Rob Callander / coordinador de Acciones de Extinction Rebellion en el Reino Unido
“Ahora te pueden arrestar por llevar un candado de bicicleta, aunque seas ciclista”
Elena de Sus 16/05/2023
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Entre el 21 y el 24 de abril, decenas de miles de personas se concentraron alrededor del Parlamento británico para exigir medidas que hagan frente a la crisis ecológica. Fue una de las protestas más numerosas del movimiento por el clima en el Reino Unido, que ha recibido poca atención de los medios en nuestro país. La convocó Extinction Rebellion pero se sumaron más de 200 organizaciones. Rob Callander es coordinador de Acciones de Extinction Rebellion en el Reino Unido. Hablamos con él por videollamada para que nos explique el crecimiento y los retos del ecologismo británico.
Sé que esta pregunta es difícil, pero, ¿cómo se ha llegado hasta aquí? ¿Cómo ha llegado el movimiento por el clima a reunir a tanta gente en Londres?
Extinction Rebellion es un conjunto de grupos locales muy diferentes. Estos grupos están formados por gente variada que se ha unido simplemente pidiéndolo por email, o han participado en algún tipo de formación, o lo que sea. Cada grupo tiene un coordinador y luego los coordinadores locales se reúnen en un grupo regional y los coordinadores regionales se reúnen en un gran grupo que se llama La Colmena. Este grupo es el que tiene, más o menos, una visión de conjunto de todo el movimiento. Y decide cómo hacer las cosas. Lo hace asignándole un mandato a algún equipo.
Hay un equipo que se llama Operaciones, que se encarga de cosas como la estrategia de medios y de campañas. Y dentro de él, hay otro grupo llamado Acciones. Yo soy el coordinador de Acciones. Formo parte del grupo de Acciones, del de Operaciones, de vez en cuando visito La Colmena y me reúno con diferentes grupos locales para comprobar que la gente sabe lo que estamos haciendo y si están de acuerdo con ello o quieren sugerir algún cambio. Así trabajamos como movimiento.
Obviamente, hay montones de campañas dentro de XR. Hay campañas locales, regionales, enfocadas a los medios o sobre la contaminación del agua.
En el corazón de la crisis climática, de la emergencia climática y ecológica que llamamos crisis, hay un escándalo político
Bloqueamos calles con autobuses llenos de gente… Muchas de las cosas que hemos hecho tienen que ver con reclamar el espacio y expresar la necesidad de un cambio político. En el corazón de la crisis climática, de la emergencia climática y ecológica que llamamos crisis, hay un escándalo político. Al igual que la crisis del coste de la vida o la de la deuda global, no se pueden considerar sólo crisis. Son cosas catastróficas que nos suceden, pero también son escándalos, en el sentido de que han sido creados políticamente. Así que tenemos que afrontarlos en el terreno de la política. Obviamente, no queremos que esto vaya de votar a los laboristas o a los conservadores o a los verdes, porque eso nos empuja en una dirección que no nos interesa ahora mismo. Lo que necesitamos es hacer cosas que cambien la narrativa, que generen diálogo en torno a nuestras posiciones.
¿Cómo se cambia la narrativa?
El problema es que Extinction Rebellion ya no es algo nuevo en el Reino Unido. Llevamos cuatro años, así que necesitábamos pensar algo que nos hiciera crecer de nuevo. Los movimientos crecen un poco como las marcas: haces algo muy guay que te hace muy popular y asciendes, pero luego no puedes mantener esa energía. No puedes lanzar cada día unas zapatillas nuevas o una acción nueva, porque la gente se agota y el movimiento muere. Así que das un salto y luego continúas desde ahí. En ese momento, lo que hay que hacer es reforzar las bases, que todas esas personas que has conseguido atraer a tu movimiento se impliquen y empiecen a construir algo fuerte, para que en el próximo salto puedas llegar aún más arriba.
Extinction Rebellion creció y se estaba manteniendo, pero el coronavirus hizo que decayera. Nos dimos cuenta de que eso estaba pasando y todo el mundo estaba como “oh Dios mío, ¿qué hacemos?” y se nos ocurrió lanzar una campaña larga, Los 100 Días, en la que nos dimos ese plazo para reunir a 100.000 personas en Westminster. Sabíamos que 100.000 seguramente era demasiado, pero era un buen objetivo.
Al final fueron unas 60.000, ¿no?
Creo que el sábado llegamos a ser 50.000 o 60.000, puede que algo menos. Es difícil de calcular. Aun así, fue una de las mayores, si no la mayor, protesta por el clima en la historia del Reino Unido. Intentamos conectar con todos los movimientos que pudimos. Siempre es difícil porque los movimientos tienen puntos de vista diferentes, y los distintos grupos de activistas tienen opiniones fuertes que chocan con facilidad. Esto pasó un poco cuando nos acercamos a grupos más radicales, como Just Stop Oil, y también cuando tratamos con algunos grupos cristianos.
¿Hay grupos cristianos involucrados en el activismo climático en el Reino Unido?
Sí, muchos grandes grupos cristianos, muchas de las grandes ONGs, como Tearfund, Christian Aid y Cafod han estado en primera línea de campañas contra la deuda global, contra la esclavitud infantil y contra el cambio climático.
Estábamos muy centrados en la idea de la unidad. Es muy fácil decir que no te gusta alguien y no quieres trabajar con esa persona
El evento se llamaba The Big One, pero también lo llamábamos United to Survive (Unidos para sobrevivir). Estábamos muy centrados en la idea de la unidad. Es muy fácil decir que no te gusta alguien y no quieres trabajar con él. Es mucho más duro decir “no estoy de acuerdo contigo en todo, pero aun así siento que debemos trabajar juntos porque esto es más grande que nosotros”.
Obviamente, no puedes llevarlo al extremo. Yo no voy a trabajar con alguien que sea profundamente racista y esté en un grupo horrible. Pero en general, todos los grupos, y los individuos que los formamos, cometemos errores, y no pasa nada. Tenemos que ser capaces de mirar más allá y darnos cuenta de que estamos luchando por lo que es mejor.
Conseguimos reunir a más de 200 organizaciones. Al principio queríamos que Greenpeace y otros se involucraran en la organización, pero no lo hicieron. En lugar de eso, organizaron sus propias cosas dentro del evento.
Y al final estuvo bien. Fuimos capaces de hacerlo. Pero la próxima vez queremos asegurarnos de que no sea así. Ahora que estamos más conectados entre todos, debería ser más fácil trabajar juntos.
¿Entonces tienen previsto seguir realizando acciones conjuntas?
Sí, queremos continuar construyendo sobre las alianzas que hemos hecho. También nos queremos centrar mucho en las alianzas locales. Hemos tenido un gran efecto a nivel local, pero es algo que no suele salir en los periódicos.
Hay gente muy de izquierdas y gente muy de derechas que se preocupa por la tierra que pisa
Es menos sexy, pero un grupo raro de gente manifestándose por las calles de un pueblo pequeño hace más que un grupo raro de gente manifestándose en Londres, incluso si el segundo es diez veces más grande, porque en Londres están acostumbrados a eso y les da igual, pero un medio local sí se va a fijar en cinco personas en una cafetería hablando de veganismo. El trabajo local también te hace conectar de otra manera con la gente. Puedes tener a gente muy de izquierdas, de la que quiere estar conectada con la tierra, y a gente muy de derechas, propietarios ricos, y ambos se preocupan por la tierra que pisan. Así que si hay un río contaminado por aguas residuales fluyendo junto a ambos, se dan cuenta de que pueden unirse contra ello.
Y esto, por ejemplo, está pasando en todo el país. Tenemos un gran problema con las aguas contaminadas. Hicimos una campaña llamada Agua Sucia y fue increíble porque reunió a un montón de gente que estaba muy lejos en cuanto a ideología y orígenes. Así que queremos profundizar en eso.
Por lo que dice, da la impresión de que la sensibilidad con el medio ambiente es transversal entre izquierda y derecha. ¿Existe una tradición ambientalista? Creo que en España estamos lejos de eso…
Sí, hay una tradición, pero hemos trabajado mucho en ello, ha habido muchas protestas durante años. Tuvimos la cumbre del clima... Aunque también tuvisteis una en Madrid...
Creo que en España la policía es más violenta a la hora de detener las protestas, al menos eso es lo que he oído, que son muy efectivos evitando que la gente haga cosas. Cada vez que nosotros bloqueamos una carretera o un puente, sí, la gente piensa por qué lo hemos hecho, se preocupa.
Necesitamos que haya más y más gente asustada, pero no desesperanzada. Es complejo
Necesitamos que haya más y más gente asustada, pero no desesperanzada. Es complejo. Con la inflación, muchos nos hemos quedado con los sueldos congelados. Yo soy profesor y nunca me han subido el sueldo desde que empecé a trabajar, así que ahora gano mucho menos. Esto lo está viviendo mucha gente. Y si estás en esa situación, el cambio climático te pilla muy lejos y te sientes impotente. Necesitamos sentir que estamos luchando por nosotros y no solo por el clima, que es algo lejano, pero de lo que nos podemos ocupar.
Nuestra nueva estrategia se basa en el apoyo mutuo y tratar de ayudar a las comunidades para cambiar la percepción sobre el activismo climático sin descuidar su esencia.
Y mientras tanto haremos alguna cosa más desobediente, porque lo que hicimos en Londres fue genial y reunimos a mucha gente, pero no rompimos ninguna ley, nadie fue arrestado. Es probablemente la mayor protesta en la historia del Reino Unido en la que nadie fue arrestado, lo que es graciosísimo y muy extraño para nosotros.
Seguramente haremos cosas ilegales en los próximos meses, especialmente porque en el Reino Unido acaban de aprobar una serie de leyes que hacen mucho más duro protestar de cualquier forma efectiva.
Justo quería preguntar sobre eso. ¿Qué van a hacer ante estas nuevas leyes represivas?
Ahora es ilegal llevar cualquier cosa que pueda impedir que te saquen de un sitio. Por ejemplo, si llevas un candado de bicicleta que puedes ponerte alrededor del cuello para encadenarte a una verja o lo que sea, puedes ser arrestado por ello, aunque solo seas un ciclista, porque se te considera sospechoso de crear disrupción. Han arrestado a gente por llevar bridas para cables, de las de plástico.
También pueden ponerte una etiqueta que te obliga a ir a la comisaría o a cierto sitio a cierta hora para asegurarse de que no participas en actos disruptivos. Se llama SDPO (Serious Disruption Prevention Order). Son muchas cosas, muy oscuras.
Pueden ponerte una etiqueta que te obliga a ir a la comisaría o a cierto sitio a cierta hora para asegurarse de que no participas en actos disruptivos
Es casi inevitable que muchos grupos eviten realizar ciertas acciones porque saben que serán arrestados muy rápidamente.
El problema es que la prensa solo habla de las disrupciones graves. Lo vimos con la protesta que hicimos en Westminster. Los medios no paraban de preguntarnos si íbamos a interrumpir la maratón de Londres. Y les decíamos “mirad, hay 60.000 personas aquí y el gobierno no está haciendo nada. ¿Por qué os preocupa la maratón?”. Pero insistían. Esa era la historia, era lo único que les interesaba. Por eso digo que los activistas hacemos disrupción en parte debido a los medios. Los medios deberían reconocer que si hicieran su trabajo, si observaran el mundo y vieran que estamos en medio de una catástrofe climática y llamaran la atención a aquellos en el poder, no tendríamos que hacer esto.
Los miembros del parlamento deberían estar ocupándose de la crisis climática, pero no lo hacen. Así que tenemos que hacerlo los activistas. Y no se escucha a los activistas a no ser que hagan algo extremo. Ese es el tema. Son los medios quienes llevan el activismo a los extremos. Sería mucho mejor no tener que hacer que nos arrestaran, porque ser arrestado es muy cansado y aburrido. Pero creo que vamos a tener que seguir haciendo este tipo de cosas, si no, nadie nos hará caso.
¿Piensa que la atención de los medios es fundamental para hacer crecer un movimiento o cree que hay otras maneras?
Hay que buscar un equilibrio, porque si como movimiento te centras solo en los grupos locales, en construir pequeñas comunidades, la gente asume que has desaparecido. De vez en cuando tienes que recordar que existes y estás intentando hacer cosas. Tienes que hacer algo que la gente vea. Hay muchas maneras de hacer esto, pero es bastante difícil de diseñar.
¿Hay algún partido político que se haya mostrado sensible a sus demandas?
Creo que el Partido Laborista está alineado con algunas cosas que hacemos, no con todas. Ciertamente, algunos miembros del partido están alineados con nosotros. También en el Partido Verde. No puedo decir que conozca a ningún conservador que esté alineado con nosotros, pero eso no significa que no existan. Y hay un partido de centroderecha, el Partido Ambientalista, que está bastante alineado en algunos temas. Pero este no es el territorio en el que nos movemos porque tener ese tipo de conversaciones consume mucha energía y te hace perder mucha gente por el camino, mucha.
Pero exigen cosas a los gobiernos, a los políticos.
Sí, bueno, una de nuestras demandas clave es crear asambleas ciudadanas para tomar decisiones sobre el clima y eso es muy importante sobre todo aquí en el Reino Unido, donde el Parlamento está bloqueado y es posible que las decisiones las tome un solo partido.
Las asambleas ciudadanas consisten en introducir a más gente en la conversación. Sería como un jurado escogido mediante un modelo estadístico. Una buena representación de las diferentes etnias, géneros e identidades de la gente. Y escucharían los testimonios de los expertos sobre cada cuestión.
Algunas de estas asambleas se han puesto en marcha, pero sus decisiones han sido ignoradas. Así que nuestro mayor obstáculo es que todo depende de la voluntad política, pero, para ser honesto, muy poca gente confía en que el Partido Laborista, si gobierna, cambie las cosas lo suficiente. Ese es un problema, por desgracia.
Recientemente, en el Reino Unido, ha habido también grandes protestas impulsadas por los sindicatos por el coste de la vida y la degradación de los servicios públicos. ¿Cuál es la relación de XR con ese movimiento? ¿Establecen vínculos con estas cuestiones?
Sí, están muy conectadas. De nuevo, es un escándalo político, son las mismas ideas políticas las que nos han llevado a la crisis climática, a la crisis del coste de la vida y al trasvase de recursos del sector público a las finanzas sacrificando a la gente por el camino, creando inestabilidad. A nivel local hablamos mucho de esto e intentamos conectarlo todo. Sobre todo para apoyar a las comunidades. Pero a nivel nacional, es más fácil seguir a los movimientos que están liderando esta lucha. Así que tendemos a hacer eso.
Entre el 21 y el 24 de abril, decenas de miles de personas se concentraron alrededor del Parlamento británico para exigir medidas que hagan frente a la crisis ecológica. Fue una de las protestas más numerosas del movimiento por el clima en el Reino Unido, que ha recibido poca atención de los medios en nuestro...
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Elena de Sus
Es periodista, de Huesca, y forma parte de la redacción de CTXT.
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