Según el Libro Blanco de las mujeres en el ámbito tecnológico, publicado por el Ministerio de Economía en 2019, solo el 16% de los profesionales del área de las STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en España son mujeres. Además, muy pocas adolescentes, el 0,7%, dicen estar interesadas en estudiar un grado relacionado con las tecnologías digitales; una cifra que contrasta con el 7% de los hombres. Diversas instituciones, tanto a escala nacional como internacional (la Unión Europea, la Unesco), se han propuesto lograr la igualdad en este sector, clave para el desarrollo de la sociedad. Sin embargo, la información recogida por el proyecto MindGAP, de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, muestra que este objetivo está muy lejos, ya que la brecha de género se mantiene entre los estudiantes universitarios de nuestro país.

Según datos obtenidos del Sistema Integrado de Información Universitaria (SIIU), dependiente del Ministerio de Universidades, hay marcadas diferencias de género a la hora de escoger una educación superior en España. Así, las mujeres representan la mayoría del alumnado matriculado en estudios relacionados con la educación (78%), las ciencias de la salud y servicios sociales (63%) y las artes y humanidades (61%). En cambio, su presencia es minoritaria en las ramas STEM. Son solo el 13% del alumnado en carreras tecnológicas y el 29% en las ingenierías. En matemáticas, la proporción es del 38%, pero se detecta un descenso en los últimos años. En ciencias son el 42%, aunque dentro de este ámbito, las mujeres son mayoría en ciencias de la vida (biología, ciencias ambientales, etcétera).

Un estudio de la OCDE apunta que estas brechas de género son ya claras entre los estudiantes de secundaria a la edad de quince años. ¿Por qué sucede? El informe Descifrar el código: la educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), publicado en el 2019 por la Unesco, destaca la importancia de la autopercepción de los estudiantes, además de la influencia directa del contexto familiar y educativo a la hora de interesarse por unos estudios u otros.

A pesar de que las mujeres escogen con menor frecuencia los grados STEM, son las que menos abandonan este tipo de estudios una vez iniciados. En la modalidad presencial, que representa el 85% de la oferta universitaria en España, la tasa media de abandono de los estudios universitarios por parte de las mujeres es inferior a la de los hombres. Esto también sucede en grados STEM.

Sin embargo, en la modalidad no presencial, las mujeres abandonan más los estudios de ciencias, ingenierías y matemáticas. Cabe decir que, en esta modalidad, las tasas de abandono son más elevadas en general. Las dificultades para estudiar de forma autónoma o la soledad que genera no acudir a clases presenciales podrían explicar esta situación.

El rendimiento académico de las mujeres también es habitualmente superior al de los hombres si lo medimos según el porcentaje de créditos aprobados respecto a los matriculados. En el curso 2019-2020, las universitarias lograron cerca del 88% de los créditos de media, mientras que sus compañeros obtuvieron el 80%. En grados STEM, la proporción de créditos aprobados es más baja en general (no llega al 80%), pero las mujeres también tienen un mayor éxito relativo.

Si nos fijamos en la nota media reflejada en el expediente académico al finalizar los estudios, no encontramos diferencias significativas entre los géneros.

En conclusión, los datos confirman la persistencia de una brecha de género en este tipo de estudios. Los autores del proyecto MindGAP señalan que debe investigarse cuándo y en relación con qué aspectos se inicia esta brecha, y cómo evoluciona durante la educación preuniversitaria.