Hola, te habla Miguel Mora, director de CTXT.

Escribo para informarte de que los ingresos totales de Revista Contexto SL crecieron en 2022 un 18%, hasta superar los 735.000 euros, mientras los gastos subían un 7%, hasta los 692.859 euros, lo que deja un beneficio provisional antes de impuestos de 42.843,76 euros, que compensa las pérdidas del ejercicio anterior (-30.361,50 euros), aunque anda todavía lejos de los de Iberdrola.

En sus ocho años de vida, CTXT muestra un asombroso equilibrio contable, con 36.752 euros de pérdidas acumuladas y cero euros de deuda, pese a la minúscula inversión publicitaria –CTXT no acepta contenido patrocinado ni publicidad programática (a granel), ni siquiera anuncios de Almeida y Ayuso (si nos los ofrecieran)–; de manera que, en 2022, la publi supuso un pírrico y saludable 10% del volumen total de ingresos.

La mejor noticia del 2022 es que los ingresos por suscripciones aumentaron un 10%, hasta los 413.331 euros netos, el máximo histórico en los ocho años de vida de la revista: acabamos 2022 con un total de 7.769 socios y socias; la inmensa mayoría son suscriptores anuales y 390 personas pagan cuotas mensuales.

El peso de las suscripciones en el volumen general de ingresos se mantuvo en un 57% del total, frente al 61% del año anterior, gracias sobre todo a la impresionante irrupción de la nueva actividad del holding, la edición de libros, que arrojó unos ingresos de 158.301,09 euros, el 21,67% del total de las ventas.

Durante el año, los dos sellos de Revista Contexto, la colección Escritos Contextatarios y la colección ¡Movilizaos!, publicaron 11 títulos, con 21.150 copias totales. Dos de los libros, El otoño de la Civilización y Medios y Cloacas, llegaron a la 5a edición, mientras siete más consiguieron agotar dos ediciones. De las 21.150 copias editadas, se vendieron 15.426, quedando disponible un fondo de 4.724 ejemplares.

El resto de los ingresos vinieron así: publicidad direct, 75.606,42 euros, un 10,7% del total, cuatro puntos menos que en 2021); acuerdos editoriales con otros medios, 27.767,54 euros; eventos y cursos realizados en el antiguo local de CTXT o vía online, 26.203 euros.

En cuanto a los gastos, la edición de libros supuso un 9% del total, 63.390 euros, mientras los mayores capítulos fueron, de nuevo, el abono de los salarios de la plantilla de periodistas y del equipo de dirección (once personas en total para un gasto de 301.729 euros), y los pagos de las colaboraciones a periodistas autónomos (167.099 euros).

Los beneficios de 2022 se han reinvertido ya en aumentar los salarios a la plantilla y a los colaboradores más comprometidos con el proyecto, y dado que tuvimos que cerrar el local, se han adaptado los contratos al nuevo régimen de teletrabajo. De cara a 2023, la microempresa gestionada por la CEO, Mónica Andrade, y el gerente, Jaime Fernández, ha avanzado un presupuesto de 768.000 euros de ingresos y 692.000 de gastos. La retribución más alta para 2023 será la del que firma esto, 55.000 euros brutos (Dios mediante); son 2,5 veces más que el salario de los redactores seniors.

Para consolidar el superávit en las cuentas de la revista, y dado el boicot al que la inmensa mayoría de las instituciones públicas y privadas siguen sometiendo a la revista, el objetivo para 2023 es aumentar las suscripciones un 20%, hasta los 10.000 socios (suscríbase aquí o calle para siempre). De momento, con la campaña lanzada en diciembre, hemos conseguido 785 socios nuevos, lo que compensa la baja de unos 400 suscriptores sufrida durante el último trimestre del 22. Si conseguimos una media de 250 suscriptores nuevos al mes no sería difícil llegar a los 10.000 (ya va siendo hora), pero todo dependerá de que los socios actuales puedan mantener su compromiso con la revista.

Déjenme emplazarles, por tanto, a sugerir ideas que nos permitan mejorar y ayudarnos a captar nuevos micromecenas. Como siempre, su opinión sobre las cosas que hacemos mal y deberíamos cambiar es crucial para nosotros. Ocho años después de su incierta fundación, CTXT sigue siendo una revista radicalmente libre, independiente de los grandes poderes, y gracias a sus aportaciones tiene una pequeña plantilla estable y entregada a la causa del periodismo de servicio público, digno y honesto. No conocemos otro ánimo de lucro que el de poder retribuir cada vez mejor el estupendo trabajo de nuestras firmas y periodistas. Pero sabemos que mientras no cambie la actual ley de Publicidad Institucional, que favorece la financiación millonaria con nuestros impuestos de webs y chiringuitos dedicados a hacer propaganda, mentir y esparcir basura, la supervivencia de CTXT seguirá dependiendo únicamente del apoyo de sus lectores.

A diferencia de otros medios que presumen de libertadores del periodismo mientras ingresan millones en publicidad, llaman mecenas a los anunciantes del IBEX y recurren a engaños como el contenido patrocinado, CTXT sigue adelante sostenida en un 90% por los miles de personas que defienden nuestra forma de hacer las cosas. Y que son tan generosas como para pagar una suscripción sabiendo que la revista se puede leer al 100% en abierto, haciendo posible así que 4,4 millones de personas puedan leer gratis cada año lo que publicamos.

Sabemos que este modelo de periodismo de servicio público y sin muros de pago, basado en una relación solidaria entre los lectores, es arriesgado, diferente a casi todos. Pero creemos, a la fuerza ahorcan, que es también el más sano y transparente, el único que nos permite dormir tranquilos por la noche. Saber que ni un anunciante ni un político va a poder coger el teléfono para presionarnos, censurarnos o manipularnos es un lujo que muy pocos periodistas y medios disfrutan en este terrorífico momento, en el que vale lo mismo una patraña que un hecho, y en el que las telefónicas, la banca, las eléctricas, los oligarcas y sus gabinetes de prensa dictan las líneas editoriales cada vez con menos pudor y más alegría.

Pero no, tampoco piensen que somos más puros que los demás. Simplemente, creemos que el periodismo sólo se puede ejercer de una manera ética; y que si no, no es periodismo. Y aquí, por suerte, venimos todas y todos de esa escuela. Si nos presionan, apretamos más. Si nos intentan condicionar o amedrentar, colgamos el teléfono y lo denunciamos públicamente. (Permitan que me ponga estupendo un segundo. Decía el General de Gaulle sobre Combat, el periódico fundado por Albert Camus, que era el mejor de Francia pero que estaba hecho por gente ingobernable. Bueno, sin duda CTXT no es el mejor periódico de Francia, ni de España tampoco. Y aunque ninguno somos ni de lejos Albert Camus, sí, somos un medio hecho por periodistas con principios, insobornables, ingobernables, y cuando hace falta, a veces también intratables. Sabemos bien que esto genera vetos, enemistades, miedo e incluso odio en la parte más cobarde y corrupta del país y de la “profesión”, pero no se monta un periódico sin magnates ni grandes accionistas ni publicidad oculta para luego levantar la bandera blanca ante los poderosos y sus voceros).

De hecho, como saben, otro de los lemas de la revista es una frase mítica de un viejo portero del Atleti llamado Pechuga Sanromán: “Blanco, ni el orujo”. Así que, mientras ustedes lo deseen, y si Florentino no lo impide, seguiremos informando y militando contra el nacionalmadridismo y sus mariachis. Sin tapujos, sin mentiras, sin trampa ni cartón, sin miedo. Con errores, seguro, pero con la ilusión intacta de saber que son usted, usted y usted, con su pequeña, mediana o grande cuota mensual o anual, quienes hacen posible que la aventura de CTXT siga adelante, y que la revista sea cada vez un poquito mejor y quizá un poco más importante para nuestra querida comunidad contextataria.

Si usted ha llegado hasta aquí medianamente indemne, mil gracias por estar ahí y por soportar hasta el final la chapa del baranda.

¡Salud y libertad!

Miguel Mora