Simeone podría decir aquello de que no mandé mis naves a luchar contra los elementos. Entre las siete bajas con las que afrontó el encuentro en La Cerámica, la falta de contundencia en acciones puntuales en defensa que pagó cara, lesiones, una expulsión que dejó al equipo en inferioridad más de 20 minutos y, sobre todo, decisiones del árbitro que le perjudicaron, el Atleti no pudo acabar la Liga en segunda posición, un objetivo que pese a todos estos factores, acarició durante muchos minutos, pero que vio como se le escapaba a tan solo dos del final cuando los castellonenses lograban el definitivo 2-2.

Y el caso es que viendo cómo salieron unos y otros al partido pareció que la meta del subcampeonato no motivaba demasiado a los colchoneros. El Villarreal, quizá por aquello de jugar en casa, empezó más intenso y con ese estilo tan característico de posesión de balón de los equipos de Setién, se mostraba mandón ante un rival que no conseguía salir de su parcela. Ese dominio le facilitó tener varios saques de esquina, lanzados siempre en corto, y con los que comenzó a generar peligro. Primero fue Samu el que disparó alto desde el área grande y después Kiko Femenía el que remató desde la frontal. Su disparo fue desviado por un compañero.

Paradójicamente, el primer intento ofensivo rojiblanco iba a terminar muy mal para ellos mismos. Nahuel se incorporó al ataque y metió un pase al área que fue despejado por la defensa de los locales, que salieron rápidamente a la contra. Samu envió un pase en largo hacia la parte derecha de la defensa del Atleti donde Barrios había ocupado el hueco que había dejado Nahuel en su subida. El balón se marchaba por la línea de fondo, pero nadie avisó al canterano que quiso cortar de cabeza con la mala suerte de terminar asistiendo en el otro lado del área a Jackson, que controló solo y remató con la derecha superando a Grbic para marcar el 1-0 en el minuto 9.

El tanto encajado espabiló a los del Metropolitano que iban a equilibrar rápido el marcador. Nahuel provocó una falta en otra internada en el lateral del área y la pizarra funcionó de maravilla. Griezmann lanzó raso al corazón del área grande para el desmarque de Correa al que no siguió nadie y el argentino remató cruzado de primera con la derecha para poner el empate.

El Villarreal siguió a lo suyo: buscó las bandas para generar peligro. Y cuando no lo conseguía por fabricación propia, se aprovechaba de las facilidades que le daban, como en un resbalón de Saúl que permitió a Kiko Femenia lanzar un tiro que se marchó desviado. Mandi y Parejo sumaron nuevos disparos que quedaron en nada gracias a Grbic o por mala puntería.

Al Atleti le costaba salir, pero de vez en cuando soltaba alguna contra con intención. Eso si no se lo impedía el propio colegiado, como cuando cortó un ataque peligroso al golpearle el balón. Koke le decía que podía haber dado la ley de la ventaja, ya que la posesión la tenía el mismo equipo, pero no fue así. Reguilón y Saúl tuvieron también dos internadas mal finalizadas.

Al Atleti le costaba salir, pero de vez en cuando soltaba alguna contra con intención 

Mucha más enjundia tuvo su siguiente llegada. Un centro de Correa desde la derecha lo cabeceó Saúl, obligando a Jorgensen a desviar el balón con su mano izquierda justo antes de la línea. Griezmann fue al rechace y en el área pequeña remató con su pierna derecha. La pelota iba a portería, pero Mandi se tiró con todo a despejar. El balón golpeó en su brazo izquierdo. El penalti parecía clarísimo, pero a pesar de las protestas de los colchoneros no se señaló. Según algún analista arbitral, resulta que si el brazo va camino de apoyarse en el césped no se debe señalar. Explicación que en otras ocasiones similares no se aplicó. ¿A partir de qué distancia del brazo al césped se considera punible? Ya saben los defensas que cuando les golpee el balón en la mano harán bien en ir con el cuerpo medio tumbado para que le apliquen esa eximente. El caso es que el Atleti acaba la Liga con solo un penalti a favor en todo el campeonato.

No le debió parecer bastante a los locales con salvarse del penalti en su área porque en la siguiente acción Capoue se tiró en la otra área buscando un penalti que le costó una amarilla por el piscinazo. El propio Capoue estuvo a punto de marcar tras otra pérdida de los rojiblancos que acabó con un disparo desde la media luna que se estrelló en el travesaño. El colegiado De Burgos Bengoetxea puso la guinda a su actuación en la primera parte al señalar el descanso sin dejar tirar al Atleti un córner antes de que se cumpliera el minuto de añadido que él mismo había dado.

En el inicio de la segunda parte llegaba la noticia de que el Athletic se adelantaba en el Bernabéu. El segundo puesto parecía más accesible y los rojiblancos pusieron de su parte. Barrios asistió a Griezmann que remató en el área pequeña, pero Mandi desvió en el último momento. Poco después, Hermoso abrió para el desmarque de Antoine por la banda izquierda. Viendo la entrada de Correa por el centro, el francés le metió un centro preciso para permitir que llegara antes que Jorgensen en su salida a la desesperada. De modo que logró, a puerta vacía, el 1-2 en el minuto 55 para colocar a los rojiblancos de momento como subcampeones. Era la decimosexta asistencia de Griezmann en la Liga, el que más ha dado, a las que hay que sumar sus 15 goles. Números que deberían darle el reconocimiento de jugador más valioso del campeonato.

Tuvo el tercero el Atleti en una gran jugada colectiva que tras pasar por Nahuel acabó en Reguilón cuyo disparo en el área con la zurda se fue rozando el poste. Ahí estuvo la sentencia. El Villarreal apretó y Grbic empezó a hacerse gigante. El portero croata salvó un remate de Pino en el mano a mano. Pero la cosa se iba a complicar más cuando un despeje defectuoso de cabeza de Savic quiso aprovecharlo Lo Celso, pero Witsel llegó apurado para despejar siendo el último defensor. El belga tocó el balón y también el pie del jugador local, que tras dar dos pasos se cayó al suelo viendo que ya no llegaba. El resultado es que De Burgos mostró la roja a Witsel y el Atleti se quedaba con 10.

Grbic desvió el disparo de falta consiguiente y voló para mandar a córner otro lanzamiento a balón parado de Baena, que había entrado el campo. Con el guardameta convertido en un muro llegó un centro al área, saltaron el propio Grbic y Pau, que en el aire desequilibró al portero. Grbic cayó mal y se hizo daño en una mano hasta el punto de tener que retirarse, entrando en su lugar el tercer portero de la plantilla, el canterano Gomis, que debutaba de forma oficial.

Se entró en los cinco minutos de descuento y cuando se llevaban dos consumidos, Morata fue a buscar un balón por alto en el centro del campo. Por detrás llegó Pau, que le metió la rodilla en las lumbares y le empujó con el brazo. El “juez” de la contienda no vio nada, el Villarreal metió un pase en largo a Jackson que eludió la salida de Gomis tocando el balón a la derecha. Entre Hermoso y Saúl no se pusieron de acuerdo para despejar y la pelota le quedó en la frontal al canterano local Pascual que marcó con un disparo pegado al poste.

Las reclamaciones de los atléticos no sirvieron de nada y el partido acabó con un empate que les deja un sabor amargo porque impide alcanzar un segundo puesto que hace unos meses parecía una quimera y que tuvieron en sus manos varias veces en las últimas semanas. Lo cual no debe empañar su brillante trayectoria desde que se reanudó el campeonato tras el Mundial, siendo el equipo que más puntos sumó en las últimas 24 jornadas. Sensaciones positivas que deben servir para saber el camino a tomar la próxima temporada. Feliz verano.