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Imagen de archivo de una persona leyendo un cómic.
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PR: Y reemprendemos con los dos mejores tebeos internacionales de la temporada, para mí. El primero ha sido toda una sorpresa: Dulce de leche (La Cúpula, trad. Inés Sánchez Mesonero), del italiano Miguel Vila. Si antes hablábamos de Llévame contigo como obra de amor maduro y responsable, aquí tenemos todo lo contrario: amor juvenil irresponsable, un tebeo muy sexual y desquiciado, y gráficamente muy sorprendente.
GV: Muy sofisticado en la forma, pero también muy lúbrico.
PR: Esa es la palabra.
GV: El sexo se huele y se palpa, y los personajes son muy voluptuosos, muy físicos, con una carne sudorosa que casi se puede tocar.
PR: Y donde nadie suda ni parece humano es en Clase de actuación (Salamandra Graphic, trad. Carlos Mayor) de Nick Drnaso.
GV: Efectivamente, el dibujo está en el otro extremo.
PR: Clase de actuación es como si The Rehearsal fuera dirigida por David Lynch. Un viaje al fondo de lo más profundo de las personas, vehiculado a través de una clase de actuación a la que asisten una serie de tipos y tipas que no se conocen entre sí pero que van a establecer una serie de conexiones entre sí que serán fundamentales para el resto de sus vidas.
GV: Es todo lo que has dicho y más, porque la obra tiene muchos niveles.
PR: Es una radiografía de Norteamérica.
GV: Sí, de un momento muy concreto, de una sociedad post Trump, traumatizada, con muchas situaciones extremas que Drnaso recoge en este cómic. Además, consigue mantenerse siempre en una narrativa perfectamente clara, que se entiende sin problemas, pero, al mismo tiempo, se van desarrollando esos niveles de lectura por debajo, de una manera muy sutil y orgánica, pero que hace que la obra vaya a lugares que uno no se pude esperar ni por asomo cuando empieza a leer.
PR: Sí, te lleva a donde quiere.
GV: Y es una obra, de nuevo, adulta, que no trata al lector como si fuera un infante, y que no teme meterse en jardines muy espinosos. Para mí eso es lo que define una obra adulta: una que no quiere enseñar valores, sino que simplemente plantea realidades, que busca el conflicto y no el consenso.
PR: Es su mejor tebeo y la mejor obra de la temporada.
GV: Si te parece podemos cerrar el repaso al panorama internacional con algunas obras de Latinoamérica, un ámbito del que cada vez se publican más obras aquí.
PR: Perfecto. En cómic latino, yo destaco Todas las bicicletas que tuve (Sexto Piso) de Powerpaola, donde traslada el espíritu reflexivo que tiene en sus redes sociales a una obra de madurez, en torno a la bicicleta y todo lo que supone como elemento de libertad en América Latina.
GV: A mí me ha gustado mucho también, y diría que es su mejor obra, al menos de las que yo he leído. También creo que es el mejor cómic de Marcelo Quintanilha Escucha, hermosa Marcia (Astiberri, trad. Mercedes Vaquero).
PR: También es su mejor tebeo, sí. Y muy bien escrito.
GV: Sí, con personajes humanos y tridimensionales, con una psicología verdaderamente trabajada. Y un uso
del color muy inteligente. Su historia me enganchó por completo.
PR: También me gusta mucho que no hay ninguna moralina en ella. No hay redención para los personajes.
GV: Como no la hay muchas veces en la vida real.
PR: Bueno, pues con esto chapamos el repaso al panorama internacional. Vamos con los cómics españoles.
GV: Venga. Ha sido un año llamativo porque, de nuevo, no ha habido obra nueva de la mayoría de autores consagrados: no ha habido nuevos cómics de Max, Antonio Altarriba, Paco Roca o Alfonso Zapico… Lo que sí hemos visto es a mucha gente joven copando los primeros lugares, y eso es interesante.
PR: Sí, pero de la vieja guardia me salen dos títulos importantes. Uno es la versión de La guerra de los mundos (Astiberri) que han hecho Santiago García y Javier Olivares, muy divertida y a la vez muy reflexiva. Es una especie de destilación de La cólera (Astiberri), en menos páginas, en un formato que permite a un dibujante tener nueva obra de forma más rápida. Juegan con los códigos de la ciencia ficción, como hicieron en El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde, (Astiberri), pero esta vez dirigiéndose a un público plenamente adulto. E introducen un giro interesante.
GV: Estoy de acuerdo, a mí no me parece una obra menor aunque sea de menor extensión. Y están introduciendo sus intereses personales, la actualidad, los temas que hoy copan la agenda pública, aportando algo propio. Lo que más me gusta es que es una obra de tesis no explícita, por decirlo de alguna manera.
PR: Claro, pero partiendo del pulp.
GV: Sí, y dando su propia visión del mundo.
PR: Y el otro cómic de alguien consagrado que podemos mencionar es El fuego (Astiberri), de David Rubín.
GV: A mí me ha parecido el mejor cómic suyo en mucho tiempo. Tenía muchas ganas de leer de nuevo una obra en la que se encargara del guion, y creo que ha echado el resto, que era consciente de que tenía que hacerlo. Es cierto que juega con códigos de la ciencia ficción ya conocidos, pero creo que es una obra valiente, en la que se abre en canal.
PR: Es indisimuladamente autobiográfico.
GV: Sí.
PR: Y no podemos olvidarnos de la reedición de Calavera lunar (Astiberri) de Albert Monteys. Es un tebeo que para muchos de nosotros fue la piedra de toque de un autor que quería hacer algo diferente, en ese momento en el que en España no se podía hacer nada y al mismo tiempo se podía hacer todo. Y creo que él se dio cuenta de que se podía hacer un tebeo así, divertido, de ciencia ficción, sin vergüenza… Después empieza a trabajar en El Jueves, lo que acaba siendo una carga, dicho por él mismo. Cuando deja la revista vuelve a volcarse en sus obsesiones, a dibujar lo que le gusta dibujar: monstruos, alienígenas, naves espaciales… Monteys además se lo pasa en grande, es un dibujante disfrutón, plenamente en forma.
GV: Yo no lo leí en su momento, y ahora me ha sorprendido mucho el nivel que tiene. Me esperaba algo más amateur, pero tenía ya un dominio del gag muy grande, y pueden verse gérmenes de cosas que luego desarrollará en ¡Universo! (Astiberri).
PR: Acabamos de hablar de Calavera lunar, y lunares son los Archivos lunares (¡Caramba!) de Flavita Banana.
GV: Hoy estás sembrado, por lo que veo.
PR: Hago lo que puedo.
GV: Este es interesante porque es un tipo de obra humorística que parece que tiende a pasar más desapercibida, sobre todo por ser una entrega de una serie. Pero creo que tenemos que reivindicarla.
PR: Es que Flavita Banana es la mejor ahora mismo, la número uno del humor gráfico en España. Ha encajado forma y fondo de una manera muy personal y ha conseguido llegar a un público muy amplio con un dibujo que no hace prisioneros, lo que me hace reafirmarme en uno de mis caballos de batalla: el lector no es tonto, y puede asimilar cosas que a veces los dibujantes dudamos.
GV: Estoy de acuerdo, y este libro me ha parecido especialmente acertado; creo que tiene más viñetas de diez, por decirlo de alguna manera, que los anteriores. Pero, siguiendo con el humor, también quiero recordar la nueva entrega de los ranciofacts de Pedro Vera, Ranciofacts de cine (¡Caramba!), obra de un autor que ha conseguido depurar una fórmula sin ser pesado ni repetirse.
PR: Luego tenemos Cartones perros 2 (Fandogamia). La primera entrega ya la destacamos el año pasado, y aquí volvemos a tener a un grupo de autores completamente majaras, con un humor propio y personal, que a mí me gusta mucho.
GV: Por supuesto. Otro título, que no sé si puede considerarse humor, pero, desde luego, es una sátira: La estirpe fracasada (Astiberri), de Elisa Riera.
PR: Es un tebeazo.
GV: Lo es. Y eso que confieso que con sus anteriores trabajos no conecté mucho. Pero aquí me ha gustado un montón. Es una sátira social cabrona, al mismo tiempo muy fina, nada tópica, con personajes que aunque son satíricos siguen siendo humanos, con matices…
PR: Y muy reconocible, al final en todas las familias hay personas así. Me ha parecido muy sincero este cómic. Y muy bien rematado. Más cachondeo: Sexo de Mierda (Caramba), de Camille Vannier. Confesiones locas de la vida sexual de gente como tú y como yo, con un dibujo sensacional, eléctrico.
GV: Por cerrar el capítulo del humor, quiero incluir Una tarde con Himmler (La Cúpula) de Alfonso López, un autor que ya tenía varias obras en esta línea de revisitación de personajes de Bruguera con un enfoque de crítica social. Y en este cómic entrega una charada de humor absurdo, de nonsense, que homenajea el cine clásico mudo y plantea un encuentro imposible entre los hermanos Marx y las hermanas Gilda en el contexto de la visita de Himmler a la España franquista. Es una farsa muy divertida.
PR: Sí, una obra fuera del tiempo que tenía que hacer un autor de la experiencia de López.
GV: No hay obras así hoy en día, no es un tipo de humor que se vea en el cómic actual, y eso me ha parecido muy original. Y el dibujo me encanta, Alfonso López me flipa. Es uno de esos dibujantes que han sabido destilar el estilo de Bruguera sin hacer una copia.
PR: Hemos hablado ya de algunos autores jóvenes que están despuntando, así que traigo a colación a otra: Anabel Colazo. Empezó muy pronto con dos tebeos anclados, digamos, en el mundo real, pero ahora se ha lanzado a la fantasía desbordante con Espada (La Cúpula), otro de los grandes tebeos del año.
GV: Sí, es un esfuerzo importante, su obra más larga, hecha en parte en una estancia becada en la Mansión de Autores de Angoulême. Se mete en un género muy sobado, pero ella se lanza por un camino muy personal. Es un tebeo de fantasía sin combates, basado en los personajes y en sus relaciones familiares, y en la introspección, con cierta influencia de los videojuegos que le gustan.
PR: Tiene un pie ahí y otro en Ursula K. Le Guin, con esa fantasía humanista. También tiene el punto de la obra Tolkien, aunque ella le dé una vueltecita al clásico conflicto entre bien y mal.
GV: Y con un dibujo excelente.
PR: Sí, un uso del color espectacular. Se ha tirado a la piscina y le ha salido bien la jugada. ¿Qué más tenemos?
GV: Está el nuevo trabajo de Borja Gónzalez, Grito nocturno (Reservoir Books), que sigue la línea de sus anteriores cómics con ese grafismo tan personal. Y tenemos a Nadar, todavía relativamente joven, pero que también empezó pronto, y lleva bastantes obras encima. Pero Transitorios (Astiberri) me ha encantado, creo, de nuevo, que es su mejor cómic hasta ahora.
PR: Usando la típica comparación que tanto nos gusta a los críticos, es un poco el Adrian Tomine español. Tiene personajes universales, pero que se pueden reconocer plenamente como de aquí. Y la idea que une todos los relatos del libro es la del tránsito, personajes que se encuentran en un momento de sus vidas en el que miran a su pasado o al futuro. El adolescente que está a punto de pasar a la vida adulta o el señor mayor que se ve enfrentado a su yo joven, en una historia muy graciosa. Y el dibujo es estupendo, por cierto, con un dominio total de la acuarela, una técnica dificilísima.
GV: Se le nota la experiencia adquirida trabajando en el mercado francés. También querría destacar su última historia, Artista loca, una auténtica maravilla.
PR: Es la mejor, uno de los grandes cuentos cortos del cómic español, así de claro.
GV: A mí me gusta mucho el género del cuento, tanto en cómic como en literatura, y me molesta que a veces se minusvalore. Este de Nadar funciona como un mecanismo de relojería, y presenta personajes totalmente humanos y tridimensionales con cuatro rasgos.
PR: Tenemos también a Nadia Hafid.
GV: Eso es, con su segunda obra larga, Chacales (Sapristi). Había muchas expectativas porque El buen padre (Sapristi) suscitó mucho interés y tuvo muy buenas críticas, y creo que en este nuevo libro está a la altura. Es cierto que el tema parece menos vendible, pero creo, sinceramente, que es mejor cómic, obra de una autora que domina mucho mejor sus herramientas.
PR: También presenta historias cortas, como Transitorios, con un nexo común que encontramos al final de la lectura. Hafid es capaz, con ese grafismo tan personal, de construir personajes muy complejos.
GV: Sí, prácticamente sin diálogos, de un modo casi opuesto al de Nadar, que tiene un poso más literario. Hafid
siempre cuenta que tiene más influencia del cine, de hecho. Lo que más destaco de ella es la capacidad que tiene para dibujar lo que sea con unas herramientas en principio muy limitadas.
PR: Una máquina.
GV: Si seguimos con autores jóvenes, tenemos a dos nombres afincados en Vigo: Begoña García-Alén y Andrés Magán. El de García-Alén, Adiós amigos (Apa Apa), me gustó mucho.
PR: Es muy bonito ese tebeo.
GV: Un dibujo elegantísimo, con una gran capacidad para sumergirnos en una atmósfera entre la realidad y la imaginación… un tebeo muy de Galicia, diría.
PR: El de Magán es Las aventuras de Passer P. Malta (Bang Ediciones), un tebeo que es puro homenaje a los tebeos, dibujado por el puro placer de hacerlo. Se presenta como un cómic infantil y lo veo así, pero creo que es para todos los públicos. Es muy divertido, con ese punto a personajes de los noventa, pero muy de ahora, con temas actuales, como cuestiones laborales, por ejemplo. Pero de una manera desquiciada y muy divertida.
GV: Me gusta mucho que no tiene miedo de meterse en piruetas narrativas o experimentos gráficos por el mero hecho de estar dirigiéndose al público infantil; lo trata con mucho respeto a su inteligencia. Y ya que hemos pisado el terreno infantil, me parece que hay que destacar La pequeña genia y la partida de shatranj (Astiberri) de Álvaro Ortiz, un cómic encantador, muy divertido, que sorprende por la trayectoria previa del autor. Es muy puro, sin dobleces, una lectura muy disfrutable y muy bien dibujada.
PR: Cambiamos totalmente de tercio: vamos con Goya. Saturnalia (Cascaborra Ediciones), el debut en la obra larga de dos autores, Manuel Gutiérrez y Manuel Romero. Es un tebeo completamente adulto, que va más allá de ser un tebeo histórico y ofrece muchas otras cosas.
GV: Es un rara avis fuera del tiempo, alejado de las tendencias gráficas actuales.
PR: Recuerda a Eddie Campbell…
GV: Sí, o a Dave McKean, por el tipo de color. Pero al margen de eso trata temas de historia e historia del arte muy interesantes, con un retrato psicológico de Goya muy logrado. Es uno de los debuts más relevantes del año, sí.
PR: ¿Qué más debuts ha habido?
GV: Yo defiendo mucho Hoy no es el día (Astiberri) de Josune Urrutia, un ensayo gráfico sobre la enfermedad, que dibuja tras superar un cáncer ella misma. En lugar de contar su autobiografía, sublima su experiencia a través de las historias de varias artistas y pensadoras que también han lidiado con la enfermedad. Me parece una obra muy valiosa, que utiliza muy bien las herramientas del dibujo para contar, no se fía solamente al texto. No lo estoy viendo en muchas listas, pero lo merecería.
PR: Sin duda. Venga, seguimos.
GV: A mí me ha gustado mucho lo nuevo de El Irra, Amor de hombre (Hoja de hierba), un autor que ha ido creciendo con cada obra, mejorando progresivamente, y este ha sido el que más me ha gustado de él. Una historia pequeña y cerrada, que se lee rápido, muy bien dibujada, y que juega muy bien con las elipsis, que tiene mucha sustancia fuera de lo que se ve en la página. Un trabajo muy destacable.
PR: Antes hablabas tú de rara avis, y creo que también lo es Olot (Autsaider cómics) del Dr. Alderete, un autor mexicano, pero afincado en España. Con este tebeo estoy absolutamente entregado, por su temática paranormal. Es muy deudor de la iconografía de los temas del misterio y que además parte de un presupuesto maravilloso: que la comarca de Olot es un eje telúrico en el que pasan todo tipo de cosas. Y remite a Expediente-X y otros hitos de la ciencia ficción. Es un cómic decididamente pop.
GV: Creo que la palabra clave es “telúrico”, es una historia que hunde sus raíces en el inconsciente colectivo pero no deja de ser pop, como dices. Para mí ha sido una de las sorpresas del año. Y luego tenemos otro que no creo que sea una sorpresa: La falla (Astiberri) de Guillermo Abril y Carlos Spottorno, que vuelven a la carga tras La grieta; algunos lo están planteando como una segunda parte, pero creo que no lo es.
PR: No, es una obra con su propia entidad, aunque haya temas comunes, principalmente la reflexión en torno a Europa.
GV: Sí, sobre las fronteras y sobre qué significa ser europeo. Creo que depuran la fórmula de construir el cómic mediante fotografías, seguramente en ese sentido sea más ágil y fino que La grieta, aunque ya no sorprenda tanto.
PR: Sí, está todo más depurado. Y Spottorno en solitario también ha hecho esta especie de álbum sentimental, sobre su estancia en Roma, No vuelvas a Roma (Astiberri), que está más cerca de la frontera con el fotolibro, aunque lo articule como una narración.
GV: A mí me ha gustado mucho también. Son obras de reflexión, en este caso más íntima y personal, pero que alcanza una dimensión colectiva. Y Spottorno es un fotógrafo excepcional.
PR: Sí, tiene un ojo increíble para capturar personas y espacios. Lee muy bien la realidad.
GV: Y nos queda cerrar con Lorenzo Montatore y sus Obras incompletas (2015-2022) (ECC).
PR: El año pasado ya consideramos La mentira por delante (Astiberri) el mejor cómic nacional del año, y creo que este año Montatore repite. Aunque sea una recopilación de obra antigua, creo que el concepto del libro lo hace una obra nueva. El propio autor se ha volcado para darle un nuevo contexto, con fotografías y dibujos que nos abre su espacio íntimo y personal. Se trata de un autor que ha pasado un momento muy duro de salud y te lo cuenta sin paños calientes. Creo que una antología así, de un autor tan joven, no se había hecho. Y para mí es el gran tebeo de este año. Entiendo que el precio puede echar para atrás a algunos compradores, pero también entiendo que es un objeto artístico.
GV: Sí, es un libro de artista. Como yo estoy implicado en él con una entrevista que le hago a Montatore, no soy el más indicado para valorarlo, pero sí creo que se puede destacar la originalidad del libro. Hay un hilo narrativo claro, no es una simple recopilación. Antes hablábamos de cómo Rubín se abría en canal con El fuego, y creo que aquí tenemos otro caso parecido, que se expone sin recurrir al cómic autobiográfico.
PR: A mí me parece una obra preciosa, de un autor que es muy cerebral en su aproximación al cómic, pero que, a la hora de presentar las historias, es muy tierno. Es un goce visual, un dibujante que no te lo crees, que ya sabemos que viene de la UPA, de Bruguera y de otros referentes, pero que ha encontrado su voz personal muy pronto. La fue perfeccionando y aquí tenemos un libro que lo demuestra.
GV: Pues con esto cerramos.
PR: Hasta el año que viene, espero.
GV: El caso es esperar. Buenas tardes.
PR: Buenos días.
PR: Y reemprendemos con los dos mejores tebeos internacionales de la temporada, para mí. El primero ha sido toda una sorpresa: Dulce de leche (La Cúpula, trad. Inés Sánchez Mesonero), del italiano Miguel Vila. Si antes hablábamos de Llévame contigo como obra...
Autor >
Gerardo Vilches
Es crítico de cómic e historiador. Autor de 'La satírica Transición'.
Autor >
/ Pablo Ríos
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