad de oportunidades en el ámbito educativo en España.
Empezando por las etapas de escolarización más tempranas se constata la existencia de un problema que irá repitiéndose a lo largo de todo el estudio: los hijos e hijas de hogares que cuentan con mayores recursos económicos o educativos disfrutan de un mayor acceso a la educación que el resto. En este caso, cabe reconocer una notable evolución en las cotas de escolarización de 0 a 3 años, que partían de posiciones bajas pero han logrado aumentar hasta superar la media europea.
Se trata de una etapa esencial para el desarrollo de las capacidades sociales, emocionales y cognitivas de los niños y niñas, razón por la cual debería de ponerse solución a las desigualdades que provocan que las familias del tercil superior de renta escolaricen a sus hijos e hijas de 0 a 3 años un 28% más que aquellas que pertenecen al escalón más bajo. Un porcentaje que solo se reduce hasta el 21% cuando se comparan los terciles medio e inferior.
Esta brecha es mucho más pronunciada cuando se atiende al estatus educativo de las madres: los hijos e hijas de madres que han completado la educación terciaria tienen un 70% más de posibilidades de acceder a la escolarización temprana que aquellos cuyas madres se quedaron en la educación secundaria de primera etapa o en cursos anteriores.
La juventud residente en España accede a los estudios de nivel terciario en mayor medida que la media europea, con un 42,2% frente al 35,7%
En esa misma línea hay que leer la incidencia del abandono educativo temprano –reflejado en el informe como AET–, un elemento que, además, cuenta con el agravante de no haber mejorado lo suficiente en los últimos tiempos. Tanto es así que el Estado español lidera la lista de países europeos con mayor prevalencia de AET, con una tasa de abandono que provoca que uno de cada seis jóvenes en edades comprendidas entre los 18 y los 24 años no haya finalizado la ESO ni ningún curso de nivel equivalente.
Volviendo a las comparativas entre familias con diferentes recursos económicos y educativos, se comprueba hasta qué punto existe una desigualdad grave. Los hijos e hijas de familias situadas en el tercil bajo de renta tienen 6 veces más probabilidades de abandonar los estudios de forma prematura que el resto; mientras que el hecho de contar con madres con un nivel educativo bajo hace que esas probabilidades sean casi 11 veces superiores.
Aplicando el sesgo de género en este apartado, cabe resaltar que el AET tiene un impacto notoriamente mayor en los varones, que son un 60% más propensos a dejar su formación académica que las mujeres en España. En total, más de uno de cada cinco chicos (21,4%) experimentó el AET en 2019, siendo esta la cifra más alta de toda la UE.
Gracias al empuje del movimiento feminista, las jóvenes españolas han logrado revertir una desventaja educativa histórica, sobre todo en lo referente a la etapa universitaria. En las generaciones nacidas hasta 1940 había 2 universitarios por cada universitaria, proporción que, en las personas nacidas a partir de 1980, se invierte: 1,5 universitarias por cada universitario.
Los jóvenes procedentes de hogares de estatus socioeconómico bajo tienen 3,5 veces más posibilidades de no superar los niveles bajos de estudios
En términos generales, la juventud residente en España accede a los estudios de nivel terciario en mayor medida que la media europea, con un 42,2% frente al 35,7%. Sin embargo, y como punto final a este repaso de las desigualdades en el acceso a la educación, las personas que cuentan con unos ingresos familiares altos tienen el doble de probabilidades de cursar estudios superiores que aquellas de familias con ingresos bajos.
Si bien esta generalización del acceso a la educación terciaria ha supuesto un incremento de la movilidad educativa, haciendo que la enorme mayoría de los hijos e hijas igualen o superen el nivel educativo paterno, el estudio concluye que los jóvenes procedentes de hogares de estatus socioeconómico bajo tienen 3,5 veces más posibilidades de no superar los niveles bajos de estudios que aquellos de origen socioeconómico medio, y 7 veces más posibilidades que los que proceden de hogares de estatus alto.
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CTXT / Observatorio Social ‘la Caixa’
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